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Crédito: Aton
Junaeb ha experimentado una baja de 6,6% en los últimos dos años. De 2019 a 2020 disminuyó un 2,9%, equivalente a $32.200 millones. Para la nueva licitación bajó otro 3,7%, es decir, más de 39 mil millones en comparación con el presupuesto 2020. Así queda en evidencia al revisar una minuta de análisis realizada por LyD a la que accedió El Mostrador. Esta misma institución, en una comparación realizada para el presupuesto de 2021, da cuenta que para el próximo año nuevamente bajó el presupuesto, en un 3,7%, lo que –de acuerdo a la suma de lo publicado en las tablas comparativas de asignaciones en Dipres para los tres programas– da un monto de $41.664.522 millones menos para el año 2021.
El pasado 6 de noviembre la ministra de Desarrollo Social, Karla Rubilar, presentó la nueva licitación de alimentos para el 2021 de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb). Con un monto de 278 mil millones, esta nueva licitación es una de las más relevantes desarrolladas por Junaeb. Abarcará al 45% del más de 1 millón 800 mil estudiantes que reciben a diario esta alimentación que les brinda el Estado. El proceso regirá la compra del servicio de alimentación entre marzo de 2021 y febrero de 2024, y cubrirá las regiones de Valparaíso, Atacama, O’Higgins, Biobío, Ñuble, Aysén y gran parte de la Región Metropolitana.
En su momento, la ministra Rubilar destacó que «estamos dando un paso más para relevar la importancia de la alimentación saludable y, además, con sentido de pertenencia, ya que nuestros niños y niñas van a tener acceso a alimentos pertenecientes a nuestros pueblos originarios y países vecinos con la identidad de nuestros niños migrantes».
Pero lo que no señaló es que el programa Junaeb ha experimentado una baja de 6,6% en los últimos dos años. En efecto, de 2019 a 2020 disminuyó un 2,9%, equivalente a $32.200 millones de pesos. Para la nueva licitación bajó otro 3,7%, es decir, más de 39 mil millones de pesos en comparación con el presupuesto del presente año.
Así queda en evidencia al revisar una minuta de análisis 2020 realizada por el Instituto Libertad y Desarrollo (LyD) a la que accedió El Mostrador. Esta misma institución, en una comparación realizada para el presupuesto de 2021, da cuenta que para el próximo año nuevamente bajó el presupuesto, en un 3,7%, lo que –de acuerdo a la suma de lo publicado en las tablas comparativas de asignaciones en Dipres para los tres programas, da un monto de $41.664.522 millones menos para el año 2021 (Programa Alimentación, Programa Salud Escolar, Programa Becas y Asistencialidad Estudiantil).
En la minuta de LyD del año 2020, la disminución se explica por los «programas de alimentación que, de acuerdo a lo informado por la DIPRES, responde a un ajuste en función de la ejecución efectiva. En lo que va de 2019, la ejecución presupuestaria en los Programas de Alimentación para Kínder, Educación Básica y Educación Media se encuentra en línea con lo esperado (en torno al 60% al 31 de agosto), mientras que en el Programa de Alimentación para JUNJI y para Estudiantes Adultos, la ejecución es de sólo 41 y 43%, respectivamente».
En relación con el presupuesto 2021, «destaca la reducción de los recursos para Becas de Mantención (-$ 14,7 mil millones), para transferencias corrientes del Programa 09.09.02 de Salud Escolar (-$ 4,8 mil millones) y del gasto para Bono Manipuladoras de Alimentos (-$ 13,9 mil millones), cuyos excedentes seguirán financiando una licitación vigente. Igualmente, se elimina el Subsidio para la PSU (-$ 6,4 mil millones), ahora que esta se traspasa a la Subsecretaría de Educación Superior».
En un documento enviado a este medio, explican que esta reducción se produce por la aprobación de la Ley de Presupuestos en medio de la pandemia y con alimentos con los precios más altos en los últimos seis años. «Junaeb ha destacado que este proceso de licitación tiene como foco la exigencia nutritiva y lo gastronómico, objetivos difíciles de alcanzar cuando el presupuesto exclusivo para alimentación se ha visto mermado. Con un presupuesto que va a la baja por años consecutivos y alimentos cada día más caros. Según el índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en noviembre de 2020 en un promedio de 105,0 puntos, es decir, 4,0 puntos (un 3,9 %) más que en octubre y 6,4 puntos (un 6,5 %) por encima de su valor de hace un año».
«El aumento de noviembre dio lugar a que el índice alcanzara su nivel más elevado desde diciembre del año 2014. De todos los alimentos que registraron aumentos en noviembre, los aceites vegetales es el que más subió, seguido por los del azúcar, los cereales, los productos lácteos y la carne».
Desde Junaeb aseguran que «no ha habido una disminución de beneficios para los estudiantes. Muy por el contrario, a pesar de todas las dificultades, durante la suspensión de clases se han hecho todos los esfuerzos por mantener los beneficios a pesar de que los estudiantes no hayan podido ir presencialmente a clases».
«De hecho, las atenciones de servicios médicos (oftalmología, columna y audición), de salud oral y los programas de salud mental ‘Habilidades para la vida’ se adaptaron y fueron atendiendo en la medida que las condiciones de la pandemia lo permitieran. Obviamente hay atenciones que han disminuido pero que se están intentando recuperar», agregan.
Además, indican que «el presupuesto destinado a programas subió del 2019 al 2020. Lo que sí ocurrió es que del 2020 para el 2021 hubo una disminución de 26.423 millones por ahorros en trámites y glosas administrativas, pero que no tiene relación con el dinero destinado a beneficios a los estudiantes».
