Chile perdió la sede de la cita climática de la COP25, pero no así su presidencia, y aprovechó la cumbre de Madrid para anunciar el cierre anticipado de 4 centrales eléctricas a base de carbón. Desde el mundo ambientalista, las reacciones fueron disímiles. Fundación Terram interpretó el anuncio como una señal para que Chile muestre liderazgo, pero también advirtió que «faltan otras buenas noticias», como la firma del Acuerdo de Escazú. En Chile Sustentable, en tanto, calificaron como positivo el anuncio, ya que se cerrarán dos centrales que no estaban contempladas inicialmente. Con un tono más crítico, Greenpeace hizo una analogía del estallido social, indicando que en La Moneda no «han despertado». Las centrales que bajarán la cortina anticipadamente son Ventanas 1 y 2 de AES Gener, además de CTM1 y CTM2 de Engie ubicadas en Mejillones. El caso de la empresa francesa es paradójico, dado que en mayo pasado esta misma compañía puso en funcionamiento la termoeléctrica “Infraestructura Energética Mejillones” (EIM), de 370 MW de potencia instalada.
Uno de los anuncios estrella que preparaba Sebastián Piñera de cara a la realización de la COP25 en Chile era su programa para ser un país libre de centrales energéticas a base a carbón. Sin embargo, el estallido social desbarató los planes y finalmente Chile perdió la sede de la cumbre, la que se trasladó a Madrid, España. Y con eso, el plan de descarbonizar al país quedó en un segundo plano.
Pero, a pesar de perder la sede, Chile mantuvo la presidencia de la COP25, y durante su participación en la cita, el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, anunció que se adelantará el inicio del cierre de las centrales, las que se enmarcarán dentro de la fase 1 del plan.
En concreto, Jobet anunció el cierre anticipado de las centrales ubicadas en Mejillones (CTM1 y CTM2 de Engie), con una capacidad total de 334 megawatts, ambas con cierre programado para el 2040. El caso de Engie es paradójico, dado que en mayo pasado -antes del anuncio del plan de descarbonización de La Moneda- esta misma empresa puso en funcionamiento una nueva generadora, a base de carbón, la termoeléctrica “Infraestructura Energética Mejillones” (EIM), con 370 MW de potencia instalada, lo que despertó duras críticas de ambientalistas.
Ahora, al cierre anticipado de CTM1 y CTM2 de Engie se sumarán Ventanas 1 y 2 de AES Gener, con una capacidad de 340 megawatts, con las que el Gobierno llegó a acuerdo para terminar antes su funcionamiento, pero condicionadas a cambios regulatorios e inversiones en transmisión para viabilizar dichos cierres. Ventanas 1 tenía un cierre programado para noviembre de 2022 y Ventanas 2 para mayo de 2024 y ahora bajarán la cortina antes del fin de 2020 y antes del fin de 2022, respectivamente.
Con todo, el secretario de Estado indicó que «esta es una gran noticia para los chilenos. Son casi 700 megawatts de centrales a carbón que se cerrarán anticipadamente y que serán reemplazados por energías renovables, las cuales permiten tener electricidad más barata y limpia».
«Desde hace un tiempo venimos conversando con las empresas generadoras para ver la posibilidad de adelantar el cierre de las centrales a carbón. Hoy estamos anunciando que se adelantará la salida de cuatro centrales. Todas ellas están ubicadas en zonas de alta concentración industrial. Su cierre contribuirá a mejorar la calidad de vida de los habitantes de esas localidades», dijo Jobet.
«De hecho, como país hemos cumplido seis años antes la meta de 20% que nos habíamos autoimpuesto para 2025. Nuestras proyecciones son que se puede incrementar mucho la participación de energías renovables, muy abundantes en Chile, pero para ello es importante que juntos abordemos el desafío de construir las líneas de transmisión que permitan llevar esa energía barata y limpia a los centros de consumo, y hacer los ajustes regulatorios necesarios», sentenció.
Tras el anuncio de Jobet, diversas organizaciones que están presentes en la COP25 reaccionaron y todas con el mismo mensaje: valoran lo dicho por el secretario de Estado, pero insisten en que «no es suficiente».
En conversación con El Mostrador, Flavia Liberona, directora ejecutiva de la Fundación Terram, dijo que «anticipar el cierre es súper bienvenido. Sin embargo, hay que mirar toda la problemática asociada».
Al respecto, aseguró que «Chile tiene la presidencia de la COP y eso no es menor en el rol. Es alguien que tiene todo el apoyo de Naciones Unidas, el país que tiene la presidencia tiene que dar el ejemplo. Dado lo desprestigiado que está Chile en materia de Derechos Humanos producto del estallido social, necesita levantar liderazgos en otras materias, como las climáticas».
Por eso, la «buena noticia» del cierre anticipado «tiene que ir acompañada de otras buenas noticias, como la suscripción del Acuerdo de Escazú y un plan contundente para terminar con las zonas de sacrificio», indicó.
Un poco más crítica fue Estefanía González, coordinadora de campañas de Greenpeace Chile, quien dijo a El Mostrador que «nos impresiona el anuncio y el tono con el que se hace. Creemos que la cara de alegría y optimismo que tenía el ministro no se condice con lo que es realmente el anuncio».
«En palabras sencillas, les dice a las personas que están en la zona de sacrificio que tienen que estar 20 años más condenadas al carbón. Si bien se adelanta el cierre de centrales, son centrales que tienen más de 20 años y que pudieron cerrarse durante este año», agrega.
Según González, pudieron incluso «prometer una descarbonización al 2030, que está mucho más en línea con el mensaje de ambición climática que un país que está presidiendo la COP debe tener».
«Creemos que no se han escuchado durante este tiempo las demandas de las personas. En un momento donde el mensaje es ‘Chile despertó’, aparentemente en La Moneda siguen dormidos», dijo.
Con respecto al cierre, González dijo que «no es muy nuevo. No es un compromiso del Gobierno sino de las propias empresas y que tiene que ver mucho más con elementos financieros que con una ambición climática o un compromiso real de la gente».
En Chile, Sara Larraín, directora ejecutiva de Chile Sustentable, conversó con El Mostrador y valoró no solo el cierre adelantado sino también que se sumaran dos nuevas centrales que no estaban en el anuncio original que hizo Sebastián Piñera en junio de este año.
«En este momento, tendríamos fecha de cierre de 10 centrales y no de las 8 que había en junio», dijo, haciendo referencia a las ubicadas en Mejillones.
Sobre las otras dos, Larraín planteó que «no es lo que nosotros esperábamos. Pero creemos que como un punto intermedio es positivo, en el sentido de que adelanta en 3 años el cierre de Ventanas 1 y 2 en Puchuncaví, lo que es un tremendo beneficio para la salud de las comunidades locales».
«Eliminaríamos 2 de las 5 fuentes más contaminantes de carbón» presentes en Chile, por lo que es «una buena noticia».