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«La brutal realidad» de Quintero-Puchuncaví: medio británico expone el «abandono» de sus habitantes en una de la «ciudades más contaminadas del mundo» PAÍS Crédito: Archivo

«La brutal realidad» de Quintero-Puchuncaví: medio británico expone el «abandono» de sus habitantes en una de la «ciudades más contaminadas del mundo»

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La versión británica de la prestigiosa publicación Wired difundió un reportaje titulado “La brutal realidad de la vida dentro de una de las ciudades más contaminadas del mundo”, donde aborda en extenso la situación de esta zona de sacrificio ubicada en las costas chilenas. “Muchos de los vecinos padecen enfermedades respiratorias como el asma. El aire a menudo sabe a metal. Incluso la playa se ve más oscura de lo que debería ser: en lugar de conchas, la arena está llena de carbón derramado de los buques de carga entrantes”, señala la publicación al describir este territorio que califica como “el hogar de algunas de las industrias más grandes y más sucias”. En cuanto a las soluciones planteadas por las autoridades, el reportaje de Wired sostiene que las “promesas ya se están fracturando”, en medio del desánimo de los habitantes de la zona. “Hemos sido abandonados”, dice una de las vecinas entrevistadas.


El estudio científico conocido la semana pasada y que confirmó el riesgo cancerígeno en niños de Quintero-Puchuncaví, volvió a poner a esta “zona de sacrificio” en el foco de la atención pública. Ahora, el caso llegó a la prensa internacional, al punto que la versión británica de la prestigiosa publicación Wired difundió un reportaje titulado “La brutal realidad de la vida dentro de una de las ciudades más contaminadas del mundo”.

“Quintero, las fugas de petróleo y la contaminación de la industria pesada están afectando la salud de los ciudadanos locales. Ahora la lucha es por limpiar una de las llamadas ‘zonas de sacrificio’ de Chile», señala la investigación periodística sobre el denominado “Chernobyl chileno».

El reportaje relata que “muchos de los vecinos padecen enfermedades respiratorias como el asma. El aire a menudo sabe a metal, en lugar de mar. Incluso la playa se ve más oscura de lo que debería ser: en lugar de conchas, la arena está llena de carbón derramado de los buques de carga entrantes».

Wired describe la zona como “el hogar de algunas de las industrias más grandes y más sucias: plantas de energía de carbón, plantas de cemento, energía térmica, gas natural”, que forman un “parque que estaba destinado a ser el motor del crecimiento económico para lanzar a Chile a las filas de los países ‘desarrollados’».

Sin embargo, “el impacto es difícil de ignorar. La industria pesquera local ha quedado prácticamente aniquilada porque los suministros y el océano están demasiado contaminados (…). También hay frecuentes accidentes industriales, incluidos tres grandes derrames de petróleo que afectaron la bahía en los últimos seis años. El carbón continúa lavándose en la playa a medida que se derrama durante el traslado de los barcos a las plantas termoeléctricas”, añade, señalando que en octubre de 2019 fueron 170 días en que se encontró carbón en las playas.

El reportaje enfatiza que “este desarrollo ha tenido un costo”, como lo sucedido en agosto de 2018, cuando una seguidilla de episodios de contaminación afectó a la zona.

“Esta vez fue peor de lo normal. Varios gases químicos, incluido el metilcloroformo, nitrobenceno y tolueno, se habían filtrado de las plantas de petróleo y químicas cercanas que rodean la ciudad. Entre el 21 de septiembre y el 18 de octubre de ese año, 1.398 personas fueron tratadas por intoxicación por gas en hospitales locales, según el Ministerio de Salud de Chile”, subraya el reportaje.

En cuanto a las soluciones, Wired sostiene que la “promesa ya se está fracturando”, porque “el plan de descarbonización solo cerraría dos de las plantas de energía más antiguas y menos productivas en el área de Quintero para 2024, mientras que los grupos ambientalistas criticaron las propuestas por no abordar los niveles de arsénico o metales pesados ​​en la región”.

Además, recuerda que durante el estallido se registró otro episodio de intoxicación y 20 niños en Quintero fueron reportados hospitalizados por sospecha de envenenamiento por dióxido de azufre. «No se ha hecho nada, nada ha cambiado (…). Hemos sido abandonados», dijo a Wired Carolina Astudillo, una de las habitantes de la zona.

Los niños vulnerables

Entre los testimonios de los principales representantes de organizaciones sociales de la zona María Araya, presidenta del consejo consultivo del Hospital Adriana Cousiño de Quintero, relata cómo la contaminación ha afectado principalmente a los menores de edad.

“Los niños son vulnerables, no pueden hacer cosas normales. A veces no pueden respirar afuera, o no pueden ir a la escuela o hacer ejercicio. Todos los días que vivimos estamos sacrificando a nuestros hijos. El porcentaje de personas que están enfermas de asma, cáncer o tienen necesidades especiales, es el doble del número de una comuna de tamaño similar», indicó.

La declaración de Araya calza con los resultados del estudio realizado por 8 investigadores nacionales y extranjeros financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) y que detectó que «el riesgo carcinogénico debido a la exposición al arsénico fue superior al valor umbral de 10-04 en la población de niños pequeños (1-5 años) en el 27% del área de estudio». La investigación extrajo 245 muestras del suelo cercano al complejo industrial de Quintero y Puchuncaví para determinar las concentraciones de cobre, arsénico, plomo y zinc.

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