El abogado y académico de la UDP, Cristian Riego, y el analista político Germán Silva Cuadra, coinciden en este análisis de La Semana Política, que el problema de Carabineros “no solo no está mejorando, sino que está empeorando”. Para Silva Cuadra, el estallido social de octubre solo está en “entre paréntesis” por la pandemia, por lo que casos como el de Panguipulli y la explosión que vino después en forma de incendio, la situación migratoria y el tema de La Araucanía, demuestran que “el pasto del Gobierno está muy seco y que solo bastan chispas para se prenda la pradera”. Riego, por su lado, sostiene que la precariedad de Carabineros, que va desde problemas de salud mental de los funcionarios a la marginalidad social de los mismos, más la negativa de los gobiernos a enfrentar una reforma policial a largo plazo, redunda en que los casos de abuso y los malos procedimientos continuarán repitiéndose de manera sistemática. En su opinión, el autoritarismo y la discriminación que hacen de la apariencia de las personas mediante el control preventivo de identidad -“una desastrosa política pública en materia de seguridad”- responde a un contexto histórico donde la población era muy pobre, donde la gente estaba excluida de la vida social. En ese Chile, bastaba solo la imposición del orden para que la institución gozara de reputación. “Hoy, hay más conciencia de derechos y en el caso de los jóvenes muchos tienen más educación que los propios Carabineros, entonces el simple autoritarismo ya no funciona y ahí podríamos encontrar la matriz del conflicto”.
