El pasado 3 de septiembre, Rodolfo Araos declaró ante el fiscal Marcelo Carrasco, el mismo al que La Moneda y los abogados de los otros querellados intentaron sacar de la causa que investiga a Jaime Mañalich por su desempeño y actuar durante la pandemia del COVID-19. En su declaración, Araos criticó el concepto de «nueva normalidad» y «meseta», además de fustigar el sistema usado por el exministro de Salud para obtener los datos, asegurando que «no sabíamos de dónde los sacaban». Esto último también fue ratificado en otra declaración ante la Fiscalía emitida por Johanna Acevedo, antecesora de Araos en la jefatura de Epidemiología, quien precisó que Mañalich decidió montar un sistema «paralelo» a cargo de su jefa de gabinete, Itziar Linazasoro.
Un nuevo testimonio clave sumó la investigación de la Fiscalía sobre el manejo de la pandemia del COVID-19, el que apunta principalmente al ex ministro de Salud, Jaime Mañalich. Se trata del actual jefe de Epidemiología del Minsal, Rafael Araos, quien declaró, vía zoom, el pasado 3 de septiembre ante el fiscal Marcelo Carrasco, quien forma parte del equipo de Xavier Armendáriz.
De acuerdo a T13.cl, Araos comenzó explicando su llegada al Minsal, donde desde marzo prestaba asesorías y el 22 de mayo asumió como jefe de Epidemiología, en reemplazo de Johanna Acevedo, quien pasó a dirigir la Diplas. Según le transmitieron, buscaban un nuevo «liderazgo».
Araos explicó que le pidieron hacer las cosas «a mi pinta»: «Es decir se migró de una reportería diaria bastante precaria, entendible en todo caso, a una que dependía de epidemiología y de plataformas informáticas», contó al fiscal Carrasco, el mismo al que La Moneda y los abogados de los otros querellados intentaron sacar de la causa que investiga a Jaime Mañalich por su desempeño y actuar durante la pandemia del COVID-19.
Cuando llegó, Araos explicó que se encontró con un panorama donde «había pocos casos y muertos, se habló de nueva normalidad, de meseta, y los cuestionamientos empiezan a surgir en mayo cuando los hospitales decían que tenían más fallecidos que los informados».
Este concepto de «nueva normalidad» acuñado por Mañalich no le gustaba a los integrantes del Consejo Asesor, ni a Araos: «Había cosas en las que no estaba de acuerdo. Si había miles de casos no notificados en Epiviliga, yo creía que había que contarlos. Me interesaba también, viendo que la credibilidad era nula, irnos por la vereda segura. Yo decía: cual es el problema de incorporar 30 mil casos (positivos de coronavirus), y hubo problemas comunicacionales, pero se actuó bien».
Pero pronto llegó un reportaje de Ciper que abordó la diferencia de más de 5 mil casos entre el número de muertos informados por la autoridad en sus balances diarios. Sobre esto, Araos asegura que el cambio en la entrega del número de fallecidos no fue una reacción «reactiva», ya que fue propuesta por el mismo Consejo Asesor.
«El sistema que usaba el ministro, sea cual fuera, no dio el ancho por lo complejo de la situación», admitió. En concreto, Mañalich tenía un «sistema propio», donde los hospitales y las seremías entregaban insumos.
«Pienso que se trató de hacer lo que hizo con más éxito la Sochimi con su encuesta de uso de camas críticas y de alguna manera renunciar a la mortalidad fuera de hospitales, que es difícil de pesquisar», explica.
«No me costa nada en cuanto a su método, que mirando hacia atrás fue insuficiente, no se la pudo», afirmó.
Esto último también fue ratificado en otra declaración ante la Fiscalía emitida por Johanna Acevedo, quien precisó que Mañalich decidió montar un sistema «paralelo» a cargo de su jefa de gabinete, Itziar Linazasoro. Este informe paralelo terminó afectando a los informes epidemiológicos, asegurando que eran «limitados» porque «tenían que ser consistentes con lo reportado por la autoridad».
«Desconozco en que basaba el ministro sus decisiones. Yo como epidemióloga considero que el objetivo de la epidemiología es mostrar la dinámica de la curva epidémica. Entonces cuando se excluye enfermos por razones administrativas, se altera la proyección que uno puede hacer de la curva y la dinámica de la epidemia», afirmó Acevedo, según señala T13.
Araos se centró en este mecanismo que usaba el ministro Mañalich, reconociendo que les decían «que eran datos por comuna, pero no sabíamos de dónde los sacaban».
«Yo asumía que era de Epivigila, pero no me hubiera extrañado encontrar 3 ó 4 sistemas; es lo que yo haría en todo caso, luego se queda el mejor. Pero mirando hacia atrás, sí me consta que Epidemiología generaba datos desde Epivigila», dice.
Fue con la llegada de Paris que el Minsal optó por «copiar o imitar» los reportes del DEIS para los informes diarios.
En cuanto al número de fallecidos, se decidió montar una estructura de datos en coordinación con el Registro Civil, lo que a juicio de Araos es «super complejo, tuvimos una avalancha de datos, en un sistema que tenía fortalezas y fragilidades como no tener un sistema informático para certificados médicos de defunción en tiempo real, un Registro Civil que llenaba a mano y una ciudadanía ansiosa de tener los datos de ayer».
En otra parte de la declaración, Araos critica que las autoridades del Minsal usaran el término de «meseta» de casos.
«Muchos decían que funcionó, que estuvo bien lo de los ventiladores. Eso no quiere decir que se haya hecho bien; independiente de todo, tenemos 16 mil fallecidos», declara.
«Mirando hacia atrás pienso que hubiera sido más adecuado implementar un respuesta igual de potente en las dos áreas (capacidad hospitalaria y de trazabilidad y aislamiento), pero es especular», agregó.
Posteriormente volvió a criticar el concepto de «nueva normalidad», asegurando que «creo que fue una mala interpretación, pensaron -mucha gente, no solo la autoridad- que estaba más controlado de lo que estaba».