El sondeo arrojó además que por primera vez, desde la llegada de la pandemia, el Presidente Piñera retrocede significativamente en aprobación, quedando en 17% versus el 24% del mes anterior. La desaprobación, en tanto, sube 9 puntos, pasando de 68% en mayo a 77% en junio. Según el director ejecutivo de Criteria, Cristián Valdivieso, uno de los factores que explican la caída dicen relación con que la gente ya se ha formado un juicio de que la estrategia del Gobierno para enfrentar el Covid-19 “fue un fracaso”. Esto se suma a la seguidilla de errores del propio Presidente en las últimas semanas, que reforzaron la imagen de “privilegio” del Mandatario como el funeral de su tío Bernardino o su escapada a la tienda de vinos de Vitacura el fin de semana.
Una notoria baja de la aprobación del Presidente Sebastián Piñera y una reivindicación de la figura del timonel de Renovación Nacional, Mario Desbordes, son dos de los datos clave de la encuesta Agenda Ciudadana de Criteria de junio.
Desbordes ha sido blanco del “fuego amigo” dentro de su partido y la derecha en general, debido por su política de apertura a soluciones lejos del catálogo de la derecha tradicional, pero la ciudadanía reconoce su posicionamiento.
De acuerdo con el sondeo aplicado entre el 25 y el 30 de junio, el presidente de RN es el único de 16 congresistas que cuenta con más aprobación que desaprobación (44% versus 41%). No solo eso, también asoma como un rostro presidencial, aunque solo con un 2%, dentro de las menciones espontáneas.
Según Cristian Valdivieso, director ejecutivo de Criteria, estos resultados indican que “la gente está mirando la figura de Mario Desbordes como alguien más cercano a la lógica de los alcaldes que de los congresistas. Es decir, alguien que tiene mayor conexión con los problemas cotidianos que está viviendo la gente y tiene una empatía con buscar fórmulas conectadas con el día a día de los ciudadanos”.
“En esa lógica, aparece como alguien más cercano, y que entiende cuáles son los conflictos, sustos, miedo y preocupaciones de la ciudadanía, y trata de transformar eso en acciones, en proyectos de ley, ideas, propuestas, etc.”, remarca en declaraciones a El Mostrador.
Desbordes escapa a la pésima evaluación general de los congresistas. En una escala de 1 a 7, un 51% de los entrevistados evalúa a diputados y senadores con nota 1 y nadie les pone nota 6 o 7. Una muy mala evaluación, que está en línea con la baja percepción de aporte durante la pandemia y en contraposición a la buena evaluación del aporte percibido de los alcaldes.
Según Valdivieso, la evaluación del Legislativo “es dramática. Estamos hablando de una percepción de un sistema, del Congreso en general, que no tiene ninguna legitimidad del punto de vista social”.
“Entonces no tiene legitimidad para operar. Ahí hay que hacer algo muy importante. Hay que ver como recuperar esa legitimidad porque desde otra perspectiva, la ciudadanía no está creyendo en nada, en un Congreso y su capacidad que tenga para generar cambios positivos, a diferencia de lo que pasa con los alcaldes”, añade.
En ese sentido, es más valorable el resultado de Desbordes, que aparece claramente desmarcado de los congresistas “que son vistos como una cosa mucho más etérea, más abstracta, lejana y distante, y más en una especie de limbo desconectado de la cotidianeidad de la gente”, comenta Valdivieso.
Asimismo, por primera vez, desde la llegada de la pandemia, el Presidente Sebastián Piñera retrocede significativamente quedando en 17% versus el 24% del mes anterior. La desaprobación, en tanto, sube 9 puntos pasando de 68% en mayo a 77% en junio. Por su parte, el Gobierno también retrocede en aprobación (de 23% a 16%) y aumenta en desaprobación (de 70% a 79%).
“La baja del Presidente es importante y se ubica bajo los 20 puntos, algo que no había sucedido después de la crisis sanitaria. Esto tiene que ver con dos cosas: uno, el lado más estructural, que dice relación con que la gente ya se ha formado un juicio de que la estrategia sanitaria del Gobierno fue un fracaso, y la gente se armó la idea de que pudo haber menos muertos, se pudo haber evitado tanto contagio, y además se pudo haber evitado cuarentenas tan prolongadas y tan duras como las que estamos viviendo”, indica Valdivieso.
De acuerdo con el analista, “este juicio es estructural, independiente de la buena evaluación que pueda tener el ministro de Salud Enrique Paris. Paris puede estar bien evaluado, pero eso no significa que el Gobierno lo está haciendo en sanitariamente, significa que el Gobierno lo estaba haciendo tan mal que hubo que cambiar” de ministro y estrategia.
El otro elemento que marca la caída del Mandatario tiene que ver con la propia conducta del Presidente y la seguidilla de errores de las últimas semanas.
“Las sensaciones de privilegio en el funeral, la sensación de que ‘el resto no importa’, la aparición en La Vinoteca, la pelea con el Congreso -Congreso que está muy mal evaluado, y por lo tanto el Presidente peleando con el Congreso también lo hace ver desacoplado del enfoque que la ciudadanía espera”, explica el analista.
Respecto a la conducción para hacer frente a la pandemia, el desafío del Gobierno -opina Valdivieso- es generar un “segundo tiempo”. “Paris no genera mayor adhesión al Gobierno sino que confirma el error de la estrategia sanitaria. Pero sí le da oportunidad al Gobierno de que la gente sienta que la estrategia sanitaria, que fue un fracaso, de ahora en adelante va a estar mejor administrado, racionalmente, más transparente, y por lo tanto le da oportunidad al Gobierno de enfocarse en otras cosas. Ya no en lo sanitario. Tiene que enfocarse en el futuro, en la reactivación, en cómo volver a parar el país, que puede ser una especie de segundo tiempo”.