Varios recintos hospitalarios de la Región Metropolitana ya tienen un 100% de ocupación de camas críticas. Es el caso del Hospital el Carmen de Maipú, cuyo director, Juan Kehr, sostuvo que se trata de una «situación bastante apremiante, en el sentido de que hemos tenido pacientes que muchas veces requieren de ser intubados y luego conectados a ventilación mecánica. Nosotros hacemos ese proceso en el servicio de urgencia». De 2.571 camas UCI habilitadas en la RM, 2.536 están ocupadas. Frente a esta situación, el coordinador de camas críticas del Ministerio de Salud, Luis Castillo, dijo que la Red Integrada COVID-19 tendrá que restablecer el máximo de 4.544 camas habilitadas que se registró a principios de mayo, aunque las proyecciones del Minsal estiman que esta cantidad no será suficiente. En esa línea, Castillo advierte que «las nuestras es que en unas semanas más vamos a requerir, aproximadamente, 4.900 o 5.000 camas críticas».
La red asistencial en la Región Metropolitana está atravesando un momento complejo en el marco de la crisis sanitaria por el COVID-19. Solo 35 camas críticas están disponibles en toda la capital, lo que se traduce en una ocupación de 99%, solamente superada por Aysén, que registra un 100% de ocupación.
Datos a los que accedió La Tercera dan cuenta de un aumento de 5,5% en los ingresos a las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) por COVID-19 en los últimos siete días. De 2.571 camas UCI habilitadas en la RM, 2.536 están ocupadas.
De hecho, varios recintos hospitalarios de la Región Metropolitana ya tienen un 100% de ocupación de camas críticas. Es el caso del Hospital el Carmen de Maipú, cuyo director, Juan Kehr, sostuvo que se trata de una «situación bastante apremiante, en el sentido de que hemos tenido pacientes que muchas veces requieren de ser intubados y luego conectados a ventilación mecánica. Nosotros hacemos ese proceso en el servicio de urgencia».
La ocupación en otras regiones también está al borde. En Tarapacá, por ejemplo, solo hay una cama crítica disponible, lo mismo que en Los Ríos. En tanto, Coquimbo tiene disponibilidad de dos camas.
Frente a esta situación, el coordinador de camas críticas del Ministerio de Salud, Luis Castillo, dijo que la Red Integrada Covid-19 tendrá que restablecer el máximo de 4.544 camas habilitadas que se registró a principios de mayo, aunque las proyecciones del Minsal estiman que esta cantidad no será suficiente. En esa línea, Castillo advierte que «las nuestras es que en unas semanas más vamos a requerir, aproximadamente, 4.900 o 5.000 camas críticas».
Además, una de las órdenes para que la red funcione de forma más eficiente, es que la atención primaria y su red de urgencia operen las 24 horas del día. Sin embargo, debido a la saturación de los recintos hospitalarios, se busca implementar una nueva estrategia que consiste en concientizar a los pacientes para que evalúen su situación. Si es no respiratoria, lo recomendable es que acudan a la atención primaria, pero si los síntomas responden a la enfermedad respiratoria, entonces tendrán que concurrir a los recintos hospitalarios.
Por otra parte, también se está reforzando la creación de camas intermedias para ubicarlas en el Hospital San Borja Arriarán o en el Instituto Geriátrico. Al respecto, Castillo sostuvo que «paciente COVID-19 que salga del ventilador mecánico será trasladado a una cama intermedia inmediatamente. La idea es mantener un flujo dinámico, para que quienes están esperando por una cama UCI y un ventilador puedan ingresar. Las camas intermedias serán un complemento de las camas críticas, y nos van a permitir mantener tasas de ocupación UCI entre un 80% y un 90%».
Además, si bien hace dos semanas se reanudaron las cirugías mayores ambulatorias, Castillo adelantó que por unas semanas se suspenderá la actividad de pabellón en la Región Metropolitana. «En la Región Metropolitana esto se va a parar durante varias semanas, por el tiempo que sea necesario. Y en regiones, la actividad quirúrgica va a estar modulada por los directores de los servicios de salud, acorde a su demanda de camas», dijo.
En el mundo privado dieron su visión respecto a lo que está pasando en la red asistencial. Así, el jefe de la Unidad de Paciente Crítico de Clínica Indisa, Sebastián Ugarte, sostuvo que «desde hace varias semanas que estamos con cifras de ocupación que superan largamente el 90%. Una UCI debe siempre tener al menos una cama para poder recibir a un paciente en caso de emergencia (…). Pero puede que haya que estar haciendo un complejo trasvasije de la demanda de pacientes hacia diferentes centros, con toda una cadena de medios móviles y coordinaciones logísticas».
«Eso aún no ha visto una repercusión en las enfermedades y las vidas de pacientes, pero esto es realmente complejo, solo ha sido posible por un sistema que ya existía que dio un margen, y ese margen se está agotando», agregó.
Respecto a las cifras en la Región Metropolitana, Ugarte precisó que en otros momentos de la pandemia «la RM era un respaldo para las demás regiones, que a veces tenían una única UCI para respaldar o capacidad limitada. Pero en estos momentos, en que tenemos cerca del 100% de ocupación en Aysén, similar en Valparaíso, si ocurriera un colapso de camas críticas en la RM, no parece tan fácil generar la suficiente cantidad de camas en otras regiones para auxiliarnos».
Por otra parte, el jefe de Urgencia de la Clínica Alemana, Rodrigo Rosas, «una cosa no menor que hemos visto las últimas dos semanas es que la red integrada de urgencias ha estado derivando muchos pacientes en forma directa a los servicios de urgencia privados, ya que el sistema público no ha podido absorberlo. La gravedad de estos pacientes es importante. Es una situación particularmente preocupante, dado que la capacidad de crecer en camas y la capacidad de ofrecer respuestas por parte del sistema sanitario parece haber llegado ya a un límite».
Finalmente, el director médico de la Clínica Santa María, Javier González, manifestó que «estamos con un 100% de ocupación de camas críticas, lo que se debe principalmente a pacientes con coronavirus: en su mayoría jóvenes y no vacunados, como también a pacientes no COVID-19, que han ingresado por diversas patologías a la UCI. Cabe destacar que, desde el inicio de la pandemia, hemos aumentado en cuatro veces nuestra capacidad de camas críticas para dar respuesta a la emergencia sanitaria, totalizando 80 camas de cuidados intensivos».