El exsenador también criticó a la oposición señalando que busca dar un “manotazo institucional” y cuestionó al presidente de RN, Mario Desbordes, asegurando “no está interpretando la opinión del partido y crea una gran confusión”. Asimismo, disparó contra el equipo político de La Moneda, y dijo que “la paralización del brazo político del Ejecutivo es muy dañina y la mejora de eso pasa por el Presidente”.
El ex presidente de Renovación Nacional Carlos Larraín sigue con su “campaña del miedo” contra la nueva Constitución y aseguró que la propuesta de “rechazar para reformar” que se impulsa desde Chile Vamos representa “una luz de esperanza” y “ha ganado volumen”.
Entrevistado en La Tercera, el exsenador sostuvo que “no hace falta ser un gran constitucionalista para dudar que el resultado de una convención constitucional integrada por personas que no podemos siquiera imaginar, pero que muy probablemente puede ser Lastesis o la Mon Laferte y mucho overol blanco, vaya a ser bueno”.
En esta línea, el expresidente de RN condenó la actuación de la oposición, señalando que la “izquierda está estirando la agenda social para hacerla hasta que sea incumplible, y lanzada en un tremendo esfuerzo por pegar un manotazo institucional. Eso es evidente”.
Asimismo, aseguró que “la discusión sobre una nueva Constitución en un ambiente social y político completamente intervenido por la izquierda es un esfuerzo que muy difícilmente termine bien. Aquí, todas las fuerzas que están en operación están intervenidas; desde la internet hasta la “primera línea””.
Por eso cuestionó los acercamientos del presidente de su partido, Mario Desbordes, con la exNueva Mayoría, y las concesiones que ha hecho el Gobierno hacia la oposición.
“Mario no está interpretando la opinión del partido y crea una gran confusión; a mí me llama mucha gente de muchas partes preguntándome qué hacemos en este cuadro”, dijo, aludiendo a la posición favorable al Apruebo y en el plebiscito y al diálogo con el Gobierno que ha desplegado el timonel RN, quien fue secretario general de la mesa cuando era presidida por Larraín.
“Yo creo que los políticos que vienen de la derecha y que van por la derogación de la Constitución tienen una tremenda responsabilidad, porque le cubren la espalda a la izquierda, y en su faceta más triste, que es la del manotazo institucional. Los políticos que vienen de la derecha, no digo que lo sean, van a tener una culpa muy grave si acaso el 26 de abril resulta un 70/30, porque después no habrá cómo remontar esta cifra. En la seguidilla de las elecciones posteriores van a repetir esa cifra”, indicó.
Pero en esta misma línea, Larraín cuestionó el actuar del Gobierno, asegurando que en el Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre, el Ejecutivo “entregó la Constitución. Ahora, lo hizo bajo condiciones de fuerza. No fue un gesto espontáneo del gobierno, pero la Constitución no debió entregarse nunca. Ese es el gran tema”.
Para el expresidente de RN, el problema radica en el comité político de Palacio, que encabeza el Evópoli Gonzalo Blumel, señalando que “la paralización del brazo político del Ejecutivo es muy dañina y la mejora de eso pasa por el Presidente (…) El gabinete está inhibido y eso es una mala cosa”.
“El Gobierno está recuperando algo de terreno, porque hay que fortalecer la porción de la opinión pública que lo eligió. Y para eso tiene que unificar a los partidos y tiene que terminar la cacofonía sobre la Constitución que algunos desde el propio Gobierno comentan. Otros, más ambiciosos, creen que lo van a convidar a la fiesta de la derogación de la Constitución el 26 de abril en la noche. Están muy equivocados”, indicó.
Asimismo, en medio del debate sobre los “privilegios”, instalado durante el estallido, Larraín fue consultado si se siente un privilegiado y su respuesta fue que “la verdad es que no. Porque los que vinieron antes en mi familia se esforzaron mucho, llevaron vidas ordenadas y me jeringueaban todos los días para que me escobillara los dientes e hiciera las tareas”.