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Sigue con tarjeta roja: rechazo a Carabineros llega a 65%, su peor registro en el Monitor de Seguridad de Chile 21 PAÍS Crédito: ATON

Sigue con tarjeta roja: rechazo a Carabineros llega a 65%, su peor registro en el Monitor de Seguridad de Chile 21

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“El Gobierno trata de instalar una sensación de normalidad respecto a Carabineros y están equivocados”, dijo el director ejecutivo de Chile 21, Eduardo Vergara, a la luz de los resultados de la medición, que dan cuenta de una crítica evaluación ciudadana hacia la institución que comanda Mario Rozas, la cual llega a su peor momento desde el inicio de este estudio. Además, la encuesta arrojó un quiebre generacional respecto de la legitimidad y la confianza policial, dado que el rechazo a la actuación a Carabineros escala a 74% en el segmento de 18 a 34 años. Para el exjefe de División de Seguridad Pública de Bachelet, estos resultados ponen tarea al ministro Rodrigo Delgado, quien –a su juicio– “debe entender que se requieren cambios urgentes en los procedimientos policiales y que debe poner fin al respaldo ciego que sigue dando al mando de Carabineros sin exigir cambios inmediatos en la forma en que se relacionan con la ciudadanía”.


El pasado 4 de noviembre el exalcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, asumió como ministro del Interior con la misión de la reforma de Carabineros como una de sus grandes tareas. Sin duda, un desafío complejo, porque la institución que comanda Mario Rozas sigue con nota roja en la ciudadanía, de acuerdo a la encuesta mensual del “Monitor de Seguridad” de la Fundación Chile 21.

El sondeo reveló que Carabineros recibe su peor evaluación desde el inicio de este estudio, llegando a un rechazo del 65%, subiendo 3 puntos desde la medición anterior. Por el contrario, la PDI es rechazada por un 29%.

“El Gobierno trata de instalar una sensación de normalidad respecto a Carabineros y están equivocados. Además, los resultados evidencian la desconfianza que tiene la ciudadanía hacia su labor. El ministro Delgado debe entender que se requieren cambios urgentes en los procedimientos policiales y que debe poner fin al respaldo ciego que sigue dando al mando de Carabineros sin exigir cambios inmediatos en la forma en que se relacionan con la ciudadanía”, aseguró el director ejecutivo de Chile 21, Eduardo Vergara.

A juicio de Vergara, “urge que el Gobierno cambie su discurso idealista y conveniente respecto a lo que viene y entienda que tiene una responsabilidad enorme por garantizar seguridad, particularmente para una etapa tan importante como la que viene».

El estudio del Monitor de Seguridad de Chile 21 también arrojó que, al igual que la medición pasada, en Chile se está produciendo un quiebre generacional respecto de la legitimidad y la confianza policial. Por ejemplo, el rechazo a la actuación a Carabineros sube a 74% en el segmento de 18 a 34 años, y desciende a 58% en el grupo de mayor edad.

“Quedó en evidencia  una desaprobación mucho más marcada sobre el actuar policial en los segmentos más jóvenes. Ello podría revelar la falta de una política institucional para abordar este grave problema de credibilidad en los segmentos más jóvenes de la población”, afirmó el exjefe de División de Seguridad Pública de Bachelet.

El sondeo reveló además que un 71% asegura que la movilización social se mantendrá a pesar de triunfo del Apruebo. “El grueso de la población muestra incertidumbre posplebiscito, lo que va de la mano con lo que hemos visto, tanto la actividad en la calle como los niveles de inseguridad no han presentado cambios”, afirmó Vergara. En este contexto, solo un 28% dice que Chile será un país más seguro después del plebiscito.

La encuesta añade que la mayor parte de las personas consultadas percibe que las policías discriminan según la clase social (75%), que son ineficaces en el control del narcotráfico (67%) y que Carabineros tiene un 65% de rechazo.

Asimismo, el sondeo da cuenta que, a pesar de la implementación del plan cuadrante que ha significado una importante inyección de recursos para Carabineros, el 79% de la población opina que la policía uniformada no se coordina nunca o casi nunca con los vecinos de su barrio.

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