Una vez cerradas las urnas, con el triunfo arrollador del Apruebo y al Convención Constitucional, en la derecha comenzaron a bajar el perfil a la histórica participación de este domingo. “La mitad de los chilenos no votó. Los partidarios del Apruebo, votaron todos”, comentó el Twitter el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, mientras la exministra Marcela Cubillos acotó que “la mitad de los chilenos se quedó en su casa”. Para el analista Axel Callís, director de TuInfluyes, la estrategia de la derecha no tiene nada de inédita. “En cada elección donde existe voto voluntario hay personas que se quieren adueñar del ‘no votante’ y eso es una patudez”. Sin embargo, el informe del Servicio Electoral es categórico y dio cuenta de 7.562.173 electores, con un porcentaje de 50,90% del padrón, “la mayor votación en números absolutos de la historia de la República”, señaló el presidente del Consejo Directivo del organismo, Patricio Santamaría. Además hay otros datos a tomar en cuenta para el análisis. Marta Lagos puso el foco en que sí se registró una “revolución participatoria” en las comunas más pobres y más abandonadas por la política pública, como La Pintana, que aumentó 15 puntos en participación”. A la par, otro tema que vuelve a instalarse es el del voto obligatorio.
Junto con el categórico triunfo del Apruebo y la Convención Constitucional, con más del 78% de apoyo, el plebiscito abrió una discusión sobre la participación. Mientras desde la derecha se ha instalado la idea de que solo votó algo más del 50% del padrón, el dato inobjetable es que ayer concurrieron a las urnas más de 7 millones y medio de electores en plena pandemia, “la mayor votación en números absolutos de la historia de la República”, según destacó esta mañana el presidente del Consejo Directivo del Servel, Patricio Santamaría, en la entrega del último boletín electoral.
El informe del Servicio Electoral dio cuenta de 7.562.173 electores, con un porcentaje de 50,90% del padrón, una cifra alta considerando que el proceso se desarrolló en tiempos de pandemia.
La cifra supera en número de votantes, por ejemplo, al plebiscito del Sí y el No del 5 de octubre de 1988, y rompe la barrera de participación desde que rige en Chile el voto voluntario, que no superaba desde el año 2012 el 49,2%, acotó Santamaría.
Si bien aún falta por conocer los datos desagregados para profundizar en el análisis y conocer, por ejemplo, el impacto del voto joven, el analista Axel Callís, director de TuInfluyes, es enfático en señalar que se trata simplemente de la “elección con más votantes, la de mayor volumen de votantes, la que tiene mayor participación cuantitativa”.
Callís asegura a El Mostrador que los análisis que buscan relativizar la participación olvidan que hay una situación de “temor del coronavirus, muchas personas tienen familiares contagiados o de tercera edad”. “¿Es lo que se esperaba? No, pero en un ambiente normal. Pero no estamos en un periodo de normalidad. Y es doblemente valorable porque se hizo en un ambiente de pandemia. Que voten 7 millones y medio de personas con 27 comunas en cuarentena, con la mitad del país en una etapa sanitaria todavía delicada, es un valor grande. Es valorable, por ejemplo, que en 3 comunas capitales regionales como Arica, Punta Arenas y Puerto Montt hayan elevado su votación no obstante estar en cuarentena”, añade.
Desde la derecha la estrategia ha sido clara en desperfilar la participación. “La mitad de los chilenos no votó. Los partidarios del Apruebo, votaron todos. Este no es un triunfo de todos los chilenos como dijo el Presidente, sino su mayor derrota”, comentó el Twitter el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast. Mientras, la exministra Marcela Cubillos acotó, en Canal 13, “que no se puede celebrar que hubo una gran participación (hoy), porque la mitad de los chilenos no votaron. Tenemos un desafío de participación porque la mitad de los chilenos se quedó en su casa”.
“No podemos actuar con ese conformismo de celebrar que hubo una gran participación, fue una gran participación para estar en tiempos de pandemia, pero tenemos un desafío pendiente, porque cuando la mitad de los chilenos no vota en algo tan relevante como esto también es importante (…). En porcentaje es similar a la presidencial (de 2017), es la mitad”, dijo la actual directora ejecutiva de Libertad y Desarrollo.
Para Callís, la estrategia de la derecha no tiene nada de inédita. “En cada elección donde existe voto voluntario hay personas que se quieren adueñar del ‘no votante’, pero el no votante es muy diverso. En este caso hay un no votante evidente que son las personas mayores que aparentemente se abstuvieron de no votar o personas con enfermedades crónicas, sigue habiendo un grupo importante de gente que no va a votar por temas logísticos, existe un grupo relevante de personas que no votan por diversas razones. Pero tratar de monopolizar a los votantes es una patudez”, recalca.
Pero además hay otros datos a tomar en cuenta para el análisis. Marta Lagos puso el foco en las diferencias a nivel de regiones en materia de participación, que se traduce en que en cinco regiones del sur del país cayó la participación electoral, comparado con el 2017. Mientras, en el norte se ve un aumento. Por ejemplo, Antofagasta aumenta de 40% a 48%, Atacama sube de 44% a 48% y Tarapacá pasó de 38% a 45%.
Contrario a lo que sucedió en la capital, en Biobío bajó la participación electoral de 51% a 47%; en La Araucanía pasó de 48% en 2017 a 40%; en el Maule de 52% a 45%; en Los Ríos bajó de 48% a 45%; y en Los Lagos de 46% a 43%.
Lo que sucedió en Santiago es que, efectivamente, sí “hubo una ‘revolución participatoria’ en las comunas en urgente necesidad de garantías sociales”, puntualiza Marta Lagos. “Hubo una importante recuperación del voto en la RM, especialmente en las comunas más pobres y más abandonadas por la política pública, como La Pintana, que aumentó 15 puntos en participación”.
Callís complementa este punto, señalando que “el mundo popular participó de una manera que no lo hacía hace muchos años, Puente Alto, La Pintana, Renca, eso quiere decir que hay mucha esperanza y mucha fe en lo que viene… el mundo popular quiere un cambio y eso lo demostró ayer y eso es significativo”.
En contraposición, “las regiones que más bajaron en participación son comunas con una presencia del coronavirus aún importante y son las que más votaron en la segunda vuelta presidencial. Esa combinación de coronavirus más piñerismo de segunda vuelta fue la que menos participó”, precisa el director de TuInfluyes.
Respecto a la lectura del voto expresado ayer, Callís añade que el resultado es “un mensaje a los partidos políticos, un mensaje a la elite que no se pueden farrear esto, no es un cheque a fecha. Así que nadie debe apropiarse del Apruebo, el Apruebo es diverso y popular, es un Apruebo esperanzador pero es infinito, y pone tareas a los partidos, como dar condiciones a independientes que puedan pactar, escaños a pueblos indígenas, etcétera”.
A la par, otro tema que vuelve a instalarse con el plebiscito es el del voto obligatorio. “Primera consecuencia práctica del plebiscito del 25 de octubre 2020: hay que volver al voto obligatorio. Anoche voto solo uno de cada dos chilenos”, enfatizó Marta Lagos, una idea que también comparte el abogado y académico Agustín Squella.
En entrevista con Radio Cooperativa, el académico afirmó que el voto voluntario «fue una muy mala decisión» tomada por el mundo político: «Ojalá que nos atrevamos a volver al voto obligatorio», indicó el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2009.