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La falla estratégica de Mañalich para abastecer de insumos al mejor sistema de salud del planeta PAÍS

La falla estratégica de Mañalich para abastecer de insumos al mejor sistema de salud del planeta

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Macarena Segovia
Por : Macarena Segovia Periodista El Mostrador
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Al interior de la industria de insumos médicos aseguraron que la máxima autoridad del Minsal llegó tarde a negociar con los laboratorios e intermediarios que están distribuyendo mascarillas, test, guantes y respiradores mecánicos alrededor del mundo. Explicaron que actualmente Europa y Estados Unidos son prioridad ante la escasez de insumos y que ahora para poder comprar se necesita asegurar el pago en efectivo de casi el 100% de la compra, además de garantizar el transporte del producto. Los precios se han triplicado ante la demanda mundial y los equipamientos tardan semanas en llegar a su destino. A Chile no le quedaría más que esperar.


La crisis por el coronavirus avanza cada día y ya resiente las urgencias y centros de salud del país. Todos los días personal médico de distintos lugares sube a redes sociales denuncias por la falta de mascarillas, guantes, ropa de aislamiento y hasta del kit de test PCR para detectar, precisamente, el COVID-19, o sus insumos asociados. En los hospitales se las han ingeniado para suplir la carencia con bolsas de basura para aislar los uniformes y zapatos,  cadenas comunitarias –como en la zona sur de la RM–, en las que vecinos ayudan a coser y cortar tela para trajes y mascarillas y hay casos, como en el Hospital de La Florida, en que el personal de la urgencia ha pedido donativos para poder alimentarse durante los turnos.

Un panorama que atraviesa todo el país. La semana pasada el Colegio Médico implementó un formulario para conocer el estado de los distintos centros de salud y más del 85% de los funcionarios señalaron que “no contaban con todos los elementos necesarios”. Una situación que se repite en cada lugar del mundo en donde ha llegado el coronavirus. Un panorama de escasez mundial que ha llevado a que el mercado de los insumos médicos cambie a modo de “economía de guerra” y, por lo tanto, las condiciones de compra han cambiado.

Actualmente laboratorios y empresas intermediarias les dan prioridad a Estados Unidos y países de Europa, debido a los grandes volúmenes de sus pedidos y al hecho de que aseguran la cadena de traslado de los productos de forma directa, lo que aceleraría –explicó un intermediario de ventas que opera en Chile–  en “al menos dos semanas la llegada de los productos, que por lo general están tardando un mes desde su encargo”. Es en este contexto, agregó la fuente, que países con economías pequeñas y población reducida como Chile, “quedan en el vagón de la cola, son terceros en prioridad de los grandes laboratorios”.

La semana pasada el presidente Donald Trump anunció que EE.UU. necesitaría 100 mil ventiladores mecánicos y 500 millones de mascarillas para afrontar la pandemia, una cantidad que no estaría disponible en el mercado a nivel mundial. Actualmente en Chile, según el ministro de Salud, Jaime Mañalich, hay 3.315 ventiladores disponibles, incluyendo los que están en proceso de compra, en clínicas privadas y los que se hallan a la espera de ser convertidos. “Pueden ser más, ayer me comuniqué con el gobierno de China para adquirirlos si es necesario (…), hay que estar tranquilos”, agregó la autoridad máxima del Minsal.

[cita tipo=»destaque»]En el mundo hospitalario reconocieron que “no hay mayor capacidad de compra”, que la falta de recursos disponibles, desde el dinero hasta las medidas de transporte, complican la logística en las compras. Subrayaron que “se está bajo la ley del más fuerte” y que, además de “tener que preocuparnos de sanar y tratar a las personas, debemos preocuparnos de abastecernos”. Apuntaron a que el trabajo central en Cenabast, la Subsecretaría de Salud Pública y los Servicios de Salud, tanto a nivel regional como metropolitano, “debería centralizar y distribuir el abastecimiento a nivel nacional”. Valoraron el anuncio de Mañalich de disponer de los ventiladores del servicio privado de salud, pero advirtieron que es «insuficiente”, ya que la crisis en el sistema de salud se da en toda clase de insumos y no solo en los ventiladores mecánicos.[/cita]

Lo que no explicó Mañalich es que la escasez mundial de ventiladores va mucho más allá de la capacidad de compra que tenga el país. Stefan Dräger, director de la empresa alemana Drägerwerk –líder mundial en la producción de ventiladores– reconoció, en una entrevista al medio Spiegel, que ni siquiera con toda la producción actual del mundo se podría cumplir con el requerimiento de Trump y añadió que hace poco el canciller austriaco, Sebastian Kurz, solicitó mil ventiladores, pero solo tiene 50 disponibles. “Ministros de todo tipo de países me han llamado”, acotó.

Fuentes de empresas que trabajan como intermediarias entre laboratorios y los distintos países, explicaron que ya no valen las “notas de créditos ni pagarés” y que para asegurar una compra se debe pagar por adelantado, «en efectivo», entre 75 a 100 por ciento del valor. “La liquidez es fundamental”, agregaron.

Han IL Park es representante de la empresa surcoreana Sugentech, que a través de la importadora Tetra-C Chile  trabaja con seis países en América Latina y el Caribe, importando kits de test PCR y test de Anticuerpos (test rápidos), ventiladores y vestuario. En conversación con El Mostrador, afirmó que el mercado mundial actual opera bajo “tres negociaciones: interestatal, país por país; negociaciones entre compañías; y con gobiernos locales”.

En Chile, Tetra-C ha trabajado con comunidades pequeñas y compañías privadas, pero el Minsal «puede importar directamente desde Corea. Es la forma común de negociar estos días”. Han IL Park explicó que un problema importante al hacer los pedidos de insumos médicos, en medio de la pandemia, son los tiempos de demora: “Muchas compañías coreanas producen estos productos, pero generalmente son pequeñas compañías, por lo que les resulta difícil manejar pedidos de todo el mundo. Los países tienen que esperar antes de recibir los productos. En mi opinión, un país como Chile debe esperar”.

A esto se suma la dificultad de traslado por tierra, ya que el cierre de fronteras ha llevado a que algunos países retengan parte de las cargas, como sucede en Europa, donde se habla de una verdadera “guerra de las mascarillas”. El 5 de marzo, en Francia se requisó un pedido de 4 millones de estas que provenían de una empresa sueca y que tenían como destino otros países. Dos semanas tardó París en liberar la mitad del envío luego de intensas presiones diplomáticas desde Suecia, por lo que dicho cargamento pudo llegar a España e Italia, los dos países más golpeados por el COVID-19.

El modo «chilensis»

La pregunta, ante el incierto panorama mundial, es cuánto se ha preparado y abastecido Chile ante la fuerte competencia por adquirir insumos médicos para afrontar la pandemia, y la conclusión, entre aquellos que transan en este mercado, es “poco y nada”. Coincidieron que en nuestro país se ha priorizado la compra en pequeñas cantidades y de forma descentralizada, con una baja proactividad de las autoridades gubernamentales, partiendo por el ministro Mañalich.

Para los especialistas, el conflicto por la tardanza en la compra de ventiladores es un claro ejemplo de ello. El Presidente Sebastián Piñera ha dicho muchas veces –igual que Mañalich– que el país se ha preparado desde enero para la llegada del coronavirus. Esta semana, el medio Interferencia reveló que recién el 13 de marzo se había generado la compra de 800 ventiladores, los que según las autoridades estaban asegurados desde enero. Lo mismo se estaría repitiendo con otros insumos.

En Mercado Público no se registran grandes compras por parte de la Subsecretaría o de los Servicios de Salud regionales, es más, hay pequeñas compras a laboratorios locales, aunque entre todos los intermediarios destaca la sede en Chile de Hoffmann-La Roche y Life Technologies SPA, que intermedia los productos de Thermo Fisher. Estas dos empresas son las que han provisto de test PCR y la indumentaria y maquinaria para armar los 39 laboratorios que hoy procesan los test para detectar el COVID-19.

Quienes se mueven en el mercado internacional de insumos médicos afirmaron que el ministro Mañalich no ha tenido la atención “necesaria” con las ofertas que le han llegado desde el extranjero para surtir a Chile. A lo que hay que agregar que en un inicio el Minsal no incluyó el alza de precios por especulación en los insumos médicos, lo que ha triplicado su valor ahora.

Otro dato no menor: fuentes diplomáticas comentaron que recién el miércoles 25 de marzo –la semana pasada– el Ministerio de Salud ofició a la embajada chilena en Estados Unidos y algunas en parte de Europa pidiendo explorar adquisiciones de ventiladores. La respuesta fue: “No hay disponibles”.

En el mundo económico sentenciaron que el Presidente Piñera y el ministro Mañalich han demostrado “una falta de rigor logístico” a la hora de abastecer al país en medio de la pandemia y que no se explican cómo la familia Luksic pudo gestionar la donación de 1 millón de mascarillas traídas desde China para el sistema de salud, las que fueron entregadas a través del Colegio Médico. Hasta la fecha ni Cenabast ni el Minsal hay podido consolidar una adquisición de similar magnitud.

Los más cercano fue el anuncio hace unos días de Mañalich, que confirmó la compra de 1 millón de test rápidos para identificar los reactivos al virus del COVID-19, a pesar de que hace solo un par de semanas él mismo había dicho que su utilización no era conveniente como método de diagnóstico. Al interior del Minsal confirmaron que el ministro ha llevado negociaciones “directas” con Corea del Sur, debido a la gran magnitud del pedido, lo que se suma a la alianza estratégica que tiene Cenabast para adquirir insumos a través de un organismo asociado al gobierno surcoreano, dedicado a la innovación tecnológica.

Lo indicado por el ministro es un consenso en la comunidad médica. La directora del Instituto de Inmunología de la Universidad de Chile, Mercedes López, dijo que estos test miden anticuerpos o antígenos, que “requieren que haya un nivel de antígenos en la sangre para ser detectado. Los test rápidos son sanguíneos, entonces requiere que lo que vas a medir esté en la sangre. Ahora, los test rápidos son súper útiles en otros contextos, por ejemplo, si tú quieres medir en un equipo de salud que ya han estado en infección por bastante tiempo, la cantidad de gente que está inmune al virus, en teoría, se podrían usar test rápidos. Pero en esta etapa de la epidemia lo que nos interesa es determinar quiénes están infectados para poder aislarlos”.

En algunos países se utiliza el test rápido como método de acompañamiento o preventivo, principalmente para estar testeando de manera continua a policía, personal médico o aquellos que deben seguir cumpliendo funciones en la calle y no pueden guardar cuarentena. También para testear, provisoriamente, a poblados que están muy alejados de las urbes, lo que retrasa el tiempo de espera de los test PCR, tiempo que en Chile oscila entre los 3 y 7 días de espera.

A mediados de marzo, Chiu-Ling Wang, presidenta de África América Asia Consulting Corporation (AAACC) –empresa que distribuye insumos médicos, como kits de prueba para COVID-19, máscarillas N95, viseras de aislamiento médico, trajes de seguridad, guantes y respiradores mecánicos– le envió una propuesta al ministro Jaime Mañalich, ofreciendo distintos stocks de productos para Chile, la cual también fue enviada a Judith Mora del ISP.

Desde EE.UU., la presidenta de AAACC relató que “hicimos una oferta al Sr. Mañalich en dos ocasiones separadas. La primera vez fue hace dos semanas, cuando le ofrecimos pruebas rápidas para COVID-19, con todos los certificados (es decir, Certificación CE, CFDA) y agregamos la información pertinente acerca de los kits de prueba enviada” y puntualizó que el ministro les respondió “gracias, vamos a seguir utilizando únicamente las pruebas de PCR”. La empresaria explicó a El Mostrador que durante esta semana también envió al ministro “Mañalich una oferta de 200 ventiladores mecánicos con un plazo de entrega 4-5 días”, pero que aún no reciben respuesta.

A este panorama se suma lo que ocurre con el desabastecimiento en el mundo farmacéutico. Desde Farmacias Independientes aseguraron que “Cenabast está rebasada. Muchos proveedores le fallaron, ofreció mascarillas que luego no vendió y recién se espera que en las próximas semanas despache, por primera vez, a farmacias independientes”, señaló el presidente de AFFi, Héctor Rojas.

Agregó que Chile tiene “una economía muy pequeña, si no coordinamos esfuerzos públicos y privados, la tristeza entrará por la puerta de nuestra gente. Creemos que Chile tiene un déficit importante en relación con insumos médicos y stock para afrontar esta crisis. La situación, sí, es alarmante. Nuestro país es un importador de muchos de estos productos básicos, lo que nos deja en una situación de mayor vulnerabilidad. Esta dependencia tendrá costos sanitarios importantes en países como el nuestro”.

El secretario general de la Unión de Dueños de Farmacias de Chile (UNFACH), Alfredo Nebreda, dijo que en Chile «cualquier estimación que la autoridad haya hecho, ya ha quedado corta. Aún no hemos alcanzado el peak de enfermos críticos y los insumos en relación con la prevención del contagio, y medicamentos para virus de invierno, ya son escasos y han sufrido importantes variaciones de precios. Literalmente, las farmacias están en la trinchera. Están solas, negociando con los proveedores la compra de dichos insumos, aplicando protocolos de trabajo propios para no tener que cerrar por cuarentena preventiva. El apoyo estatal se limita al envío de lineamientos generales de procedimientos”.

Compra hormiga

Para ver en detalle la forma en la que se ha movido el mercado de abastecimiento de insumos médicos en Chile, El Mostrador revisó todas las compras bajo el ítem “coronavirus” de los últimos tres meses. En Mercado Público se puede observar que el movimiento se inició a mediados de febrero, cuando la Subsecretaría de Salud compró seis kits de prueba para test de PCR y los envió a regiones. En el detalle de las compras directas por parte de organismos del Estado, la mayoría son al detalle, provenientes de hospitales, universidades y poco desde el sistema central.

Hasta el cierre de este reportaje había dos compras importantes de test PCR en proceso de revisión. Las dos a la empresa Roche, una de ellas por $1.263.399.200, que fue ingresada el 24 de marzo, y otra de 2 mil aplicaciones de PCR de $1.469.880.000. Por otra parte, el 30 de marzo compraron 2 mil kits de PCR Thermoficher en $1.723.525.347 y se registran compras anteriores no solo para test, sino también para armar laboratorios de procesamiento.

La mayoría de los registros apuntan a que cada hospital y municipio hace sus compras, no solo de test PCR, de test rápidos para COVID-19, guantes, mascarillas, pipetas, algodón, a distribuidores o intermediarios de menor escala. El 1 de abril, la Municipalidad de Parral compró 200 test rápidos con cargo a la Ley SEP, por $1,6 millones, a la empresa Alateia-Medical S.A. El Hospital San José de Coronel espera que se apruebe la compra de 4 mil unidades de test rápidos por $23,8 millones y Petorca compró 240 test, a $5 mil cada uno, a la empresa Farmalatina, lista a la que se suman comunas pequeñas como Nueva Imperial, San Clemente y Traiguén.

Desde las alcaldías apuntaron que “ante la lejanía” y tardanza en estar los resultados de PCR, se optó por “reforzar a los servicios de salud” con test rápidos. Esto también se replica en comunas con mayor poder económico, como Las Condes, dirigida por Joaquín Lavín (UDI), que adquirió 50 kits de 40 unidades de test rápidos por un costo total de $23.811.900.

En general no se observan grandes compras de servicios centrales, como la Subsecretaría de Salud Pública. El 1 de abril, el Servicio Metropolitano de Salud, que estaba en “estado crítico” hace cinco días, compró 24 ventiladores mecánicos en $878.259.596, y el Servicio Metropolitano Occidente adquirió 2 mil colocaciones de test rápidos en $25 millones, intermediadas por la firma A. Jerez y Moreno Limitada, que se dedica al rubro inmobiliario.

El Hospital El Salvador, ubicado en la comuna de Providencia, también ha vivido momentos de desabastecimiento. Durante la semana pasada, en los equipos médicos surgió la preocupación por la falta de insumos que acompañan a los test PCR, como las tórulas de dacrón, con las que se sacan las muestras para el test. El 20 de marzo, el H. Salvador registra una compra de 300 unidades de test PCR por un total de $10.024.917 al laboratorio Barnafisa, y este 1 de marzo arrendó 9 ventiladores mecánicos por poco más de $12 millones.

Otras compras que se pueden encontrar –también a goteo– son 193 camillas hospitalarias por $407 millones, además de dos pedidos de 400 camillas por $995 millones que se realizaron el 17 de marzo a través de la Administración de Fondos Extra Presupuestarios. Ese mismo día se registra la compra de 10 ventiladores por $261 millones.

Pero no solo los servicios públicos se abastecen, empresas y pequeñas comunidades también han salido al mercado en busca de insumos médicos. Camilo Rapu, presidente de la comunidad Ma´u Henua de Rapa Nui, señaló que “estamos muy preocupados con la pandemia” y que ya “compramos más de 150 mil insumos para nuestro pueblo”, entre ellos, 4 mil test rápidos de coronavirus al Grupo Coreano Tetra-C. Aseguró que “ha sido difícil, porque también se necesita apoyo y gestión del Gobierno, para que ellos nos puedan entregar esos insumos, porque los test los están entregando en forma regularizada a cada país”.

“Estar en cuarentena es una buena medida, pero no es suficiente, tenemos que hacer test a todos los habitantes de la isla (…). Concentrarnos en mejorar a las personas, esta es una enfermedad que en todos los lugares que ha llegado deja muertos, lo único que podemos hacer es prepararnos”, recalcó Rapu.

En el mundo hospitalario reconocieron que “no hay mayor capacidad de compra”, que la falta de recursos disponibles, desde el dinero hasta las medidas de transporte, complican la logística en las compras. Subrayaron que “se está bajo la ley del más fuerte” y que, además de “tener que preocuparnos de sanar y tratar a las personas, debemos preocuparnos de abastecernos”. Apuntaron a que el trabajo central en Cenabast, la Subsecretaría de Salud Pública y los Servicios de Salud, tanto a nivel regional como metropolitano, “debería centralizar y distribuir el abastecimiento a nivel nacional”. Valoraron el anuncio de Mañalich de disponer de los ventiladores del servicio privado de salud, pero advirtieron que es «insuficiente”, ya que la crisis en el sistema de salud se da en toda clase de insumos y no solo en los ventiladores mecánicos.

“Mira la diferencia con argentina, tienen a todos los soldados haciendo mascarillas, ese es un Estado que se preocupa. Otra duda, si estamos a punto de que todo caiga, porque el Hospital Clínico de la Universidad de Chile no está a disposición del ministerio, ¿por qué no entra inmediatamente a la red pública de salud? Para aliviar a los hospitales de las patologías frecuentes. ¿Por qué el Hospital Militar no se dispone a la red pública de salud? Esas son las preguntas. En regiones no se tendrán las condiciones ni respiradores mecánicos para los pacientes”, consigna la directora del Instituto de Inmunología de la Universidad de Chile.

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