El diputado hizo una dura crítica al empresariado por la presión que ha ejercido estos días para evitar que se apruebe en particular el proyecto que permite el retiro extraordinario de fondos de las AFP: «Constituye una afrenta hacia la conciencia de los parlamentarios y una clara intromisión en procesos legislativos que en democracia le corresponde exclusivamente al Congreso resolver”. Para Torres, este tema le ha provocado al Gobierno «un fuerte revés, debido a su franca oposición a este proyecto» y porque «ha asumido esta situación como un elemento clave en su capacidad de gobernar y sostener un modelo”.
Son días tensos, muy tensos en La Moneda y en el Congreso. Las reuniones, conversaciones y declaraciones están a la orden del día en todos los partidos, de oposición y oficialistas, con miras a la votación en particular del polémico proyecto de ley que permite de forma extraordinaria en la pandemia el retiro del 10% de los fondos de la AFP, para enfrentar los efectos económicos que ha generado la crisis sanitaria. La aprobación en la Sala de la idea de legislar, generó un terremoto político a la administración piñerista, pero también instala a la oposición el desafío de mantener la unidad que han mostrado en este tema.
Al respecto, el diputado Víctor Torres (DC), afirmó que el primer impacto de la aprobación de la idea de legislar es que se dio «un paso relevante desde el punto de vista de poder entregar una solución a la ciudadanía que hoy lo está pasando mal y que requiere liquidez para poder enfrentar el endeudamiento que ha ido aumentando producto de esta pandemia». Agregó que en términos políticos este proyecto «permitió unirnos a la oposición detrás de una idea, que obviamente también empieza a sustentar la necesidad de poder avanzar, de poder coordinarse respecto de algunas materias en las que podemos coincidir, y el tema de las pensiones es algo fundamental desde esa perspectiva».
-¿Qué le pareció la carta que publicaron los empresarios ayer en El Mercurio, en la que abogaron por el rechazo del proyecto de retiro de fondos?
-Me parece francamente impresentable la carta firmada por el empresariado chileno, haciendo juicios falaces respecto del proceso legislativo y escondiendo, tras un supuesto interés nacional, la defensa de sus propios intereses particulares. A mi juicio, constituye una afrenta hacia la conciencia de los parlamentarios y una clara intromisión en procesos legislativos que en democracia le corresponde exclusivamente al Congreso resolver, dentro de las atribuciones que la misma Constitución faculta, que es lo que ha ocurrido en este caso. Esto, está lejos de ser la forma correcta en que se debe actuar en medio de un debate parlamentario, más aún de la trascendencia como el que estamos viviendo.
[cita tipo=»destaque»]»Discrepo cuando se plantea que el Senado pueda ser la salvaguarda de la constitucionalidad. Primero, toda vez que hay proyectos que pasan las distintas instancias de admisibilidad que se establece en la Constitución y las leyes. Aquí nadie ha impuesto las cosas en términos dictatoriales, hay un procedimiento y, frente a ese procedimiento, es que se ha actuado en consecuencia. Hay distintas interpretaciones respecto de lo que la Constitución o las leyes permiten y ahí no se puede imponer una verdad respecto de otra, sino que se ejerce la democracia y la mayoría. Dicho esto, con respecto de este proyecto, es absurdo hablar de constitucionalidad cuando es una reforma constitucional, por lo tanto, no es esa la alternativa que el Gobierno puede intentar imponer en el Senado, aquí hay que hablar del proyecto en el fondo y yo espero que los senadores también puedan responder a los requerimientos que hoy en día tiene la ciudadanía con urgencia. La sesión en la Cámara de Diputados debe haber sido una de las más seguidas por la población en años y, obviamente, el interés de la gente y los ojos de la ciudadanía van a estar puestos en el trabajo de los senadores».[/cita]
-El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, dijo que la oposición transgredió el acuerdo constitucional del 15 de noviembre al empujar este proyecto del retiro de fondos. ¿Cómo toma sus palabras?
-Precisamente, los dichos del ministro Briones en nada ayudan a poder facilitar el diálogo con el Gobierno. Cada vez que ello ocurre, el Ejecutivo termina coartando cualquier iniciativa. Recordemos que los acuerdos se sustentan en mínimos en los que somos capaces de concordar determinadas materias y es una interpretación abusiva intentar usarlos para aplacar nuestra iniciativa en aquellos puntos donde persisten las diferencias.
-El Ejecutivo ha llevado a cabo un fuerte despliegue previo a la votación en particular del proyecto, ¿qué se juega el Gobierno en aquella instancia?
-Claramente el Ejecutivo ha sufrido un fuerte revés debido a su franca oposición a este proyecto y ha asumido esta situación como un elemento clave en su capacidad de gobernar y sostener un modelo. Vimos toda la semana pasada intentos vigorosos, pero infructuosos, de muchas autoridades de Gobierno que intentaron revertir el resultado. Yo espero que los parlamentarios que ya apoyaron esta iniciativa, mantengan su votación en el proceso que viene y no se sometan a presiones que afecten su voluntad y conciencia, en el ejercicio de su función de representantes de la ciudadanía.
-¿Qué lecciones puede sacar la oposición respecto de lo ahí ocurrido con este proyecto?
-La primera lección es que cuando la oposición es capaz de ponerse de acuerdo en torno a una materia que es relevante para la ciudadanía, es claro que se puede ejercer una mayoría que es importante, precisamente para poder conseguir esos objetivos. Desde esa perspectiva, poder también entender que, si sentamos bases sólidas en torno a proyectos de esta envergadura, se le puede poder plantear al país una alternativa con miras a lo que puede significar los procesos electorales que vienen.
-Ha habido otros episodios donde errores o problemas del Gobierno han unido transitoriamente a la oposición, pero eso no ha sido sustento necesario para un trabajo conjunto real…
-Eso es efectivo, han existido varios hitos que han permitido mostrar la fuerza que tiene la oposición en el momento que logra unirse detrás de una idea determinada. La diferencia respecto de otras acciones anteriores, a mi juicio, es que este es un tema sustantivo, no es lateral, es central, en lo que pudiera ser un eje en torno al cual uno pudiera construir algo más. Pero sin lugar a dudas no es suficiente, puede marcar una buena plataforma, pero se requieren ejercicios mucho más constantes y también más contundentes en torno a la capacidad de coordinación política que debiera tener la oposición.
-En ese sentido, ¿el problema de coordinación de la oposición tiene que ver con un tema de identidad o de liderazgos?
-Hay una mezcla de ambas, hay un vacío de liderazgos que se ha ido generando en la oposición desde algún tiempo y que hay que intentar suplir de alguna manera. Pero, por otro lado, existen también las legítimas aspiraciones de identidad de los distintos partidos de oposición, porque esta oposición tiene como característica una diversidad importante, hay influencias doctrinarias que son diferentes unas de otras, pero que cuando uno observa ejercicios como los que existieron anteriormente –me refiero a la Concertación y a la Nueva Mayoría– se logran superar en el momento que somos capaces de tener una coordinación política y, obviamente, ponernos de acuerdo en aquellos puntos en que, más que diferencias, tenemos visiones comunes. Frente a eso, es la única alternativa que puede existir, respetando las identidades, pero proyectando una coalición de mayoría o, por lo menos, un conglomerado que aspira a poder liderar procesos en el país.
-¿Cuánto afecta para proyectarse como eventual coalición gobernante el vacío y debilidad de los liderazgos internos en la oposición?
-Es un factor relevante, porque si existiera la voluntad de poder generar un conglomerado que aspire a liderar propuestas para el país, esto tiene que estar encarnado también en liderazgos que nos permitan poder llevarlos adelante. Pero bueno, es una situación que a mi juicio todavía hay tiempo para que se genere. En la medida que primero vamos resolviendo las situaciones que son anteriores, más básicas, que tienen que ver con la voluntad o no de poder proyectar algo, de poder construir algunas alternativas y de poder demostrar al país que es posible hacerlo, y desde ahí, eventualmente, podría proyectarse algún liderazgo, pero son situaciones que hay que esperar a ver cómo se van decantando.
-¿Cuál es el papel real que juegan los presidentes de partido? Porque se pueden leer sus múltiples declaraciones y después las bancadas en el Congreso hacen y votan cosas distintas…
-Lo que pasa es que en Chile no existen órdenes de partido, por lo tanto, siempre se genera una dificultad cuando no existe un buen flujo informativo de coordinación entre las bancadas y los partidos políticos, no es algo nuevo. A mi juicio, son relevantes los partidos y son relevantes los presidentes y las estructuras partidarias, soy militante de un partido. Ahí pasa porque pueda existir una coordinación más eficiente, para que aquellas materias que puedan ser negociadas, tengan un asidero en conciencia hacia abajo, hacia quienes conformamos las distintas bancadas parlamentarias.
-Volviendo al tema del retiro de fondos, desde el Gobierno ven en el Senado la «salvaguarda» de la constitucionalidad, como lo señalan, ¿cómo ve el escenario en el Senado?
-Discrepo cuando se plantea que el Senado pueda ser la salvaguarda de la constitucionalidad. Primero, toda vez que hay proyectos que pasan las distintas instancias de admisibilidad que se establece en la Constitución y las leyes. Aquí nadie ha impuesto las cosas en términos dictatoriales, hay un procedimiento y, frente a ese procedimiento, es que se ha actuado en consecuencia. Hay distintas interpretaciones respecto de lo que la Constitución o las leyes permiten y ahí no se puede imponer una verdad respecto de otra, sino que se ejerce la democracia y la mayoría. Dicho esto, con respecto de este proyecto, es absurdo hablar de constitucionalidad cuando es una reforma constitucional, por lo tanto, no es esa la alternativa que el Gobierno puede intentar imponer en el Senado, aquí hay que hablar del proyecto en el fondo y yo espero que los senadores también puedan responder a los requerimientos que hoy en día tiene la ciudadanía con urgencia. La sesión en la Cámara de Diputados debe haber sido una de las más seguidas por la población en años y, obviamente, el interés de la gente y los ojos de la ciudadanía van a estar puestos en el trabajo de los senadores.
-¿Está de acuerdo con la reflexión del senador Felipe Harboe (PPD), sobre que la base para una futura oposición debiese ser la socialdemocracia, apostando a un trabajo conjunto desde Soledad Alvear hasta Gabriel Boric? ¿Lo ve plausible?
-Siempre he estado dispuesto a que existan conglomerados mayoritarios que respeten la diversidades y que nos permitan poder actuar en pos de poder establecer procesos que vayan en beneficio de la ciudadanía. Si ahí confluyen distintas vertientes de pensamiento, enhorabuena, yo soy de aquellos que celebran la heterogeneidad política que pueda existir en un conglomerado en que sean capaces de ponerse de acuerdo para objetivos superiores. Yo no tengo ninguna problema, si es que efectivamente eso se traduce en una mayoría, no solo por construir una mayoría, sino que constituya realmente un espacio en que en el mundo de las ideas nos permita ponernos de acuerdo y, a partir de ahí, instalarse como una plataforma importante para poder ofrecerle a Chile los cambios que necesita.
-¿Pero lo ve factible?
-La realidad es la que nos va a indicar si eso es factible. Uno puede especular muchas cosas, pero no soy de los que antes excluye a nadie. Si hay voluntad de que eso ocurra y si eso es bueno para poder construir lo que se ha planteado como objetivo, no veo la dificultad.
-¿Y qué le parece el grupo denominado «Pliegue Popular», que considera desde el Partido Comunista hasta parte del FA, que no tienen disposición de trabajar con la ex Concertación?
-Aquí hay una legítima aspiración de los distintos partidos políticos para poder proyectar su propia identidad y de los sectores políticos de aglutinarse en torno a lo que quisieran plantearle al país. Yo insisto en que uno siempre debe intentar hacer el máximo esfuerzo para, ojalá, poder construir espacios mayoritarios que nos permitan ofrecer a Chile una capacidad de gobernabilidad en torno a ideas que son distintas a las que hoy están imperando en este Gobierno.