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El mundo según Piñera y Mañalich: la trastienda de la «nueva normalidad» PAÍS

El mundo según Piñera y Mañalich: la trastienda de la «nueva normalidad»

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La decisión de instaurar esta «nueva normalidad» fue tomada entre cuatro paredes en La Moneda, por el núcleo de hierro compuesto por el ministro Mañalich, el jefe de asesores del segundo piso, Cristián Larroulet, y el Mandatario. Como ha sido la tónica, no se le consultó a nadie, menos a la Mesa Técnica, y para el resto del gabinete “se dio en completo hermetismo”. Esta nueva fase está acompañada de una “sensación de triunfo” del jefe del Minsal y del Presidente, que tiene preocupados a varios personeros de la administración.


Este domingo el Presidente Sebastián Piñera confirmó la decisión del ministro de Salud, Jaime Mañalich, de adelantar la quinta fase de la pandemia por coronavirus y así instaurar la estrategia de la “nueva normalidad”. Etapa que se inició con el reintegro progresivo de los funcionarios públicos al trabajo presencial y con el anuncio de la reapertura –a partir de mayo– de escuelas rurales y localidades libres del virus, para luego pasar a establecimientos que puedan dar condiciones para el distanciamiento social definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La subsecretaria Paula Daza señaló que las personas podrían volver a reunirse y «tomar un café», mientras que Mañalich agregó –en tono de broma– que hasta “puede ser ir a tomar cerveza, por ejemplo, ir a comerse una empanada». Palabras que no pasaron inadvertidas y causaron desconcierto al interior de Chile Vamos, junto con una fuerte crítica política transversal de parlamentarios y alcaldes, quienes no entienden que esta “nueva normalidad” se instale justo en medio del anunciado peak de contagios para nuestro país.

La decisión de instaurar la «nueva normalidad» fue tomada entre cuatro paredes en La Moneda, en el núcleo compuesto por el ministro Mañalich, el jefe de segundo piso, Cristián Larroulet, y el Presidente Piñera, consignaron desde Palacio. No se le consultó a la Mesa Técnica, ni tampoco se adelantó a la Mesa Social, “se dio en completo hermetismo”, pese a que la subsecretaria Daza había dado algunas luces durante la semana pasada, al anunciar el carné de alta para el coronavirus y la estrategia masiva de testeo de anticuerpos, para lo cual se compró 1 millón de test de sangre. Además, en la reunión con los parlamentarios oficialistas también se había adelantado la etapa de «nueva normalidad».

Esta estrategia “no es tan nueva” para el equipo del titular de la cartera de Salud, aseguraron desde Palacio, ya que el actual sistema de cuarentenas dinámicas, con escuelas y centros comerciales funcionando, “bajo un estricto régimen sanitario”, habría sido la idea original del ministro y su equipo del Minsal. Desde La Moneda explicaron que en marzo la idea era que “el país y la economía no se paralizarán abruptamente”, sino que las cuarentenas se dieran estrictamente en los lugares donde los contagios del virus estuvieran sin control y en donde los centros asistenciales de la comuna no dieran abasto para atender a los pacientes con COVID-19.

[cita tipo=»destaque»]Lo cierto es que en estos días y desde que se decretó la «nueva normalidad», en el oficialismo no han podido explicarse por qué en Palacio se decidió hacer un giro tan drástico, si las cosas para la administración piñerista estaban funcionando bien con las medidas de resguardo a través de cuarentenas y suspensión de clases. En los pasillos de La Moneda aseguraron que nadie vio venir este giro en la estrategia y agregaron que se les hizo «una bajada» a todos los ministerios, por medio de una minuta, para alinear el discurso oficial, en la que se hizo hincapié en la frase respecto a que el número total de enfermos activos está tendiendo a estabilizarse y que se estima que «a fines de abril o comienzos de mayo alcanzará su peak o máximo valor”.[/cita]

Una fórmula sobre la que cual Mañalich se sinceró ayer en la sesión especial que realizó la Cámara de Diputados sobre la crisis sanitaria. El ministro dijo –a través de videoconferencia– que “nunca quisimos, nunca compartimos como Ministerio de Salud, la idea de cerrar las escuelas, nunca. Y la evidencia que tenemos ahora acumulada demuestra que efectivamente eso fue un grave error, que dejó a los niños sin vacuna, sin educación, sin comida, sin protección”.

La decisión de cerrar escuelas y centros comerciales no estaba contemplada inicialmente por el Gobierno de Piñera. Fue el fin de semana del 14 y 15 de marzo cuando la estrategia de Mañalich “se desbandó”, recordó un asesor gubernamental. La idea era que esa semana se comenzara a instaurar una cuarentena voluntaria para las personas en edad laboral y estudiantes, mientras que los grupos de riesgo, como enfermos crónicos y adultos mayores, se mantuvieran en confinamiento obligatorio, “así las medidas más estrictas serían temporales para la gran mayoría de la población”, recalcaron desde el oficialismo.

Pero los alcaldes y las alcaldesas se cruzaron en el camino del ministro de Salud y su estrategia para enfrentar al COVID-19. Aquel fin de semana los rectores y jefes comunales anunciaron la suspensión de clases en sus ciudades e instituciones de educación superior y ese domingo 15 de marzo llegaron hasta La Moneda para mantener una reunión con el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, y el titular de Educación, Raúl Figueroa, quienes intercedieron para que el Presidente Piñera accediera a las medidas.

Eso inició una verdadera guerra entre alcaldes y alcaldesas oficialistas, como Evelyn Matthei, Germán Codina y Joaquín Lavín, además de Rodolfo Carter, que fue el primero en anunciar el cierre de los malls en la comuna de La Florida, posición con la que Mañalich tampoco estaba de acuerdo. Tensiones que se han mantenido un mes después, ya que los alcaldes han denunciado falta de transparencia por la no entrega de los datos de los contagiados con COVID-19, junto con escasez y ausencia de transparencia acerca de la cantidad de test PCR que se hacen día a día en sus comunas.

Una tensión que, según personeros del oficialismo, está basada en “quién tiene el control, el poder”. En dicho sector recordaron que Mañalich ha tenido “más de un desliz y aire de grandeza” desde que volvió a dirigir el Minsal, lo que lo ha llevado “a no querer compartir su estrategia, los alcaldes se enteran por la tele de que sus comunas se irán a cuarentena”, reconoció un parlamentario de RN.

Las declaraciones de ayer del ministro Mañalich sobre la suspensión de clases también causaron molestia al interior del Mineduc. Los alcaldes señalaron que la falta de vacunas contra la influenza es responsabilidad del propio Minsal, ya que fue dicho ministerio el que priorizó la vacunación de Carabineros, FFAA y bomberos que estaban en las calles y postergó para finales de abril a los estudiantes, pues se encontraban sin clases. Por otra parte, el propio ministro de Educación, Raúl Figueroa, salió a aclarar que el Gobierno “toma decisiones responsables”, haciendo referencia a la decisión de suspender las clases presenciales.

Aires de triunfo

Esta «nueva normalidad» proclamada por las autoridades de Gobierno, afirmaron desde Palacio, no solo ha llevado a que el ministro Mañalich retome “por completo las riendas de las estrategia” para enfrentar la crisis sanitaria, sino que también está acompañada de una “sensación de triunfo” que tiene preocupados a varios personeros de Gobierno. En un amplio sector del oficialismo se llegó a la conclusión que el Presidente Piñera siente que ya se le “ganó al coronavirus” y quienes saben de las reuniones que ha sostenido el Mandatario con diferentes representantes de Chile Vamos, aseguraron que su optimismo se percibe no solo en su tono, sino también en su discurso.

La decisión de hacer retornar al trabajo presencial a los funcionarios públicos, lo que más tarde tuvo que flexibilizarse por falta de visión y pericia política, fue considerada en sectores del oficialismo como un error derivado de la personalidad «especulativa» del Primer Mandatario y su necesidad de volver a posicionarse como una figura de autoridad.

Para el académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, Daniel Brieba, la jugada de Piñera no tendría un objetivo inmediato: “No creo que esto le traiga demasiada popularidad al Presidente, porque las encuestas muestran que la gran mayoría de la gente apoya las cuarentenas, pero sí puede estar preocupado del costo que para su Gobierno pueda traer la recesión que viene, el costo para él y el costo para las familias también, yo creo que está pensando más en eso que en las encuestas de ahora”.

Durante la semana pasada, se habló de un sentido de satisfacción al interior de La Moneda por los resultados que diferentes estudios han arrojado y que sacaron del fondo del pozo –solo un dígito– la  aprobación del Mandatario. Pero como siempre, explicaron en el oficialismo, el conocido estilo del Jefe de Estado de ir a «buscar más de lo que tiene» es lo que ha alimentado su reiterativo discurso triunfalista y poner el acento en que en Chile no se cumplieron los peores vaticinios que se hicieron sobre la pandemia del COVID-19.

Lo cierto es que en estos días y desde que se decretó la «nueva normalidad», en el oficialismo no han podido explicarse por qué en Palacio se decidió hacer un giro tan drástico, si las cosas para la administración piñerista estaban funcionando bien con las medidas de resguardo a través de cuarentenas y suspensión de clases. En los pasillos de La Moneda aseguraron que nadie vio venir este giro en la estrategia y agregaron que se les hizo «una bajada» a todos los ministerios, por medio de una minuta, para alinear el discurso oficial, en la que se hizo hincapié en la frase respecto a que el número total de enfermos activos está tendiendo a estabilizarse y que se estima que «a fines de abril o comienzos de mayo alcanzará su peak o máximo valor”.

Dudas sobre la inmunidad

El ministro Mañalich y la subsecretaria Daza han informado que el paso a la «nueva normalidad» se basa en la moderación en el crecimiento que han tenido los contagios de COVID-19 y el alza en la curva de los “recuperados”. A ello suman la respuesta que ha tenido la Red Asistencial, la disponibilidad de camas y lo que el subsecretario, Arturo Zúñiga, ha destacado sobre la cifra de pacientes conectados a respiradores mecánicos, que tampoco se ha disparado. Por último, está el proceso de inmunización de la población, que el ministro ha usado como uno de sus principales argumentos, aunque ha sido cuestionado por científicos y epidemiólogos, ya que aún no hay una versión oficial respecto a la inmunidad que puede otorgar la respuesta con anticuerpos de los pacientes con coronavirus.

Ayer Mañalich le explicó al pleno de la Cámara de Diputados la interpretación que estaba teniendo el Minsal respecto a la inmunidad: “Las personas que desarrollan esta enfermedad desarrollan inmunidad, tanto es así, que hay múltiples protocolos en investigación en el mundo, incluso en Chile, en los que se usa plasma de pacientes recuperados de coronavirus y se les inyecta a pacientes que tienen una grave infección por coronavirus, porque ese plasma es muy rico en anticuerpos”.

Reconoció que en Corea aparecieron informes “aislados de exámenes de PCR de restos de partículas virales de coronavirus de las secreciones bronquiales, en personas que ya habían tenido la enfermedad”, restos que según el ministro Mañalich son no infectantes. Agregó que “una persona a la que detecta que tiene anticuerpos, inmunoglobulina G, esa persona está inmune a la enfermedad (…). Esa persona no puede infectar ni ser infectada. ¿Por cuánto tiempo? Al menos por tres meses”, una información que habría sido entregada al ministro por el principal infectólogo de China, en una conferencia en la noche del lunes 20.

El argumento aún no logra convencer a la comunidad científica. Matías Goyenechea, salubrista, miembro de Fundación Creando Salud, afirmó que aún no es tiempo para relajar las medidas de control del coronavirus y que desde el punto de vista técnico, “en el caso chileno, dada la forma en que ha asumido la epidemia, podemos ver que efectivamente no hay un control de parte de la autoridad”.

Explicó que los criterios de la OMS son que la transmisión haya sido controlada, “pero nosotros tenemos una cantidad de casos nuevos que ha venido en aumento, eso resulta ser bastante preocupante respecto del control del virus”. Sobre los casos recuperados, precisó que en Chile la tasa “es bastante cuestionada”, ya que no hay claridad de si se corrigieron los datos de recuperados, una vez que se modificó la definición que entregó el Minsal.

“Decir que tenemos una cantidad de casos recuperados y casos nuevos que son coincidentes, la verdad es que no tiene mucho sentido. Lo importante es ver que estos casos nuevos han venido en aumento, pasamos de tener 300 a 400 casos nuevos diarios”, dijo Goyenechea. Es cierto que se ha mantenido estable el número de las hospitalizaciones, pero recalcó que “es preocupante el número de fallecidos, ha venido en aumento y su tendencia ha sido que cada día hay más casos de fallecidos, con una tasa de letalidad de 1,32 al día de hoy. Esos datos son altos”.

El salubrista destacó que lo esencial para mantener las medidas de aislamiento es que “el tipo de transmisión sigue siendo comunitaria, es decir, que no hay control de los casos y los seguimientos de los contactos de manera completa. Uno, al ver los datos relacionados con el tipo de casos, hay muchos que no tienen nexos, es decir, que no hay trazabilidad de los contagios de ese caso, por lo tanto, no hay control. Eso hoy está por sobre los 3.800 casos que están en esa condición”.

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