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La orfandad política de RN PAÍS

La orfandad política de RN

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El Presidente Sebastián Piñera no solo sacó a Mario Desbordes del juego, sino que también a su principal contrincante político en la interna, el senador Andrés Allamand. Una jugada maestra del Mandatario, según han señalado en el Gobierno, porque logró neutralizar a los dos liderazgos más potentes de Renovación Nacional y desactivó la tensión interna que imperaba en el partido. Esas son las cuentas alegres de La Moneda, porque al interior de RN afirmaron que la colectividad quedó sumida en un vacío de liderazgo y conducción política importante, ad portas del plebiscito de octubre y la ronda de diferentes elecciones –municipales, constituyentes, primarias, gobernadores, parlamentarias y presidencial– que se vienen para el próximo año y medio. Por lo mismo, en la tienda aseguraron que el Jefe de Estado le propinó a su propio partido un nocaut político.


Sin duda fue uno de los efectos colaterales más relevantes del último cambio de gabinete, ya que no fueron pocos a los que en Renovación Nacional (RN) les costó asumir la decisión y, sobre todo, entenderla. Con el correr de las horas, ya asentado el polvo y superado el «shock» inicial, la explicación que más se escuchó ayer en el partido fue que Mario Desbordes “recibió una oferta que no pudo rechazar”, que por eso el hoy extimonel tomó la determinación de dejar de lado su perfil de líder de una derecha social con el que tenía en carpeta no solo apostar por la reelección al mando de RN, sino además mantener su carrera parlamentaria y competir, incluso, por un escaño en el Senado.

Hoy ya nadie tiene dudas en el partido que la llegada de Desbordes al Ministerio de Defensa no solo da por terminado un ciclo virtuoso que protagonizó el extimonel, sino que también se instaló internamente el hecho DE que no tuvo opciones y que el ofrecimiento del Presidente Sebastián Piñera de ingresar al gabinete lo dejó en jaque: haberlo rechazado lo dejaba en serio riesgo de quedar tildado como el factor conflictivo de Chile Vamos, el personaje que no ayudó a la coalición ni a su Gobierno a superar sus problemas internos y que privilegió su agenda personal por sobre el bien superior del conglomerado.

En ese punto fue claro el analista político Tomás Duval, en ‘La Semana Política’ de El Mostrador, quien dijo que Desbordes «es un hombre de responsabilidad frente al país, a la coalición, que entiende que aquí está en juego no solo su futuro político, sino que la coalición y él es un hombre de la coalición, de esa manera se inserta en un ministerio en que va a quedar encapsulado». Duval agregó que, con la salida del ahora extimonel de la primera línea, «la centroderecha pierde un elemento muy esencial en este proceso político que se viene. No veo ni aprecio un liderazgo similar para avanzar en esas posiciones. Chile Vamos deja un espacio muy abierto”.

El Presidente Piñera no solo sacó a Desbordes del juego, sino que también a su principal contrincante político en la interna: el senador Andrés Allamand. Una jugada maestra del Mandatario, según han señalado en el Gobierno, porque con ello logró neutralizar a los dos liderazgos más potentes de Renovación Nacional y desactivó la tensión interna que imperaba en el partido. Esas son las cuentas alegres de La Moneda, porque al interior de RN afirmaron que la tienda quedó sumida en un vacío de liderazgo importante ad portas del plebiscito de octubre y la ronda de diferentes elecciones –municipales, constituyentes, primarias, gobernadores, parlamentarias y presidencial– que se vienen para el próximo año y medio y que, por lo mismo, el Jefe de Estado le propinó a su propio partido un nocaut político, mientras que la UDI quedó no solo intacta, sino además fortalecida.

[cita tipo=»destaque»]Ya abierta la baraja, el carrusel de nombres comenzó a dar vueltas ayer en RN. El senador Francisco Chahuán se propuso para competir en la interna, se habló de la vicepresidenta y diputada Paulina Núñez, como también de su par Gonzalo Fuenzalida. Pero en el seno de Renovación Nacional insistieron en que ninguno tendría, por ahora, la capacidad de movilización y liderazgo de Desbordes y Allamand. Si bien el exsenador siempre ha figurado en la parte inferior de las diferentes encuestas, a diferencia del extimonel, que en los últimos nueve meses registró un ascenso sostenido, ambos tienen un peso específico y representan las dos almas de la colectividad, lo que los instaló como referentes políticos y comunicacionales en el amplio abanico de temas de la agenda pública.[/cita]

Sin Desbordes ni Allamand empujando a RN, movilizando las bases y sobre todo marcando la pauta del debate político de la derecha, hoy ambos sectores se encuentran en fase de rearticulación para intentar enfrentar de la mejor manera posible el intenso año y medio que tienen en el horizonte, el que requiere –coincidieron en ambos bandos– de personeros que estén a la altura de una conducción ultraexigente y que, como primer punto en la tabla, tiene el sortear el plebiscito de octubre en medio de una fuerte disputa ideológica interna, junto con la negociación de candidatos para las elecciones municipales con sus pares de la UDI, Evópoli y el PRI.

Un panorama complicado, pero que a la vez hace que ninguno de los dos sectores quiera bajar los brazos y perder la chance de liderar, con su impronta, el partido. Si bien aún no hay claridad sobre cómo se va resolver el futuro inmediato de conducción de RN, afirmaron internamente que se hace difícil pensar en una mesa de unidad.

El analista de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, explicó que Renovación Nacional «se quedó sin un candidato presidencial con opciones de ser competitivo. Eso está claro. A no ser que Desbordes tenga el mismo éxito que Bachelet en Defensa, lo cierto es que RN pierde mucho con su salida. Sin embargo, esto también permite que emerjan y luzcan nuevos liderazgos. En el corto plazo, es difícil que alguno de ellos pueda asimilarse a la popularidad que alcanzó Desbordes dentro de su partido y, cuando un líder de estas características desaparece, entonces la lucha interna puede ser aún más fratricida”.

Ya abierta la baraja, el carrusel de nombres comenzó a dar vueltas ayer en RN. El senador Francisco Chahuán se propuso para competir en la interna, se habló de la vicepresidenta y diputada Paulina Núñez, como también de su par Gonzalo Fuenzalida. Pero en el seno de Renovación Nacional insistieron en que ninguno tendría, por ahora, la capacidad de movilización y liderazgo de Desbordes y Allamand. Si bien el exsenador siempre ha figurado en la parte inferior de las diferentes encuestas, a diferencia del extimonel, que en los últimos nueve meses registró un ascenso sostenido, ambos tienen un peso específico y representan las dos almas de la colectividad, lo que los instaló como referentes políticos y comunicacionales en el amplio abanico de temas de la agenda pública.

Al interior de RN, algunos afirmaron que la diputada Nuñez siempre ha sido vista como la «heredera natural» de Desbordes, pero que «aún no es tiempo», ya que a pesar de cumplir un papel importante en tramitaciones relevantes como la Ley de Cuotas, el Posnatal de Emergencia y el retiro del 10%, aún no lograría ascender al nivel de los «pesos pesados» del partido. En ese sentido, en la colectividad explicaron que un gran temor es que Núñez no pueda hacerle frente a la «caballería» de Jacqueline Van Rysselberghe  y el poder de la UDI en el Gobierno, porque al poner a su esposo, Cristián Monckeberg, como ministro de la Segpres y, por lo tanto, como encargado de llevar las negociaciones políticas del Gobierno con el Congreso, fue neutralizada en el papel político que pueda cumplir.

Una fórmula para sortear este escollo –agregaron– sería que el diputado Fuenzalida, perteneciente al sector más liberal y alineado con el «desbordismo», haga dupla con Núñez para postular a llevar las riendas de RN, una chance que consideran sería una “carrera ganada”.

En el sector del Rechazo para el próximo plebiscito han optado por tomarse las cosas con calma, no apurar nada y que opere con tranquilidad la orgánica interna para definir un liderazgo que los represente a todos en el partido o, como ellos llaman, «el principal sentir» al interior de RN. En esta vereda debería estar como carta el senador Chahuán, quien cumple el requisito de estar a favor del Rechazo y, aunque no es considerado un antidesbordista, sí cuestionó el manejo del extimonel: “Lo que hay que trabajar es cómo podemos articular procesos de toma de decisiones que en definitiva nos permiten ordenar el partido. Lo peor que puede ocurrir es que en definitiva, los liderazgos, particularmente la mesa del partido, tome decisiones sin consulta permanente a las bancadas de diputados y senadores, e institucionalizar ese mecanismo es la clave para mantener ese vigor que da la unidad interna en la diversidad”.

En los cálculos y análisis internos de RN siempre ronda el nombre del senador Manuel José Ossandón, un expresidenciable que posee un liderazgo fuerte y que es punta de lanza de la llamada derecha social, pero cuyo problema sería que hasta el momento no tendría mayores intenciones de meterse a disputar la interna del partido.

El futuro inmediato

La misma noche del martes, se designó como timonel interino de RN al primer vicepresidente, Rafael Prohens, quien si bien es senador no cuenta con mayor injerencia ni peso político en la maquinaria interna de la colectividad. El parlamentario está alineado con la opción del Rechazo, es cercano al ministro Baldo Prokurica y, según contaron en la colectividad, no estaba muy convencido de adquirir un rol activo de dirigente partidista, pero “un par de llamadas” desde su sector lo habrían hecho cambiar de parecer.

Por ahora no hay claridad respecto a cuánto durará la gestión interina de Prohens, porque la comisión política de RN debe decidir convocar al Consejo General, la instancia resolutiva máxima de la tienda. Dicho Consejo tiene la facultad de establecer que el actual timonel interino se mantenga hasta las elecciones internas de noviembre, como también puede elegir un nombre de consenso y aplazar incluso los comicios.

En el ala más conservadora de Renovación Nacional no son pocos los que ven en Prohens una persona que podría transformarse en un factor de paz interna, ya que su poca injerencia política ayudaría a darle cierta neutralidad a la conducción del partido en estos meses previos al plebiscito. Un elemento no menor, considerando que RN es la única colectividad de la derecha que tiene dos listas, un sector por el Apruebo a una nueva Constitución y otro por el Rechazo.

Otros, en cambio, creen que el Consejo General debiera llamar a elecciones lo antes posible para evitar que la “máquina de moler carne” se active y juegue en desmedro del propio partido. En este caso, la apuesta es que se vote por un nuevo presidente bajo la condición de aplazar las internas hasta el fin del Gobierno de Piñera, de manera de evitar un desorden mayor y la competencia interna en medio de los procesos políticos y electorales que debe enfrentar la colectividad en el corto y mediano plazo.

Para el diputado RN Luis Pardo –vocero de la opción Rechazo– el tema de la conducción de la tienda tiene que resolverse institucionalmente: «Espero que se resuelva dentro de los mecanismos que tiene el partido, sin apuros. Es el momento del proyecto común y no de los proyectos personales. Creo que hoy lo que corresponde es que se apliquen los estatutos de nombrar el presidente que va a asumir y habrá que ver una lista que asuma los desafíos de esta etapa, hay un proceso constituyente, una gran crisis económica y, por lo tanto, tenemos que tener posiciones claras como partido”.

En la vereda del frente, el diputado de la misma colectividad, Francisco Eguiguren –cercano a Desbordes– recalcó que esta es la hora de la derecha de avanzar para «ser más comprometida socialmente, pero fundamentalmente no tenerle miedo a la gente, a oír a la ciudadanía y RN tiene el desafío de atreverse a interpretarla (…). Debemos estar dispuestos a apretar callos de la derecha tradicional, que muchas veces quisieran tener el statu quo, pero Chile no logrará la unidad si mantenemos los statu quo, la derecha tiene el desafío histórico de modernizarse”.

La división socialcristiana

Cuando los alineados con el Rechazo insisten en que hay una mayoría en las bases de RN que no quiere terminar con la actual Constitución, muchos en el partido ven con recelo esa afirmación.

Lo real es que, tras la jugada de Desbordes para empujar el acuerdo constitucional del 15 de noviembre, se produjo una reestructuración al interior de Renovación Nacional. Si el partido contaba con una distinción de lotes casi ideológica y religiosa entre los liberales, socialcristianos, evangélicos, conservadores y la “derecha social”, con la discusión constitucional y la coyuntura de la pandemia, el clivaje interno se habría trasladado a un cariz de diferenciación por clase.

Aunque es tabú hablar de pobres y ricos en RN, entre los integrantes de las bancadas parlamentarias destacaron que “hay una élite que se cuadró con el Rechazo a la nueva Constitución y con el rechazo al 10% del retiro de fondos», que es la misma que hoy –advirtieron– quiere «recuperar el partido”. También explicaron que hay un grupo de representantes de la clase media, los que estarían optando por el “pragmatismo”, lo que implica apostar “por una derecha más social y en sintonía con la gente común y corriente”.

Por otra parte, miembros de la colectividad que antes eran identificados con esta derecha social o con el senador Ossandón, se habrían apuntado con el Rechazo, como también lo hicieron grupos nuevos dentro del partido, como es el caso diputado Diego Schalper, quien se habría alejado de su núcleo en el think tank Idea País, el que ayudó a crear y que representa a una derecha más social.

El rol de Schalper no ha sido bien visto. Al interior de RN se sabe de su cercanía con Allamand. El conflicto con el diputado Andrés Celis no pasó inadvertido en el partido, como tampoco el «salvataje» que le lanzó el Tribunal Supremo, el que se entendió como la existencia de una “evidente mano del Gobierno”, que buscó “más que cuidarle la espalda a Schalper, mandar un mensaje a la interna”.

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