Hernán Tuane Escaff fue profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad de Chile y jefe del Departamento Criminológico de la PDI, participó en un peritaje clave en las diligencias por el crimen del menor Rodrigo Anfruns, pero sus colegas lo recuerdan sobre todo por su rol tras la «Campaña de penetración psicológica masiva» con la que el régimen sembró el miedo en el país desde 1973.
El directorio nacional del Colegio de Psicólogos anunció que pedirá a la Comisión de Ética del organismo la expulsión del gremio de Hernán Tuane Escaff, “como partícipe en graves violaciones a los Derechos Humanos”, durante la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet.
“Para quienes hemos optado por la profesión de psicóloga/o/e, y la abrazamos con el propósito de servir a otros, nos inunda un profundo pesar que algunas personas la hayan instrumentalizado para dañar a otros, abrazando una ideología cuya esencia es violar los Derechos Humanos”, señala la declaración firmada por la plana mayor del gremio, tras recibir un informe de la Comisión de Derechos Humanos de la organización.
Tuane Escaff fue profesor de “Técnicas psicológicas de tratamiento” de la Escuela de Psicología de la Universidad de Chile y jefe del Departamento Criminológico de la PDI. También participó en un peritaje clave en las diligencias por el crimen de Rodrigo Anfruns, el menor asesinado en 1982, en plena dictadura. Pero sus colegas lo recuerdan sobre todo por su rol en la elaboración de la «Campaña de penetración psicológica masiva» con la que el régimen dictatorial sembró el miedo en el país desde 1973.
El psicólogo trabajó en las sombras en la elaboración de ese y otros documentos cuyos originales fueron encontrados en una caja oculta en el subterráneo de La Moneda, caratulados como «Secretos», “Confidenciales» y «Reservados», de acuerdo a una investigación del periodista Jorge Escalante, publicada en «La Nación» el 7 de abril de 2002.
Tras el golpe, Tuane trabajaba para el Departamento de Relaciones Humanas y Conducta Social dependiente del ministerio Secretaría General de Gobierno, donde diseñó una campaña que tenía por objetivo «manipular la mente de la población para mantener el miedo», como reza uno de los textos.
“Creemos imprescindible reactualizar un programa de acción de guerra sicológica», cuya función era desatar los sentimientos traumáticos de angustia, neurosis, tragedia, peligro y miedo, añade otro documento.
Su leitmotiv era la “preparación psicológica de la población para contrarrestar la acción marxista”. De hecho, uno de los documentos plantea “la necesidad de realizar una campaña psicológica-masiva tendiente a destruir al marxismo como ideología”.
Sobre Tuane también hay versiones de que aplicaba pentotal sódico a los prisioneros para que éstos fueran interrogados por el Servicio de Investigaciones. Incluso, otros testimonios señalan que fue identificado por algunos prisioneros durante los interrogatorios ejecutados en centros de tortura.
El psicólogo también tuvo un rol en el caso Anfruns, y es sindicado como la persona que tras el crimen logró la confesión del menor P.P.V. Incluso escribió un libro titulado «Rodrigo: Una interpretación criminológica», publicado por Editorial Planeta Chilena, en 1982.
La expulsión de Tuane del Colegio de Psicólogos es un asunto de larga data. En el año 2004 se abrió un sumario ético en su contra debido a la presentación una denuncia por parte de un colega que había sido torturado durante el régimen, según consta en un acta de la organización. Sin embargo, todo quedó en nada porque no se puedo establecer la calidad de miembro activo de Tuane del Colegio. Sin embargo, el caso fue reabierto en 2014, hasta la semana pasada cuando el directorio nacional del organismo evaluó los antecedentes y decidió aplicar mano dura.
“Considerando que, las acciones en las que habría participado Tuane Escaff, trasgreden diversos artículos del Código de Ética Profesional, esto es: respeto por los derechos y la dignidad de las personas; compromiso profesional, científico e integridad; responsabilidad social; respeto por los otros y por los Derechos Humanos entre otros, comunicamos que junto a la Comisión de Derechos Humanos realizaremos una presentación extraordinaria de este caso al Comité de Ética, adelantando que solicitaremos desde ya la máxima sanción, esto es la expulsión del gremio”, señala la declaración del directorio nacional.
A juicio de la organización, “esto último nos parece un acto de reconocimiento y, a la vez, un gesto reparatorio mínimo al daño causado a las personas que fueron víctimas directas e indirectas del psicólogo antes mencionado. Con profundo pesar, lamentamos las consecuencias de los actos de un profesional hacia las víctimas y sus familiares. A su vez, rechazamos cualquier situación como esta, donde el conocimiento profesional de la psicología sea utilizado con propósitos totalmente contrarios a su razón de ser”.