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Los contratos de Sichel en Bachelet 2 y la operación de Piñera para sondear si debe ser el presidenciable de Chile Vamos PAÍS

Los contratos de Sichel en Bachelet 2 y la operación de Piñera para sondear si debe ser el presidenciable de Chile Vamos

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Dos contratos en el primer año del Gobierno de la Nueva Mayoría tuvo Sebastián Sichel: uno con la Subdere y el otro con Injuv, aunque el presidenciable independiente ahora prefiera olvidarlo e, incluso, llegar a asegurar que desde marzo de 2014 fue opositor a Bachelet 2. Sus redes ampliamente dispuestas no solo en la DC, sino también en el PS y en Chile Vamos, le han permitido alcanzar una serie de puestos y licitaciones, donde por la izquierda el hijo del diputado Jaime Tohá ha sido un verdadero padrino político que lo llevó a Sernatur en 2005 y quien también fue representante legal de Comunicaciones Paréntesis, la empresa que construyeron con otro de sus padrinos, Juan José Santa Cruz. Hoy, en La Moneda, la gran pregunta que se hacen es si es a este exministro a quien habrá que ponerle todas las fichas o es mejor depositarlas en los demás presidenciables.


Sebastián Iglesias, elegido en el año 2009 por la revista El Sábado como uno de los 100 jóvenes líderes, posaba hace 12 años con sus dos manos apoyadas en una mesa mirando fijo a la cámara, con unos notorios kilos de menos, pero con esa misma sonrisa un tanto socarrona que encantó a parte de la derecha. Sector que hasta ahora ha puesto algunos huevos en su candidatura, previendo que los otros candidatos en competencia pudieran no llegar “vivos” hasta el final de esta carrera presidencial, donde todo está aún muy líquido.

“Es el candidato a diputado de la DC por La Reina y Peñalolén, y en su partido lo llaman ‘el futuro Claudio Orrego’. Miembro de la comunidad Bernardo Leighton, durante un año vivió en La Pincoya”, indica la misma publicación que año a año, en una especie de operación rastrillo, perfila a aquellos jóvenes que podrían convertirse en referentes en distintas áreas. Y Sebastián Iglesias Sichel Ramírez resultó ser uno de ellos. Pero ¿cómo lo logró ese joven meritócrata que, gracias a la beca Padre Hurtado, logró estudiar Derecho? Sus relaciones personales y políticas son clave en su historia, aquella en que –según él mismo se ha dedicado a contar– pasaron de una familia hippie disfuncional mochileando por Sudamérica, a vivir en una casa okupa en Concón o en una pieza en Independencia mientras estudiaba Derecho en la PUC.

Cuando la alcaldesa Evelyn Matthei cuestionó en entrevista con El Mostrador la zigzagueante vida política del expresidente de BancoEstado –que de la Democracia Cristiana emigró a Ciudadanos y luego se incorporó a Chile Vamos–, mencionó un dato importante del ahora candidato independiente de la derecha: haber boleteado para el segundo Gobierno de Michelle Bachelet en la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), durante cinco meses, por $22,5 millones en total, para echar a andar un plan destinado a los territorios rezagados del país, que estaba a cargo del hoy diputado PS Jaime Tohá, entonces coordinador nacional del Programa de Desarrollo de Zonas de Rezago.

El vínculo en ese momento fue uno de los hijos de Tohá, Jaime Mario Tohá Lavanderos, con quien desde los tiempos de universidad fueron amigos y que desde 2017 se desempeña como director de Junaeb –con acusaciones de haber despedido a militantes socialistas a cambio de permanecer en el cargo en Piñera 2; sin embargo, el Tribunal Supremo del PS lo absolvió–.

[cita tipo=»destaque»]Esto, hasta antes de la irrupción del exministro de Hacienda, Ignacio Briones, como abanderado. Por lo que el Mandatario dispuso un plan para hacer una verdadera trazabilidad de los problemas que podría enfrentar el candidato independiente. La «Operación Sichel» ya estaría en marcha y quien se haría responsable de ejecutarla es nada menos que otro de los padrinos del exministro de Desarrollo Social, Andrés Chadwick. Lo que será clave es conversar con cada uno de los hombres y mujeres que trabajaron con Sichel y ver si tiene algún «muerto» en el clóset que pudiera terminar con su aspiración presidencial, como le ocurrió a Laurence Golborne.[/cita]

Pero lo que no sabía la alcaldesa Matthei es que, mientras Sichel asesoraba a la Subdere en “materias relativas a la implementación y coordinación permanente de la medida 24 de los 100 primeros días de Gobierno relativas a un plan para los territorios rezagados”, también a través de su empresa Paréntesis se adjudicó la licitación pública de “los Servicios de Difusión, Desarrollo y Estrategia Comunicacional de Fondo Concursable Desafío Clave 2014, del Instituto Nacional de la Juventud” por la suma de $95.200.000 (noventa y cinco millones doscientos mil pesos), IVA incluido. Este incluía 10 mil flyers, 25 mil chapitas, 30 mil stickers, 7 mil afiches y 6 carteles en las principales avenidas de Santiago.

Este doble contrato hizo que La Moneda prendiera las alarmas, pues Sichel figuraba con dos contratos con el Estado y se le dijo que debía optar por uno de ellos. De ahí que los servicios con Tohá padre concluyeran el 31 de agosto de 2014 y continuaron solamente con el Injuv.

Hay un dato importante que también resulta crucial en las relaciones contractuales del exministro de Desarrollo Social: el hasta ahora director de Junaeb, Jaime Tohá Lavanderos, se desempeñaba en ese entonces como representante legal de Comunicaciones Paréntesis, junto al empresario y uno de sus padrinos políticos, Juan José Santa Cruz. Es decir, mientras asesoraba a Tohá padre en la Subdere, su hijo Tohá Lavanderos era el representante de la empresa que se adjudicaba casi 100 millones de pesos en una licitación donde solo hubo dos oferentes, uno de los cuales quedó fuera de la millonaria licitación por no cumplir con los requisitos formales. Una vez terminado el contrato, no se volvió a licitar el servicio para el cual se requería a Paréntesis S.A. Y, de hecho, el fondo «Desafío Clave 2014» nunca se realizó.

Las redes desarrolladas por Sichel le han significado una fuente inagotable de favores, bien aprovechados, permitiéndole ascender y llegar a los más altos puestos, pasando por la vicepresidencia ejecutiva de Corfo –donde tuvo una gestión rodeada de ruido por conflictos de intereses–, el Ministerio de Desarrollo Social y BancoEstado.

De hecho, el exvicepresidente ejecutivo de la agencia de Gobierno de Bachelet 2, Eduardo Bitran, formuló en su momento una denuncia ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) por supuestas irregularidades en los esquemas tributarios de Albemarle, inversora a la que Sichel asesoró a través de Paréntesis, la agencia de comunicaciones donde su esposa, la periodista Bárbara Encina, es la directora de comunicaciones corporativa. Y más que un asesor de marketing, todos quienes sabían cuál era la labor de Sichel aseguran que se trataba de lobbista. De ahí que la propia Matthei, en entrevista con El Mostrador, lo motejara de esa forma.

 

Tal como se aprecia en el contrato, los representantes legales de «Comunicaciones Paréntesis» fueron los padrinos políticos de Sichel: el empresario Juan José Santa Cruz y Jaime Tohá Lavanderos.

«Soy opositor desde marzo de 2014»

Haber tenido doble contrato para algunos podría no ser un problema, pero hay un hecho que llama la atención: Sichel, en una entrevista con Daniel Matamala en CNN, asegura que en marzo de 2014 se hizo opositor a Michelle Bachelet, porque «comenzó a atacar a los colegios subvencionados».

La pregunta que surge entonces de inmediato es cómo un dirigente que era opositor al otrora Gobierno de centroizquierda, trabajó sacando adelante una de las medidas dentro de los primeros 100 días y cómo, además, postuló a una licitación del Injuv si no creía en el proyecto que comenzaba a implementarse. Incluso, llegó a decir en la misma entrevista que «en vez de entrar al Gobierno, no quise ser parte de él, porque tenía diferencias de fondo».

«Yo sigo siendo orgullosamente una persona de centro que defiende cosas que la derecha muchas veces no defendía. Pero la derecha evolucionó y la centroizquierda renunció, por ejemplo, al valor del crecimiento, al valor de la reforma gradual», aseguró Sichel.

Para el cientista político Marco Moreno, todos podemos cambiar, pero «el problema con Sichel es que él abjura de su pasado. Y muestra parte de su biografía personal cuando le conviene y omite los espacios que tuvo en los gobiernos de la Concertación. La transparencia en política se hace en una casa de cristal donde todos vemos todo».

Las distintas versiones de su vida personal, con la que ha construido su historia, es lo que se pondrá a prueba en los próximos meses y constituye una de las interrogantes que hoy existe en el Ejecutivo y especialmente en Piñera: si todo lo que se ha dicho hasta ahora es cierto.

La gran preocupación de Piñera

En medio del surgimiento de nuevas cartas presidenciales, el Presidente, Sebastián Piñera, está fuertemente preocupado de qué está ocurriendo en su sector político y quiénes son los presidenciables que tienen mayor posibilidades de triunfar. De acuerdo a encuestas que manejan en La Moneda y que habrían sido encargadas a Gonzalo Müller, director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, Sichel habría experimentado un alza importante.

Esto, hasta antes de la irrupción del exministro de Hacienda, Ignacio Briones, como abanderado. Por lo que el Mandatario dispuso un plan para hacer una verdadera trazabilidad de los problemas que podría enfrentar el candidato independiente. La «Operación Sichel» ya estaría en marcha y quien se haría responsable de ejecutarla es nada menos que otro de los padrinos del exministro de Desarrollo Social, Andrés Chadwick. Lo que será clave es conversar con cada uno de los hombres y mujeres que trabajaron con Sichel y ver si tiene algún «muerto» en el clóset que pudiera terminar con su aspiración presidencial, como le ocurrió a Laurence Golborne.

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