Tras la aprobación en general de la reforma constitucional en la Sala de la Cámara de Diputados, el proyecto fue despachado esta tarde en particular en la Comisión de Constitución. Ahora vuelve nuevamente a la Sala, sin embargo, la tensión ya se traslada al Senado, donde se verificará el próximo trámite. Entre los senadores de oposición, la tónica fue de defensa del proyecto y crítica al Gobierno. “Esto no es un tema de populismo, es casi un tema de compasión por la gente que lo pasa mal”, dijo el senador Insulza (PS), mientras Lagos Weber (PPD) apostó a que su sector actuará con unidad. Los cálculos indican, de todos modos, que la oposición requerirá necesariamente de un par de votos oficialistas para conseguir la aprobación de la reforma. “En el Senado la oposición necesita 26 votos, si votaran todos alineados tienen 24. Supongamos que consiguen a Manuel José Ossandón (RN), espero que no lo hagan, pero uno a esta altura ya no sabe, les faltaría uno”, comentó el Evópoli Felipe Kast. [ACTUALIZADA]
Luego de la aprobación por parte de los diputados de la reforma constitucional que permite el retiro del 10% de los fondos previsionales, instancia en que fueron clave los votos de 13 parlamentarios de Chile Vamos, el proyecto continuó su tramitación en la Comisión de Constitución de la Cámara, donde esta tarde fue despachado en particular.
La instancia revisó las indicaciones, e introdujo algunas variaciones, como en el nombre del proyecto, para adecuarlo al contenido del mismo, agregando el carácter de «excepcional» de la medida. También se zanjó que los retiros no constituirán renta ni estarán sujetos al cobro de comisiones (indicación aprobada por 7 votos a favor, 4 en contra y una abstención), y además se determinó que el retiro «no será incompatible con otros beneficios estatales» desplegados durante esta pandemia
El proyecto volverá a la Sala de la Cámara de Diputados para nuevamente ser votado. “Si el presidente de la Cámara (el RN Diego Paulsen) quisiera convocar mañana mismo a una sesión, lo puede hacer, pero probablemente será el martes o miércoles de la próxima semana, donde esperamos aprobarlo en particular”, explicó el presidente de la comisión, el DC Matías Walker.
Sin embargo, ya todas las miradas están puestas en el Senado, hacia donde se trasladará la discusión una vez que el proyecto culmine su trámite en la Cámara Baja.
En la Cámara Alta, nuevamente la presión estará sobre el oficialismo, porque para su aprobación la reforma requiere necesariamente contar con votos de Chile Vamos.
A juicio del presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes, la reforma «no tiene mucha viabilidad en el Senado». De hecho, de acuerdo a los cálculos del senador de Evópoli Felipe Kast, “en el Senado la oposición necesita 26 votos, si votaran todos alineados tienen 24. Supongamos que consiguen a Manuel José Ossandón (RN), espero que no lo hagan, pero uno a esta altura ya no sabe, les faltaría uno”.
Para conseguir detener el proyecto, desde el oficialismo ya se barajan algunas fórmulas, como pelear por elevar el quorum de aprobación o incluso un veto, como sugirió el senador RN Andrés Allamand.
“Vamos a hacer todo lo posible por revertir esa decisión en el Senado. Hay instancias en el Senado para revertir esta situación: vamos a discutir el quórum con el que debe aprobarse esta reforma, trabajaremos a fondo para que haya tres quintos de senadores que rechacen esta iniciativa. Después de ello podría haber incluso un veto”, dijo.
Entre los senadores de la oposición, la tónica el día después de la aprobación en la Cámara ha sido la defensa del proyecto y la crítica a la errática actuación del Gobierno. Parapetado en torno al proyecto, el senador socialista Juan Pablo Letelier aseguró que “estamos en medio de una tremenda pandemia sanitaria, con una crisis social y económica de proporciones y al frente tenemos a un Gobierno mezquino e indolente que no entiende, que cree que la forma de enfrentar esta crisis es repartiendo algunas cajas de mercadería y, por sobre todo, endeudando a la gente. Este es un Gobierno que no escucha y frente a la desesperación y la necesidad es que la gente pide usar los recursos que tienen en las AFP”.
En la misma línea, su colega José Miguel Insulza dijo que “la decisión de acudir a los ahorros de las AFP adoptada ayer por la Cámara, es una respuesta a la terrible condición que hoy afecta a muchas familias que no han recibido el apoyo del Estado, o lo han recibido de manera insuficiente. El Gobierno ha leído tarde y mal esa realidad”. Ante las críticas de la derecha, el exsecretario general de la OEA fue enfático en que “esto no es un tema de populismo, es casi un tema de compasión por la gente que lo pasa mal”, sostuvo en Radio Pauta.
Respecto a la actuación que tendrá la oposición, el PPD Ricardo Lagos Weber dio a entender que no habrá fuga de votos. “No se vislumbra algo así como ‘una disyuntiva’ en la actuación de la oposición en el Senado. Espero que enfrentemos esa votación del 10% con unidad en nuestro sector”, comentó.
El parlamentario además fue enfático en cuestionar la conducción del Ejecutivo, señalando que “el Gobierno ha sido inoperante en la discusión del 10%”, prueba de ello es que “sus parlamentarios rechazaron su improvisada oferta de Ingreso Familiar de Emergencia Plus o de última hora”, con el que intentó convencer a sus diputados –infructuosamente– ayer en la Cámara.
En un tono similar, el senador PPD Guido Girardi planteó que “la negligencia del Gobierno obliga a tomar decisiones extremas”.
El parlamentario defendió el retiro del 10% de las AFP, asegurando que es una medida de “última frontera” que se debe tomar por la “irresponsabilidad del Gobierno, que recién ahora está tomando medidas que debió implementar en marzo”.
El miembro de la Comisión de Salud del Senado afirmó –en el matinal de Chilevisión que, de haberse aplicado las medidas –de la minuta del 23 de marzo– propuestas por el Consejo Asesor del Minsal, la pandemia habría durado 8 o 10 semanas como ocurrió en los países –Corea, China, Nueva Zelanda– que las implementaron.