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La entrevista concedida por el Fiscal Nacional sigue generando coletazos y dejando en tela de juicio al jefe del Ministerio Público. Entrevistado en El Mostrador en La Clave, Carlos Gajardo, exfiscal de los casos de platas políticas recordó que “los parlamentarios buscaron a una persona que les diera garantías explícitas” en estas investigaciones”. Y esa persona fue Abbott. Por eso, Gajardo plantea que “debiéramos cuestionarnos la manera en que estamos designando estas altas autoridades». «Me parece que el tiempo que lleva en el cargo es excesivo», lo que se suma a que en los casos de platas políticas “se han tomado decisiones sumamente contradictorias unas con otras, y por los mismos delitos se ha perseverado mientras que en otros se ha decidido no continuar”, añadió.
“Creo que Abbott no era la persona idónea para ocupar este cargo”. Así de tajante fue Carlos Gajardo en El Mostrador en La Clave el exfiscal que inició la persecución de los casos de financiamiento irregular de campañas que pusieron en jaque de manera transversal a la clase política, pero que optó por salir del cargo en 2018 cuando el actual jefe del Ministerio Público asumió el cargo.
Gajardo se refirió así a los nuevos antecedentes surgidos en materia de las investigaciones de platas políticas, luego de la entrevista del Fiscal Nacional emitida la semana pasada en Chilevisión, que sigue generando coletazos y dejando en tela de juicio al jefe del Ministerio Público.
En dicha entrevista, respecto al caso SQM, Abbott reconoció una reunión con el senador DC Jorge Pizarro en plena campaña a Fiscal Nacional. Aunque, según dijo, “jamás traté el tema de las investigaciones de las platas políticas con las personas con las cuales yo conversé».
Además, el Fiscal Nacional reconoció que se reunió con otros senadores, como Guido Girardi, Hernán Larraín y Patricio Walker, afirmando que «era una práctica habitual que esas reuniones se realizaran respecto de aquellos senadores que no formaban parte de la Comisión de Constitución y Justicia, porque cuando uno iba a exponer exponía en la comisión, no en la sala».
Sus dichos provocaron inmediatas reacciones. “En 2018 intentamos destituir al Fiscal Abbott por su complicidad con la corrupción y perdimos”, recordó el candidato presidencial de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, e incluso en la derecha, el diputado RN Camilo Morán pidió que el Fiscal Nacional dé un paso al costado «por el daño que se genera al Ministerio Público». Al interior de la Fiscalía también hubo ruido: los fiscales cuestionaron las reuniones con de Abbott con senadores, mientras los funcionarios del Ministerio Público advirtieron que su cargo debe estar “libre de sospecha”.
Para el exjefe de la fiscalía de Alta Complejidad Oriente, Carlos Gajardo, el tema de fondo es que Abbott no reúne las condiciones necesarias para ocupar un cargo de esta envergadura. Además, plantea que «8 años es (un tiempo) eterno para un cargo de este tipo», y pide poner el foco en el sistema de designación. “Debiéramos cuestionarnos la manera en que estamos designando estas altas autoridades, me parece que el tiempo que lleva en el cargo es excesivo”, indicó.
En cuanto al mecanismo de nombramiento, el exfiscal sostiene que el hecho de que “los senadores incidan en definición de cargos como el de Fiscal Nacional, viene a teñir políticamente e incidir en que los fiscales y jueces tengan que ser muy respetuosos con el poder político”.
De acuerdo a Gajardo, el nombramiento de Abbott es parte de una “operación de impunidad” para “aprovechar que vencía el plazo del fiscal Sabas Chahuán en diciembre del año 2015 y la llave para nombrar a un nuevo fiscal la tenía el Parlamento porque el nombramiento tiene que contar con los 2/3 de aprobación y esa llave la utilizaron”.
“Previo al nombramiento del fiscal nacional Jorge Abbott, los parlamentarios buscaron a una persona que les diera garantías explícitas en investigaciones por relación dinero-política”, dijo. Y esa persona fue Abbott.
“Jorge Abbott acotó las investigaciones, las dividió y las separó, los entregó a equipos distintos dentro de la Fiscalía y nos sacó a nosotros del caso. A partir de eso, la acción de la Fiscalía ha ido en esa línea, se han tomado decisiones sumamente contradictorias unas con otras. Por los mismos delitos se ha perseverado mientras que en otros se ha decidido no continuar”, añadió Gajardo.
De acuerdo al ex fiscal, el resultado de todo esto “ha sido esta manifiesta disconformidad de la ciudadanía por la forma en cómo se terminaron los casos. Yo creo que es uno de los elementos importantes que tuvo el 18 de octubre como expresión de descontento”.
Pero la mala gestión de Abbott no se remite a este tema. De acuerdo a Gajardo, “hay un problema grave de no haber podido dar un adecuado tono a las prioridades qué debe tener la persecución penal donde deben ponerse acentos mayores en determinados asuntos”, sobre todo en el tiempo de pandemia.
“Creo que el Ministerio Público tiene problemas importantes de gestión que por definición son de cargos y responsabilidad de sus ejecutivos principales, y fundamentalmente del Fiscal Nacional. La Fiscalía, en este tiempo de pandemia ha destinado personal al combate y persecución de infracciones a la cuarentena. Son más de 100 mil causas que probablemente quedarán en nada. Esa es una decisión de política criminal muy equivocada que viene del Fiscal Nacional, que debiera haber dicho que la Fiscalía no es el órgano para poder resolver el problema de si se cumplen o no se cumple la cuarentena”, añadió.
