En esta conversación con El Mostrador, el candidato presidencial abordó los desafíos de su campaña y los que deberá sortear la oposición los próximos meses. «Hay que recomponer la unidad entre sociedad y política, entre instituciones y pueblo y eso es algo que hoy día ha sido muy complicado (…). Ahí yo creo que está el centro del problema, es algo que se soluciona no con maniobras comunicacionales de corto plazo, no anunciando uno u otro proyecto de ley, se soluciona haciendo un trabajo serio de largo plazo, no solamente pensando en cómo figuro mejor en una encuesta o cómo me gano más likes en redes sociales». De la compleja situación política en que se encuentra la administración piñerista, Boric sentenció que este es un Gobierno que “ya terminó” y que alguien tiene que asumir la responsabilidad política «de los más de 30 mil muertos probables por COVID, el desastre económico que se ha producido, la falta de ayuda del Estado… eso también tiene que tener responsables políticos, para que no vuelva a suceder».
Lleva algo así como un mes y medio ya como candidato presidencial de Convergencia Social, Revolución Democrática y Fuerza Común, colectividades del Frente Amplio (FA). Su irrupción en el escenario político fue bien vista en toda la oposición, porque se le advierte y conoce como un liderazgo de peso, que genera puentes y diálogo en el sector. En todo caso, este tiempo de campaña no ha sido fácil. Al parlamentario aún le resta conseguir –antes del 20 de mayo– unas 20 mil firmas para poder registrar legalmente su candidatura a La Moneda, a lo que se suma que un sector del partido Comunes se ha resistido a proclamarlo –un tema que debería zanjarse este fin de semana–, dados los coqueteos que tienen con el abanderado del Partido Comunista (PC), Daniel Jadue, y –según la última encuesta CEP, difundida ayer– su evaluación positiva solo llega al 15%.
-¿Qué pasa con las firmas? ¿Cómo va ese proceso? ¿Ha sido complejo?
-Ha sido un proceso difícil, producto de la situación sanitaria en la que estamos viviendo y también el momento político. Lo que nos exige el Servel es tener en el partido en el cual yo milito, Convergencia Social, del orden de los 34 mil afiliados. Y si bien a nosotros nos gustaría que las firmas fueran una adhesión solo a la candidatura, también implican militar y, en un momento donde los partidos políticos están tan desprestigiados, eso evidentemente vuelve más difícil el trámite.
Pero nosotros le explicamos a la gente, tenemos la convicción de que hay que ir de frente en estas cosas y, además, hemos tenido una buena recepción hasta ahora. Tenemos poco tiempo, porque por las cuarentenas no hemos podido desplegar puntos físicos de recolección de firmas y la clave única se habilitó recién la semana pasada. Pero pese a esto estamos optimistas, estamos dejándolo todo para conseguir las firmas que necesitamos y poder estar en la papeleta de las primarias, porque creemos que acá no se trata de protagonismos individuales, sino de forjar la más amplia unidad posible en torno a ideas comunes, transformadoras, para poder llegar al Gobierno el próximo año.
[cita tipo=»destaque»]No podemos seguir celebrando que los chilenos van a tener que acudir a sus ahorros previsionales para poder sortear la crisis. Hay quienes ya presentaron un cuarto retiro, cuando se acaba de aprobar el tercero, cuando nuestro rol –desde mi punto de vista– debiera ser insistir con más fuerza aún, en este momento de extrema debilidad del Gobierno, en que el Estado se ponga con recursos y transferencias directas para las familias. A eso es lo que tenemos que apuntar hoy día y en eso vamos a encontrar unidad. Y me parece excelente lo que está haciendo la senadora Yasna Provoste, me alegro no solo por ella sino que por el país, que esto llegue a buen puerto y que logremos tener ese acuerdo, porque no podemos seguir celebrando y haciendo un festín con el desfinanciamiento de los ahorros de los chilenos y chilenas, eso tiene que parar en algún momento.[/cita]
-¿No tiene una cifra todavía de cómo va esa recolección de firmas?
-Entiendo que en el último cómputo llevábamos cerca de 15 mil. Nos quedan tres semanas para juntar cerca de 20 mil firmas. Es una cifra alta, pero estamos con toda la convicción y, ahora que abrieron algunas comunas, con puntos físicos también. Se nos estaba imponiendo un requisito que es bien absurdo, porque a otros candidatos que son independientes los puede llevar una coalición y a nosotros se nos exige, siendo un partido legalizado, tener un número tal de firmas en ciertas regiones que, más encima en pandemia, vuelve tremendamente difícil el procedimiento. Pero lo enfrentamos con hidalguía y yo creo que lo vamos a conseguir. Vamos a poder estar en las primarias.
-¿Ese escenario da pie para instalar ese debate de poder cambiar la fórmula?
-A mí me parece importante que la política sea de proyectos colectivos y yo creo que se deberían dar facilidades, que sean transversales y no pensando específicamente en mi candidatura. Recordemos que, para el caso de los independientes en el proceso constituyente, se bajó el requisito de firmas que se exigía tradicionalmente, justamente producto de que la pandemia lo hacía más complicado. Se aumentó el plazo y, además, se permitió que fuera mediante clave única. A nosotros recién la semana pasada se nos permitió hacerlo vía clave única, siendo que por la pandemia no podíamos hacerlo físicamente.
Hemos tenido poco tiempo, el Servel debiese ser menos restrictivo para que haya más democracia. La democracia debe no ser de individuos particulares, sino de ideas colectivas. Estamos haciendo todos los esfuerzos posibles y por eso, a quienes les hagan sentido nuestras ideas, los invitamos a firmar, lo pueden hacer en la página boricpresidente.cl o boric2022.cl, que los redirige al Servel, donde está explicado uno a uno, paso a paso, lo que hay que hacer para que podamos estar en la papeleta. Si hay alguien que después, más adelante, no quiera militar, que es totalmente legítimo, puede desafiliarse por la misma vía de la clave única. Es muy fácil el trámite y no importa obligación alguna. Pero es lo que nos exige la ley hoy día y lo que estamos obligados a cumplir.
-Hablemos de la oposición. Hay un escenario político complicado para el Gobierno, tuvo una derrota recientemente en el TC y hay una oposición que hasta ahora no había logrado aglutinarse y con pocos liderazgos dentro de las candidaturas presidenciales. ¿Cuál cree que ha sido el error de la oposición?
-Hay un abismo más profundo que solamente la coyuntura entre la élite política de la cual hoy día yo soy parte –quiero ser muy claro en hablar desde dentro del Congreso– y la mayoría de los ciudadanos, que ve a la política y las instituciones como espacios no representativos de la verdadera voluntad popular. Cuando nosotros llegamos al Congreso el año 2013, denunciamos desde el día uno los privilegios que tenían en ese momento quienes ejercían la política profesional, en particular en lo relativo a los sueldos, también la situación de los viáticos, de ciertos privilegios que son bastante inaceptables desde nuestro punto de vista y lo hemos defendido.
Pero cuando uno llega a este espacio se difuminan cuáles son los márgenes. Nosotros venimos del movimiento social y creemos que hay que recomponer la unidad entre sociedad y política, entre instituciones y pueblo, y eso es algo que hoy día ha sido muy complicado y cuyo abismo se ha profundizado. Ahí, yo creo que está el centro del problema y es algo que se soluciona no con maniobras comunicacionales de corto plazo, no anunciando uno u otro proyecto de ley, se soluciona haciendo un trabajo serio de largo plazo, de largo alcance, en los territorios, no solamente pensando en cómo figuro mejor en una encuesta o cómo me gano más likes en redes sociales, sino que haciendo un trabajo de base, que es en lo que estamos haciendo todo el esfuerzo desde el Frente Amplio.
-¿Habla de los personalismos?
-A la oposición le ha costado congeniar en un proyecto común, porque hay un permanente temor de que alguien capitalice ese proyecto común, y yo creo que debemos dejar de temerles a los liderazgos. Por ejemplo, yo saludo y respeto el liderazgo de Yasna Provoste, que ha sido importante en los últimos días. Saludo el liderazgo que han tenido personalidades como Adolfo Millabur, en el conflicto entre el Estado chileno y el pueblo Mapuche. Saludo liderazgos como el de Camila Vallejo en el impuesto a los superricos, en donde ha empujado esa discusión que también la habíamos planteado desde el Frente Amplio, pero ella ha liderado el trámite legislativo.
No vamos a salir de esta crisis si cada quien espera sacar réditos personales de esto. Tiene que haber un proyecto colectivo, un planteamiento de un horizonte de transformaciones profundas, no gatopardistas, no cambiar algo para que todo siga igual, sino hacerse en serio cargo de terminar con las Isapres y avanzar hacia un seguro universal de salud, una Renta Universal de Emergencia para enfrentar esta crisis, terminar con las AFP y tener un sistema solidario de pensiones, recuperar nuestros recursos naturales, un nuevo trato entre el Estado chileno y los pueblos originarios. Y eso requiere mucha más generosidad de la que hemos visto hasta ahora, y yo, por lo menos, estoy totalmente y 100% disponible para ello.
Además, hay que tener conciencia de lo mal que lo está pasando la mayoría del pueblo chileno. Piensa que la mitad de los chilenos ganan menos de 400 lucas y, a su vez, la mitad de los chilenos han visto disminuidos sus ingresos producto de la pandemia. La mayoría de Chile vive con sueldos de miseria, que no alcanzan para vivir, o dependen del crédito y del endeudamiento o sencillamente no alcanza, o de redes familiares que también están muy debilitadas. El deber de la política y de quienes estamos en política, es ponernos de acuerdo para entregar soluciones concretas al momento actual y ofrecer un horizonte de transformaciones y tranquilidad.
-Usted hablaba del liderazgo de Yasna Provoste. Esta unidad incipiente en la oposición, ¿cómo se puede trabajar para que sea permanente?
-Si todos nos ponemos como objetivo el dar una solución que sea estructural y colectiva a la crisis económica derivada de la pandemia, podemos encontrar unidad. No podemos seguir celebrando que los chilenos van a tener que acudir a sus ahorros previsionales para poder sortear la crisis. Hay quienes ya presentaron un cuarto retiro, cuando se acaba de aprobar el tercero, cuando nuestro rol –desde mi punto de vista– debiera ser insistir con más fuerza aún, en este momento de extrema debilidad del Gobierno, en que el Estado se ponga con recursos y transferencias directas para las familias. A eso es lo que tenemos que apuntar hoy día y en eso vamos a encontrar unidad. Y me parece excelente lo que está haciendo la senadora Yasna Provoste, me alegro no solo por ella sino que por el país, que esto llegue a buen puerto y que logremos tener ese acuerdo, porque no podemos seguir celebrando y haciendo un festín con el desfinanciamiento de los ahorros de los chilenos y chilenas, eso tiene que parar en algún momento.
-Sobre ese proyecto de cuarto retiro, lleva a la figura de la diputada Pamela Jiles. ¿Qué le permite a ella posicionarse y qué no ha captado aún el resto de los candidatos de la oposición para ponerse a la par?
-Cuando en la política se identifica a todos dentro de un mismo saco y al final parecen todos usufructuando de los mismos privilegios y las mismas posiciones, se forma esta dicotomía entre políticos y pueblo. Quien se presenta como outsider tiene posibilidades de crecer, aunque sea temporalmente. Pero creo que es importante llevarnos a la cancha de las propuestas. ¿Estamos de acuerdo o no en que haber terminado con la pena de muerte es un avance civilizatorio? ¿Estamos o no de acuerdo en que no podemos seguir dándoles plata a las AFP? ¿Estamos o no de acuerdo en que hoy día necesitamos una Renta Básica de Emergencia y que necesitamos recuperar nuestros recursos naturales?
Yo creo que si vamos a la discusión de fondo, cualquiera sea el personaje, más allá de la diputada Jiles –no quiero entrar en polémicas particulares con ella–, al final esas apariciones performáticas se terminan desinflando, cuando se dé cuenta de que no son capaces de sostenerse en el tiempo. A mí lo que me importa hoy día es que demos solución concreta a las angustias de la gente que no tiene para comer, los adultos mayores que no tienen para comprar sus remedios. Nos ha tocado ver la cantidad de ollas comunes que han proliferado en todo Chile, que por un lado tiene el aspecto de la solidaridad, de que el pueblo ayuda al pueblo, pero por otro lado el de la precariedad: ¿cómo llegamos a eso? Y eso es porque –insisto– la mitad de los chilenos gana menos de 400 lucas y el promedio de las pensiones es de 88 mil pesos, y el de las mujeres es de 297 mil pesos. Tenemos un país que es estructuralmente desigual y eso no se va a solucionar con otro retiro. Tenemos que apuntar a políticas de largo plazo que den soluciones ahora, pero que cambien esta desigualdad estructural que tenemos en Chile.
-Dentro de la oposición ya se ha descartado desde varios partidos la posibilidad de hacer una primaria única. ¿Qué escenario ve con buenos ojos? Se plantea una primaria del Frente Amplio con el Partido Comunista. ¿Se podría polarizar?
-No veo cómo se podría polarizar por incluir a los compañeros y compañeras del PC a una primaria. Las primarias tienen que ser en función de ideas compartidas y compromisos comunes adquiridos públicamente, para que nadie al día siguiente pueda alegar que no se leyó el programa y que, por lo tanto, termine boicoteando por dentro un futuro Gobierno de cambio. Dicho esto, efectivamente es difícil, pero yo creo que hay que hacer todos los esfuerzos para buscar cuáles son esos puntos comunes. Y ahí, volvamos a las ideas, volvamos al Seguro Único de Salud, a la Ley de Garantías de la Infancia, a la recuperación de los recursos naturales, a la descentralización.
A partir de temas como esos vamos a poder terminar con las AFP, encontrar puntos comunes que le den sentido a una primaria. Un requisito básico de la primaria es que tiene que ser en función de proyectos colectivos y no individuales. A mí eso me parece bastante obvio. A Daniel Jadue lo veo como un aliado. Creo que todos quienes hemos hace muchos años venido peleando por cambios y para transformar este modelo neoliberal en uno que asegure los derechos sociales garantizados a todos los chilenos y chilenas –y que tenga un nuevo trato con los pueblos originarios, que puedan desarrollar su autonomía en su territorio, que podamos recuperar nuestros recursos naturales–, tenemos que unir fuerzas en algún momento. Así que, en temas programáticos, yo no tengo ninguna duda de que con la candidatura de Daniel Jadue tenemos muchos más puntos en común que divergencias.
-En esta crisis, ¿quién ha sido el gran responsable? ¿Sebastián Piñera, el gabinete? Y en este contexto, ¿hay alguna estrategia que pudiera asumir esta administración en sus últimos meses?
-El Gobierno hace rato terminó. Este Gobierno hoy día no tiene liderazgo, no tiene apoyo ni de la ciudadanía ni de las instituciones, no tiene apoyo ni siquiera de sus propios partidarios. El principal responsable de eso es, sin lugar a dudas, el Presidente de la República, Sebastián Piñera, quien ha sido un pésimo gobernante, tremendamente terco, que no ha sido capaz de escuchar las necesidades del pueblo ni las propuestas de quienes piensan distinto a él. Y, por lo tanto, él tiene la principal responsabilidad en esta crisis institucional que estamos viviendo. Pero Sebastián Piñera no es solo, también viene con una ideología y un sector político que lo representa. Está encarnado también en Ignacio Briones, Sebastián Sichel, Mario Desbordes, Joaquín Lavín y Evelyn Matthei y en sus candidaturas constituyentes, que en su gran mayoría estuvieron por el Rechazo.
Quiero ser muy claro en esto. Sebastián Piñera es un problema, sin lugar a dudas, y ha sido un pésimo gobernante, quizás el peor del que tengamos recuerdo, pero votar por las candidaturas de continuidad de Sebastián Piñera es seguir profundizando esta crisis y esta disociación inmensa que existe entre gobernante y gobernados.
Ahí la oposición y la izquierda en particular, tenemos que ofrecer una alternativa que sea viable, que sea seria, que sea transformadora, que se haga cargo de lo que se ha planteado desde el 18 de octubre en adelante y de antes también. Venimos peleando por una nueva Constitución hace mucho tiempo. El mismo Partido Socialista en algún momento nos dio la espalda, cuando su presidente nos decía que era «fumar opio» pensar en un proceso constituyente.
La derecha tiene la principal responsabilidad, encarnada en Piñera, pero no únicamente en él, y nosotros también tenemos una responsabilidad, que es ofrecer una alternativa que sea viable para salir de esta crisis con mejoras concretas a la calidad de vida de los chilenos y chilenas, en su situación económica, sanitaria, salud mental y en la perspectiva de vida para que no vivamos con incertidumbre sino con dignidad.
-¿Se justifica ahora una acusación constitucional o se diluye?
-Lo vamos a evaluar en la oposición. Yo creo que hay argumentos bastante potentes, pero no podemos distraernos, eso sí, de que la principal urgencia hoy día es que la ayuda llegue a la gente. Esa tiene que ser nuestra principal prioridad. La acusación constitucional se está estudiando, tenemos juristas trabajando en aquello, porque tampoco puede ser que las responsabilidades de la tremenda crisis, de los más de 30 mil muertos probables por COVID, el desastre económico que se ha producido, la falta de ayuda del Estado… eso también tiene que tener responsables políticos, para que no vuelva a suceder. Esto no puede ser solo testimonial, requiere un acuerdo amplio de la oposición y vamos a seguir trabajando en aquello.
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