El subdirector de la Fundación Ciencia y Vida, e investigador del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la U. de Valparaíso, desde marzo de este año que semanalmente evacua una informe sobre el comportamiento de la pandemia para uso de las autoridades y la población civil. En mayo, el resultado de sus estudios lo llevó a afirmar que entre fines de dicho mes y junio, enfrentaríamos lo peor de la pandemia y que el colapso de los sistemas de salud era inevitable. Dio justo en el clavo, aunque tal franqueza le valió reproches de la autoridad que, por entonces, confiaba en la inmunidad de rebaño y en que el virus se volvería bueno. Luego, los números le revelaron que las cuarentenas selectivas eran un error y que el virus se desplazaría a otros lugares. Dicho y hecho. Hoy, mientras un gran número de comunas de la RM comenzaron sus procesos de desconfinamiento y la situación en varias regiones del país empeora, una pregunta resulta ineludible: ¿qué tan bien o tan mal estamos? «La situación es preocupante. Es cierto que la RM ha tenido una contracción muy importante respecto de junio, pero la enfermedad en el país sigue creciendo, tenemos una pandemia desincronizada. No funcionaron las cuarentenas selectivas y tampoco van a funcionar los desconfinamientos selectivos», señala. Si se siguen liberando comunas –enfatiza Pérez-Acle– sin que la estrategia de la trazabilidad se aplique correctamente, es probable, y así lo indican los números, que en primavera y verano «estemos con un crecimiento de la pandemia parecido al que se tuvo el invierno».