En una jornada maratónica, y donde La Moneda se jugó a fondo para desactivar los apoyos oficialistas al proyecto, la Sala de la Cámara de Diputados dio luz verde a la reforma constitucional que autoriza a los afiliados de las AFP a retirar hasta el 10 por ciento de sus fondos previsionales acumulados. A pesar de que la dupla Claudio Alvarado (Segpres) e Ignacio Briones (Hacienda) instaló una “cocina” en el Congreso, con una oferta de mejoras al plan clase media en una serie de reuniones con las bancadas oficialistas, que fueron monitoreadas con atención por el Presidente Sebastián Piñera, la estrategia fracasó. No obstante todas las gestiones del Gobierno, 13 parlamentarios de sus propias filas votaron a favor del proyecto y finalmente por dos votos se superó el quórum de aprobación (95 votos a favor, 25 en contra y 31 abstenciones). El resultado sorprendió incluso a la oposición. [ACTUALIZADA]
Pese a que La Moneda desplegó toda su artillería para ordenar sus filas en el Congreso, con un intenso lobby que incluyó la oferta de un nuevo paquete de mejoras al plan clase media, la Sala de la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de reforma constitucional que autoriza a los afiliados de las AFP a retirar hasta el 10 por ciento de sus fondos acumulados, en el contexto de la pandemia.
Finalmente, y en un resultado inesperado, dadas las gestiones que se desplegaron durante el transcurso de la jornada, fueron 95 los votos a favor, 25 en contra y 31 abstenciones. Por dos votos se superó el quórum de tres quintos, lo que terminó por sepultar la estrategia del Gobierno tras una jornada maratónica de más de diez horas de debate.
A pesar de todo el lobby de La Moneda, 13 parlamentarios de sus propias filas votaron a favor del proyecto: se trata de los UDI Celso Morales, Cristhian Moreira, Pedro Álvarez Salamanca y Virginia Troncoso; los RN Eduardo Durán, Miguel Mellado, Leonidas Romero, Ramón Galleguillos, Érika Olivera, Hugo Rey, Aracely Leuquén y Andrés Celis, además del independiente pro RN Pablo Prieto.
Además, otro grupo de RN optó por la abstención, como fueron los casos del timonel de la tienda Mario Desbordes, Francisco Eguiguren, Bernardo Berger, Sofía Cid, Harry Jürgensen, Andrés Longton, Karin Luck, Paulina Núñez, Ximena Ossandón y Alejandro Santana, además de los UDI Sergio Bobadilla y Joaquín Lavín, y el Evópoli Sebastián Álvarez. A ellos se sumó el otrora PPD Pepe Auth, el único voto opositor que se abstuvo.
El resultado sorprendió incluso a la oposición, que ya estaba convencida de que el Gobierno había logrado ordenar sus filas. Al finalizar el debate, sus cálculos indicaban que le faltaban tres votos para completar el quórum. Sin embargo, la esperanza se reactivó una vez que se votó la solicitud del diputado de la UDI, Jaime Bellolio, quien planteaba que el quórum propuesto por la Comisión de Constitución para aprobar el proyecto, de 3/5 (93 votos), era incorrecto, y debía ser de 2/3 (103 votos). La propuesta del gremialista para elevar el quórum tuvo un rotundo fracaso, porque consiguió solo 64 a favor, 86 en contra y 1 abstención, resultado que además anticipó la votación final de la reforma.
La Moneda simplemente no fue capaz de convencer con su oferta de mejoras a su plan de clase media, que sacó como una “cartita bajo la manga” para evitar el respaldo del oficialismo al retiro de fondos de pensiones.
La propuesta que hizo el Gobierno contempla un IFE Plus, nuevos tramos para el subsidio de arriendo, un Préstamo Estatal Solidario y la postergación de cuotas de crédito hipotecario con garantía estatal. Pero más allá de eso, el documento es enfático en que el entendimiento no se circunscribe solamente a este plan, sino que «se refiere también a un acuerdo político entre los partidos de Chile Vamos de forma tal de generar una articulación político-estratégica fluida que propenda a la unidad y al actuar conjunto entre el Ejecutivo y los parlamentarios». “Apareció la plata”, ironizó en la Sala el diputado comunista Daniel Núñez.
Los ministros Monckeberg, Briones y Alvarado llegaron temprano al Congreso para negociar la propuesta con las bancadas de Chile Vamos, primero «por separado», y luego con los jefes de bancada, con quienes se habían reunido la jornada del martes.
La discusión durante la noche del martes al interior del núcleo del Presidente Sebastián Piñera fue «abrir la billetera para prevenir un desastre», explican desde La Moneda. El objetivo ha sido «evitar cualquier fisura» en el oficialismo ante la idea de tocar los fondos de pensiones, manteniendo el argumento de que es una «política regresiva».
El problema, según personeros de Gobierno, es que los ministros Alvarado, María José Zaldívar y Briones han tenido «falta de manejo político, en la épica», que se han quedado en lo técnico y no han entendido la presión social que existe sobre el Gobierno, y por esta razón «abrir la billetera» resultaba fundamental.
Esta voluntad se materializó en una nueva propuesta, pero los parlamentarios de Chile Vamos no adscribieron de inmediato al compromiso. El monto del IFE Plus fue uno de los puntos más complejos de la negociación, porque la propuesta de Hacienda contemplaba un monto «mucho menor» que el IFE para las familias más pobres. Otro punto conflictivo, para un sector de la coalición oficialista, era acotar al Registro Social de Hogares los beneficiarios de esta medida.
En Renovación Nacional, además, entendían la complicación que significaba rechazar el proyecto, después que muchos de sus parlamentarios se habían pronunciado a favor de la idea de legislar. En ese sentido, le pidieron al Gobierno respaldo para enfrentar los “efectos políticos” de tener que abstenerse o rechazar el proyecto. En la cita con RN solo intervinieron Briones y Alvarado, quien repitió la misma línea de argumento de la carta de Pablo Longueira a los diputados de la UDI, en el sentido de no ceder ante la izquierda.
En medio de estas negociaciones, un momento conflictivo se dio durante la tramitación del proyecto en la Sala. Con el fin de evitar las negociaciones paralelas, con las que el Ejecutivo lograba comprometer los votos en contra del proyecto de los parlamentarios de Chile Vamos, las diputadas Claudia Mix (Comunes) y Alejandra Sepúlveda (FRVS) pidieron que se convocara al ministro Briones y Alvarado a la Sala.
Luego, Gabriel Silber (DC) y Loreto Carvajal (PPD) denunciaron que había un grupo de parlamentarios reunido con un ministro sin respetar la distancia social.
El diputado fue hasta el lugar y sacó al ministro Briones de la reunión con la bancada de RN, quien luego siguió el encuentro con los tres jefes de bancadas de Chile Vamos. Desde la Cámara, parlamentarios señalan que «fue un show de Silber» para disipar las críticas hacia la diputada Carvajal, por su votación a favor del veto en contra el diputado Jorge Brito (RD) en la Comisión de Defensa este martes.
En paralelo, la discusión al interior de las bancadas de Chile Vamos se mantuvo, a la espera de que llegara hasta el Congreso el ministro Gonzalo Blumel, quien estaba en La Moneda, siguiendo la negociación junto al equipo de Presidencia, según indicaron fuentes de Palacio.
La cita con RN también fue monitoreada en todo momento por el Presidente Piñera. Fuentes de la derecha afirmaron que el Mandatario envió dos veces mensajes por WhatsApp a Alvarado y sus ministros para garantizar el éxito de la reunión.
Como a las 18:30 los cálculos indicaban que el apoyo al proyecto oscilaba entre los 80 u 81 diputados, considerando solo a 3 RN (Érika Olivera, Andrés Celis y Eduardo Durán). La diputada Ximena Ossandón (RN), que se estimaba podría apoyar el proyecto, finalmente intervino más tarde de su turno inicial, a solicitud del partido, para esperar el avance de las negociaciones. Cuando fue su minuto, dijo que “pocas veces he estado ante un dilema tan complejo”, y comunicó que no aprobaría la iniciativa, puntualizando que “las últimas propuestas del Gobierno, si bien son insuficientes, van en el camino correcto”. Todo indicaba que La Moneda tenía los votos en el bolsillo.
“El lobby del Gobierno para frenar esta reforma ha sido brutal y la gente tiene que saberlo”, reclamaba en ese momento el expresidente de la Cámara de Diputados, el DC Iván Flores.
Pero el plan de La Moneda no solo se centró en las gestiones de sus ministros, sino también fue reforzado por otros actores del sector, como Pablo Longueira, quien reapareció de su exilio político para enviar una carta a los diputados UDI exigiéndoles sumarse al rechazo.
A través de la misiva, el acusado por delitos tributarios y cohecho en el caso SQM –el mayor escándalo de corrupción política de la historia del país– disparó contra la reforma, y pidió “coherencia” a los parlamentarios, con frases cargadas de invocaciones a la historia del partido, apelando incluso a la figura del “mártir” Jaime Guzmán. “Facilitar hoy con su voto, de cualquier forma, una reforma que es la negación más clara de los valores, principios y estilo de hacer política de la UDI, resultaría inaceptable”, dijo, antes de pedir “háganlo por Chile”.
Los llamados también fueron reforzados por los think tanks de la derecha, cuyos directores ejecutivos firmaron una carta aparecida en El Mercurio, donde plantean que “permitir el retiro del 10% de los ahorros previsionales es una mala medida” y señalan que “es necesario perfeccionar las medidas propuestas por el Gobierno”, reza la declaración firmada por Marcela Cubillos, directora ejecutiva del Instituto Libertad y Desarrollo, junto a sus colegas de Horizontal, Instituto Libertad, Fundación para el Progreso, Fundación Jaime Guzmán y el Instituto Res Publica.
La sesión concitó una expectación tal, que la página web de la Cámara Baja, www.camara.cl, se cayó por la gran cantidad de gente en el sitio, con más de 70 mil ingresos por minuto.
Durante la jornada, que catalogaron de “histórica”, las intervenciones desde la oposición no solo se centraron en defender el proyecto por sobre la propuesta de “más endeudamiento” que, a juicio del sector, implica el plan clase media del Gobierno.
Daniel Verdessi (DC) señaló que «la gente no es interdicta, no son las AFP las dueñas de los fondos, sino los chilenos, hoy es una situación excepcional y se requiere una respuesta excepcional; mañana puede ser demasiado tarde, es necesario rescatar a la clase media». Por su parte, el diputado Raúl Soto (PPD) sostuvo que el retiro del 10% de los fondos de la AFP “no es un regalo, no se regala lo que es propio, es un derecho”. “Estamos acá para hacer historia y romper con el paradigma del sistema de AFP que nos dejó el señor José Piñera en los años 80”, añadió. Para la diputada PC Karol Cariola, en tanto, se trata de un “proyecto justo y necesario, porque el retiro es un derecho de los cotizantes para enfrentar esta crisis ante la total y absoluta ausencia de un gobierno mezquino e indolente”.
Ya en el hemiciclo, los ministros insistieron en rechazar la reforma, y sostuvieron que el plan clase media diseñado por el Gobierno es “sustantivamente mejor” que el retiro de fondos de la AFP.
“Estamos absolutamente convencidos de que debilita el derecho a la seguridad social (…). El remedio puede ser peor que la enfermedad”, dijo el ministro Alvarado, insistiendo en que es un proyecto “regresivo” y que “favorece a los que más tienen”, por lo que instó al Congreso a hacer políticas públicas “responsables”.
Luego fue el turno del ministro Briones. “Es importante bajar del eslogan, del titular seductor, atractivo, que saca aplausos, para ver qué significa en lo concreto”, espetó, añadiendo que el proyecto tiene interrogantes sin despejar.
Asimismo, lamentó la defensa del derecho de la propiedad que se ha hecho desde la oposición, y cuestionó la figura del autopréstamo. Además, dijo que sus argumentos son compartidos incluso por el exministro Nicolás Eyzaguirre y en resumen insistió en que la reforma se trata de una “mala medida”.
Desde la oposición fueron insistentes los llamados a la derecha, que finalmente hicieron posible el avance de la reforma. “Le pedimos a los diputados de Gobierno que por un día no escuchen al Segundo Piso de La Moneda”, dijo el diputado DC Matías Walker (DC). Todo un presagio, a la luz de los resultados de la votación.