En el Congreso explicaron que los dos senadores del PPD “nunca han sido amigos”, ni tampoco han tenido una relación cercana, ya que representan dos mundos distintos dentro de la colectividad y siempre ha existido una “pugna de poder» entre ambos. Son dos históricos del partido, pero «dos históricos con mucho ego”, característica que sería un factor de peso en cada una de sus peleas. Desde la semana pasada, afirmaron en el Parlamento, estarían «enfrentados a muerte», un choque que puso en jaque la posibilidad de Harboe de ser el presidente de la Cámara Alta este año.
En medio del torbellino legislativo en el que está el Congreso ad portas del receso, en el Senado están alerta y atentos al nombre que escogerá el Partido por la Democracia (PPD) para presidir este año la Cámara Alta, porque la pugna desatada entre los senadores Felipe Harboe y Guido Girardi ha tenido en vilo el acuerdo previo que había para que fuera el parlamentario por el Biobío quien presidiera la testera. Es que luego del cambio de escenario político que se generó tras el estallido de octubre, el perfil «más centrado» y dialogante con la derecha de Harboe dejó de ser para el PPD la mejor carta para un 2020 movilizado y con un proceso constitucional en desarrollo.
Puntualmente, el respaldo de Harboe a la agenda de seguridad del Gobierno y en especial a la Ley «Antisaqueos», con la que La Moneda respondió a las movilizaciones sociales, convirtió al senador por el Biobío en un flanco de críticas internas en el PPD, principalmente del sector de Girardi. No solo lo cuestionó, sino que además el fin de semana propuso a la senadora Ximena Órdenes como carta alternativa para presidir el Senado, una propuesta que ha recibido el respaldado de parte de la oposición.
Al nombre de Órdenes lo antecedió el del senador independiente Pedro Araya, quien habría ingresado al comité PPD luego que Girardi le ofreciera la presidencia del Senado, pero la idea no tuvo respaldo al interior del partido. En medio de dimes y diretes, surgió un nuevo nombre, el de Adriana Muñoz, senadora que inicialmente respaldó la nominación de Harboe. En el PPD afirmaron que ella es “la carta más segura para marzo”, ya que en el partido tampoco pretenden darle más espacios de poder al «girardismo».
[cita tipo=»destaque»]En Valparaíso dijeron que «están enfrentados a muerte». Conocedores de la discusión, contaron que mientras Girardi le habría enrostrado a Harboe su respaldo a las iniciativas de La Moneda, el senador por el Biobío le habría sacado a relucir el financiamiento gubernamental que consiguió el senador por Santiago Poniente para el Congreso del Futuro, que se realiza anualmente y que es su proyecto más preciado. La pelea entre ambos causó “molestia y preocupación” al interior del PPD, por lo que se dio la orden de intentar bajar los ánimos y de no agrandar la polémica a través de los medios.[/cita]
Pese a que en un inicio se había optado por patear hasta marzo la resolución del conflicto, fuentes desde el PPD señalaron que hoy podrían zanjar el tema entre Harboe y Muñoz y que la nominación de Órdenes correría en un carril distinto, debido a «la pugna entre Harboe y Girardi».
La pelea entre ambos senadores, agregaron en el PPD, tiene «mucha más historia que la presidencia del Senado”, un choque que en las últimas semanas se habría intensificado. Uno de los elementos de esta tensión constante sería el activismo de Harboe por el proyecto de ley que pone límite a la reelección de autoridades, que fue aprobado de forma unánime el jueves 16 de enero en la comisión de Constitución del Senado, la cual es presidida por él.
Los senadores Andrés Allamand (RN), Alfonso de Urresti (UDI), Francisco Huenchumilla (DC) y Víctor Pérez (UDI) votaron a favor de la propuesta que restringe a tres períodos la reelección de diputados y alcaldes y, a dos períodos la de senadores. Además la medida es retroactiva. Dicha aprobación “desató las pasiones”, confesaron desde la oposición, ya que varios históricos de la otrora Concertación serían «afectados» por dicha restricción, entre ellos, el senador Girardi.
En una entrevista dada a CNN Chile, Harboe indicó que “hay algunos senadores que están molestos” por la aprobación del proyecto y reconoció que se “lo han hecho saber directamente. Algunos me dicen: nos están jubilando”. De llegar a puerto el proyecto y ser aprobado por el Congreso, no podrían ir a la reelección en 2022 senadores como Juan Pablo Letelier (PS), Jorge Pizarro (DC), Girardi, además de Pérez y Allamand.
A pesar de que en esa entrevista Harboe señaló que Girardi no se había comunicado con él, fuentes desde el Senado aseguran a El Mostrador que ambos parlamentarios no solo conversaron, sino que protagonizaron una pelea “monumental” en la que “se sacaron todos los trapos al Sol”. Un choque que ha sido comentario en los pasillos del Congreso desde la semana pasada.
En Valparaíso dijeron que «están enfrentados a muerte». Conocedores de la discusión, contaron que mientras Girardi le habría enrostrado a Harboe su respaldo a las iniciativas de La Moneda, el senador por el Biobío le habría sacado a relucir el financiamiento gubernamental que consiguió el senador por Santiago Poniente para el Congreso del Futuro, que se realiza anualmente y que es su proyecto más preciado. La pelea entre ambos causó “molestia y preocupación” al interior del PPD, por lo que se dio la orden de intentar bajar los ánimos y de no agrandar la polémica a través de los medios.
En el Congreso explicaron que Girardi y Harboe “nunca han sido amigos”, ni tampoco han tenido una relación cercana. Es que representan dos mundos distintos “de los muchos sectores del PPD” y siempre ha existido una “pugna de poder» entre ambos. Recalcaron que, además de ser dos históricos del partido, son «dos históricos con mucho ego”, característica que sería un factor de peso en cada una de sus peleas.
En el Senado recordaron varias tensiones entre Girardi y Harboe, una relación que está marcada por el hecho de que sus posturas tienden a “estar en veredas distintas”. Los choque en los últimos meses, explicaron, han estado gatillados por la discusión constitucional, como los fuertes roces sobre cuál de los dos acompañaría al timonel del PPD, Heraldo Muñoz, en la representación del partido en la negociación que dio origen al Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, que se firmó la madrugada del 15 de noviembre.
Pese a que el «elegido» finalmente fue Harboe, el senador Girardi tuvo varias salidas a hablar con la prensa en medio de las tratativas, tanto así que incluso salió a anunciar la fórmula de la oposición para el proceso constituyente cuando aún no se terminaba de negociar con el Frente Amplio. La performance no solo generó molestia en el resto de los partidos de oposición, sino que además llevó a que el PPD tuviera que dar explicaciones al frenteamplismo, que habrían corrido por cuenta de Harboe.
En 2018, los senadores movieron sus hilos y respaldaron a dos candidatos distintos para integrar la Corte Suprema. Girardi le dio su apoyo al juez Javier Moya, mientras que Harboe se abanderó por Mauricio Silva. Tras una conflictiva trastienda, fue Silva quien terminó ascendiendo al máximo tribunal del país, una derrota que le habría “costado masticar» al girardismo por un buen rato.
Al interior de la oposición dan prácticamente por desechada la opción relativa a que Harboe logre quedarse con la presidencia del Senado, porque –afirmaron– ni en su bancada ni en los demás comités parlamentarios “lo quieren” mucho, debido a su estilo político de lobo solitario “enfocado en sus intereses”, lo que resiente las relaciones con su propio sector. “Genera más bien redes y trabajo con el Ejecutivo, como se ha visto en la agenda de seguridad”, recalcaron en el Congreso.
En la oposición hay consenso respecto a que la testera este 2020 debe ser liderada por una figura que “no le entregue urgencias y prioridades en bandeja al Gobierno”, pero que a la vez logre articular a los sectores más progresistas del oficialismo con la oposición. «Se vienen cambios estructurales y de cambios”, recalcaron en Valparaíso, lo que hace más plausible la opción de un liderazgo femenino.
Explicaron que el haber adelantado la nominación del PPD respondería a las presiones del propio Harboe, porque el senador –afirmaron quienes conocen de las negociaciones– quiere zanjar la discusión antes del 31 de enero, ya que con el aplazamiento hasta marzo «perdería cualquier posibilidad por obtener la presidencia».
Desde el comité PPD han evitado referirse públicamente al tema, porque se mezcla con la elección de la testera de la Cámara de Diputados, la cual debía ser dirigida por la DC de la mano de Gabriel Silber. Pero luego que la DC anunciara que no se haría parte del acuerdo de la oposición por pensiones, la diputada Andrea Parra (PPD) puso en duda su respaldo a la candidatura de Silber, lo que se extendería al resto de la bancada del PPD.