El proyecto de retiro del 10 por ciento avanza sin problemas en el Congreso. La contundente votación de ayer miércoles en el Senado, por 29 votos a favor, es una derrota que, aunque estaba asumida en La Moneda, dejó de manos atadas al Presidente Sebastián Piñera y a su debilitado Comité Político. Tras una inesperada jugada del presidente de RN, Mario Desbordes, el Gobierno se ve en un nuevo aprieto ante la inminente fuga de votos de la bancada de Chile Vamos que podría llevar a que el proyecto obtenga ⅔ de los votos en la Cámara. En la última votación en la Cámara de Diputados el proyecto obtuvo 95 votos a favor y 22 abstenciones que fueron de parlamentarios de Chile Vamos, si ocho de esas abstenciones pasan a ser apruebo, todas las posibilidades gubernamentales para acudir al Tribunal Constitucional o poner un veto presidencial, quedan relegadas al fracaso. Evitarlo es una difícil tarea para un Comité Político que camina en la cuerda floja y entre rumores de un próximo cambio de gabinete.
Este miércoles el proyecto de retiro del 10% de los fondos de las AFP fue aprobado por 29 votos en el Senado, concretando el peor panorama que podría enfrentar el Gobierno de Sebastián Piñera. A pesar de que la derrota sufrida en el Senado era esperada, dejó un sabor amargo en el núcleo del piñerismo, ya que una jugada de última hora del timonel de RN, Mario Desbordes, puso en jaque todos los planes de salvataje que en La Moneda tenían bajo la manga.
Este panorama deja sin margen al Presidente Piñera y aumenta la presión sobre un debilitado Comité Político que debe mantener viva la opción del veto presidencial y del Tribunal Constitucional (TC), para así evitar que los 22 diputados oficialistas que se abstuvieron en la última votación en la Cámara voten a favor del controvertido proyecto este jueves. Una tarea que, tras los últimos fracasos de los ministros Gonzalo Blumel, Ignacio Briones y Claudio Alvarado, parece estar cuesta arriba.
En el Gobierno sabían que la jornada de este miércoles sería dura, las cortinas de La Moneda se bajaron temprano, cuando aún no se votaba el proyecto en general en el Senado. “No había nada que valiera la pena esperar”, consignaron desde Palacio. El Presidente se fue a su casa poco después de que el ministro Gonzalo Blumel partiera a Valparaíso y la vocera, Karla Rubilar, también se retiró temprano a su hogar.
Los ministros Alvarado, Briones y Blumel tuvieron la misión de llevar el discurso gubernamental al debate en el Senado, esta vez no hubo lobby para dar vuelta los votos oficialistas que iban a aprobar, solo se dedicaron a negociar el compromiso de parlamentarios para recurrir al Tribunal Constitucional. Al interior de Chile Vamos destacan que los ministros no tenían margen para nada más, producto de la debilitada posición en la que quedaron tras el fracaso en la Cámara de Diputados. Además, durante esta semana se intensificaron los rumores de un posible cambio de gabinete, que remecería el corazón del Comité Político.
El único ministro que estuvo durante toda la votación en la Cámara Alta fue el jefe de la Segpres, Claudio Alvarado, quien mantuvo un buen tono de conversación con los senadores oficialistas y de oposición, previo al inicio de la sesión. La línea era dejar testimonio de que el proyecto de retiro del 10% no era la mejor forma para afrontar la crisis y que el Plan de la Clase Media podía ser fortalecido durante la tramitación.
Alvarado, en un tono mucho más conciliador del que se usó en la Cámara de Diputados, destacó la legitimidad de tener diferencias y la “alta intensidad del debate”. “Sin duda, esta es una política popular, pero eso no la habilita para ser una buena y adecuada política pública”, sostuvo el ministro, quien agregó que “nos hubiese gustado que el debate hubiese sido mucho más profundo”.
Pese al tono amable, que el jefe de la Segpres sabe utilizar en el Senado, la intervención de Briones mantuvo el carácter escrutador. El jefe de Hacienda destacó el informe formulado por la Dirección de Presupuesto (Dipres) respecto al gasto que implicaría el proyecto del 10 por ciento. “Son US$6 mil millones a cargo fiscal, la mitad cargo fiscal que va al Pilar Solidario, además no aplica a pensionados por renta vitalicia y estamos hablando de US$1.060 millones de pérdida por el no pago de impuestos, eso resulta inentendible”. “Uno se pregunta dónde quedan las convicciones”, remató el ministro.
Pero en el Gobierno sabían que durante este miércoles no se podía hacer mucho, a pesar de que la votación era en el Senado, un territorio mucho más amable para el Ejecutivo. Señalan que al interior de Chile Vamos germinó una especie de resistencia a los ministros y a la figura del Presidente, lo que llevó a que la votación de este miércoles tuviera un “abierto tono de reproche” a las políticas impulsadas por La Moneda en medio de la pandemia, por lo que la mayoría de los emplazamientos fueron dirigidos a la figura del Presidente Piñera.
El senador de RN, Manuel José Ossandón, destacó en su intervención que “si el Estado llega mal y tarde, la culpa no es de este voto”, mientras que el senador Iván Moreira (UDI) reveló que “hemos sido tratados como indeseables”. “Pido humildemente al Presidente Piñera, al amigo que conozco hace 25 años, le pido no vete este proyecto, no vaya al TC, este sería el peor error político, será un golpe bajo a los que sufren”. Por otra parte, el senador Francisco Chahuán fue el único que se abstuvo en la votación. “Fue mi forma de protestar frente a la renuncia del Gobierno como colegislador (…). Creemos que claramente no hubo oportunidad para el diálogo y, en ese sentido, faltó conducción política”, indicó.
Desde la oposición también advirtieron que el Ejecutivo se quedó estupefacto viendo cómo avanzaba el proyecto, sin dar conducción ni liderazgo. “El Gobierno tiene que tomar una decisión después de esta votación: se va a involucrar o no en la marcha de este proyecto que es fundamental. Ha sido un Gobierno de brazos caídos en este proyecto. ¿Qué va a hacer, va a vetar, va a ir al Tribunal Constitucional o nos va a invitar a la promulgación?”, planteó el senador Ricardo Lagos Weber.
La derrota caló tan profundo en Palacio, que nunca se zanjó la estrategia en caso de que el proyecto del 10 por ciento pasara a tercer trámite en la Cámara de Diputados. Hasta el martes en la noche, el veto presidencial estaba totalmente descartado. Luego de un largo análisis y consultas con el oficialismo, con números en mano y calibrando cómo esta medida podría rebotar en una ciudadanía crispada, en La Moneda habrían optado por desechar esa opción.
En el oficialismo resaltan que el riesgo de perder las votaciones y además el veto en el Congreso es un “trauma que no están dispuestos a revivir” en La Moneda, además que, en este caso, los costos de ir en contra del retiro del 10 por ciento los pagaría nuevamente un equipo político que está en tela de juicio y que pende de un hilo el salir trasquilado. Además, los votos para aprobar el veto presidencial son una prueba “casi imposible de lograr”, apunta un parlamentario oficialista, pues en el Senado, con los 29 votos a favor, ya se cumplen los ⅔ necesarios para rechazar el veto del Presidente.
La posibilidad de recurrir al Tribunal Constitucional por el quórum de los ⅗ establecidos en ambas cámaras, aún está en veremos. El Ejecutivo sabe que tiene la oportunidad de lograr los 6 votos que requiere en el TC liderado por María Luisa Brahm y ha sido presionado desde todos los frentes contrarios al proyecto, pero hay varios “cabos sueltos” que no logran convencer al Presidente Sebastián Piñera. Los parlamentarios lo han emplazado a actuar con convicción y claridad política para que deje establecido lo que entiende por un proceso inconstitucional y desde el mundo empresarial ha habido más de un telefonazo, pidiendo que se agoten todas las instancias antes de promulgar el proyecto.
Por otra parte, no hay seguridad de cómo sería recibida por la ciudadanía una acción ante el TC, junto con el impacto de que la discusión se alargue otra vez y exponerse a nueva derrota. En este aspecto la atención está centrada en las bancadas de Chile Vamos.
La presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, puntualizó que “lo más probable es que vamos a recurrir al TC para que ratifique si el camino es o no el correcto”, mientras que el senador Andrés Allamand (RN) anunció la reserva de constitucionalidad al proyecto y en la bancada alternativa de diputados de Renovación Nacional habría consenso en hacer lo mismo en la votación de este jueves en la Cámara. Ya en horas de la noche la timonel del gremialismo anunció que se tenían las firmas para acudir al Tribunal Constitucional.
El problema es que varios diputados de Chile Vamos, que se abstuvieron en la última votación en particular del proyecto del 10 por ciento, como Celso Morales (UDI) y Joaquín Lavín León (UDI), podrían votar a favor de la norma en el tercer trámite del proyecto. Además, el diputado y presidente de RN, Mario Desbordes, sostuvo a La Tercera que si este miércoles el proyecto ingresa a la Cámara sin el Fondo Solidario, “vamos a ser varios los diputados de RN, que nos abstuvimos la semana pasada, los que vamos a aprobar”. Palabras que fueron vistas como una respuesta a los cuestionamientos que ha esbozado el senador Andrés Allamand. El Fondo Solidario es una de las indicaciones que podría ser objeto de reserva de constitucionalidad, ya que involucraría recursos del Estado, materia que es potestad del Ejecutivo.
El aumento de la votación a favor del proyecto de retiro del 10 por ciento podría acabar con la posibilidad de los parlamentarios oficialistas de acudir al Tribunal Constitucional argumentando el quórum de ⅗, ya que si el proyecto logra ⅔ del respaldo en la Cámara de Diputados, equivalentes a 103 votos, el argumento del quórum no sería aplicable para recurrir a dicha instancia, pues el proyecto contaría con el quórum requerido en ambas cámaras. Cabe recordar que en la última votación en la Cámara de Diputados el proyecto obtuvo 95 votos a favor y 22 abstenciones que fueron de parlamentarios de Chile Vamos, si 8 de esas abstenciones pasan a ser apruebo, todas las posibilidades del Gobierno para acudir al TC o poner un veto presidencial, quedan relegadas al fracaso.
«Es constitucionalmente relevante, si es que los 2/3 que veo van a darse en el Senado, se reprodujeran en la Cámara. Eso haría, a mi juicio, constitucionalmente inviable el concurrir al TC. En el fondo y sin tener la exigencia de los 2/3, en el hecho, habrían votado 2/3, y la única opción plausible para recurrir es un asunto de quórum», explicó el abogado Javier Couso en La Semana Política de El Mostrador.
Las palabras del timonel de RN tuvieron eco en el Senado y varios senadores de oposición, de la ex Concertación, optaron por rechazar o abstenerse en la votación de la indicación que reponía el Fondo Solidario, debido a que consideraban que la discusión de dicho fondo debía darse en el proyecto de Reforma al Sistema de Pensiones. Cabe recordar que la iniciativa surgió desde las bancadas de la Federación Regionalista Verde Social, el Partido Comunista y el Frente Amplio y fue repuesta en el Senado por el senador Juan Ignacio Latorre (RD).
Quien debe asumir la tarea de bloquear la jugada del diputado Mario Desbordes es un Comité Político cuestionado en todos sus frentes y desgastado, sumado a un Presidente que no quiere asumir la posición en la que se encuentra, según las huestes de sus propias filas. Ya el día lunes, en La Moneda señalaban no tener dudas de que ya se había hecho todo lo posible y se daba por perdida esta pasada, lo que deja una mancillada figura presidencial, que luego de un osado intento por presentarse ante la ciudadanía como la única persona capaz de cambiar el destino del proyecto, terminó totalmente expuesto y derrotado.
Durante esta semana fue comentario el hecho de que el Mandatario nuevamente volvió a caer en la tentación de salir a apagar el fuego solo, quitándoles el piso a sus ministros y sobreexponiendo su rol. Un rol que –en medio de los cuestionamientos a la capacidad de su comité político y, por sobre todo, del ministro del Interior Gonzalo Blumel– fue mal evaluado. El que haya decidido dejarlos fuera de escena, sin muñeca para negociar en la Cámara de Diputados, dio piso a los cuestionamientos provenientes principalmente desde el propio oficialismo. Para personeros de Gobierno, esto da cuenta de lo descolocada que se encuentra la estructura política de Palacio.
Por otra parte, que la figura del timonel de RN, Mario Desbordes, tenga nuevamente al equipo de La Moneda en aprietos es una noticia que no tiene contento al Comité Político. A pesar de que en la crisis por la revuelta de octubre el ministro Blumel logró hacer una buena dupla con el diputado de RN, en esta pasada Desbordes se ha convertido en el dolor de cabeza para el titular de Interior. Muchos centran en él las responsabilidad de que el proyecto de retiro del 10 por ciento “haya agarrado vuelo” y que ahora esté a punto de ser ley.
La suma del alcalde Joaquín Lavín, la principal figura presidenciable de la derecha, al grupo de dirigentes críticos de las políticas de Gobierno y pro retiro de las AFP, ha hecho que se amplíen los dardos hacia el Comité Político, justo cuando los rumores de un próximo cambio de gabinete se intensifican en Palacio, previo a la cuenta pública del 31 de julio, ya que el espaldarazo que le dio el Presidente Piñera la semana pasada, tras la votación en particular del proyecto en la Cámara de Diputados, “no es suficiente”, resaltan desde el oficialismo.
Durante la última semana son varios los nombres que han rondado entre los chats oficialistas. A pesar de que el nombre de la alcaldesa Evelyn Matthei es recurrente, fuentes de Gobierno señalan que primero se optaría por una figura del propio gabinete para reemplazar al que parece ser el “eslabón más débil”, el ministro Gonzalo Blumel. Si se consolida el cambio, la idea es dar una visión de gobernabilidad interna. Es por eso que se sondearon los nombres del ministro Alberto Espina y el canciller Teodoro Ribera, quien contaría con un respaldo más transversal que su par RN. Por otra parte, otra figura que ha surgido es la del senador Juan Antonio Coloma (UDI), todos nombres con “más experiencia”, resaltan desde Chile Vamos.
Cristián Leporati, especialista en comunicación política y académico de la UDP, destaca que se “necesita un gabinete que sea creíble y de alguna forma también que sea capaz de tener el liderazgo y credibilidad que el Presidente no tiene”. Agrega que el Comité Político “no se nota proactivo, se siente que depende de alguien o de varios , y que no tiene mucha autonomía y que no va rápido, no tiene timing preciso, ni con lo político ni con social, ni tampoco con la coalición. Eso atenta contra su credibilidad porque los golpean de todos lados. El peso de los asesores de Gobierno, como también del Presidente, siguen haciendo daño a este comité político”.
Claudio Arqueros, director de Formación de la Fundación Jaime Guzmán, asegura que “el comité político claramente requiere de un cambio que gire hacia la trayectoria, los meses han sido intensos y la crisis no ha dado tregua. El país requiere con urgencia orden y el Gobierno necesita sostener la institucionalidad. Frente al asomo populista y al temor de otros, el Presidente debería dar una señal clara y de autoridad, tanto a la derecha que lo apoya como a la ciudadanía que padece la irresponsabilidad política”.