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Sociólogo Raúl Zarzuri: “Está por verse si James Hamilton puede trascender y convertirse en una nueva carta política” PAÍS Crédito: Vía Twitter @contodxs

Sociólogo Raúl Zarzuri: “Está por verse si James Hamilton puede trascender y convertirse en una nueva carta política”

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El investigador y académico reflexiona sobre las nuevas aventuras partidistas que buscan un espacio en el proceso constituyente. Entre ellas el “Partido por la Dignidad” que lideró fugazmente James Hamilton, el “Partido Fuerza Cultural” de Magallanes y otros. De paso, analiza la situación del Partido Republicano y José Antonio Kast, que “está a la baja en las encuestas y en lo comunicacional, porque se ha quedado sin discurso, producto del 18-O”.


El golpe de efecto que significó la aparición del nuevo “Partido por la Dignidad”, liderado por James Hamilton, enfrenta una precoz prueba con su renuncia a este nuevo conglomerado tras 9 días de militancia y el anuncio de que formará una nueva colectividad. Aduciendo “una incompatibilidad ética”, el médico que enfrentara a la curia nacional a partir del caso Karadima, señaló que “hay personas que están trabajando en el partido, que son de la dirigencia, que tienen un historial que echa una sombra sobre la credibilidad y la probidad».

La aventura política nacida casi al mismo tiempo que otras iniciativas instrumentales como Lastesis Senior agrupadas en el “Partido Alternativa Feminista”, radicado en Valparaíso, y el “Partido Fuerza Cultural” de artistas en Magallanes, que aun recolecta sus firmas pata presentar ante el Servicio Electoral (Servel) se sumó incluso a la del “Partido Republicano” del siempre polémico José Antonio Kast.

Desde la óptica del sociólogo Raúl Zarzuri, agudo observador de asuntos como el estallido social, la participación juvenil ciudadana y el proceso constituyente, este auge de nuevos partidos y figuras obedece al descrédito de la clase política reciente.

“Los partidos de independientes que han aparecido desde el 18-O son respuestas al cierre por parte de la política tradicional a la participación de los independientes en la constituyente, dado el actual descrédito de la política tradicional.  Esto comenzó con la creación en diciembre del llamado “Movimiento por una Constituyente Democrática” (MOVPCD), quienes declararon desde su inicio ser un partido instrumental, una plataforma de servicio, para que los independientes pudieran participar en las elecciones de asambleístas y que se disolvería con el plebiscito ratificatorio”, sostiene el sociólogo y académico de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

La aparición de movimientos como “Fuerza Cultural”, cuyo objetivo principal es el fortalecimiento de la cultura y su representatividad en la discusión de las políticas públicas o el “Partido por la Dignidad” que dice querer recoger la indignación de la ciudadanía, también planteaban una interrogante acerca de nuevos líderes o rostros que pudiesen encarnar las demandas del movimiento social. Para el analista, esta posibilidad choca con la génesis de un proyecto ciudadano que irrumpe desde la ciudadanía hacia arriba y que representa “una cierta sensibilidad que reconoce más a la gente de la calle que a ciertos rostros”, describe.

“En ese sentido, creo que la fortaleza que tiene Hamilton radica en que es reconocido por la valentía que tuvo para enfrentar el episodio con Karadima; ha sido un buen polemista en los medios para criticar el actuar del Gobierno y de los partidos políticos a partir del estallido social, cuestión que juega a favor de él. Pero dado que hoy estamos dentro de un contexto polarizado entre los de arriba y los de abajo, las sensibilidades de la calle pueden no ver con buenos ojos lo que se asocie a “los de arriba”, explica Zarzuri en torno a la filiación de Hamilton a su ex partido o a una nueva iniciativa política como la que ha anunciado.

“Otra cuestión compleja que atentaba contra el “Partido de la Dignidad”, es que apareció como un “partido de estrellas” y, eso nos lleva a que discursivamente, y así lo han instalado los medios de comunicación, se hable del “partido de Hamilton”, cuestión que no era un problema de él. Está por verse si Hamilton puede trascender de la plataforma de independientes que encabezó para ir más allá de ella y convertirse en una nueva carta política que seduzca a la ciudadanía”, agrega el investigador.

Raúl Zarzuri, sociólogo y académico de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Con todo, Zarzuri advierte que “hoy en día, los intereses de la representatividad popular no están en la clase política y sus partidos, incluyendo el Frente Amplio, sino están representado más en la calle. Me refiero a la multiplicidad de cabildos y asambleas que han emergido de manera autoconvocadas y autónomas y que han sumado un nuevo aire a la política producto precisamente del 18-O, que es la emergencia de una política que viene desde abajo, no desde arriba. Quizás y solo quizás, los nuevos partidos que están emergiendo y que emergerán, sea como partidos instrumentales para el proceso constituyente o como partidos políticos con programas políticos de más largo aliento, que recojan la indignación popular, supongan un recambio de la política, que recoja precisamente esa representación popular.  Ahora este proceso de recambio, tomará algunos años”.

Kast a la deriva

Por otro lado, José Antonio Kast logró inscribir su formación de ultraderecha, el Partido Republicano, lo cual amplía el espectro político y también un espíritu de polarización que les propio a su proyecto.

En tal sentido, el Zarzuri acota esa influencia a la naturaleza regional de la tienda de Kast que está compuesta por militantes de Maule, O’Higgins, Ñuble y La Araucanía. Sin emargo, el académico ve difícil que el Partido Republicano remonte a nivel nacional por varios factores.

“Actualmente, Kast está a la baja en las encuestas y en lo comunicacional, porque se ha quedado sin discurso, producto del 18-O. Cuestión que podemos ver en relación con sus apariciones en los medios de comunicación, que ha sido escasa. Así, se ha quedado desfasado, ya que hoy en día, a mi parecer, la discusión no está centrada en derecha e izquierda, sino que gira en torno a las categorías “abajo y arriba”, cuestión que hoy en día da sentido a la disputa política. Por lo tanto, la polarización actual va por ese camino. Habría que señalar que el arriba/abajo, se asocia a “Apruebo” y Comisión constituyente y los de arriba con “No Apruebo” y “Comisión Mixta”. En este escenario, la disputa entre los de abajo y los de arriba, el discurso nacionalista extremo de Kast es poco efectivo ya que se diluye en esas categorías que ya tienen banderas más efectivas. Por último, señalo, que para Kast este período es de prueba, de acumulación de fuerza y que su plan a futuro son las elecciones presidenciales del 2026”.

En cuanto a los otros partidos y bloques, Zarzuri sostiene que “el Frente Amplio actualmente está diluido y ha perdido fuerza. Producto de la firma del famoso “Acuerdo por la paz y nueva constitución en Chile”, perdió una significativa militancia, particularmente en el “ala más de izquierda”, pero también se suma una pérdida a nivel simbólico, en el imaginario que se había construido como la generación de recambio de la política chilena. Esto ha sido el caso por ejemplo de Convergencia Social. Esto ha provocado un vacío de representatividad de ciertas sensibilidades que no llena ni siquiera el PC u otros partidos similares”.

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