Las tres candidaturas de mayor proyección (Boric, Sichel y Provoste) cuentan en esta ocasión con un factor en común, como son las complicaciones y nudos por resolver con sus propios conglomerados respecto de cómo pararse frente al cuarto retiro de fondos desde las AFP. Si bien a unos les ha costado menos que a otros –sin nadie tenerlo resuelto aún–, lo cierto es que el factor cuarto retiro ha evidenciado los puntos débiles de cada uno. Mientras que a Gabriel Boric le pega en relación con su eventual liderazgo, a Sebastián Sichel lo golpea en la debilitada confianza que despierta en una coalición donde no son pocos los que todavía lo miran como a un “impostor”. En el caso de Yasna Provoste, la postura abierta de Nuevo Pacto Social, de ir hacia adelante sin condiciones, sumada a su rol de senadora –por ende, incumbente–, la tienen sin una postura clara, y eso, en la recta final de una carrera presidencial, es considerado de un alto “costo” y en que fallar se paga con creces.
Sebastián Sichel forzado a tener que sentarse con los partidos de su coalición para cerrar heridas y evitar que aumente la apatía hacia su persona, Gabriel Boric intentando contra viento y marea alinear a los suyos en favor de su postura de un cuarto retiro con indicaciones, y Yasna Provoste sin poder resolver el dilema que le plantearon las bancadas de los partidos de Nuevo Pacto Social, desde donde, haciendo oídos sordos a las advertencias de sus propios técnicos y especialistas, van a ojos cerrados por un nuevo retiro sin condiciones. Estas son parte de las debilidades de cada uno de los candidatos a la Presidencia de la República, las que terminaron públicamente expuestas y empujadas a raíz del complejo escenario que el tema del cuarto retiro impuso, a poco más de dos meses de la elección presidencial, a realizarse el 21 de noviembre.
Voluntaria o involuntariamente, el proyecto refundido del cuarto retiro de fondos terminó por transformarse en un dolor de cabeza interminable para las tres candidaturas de mayor proyección, y que tiene tanto a los abanderados como a sus partidos en medio de una partida de ajedrez, donde nadie tiene muy claro cuál debería ser el próximo movimiento. Considerando que se está a poco más de dos meses de la elección presidencial, los tres buscan cerrar cada uno su flanco y, de esta manera, evitar quedar en jaque frente a una ciudadanía que mantiene un pronóstico reservado respecto a por cuál de los tres proyectos se va a inclinar, muy probablemente, en segunda vuelta, como anticipan varios de los analistas de la plaza.
Si bien una de las tareas primordiales de un comando presidencial es intentar tapar a como dé lugar las debilidades de su abanderado, en esta ocasión el factor externo del cuarto retiro se instaló en el corazón del debate y, más allá de todos los esfuerzos desplegados transversalmente para detener el arrastre que lleva consigo, este se convirtió en una fuerza indomable que terminó por evidenciar las debilidades tanto del candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, como del de Chile Podemos +, Sebastián Sichel, y también de la representante de Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste.
El analista Andrés Cabrera opinó que “habría que preguntarse si esa relación entre Gabriel Boric y Apruebo Dignidad, o entre Sebastián Sichel y Chile Podemos +, y por último, entre Yasna Provoste y Nuevo Pacto Social, va a salir fortalecida o dañada con la tramitación del cuarto retiro. La pregunta es si mostrarán capacidad de diálogo para ordenar a sus bases parlamentarias”. En la misma línea, el director de Tres Quintos, Kenneth Bunker, agregó que “se juegan harto capital político, en el sentido que dependen de esto en gran medida, ver cómo y cuál va a ser el estilo de liderazgo que tienen, cómo se les criticará de acá en adelante».
En el caso de Gabriel Boric, el proyecto de retiro expuso un flanco que ha arrastrado desde que se decidió a postular como candidato de su sector a Presidente de la República, y que tiene relación con su liderazgo, una “pata coja” que sus adversarios han aprovechado para apuntalar su campaña.
Y es que su postura contraria al cuarto retiro en medio de los debates de las primarias legales frente Daniel Jadue, la que tuvo un cambio rotundo luego que se diera cuenta que su sector corría en dirección contraria, sacó a la luz los fantasmas con los que ha debido luchar constantemente y que guardan relación con la dificultad que ha presentado para ordenar la interna en diferentes ocasiones, es decir, el atributo de liderazgo.
Ejemplos existen varios, como cuando firmó por su cuenta el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, y que le costó ser pasado al Tribunal Supremo de su partido. O cuando su conglomerado le dio la espalda, luego que este apostara por unas primarias legales amplias, y que consideraban en ese entonces a Unidad Constituyente, pero que fracasó, generándole costos no solo hacia afuera sino también hacia el interior de Apruebo Dignidad.
En un intento por cerrar el flanco, Boric optó por seguir adelante con el cuarto retiro. “No tenía otra opción”, señalaron cercanos a su persona, pero con condiciones, lo que lo diferencia del bloque de centroizquierda y, también, de la derecha. El problema está en que sectores del PC y del FRVS no están dispuestos, dificultando aún más el trabajo para “tapar este hoyo”.
Si bien desde el Frente Amplio (FA), y en particular la candidatura de Gabriel Boric, han encabezado esfuerzos para lograr acuerdos, como la reunión del lunes en la noche, aún el camino se les puede poner cuesta arriba, si no logran alinear a todo el bloque, como –advierten varios– puede terminar pasando.
La diputada y jefa de bancada de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS), Alejandra Sepúlveda, valoró la coordinación que se está produciendo entre las directivas de los partidos para fortalecer la campaña, pero aseguró que “corren por un carril distinto todas las indicaciones y los cuestionamientos, los aportes que se quieran hacer al proyecto del cuarto retiro, y estudiaremos cada una de las indicaciones. Nosotros no vemos con buenos ojos y seguimos insistiendo en que no deben existir impuestos ni un sistema de cuotas. No nos parece”.
Además, cabe consignar que este miércoles 15 de septiembre se acaba el plazo para presentar indicaciones a la señalada iniciativa, lo que tiene al pacto trabajando a toda máquina para evitar otro acto fallido de la campaña.
Para Cabrera, en caso de que se aprobara sin indicaciones, “le podría afectar pero dentro del contexto de los presidenciables. Aun cuando no llegara a acuerdos con oposiciones distintas a incorporar indicaciones, no sería tanto el impacto, porque Gabriel Boric ya se ha pronunciado a favor. La reunión que tuvo con la dirigencia de Apruebo Dignidad tiende a allanar esa posibilidad y yo creo que las diferencias van a ser mínimas”.
En el caso de Bunker, este indicó que “si él decide una cosa y el apoyo de sus partidos no es condicional a lo que él haga, finalmente le pueden quitar piso. El cuarto retiro desnuda esa debilidad. Hacia adelante le queda probar que él es el que está al mando de esa coalición”.
En este caso, fue el propio presidenciable quien quiso instalar la bandera del cuarto retiro como un referente desde donde posicionarse como líder de su coalición, en un contexto en que aún amplios sectores de la primera línea oficialista lo siguen mirando como un “impostor”, principalmente por estar liderando un pacto de centroderecha y de derecha, considerando su vasta trayectoria política con la centroizquierda, como militante DC, con dos candidaturas a diputado a cuestas y con cargos en los gobiernos de la ex Presidenta Michelle Bachelet.
Si bien ha mostrado menos dificultades en el ordenamiento de su sector, el estilo con el que se buscó imponer frente a la ciudadanía –donde estratégicamente se busca resaltar uno de los aspectos donde sus estudios internos señalan que superaría a Gabriel Boric, como es el del liderazgo– ha sido materia de debate, a la vez que ha terminado por tensionar a una coalición que camina entre la espada y la pared, bajo la amenaza de ser descartado como aliado –le sucedió a la RN Paulina Núñez–.
Todo esto, enmarcado en un “ninguneo” al cual no están acostumbrados los partidos políticos, como lo es el no ser considerados para las grandes decisiones, amenazando incluso su potencial influencia en un Gobierno propio, luego que desde el comando descartaran que los espacios de mayor poder, como los ministerios, vayan a ser ocupados por alguna de sus figuras.
En este sentido, y más allá de si su liderazgo está o no en entredicho, dependiendo del resultado del proyecto de retiro, lo cierto es que la manera de intentar alinear a todos bajo su precepto de que se trata de una “mala política pública”, lo ha llevado a tener que ceder en una de sus principales convicciones de campaña, como lo es estar lo más alejado posible de los partidos que sustentan su candidatura. Porque cabe recordar que, más allá de no ser militante y de buscar resaltar su condición de independiente, es el candidato presidencial de Chile Podemos +, compuesto por la UDI, RN, Evópoli y el PRI.
De esta manera, y expuesta la debilidad en cuanto a que, más allá del “alineamiento a la fuerza”, no habría una real compenetración con su figura y lo que representa, es que Sebastián Sichel se verá obligado a tener que sacarse la foto con las directivas de las colectividades de su coalición, un hecho al que hasta hace algunas semanas intentó hacerle el quite, enviando siempre a sus representantes.
Tal como lo consignó La Tercera, de vuelta de Fiestas Patrias, Sichel debería sentarse con cada una de las directivas, situación que no han querido confirmar en su comando, y que resienten, aunque hay varios que “entienden” que ya no se puede estirar más el elástico. Y es que el alto grado de tensión provocado en RN, luego que cuestionara el liderazgo de su presidente, Francisco Chahuán, sumado esto a una UDI que no tiene cómo “hacerse notar” ni “banderas que presentar” cuando se camina hacia el centro, obliga a un profundo control de daños.
El decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la UA, Tomás Duval, señaló que “en la dicotomía de que se rechaza el cuarto retiro, sin duda será un punto para Sichel; y en caso contrario, una derrota defendible por principios. Lo que es difícil de visualizar es la reacción de las personas sobre este retiro, si eso tiene impacto en la campaña. El escenario complejo es que se apruebe en la Cámara y se rechace en el Senado. Ahí ambos (junto a Boric) tendrán espacios políticos”.
En opinión de Bunker, “llega a golpear la mesa donde muchos lo consideran un impostor (…). Cualquier persona que sigue política desde hace tiempo sabe que Sichel es una persona de centroizquierda, estaba a favor de los derechos humanos de una forma que la derecha tradicional nunca ha estado, compitió por la DC dos veces como diputado, vira una carrera política, entra en la centroizquierda coordinando campañas con Frei, Bachelet, con varios de la primera línea. El problema que muestra el cuarto retiro es cómo Sichel puede obtener el apoyo de las primeras líneas, si las primeras líneas no confían en él”.
A eso agregó que “le falta armar esa fibra comunitaria con ellos, tratar de generar algún tipo de relación antes de golpear la mesa, tratar de pedir permiso. No sé si funciona tanto ser activamente líder, o demasiado tieso, rígido en la forma de ejercer poder. Yo creo que necesita un poco más de entender cuáles son los espacios en los que se puede mover, y tratar de avanzar con el apoyo de la derecha y tratar de avanzar más”.
La senadora, que corre tercera en las encuestas, no ha encontrado aún la fórmula para dilucidar cómo salir de este “pantano”, como algunos de sus cercanos denominan al espacio de indefinición en el que se halla respecto del cuarto retiro. Sin una posición clara, lo que evidentemente le juega en contra –considerando que su postura no genera una bandera de debate público– es quién tendría, entre los tres, quizás la pendiente más inclinada.
Y es que, si su estrategia es la de posicionarse como una persona de carrera, responsable, con experiencia y que es capaz de hacer que “las cosas pasen” , su conglomerado, Nuevo Pacto Social, le puso todas las piedras que podía en el camino, en momentos en que se encuentra en serias dificultades para tener una mayor presencia mediática, principalmente por el bajo apoyo obtenido en la consulta ciudadana, en comparación con las primarias legales, sumado esto a que no ha sabido poner temas en agenda, cuestión que se le cuestiona también desde su sector.
Si parte de los rasgos que busca resaltar son los de la responsabilidad y la experiencia, el que los partidos que sustentan su campaña hagan oídos sordos a las recomendaciones técnicas de sus propios expertos, y acusen de «letra chica» cualquier indicación que se superponga al trámite legislativo del cuarto retiro, hacen de cualquier movimiento uno “inocuo para sus pretensiones”.
En Nuevo Pacto Social hay diputados que no están contentos y son críticos con la indefinición de su candidata presidencial y esperan que pueda transparentar una postura pronto, que le permita estar en el debate, como lo están Sebastián Sichel y Gabriel Boric, en sus distintas opiniones –eso opinan en la DC, PPD, PS–. “Ella tiene que manifestarse, tiene que actuar como candidata y no como senadora. El tiempo está en contra, tiene que levantar pronto su postura”, apuntó un diputado del PPD.
“Se ha dado demasiadas vueltas y eso no permite tener liderazgo”, dijo un parlamentario del PS. “No se ha hablado directamente con ella, pero se le han enviado mensajes de preocupación”. La misma fuente señaló que en su bancada la mayoría, si no todos, están a favor del cuarto retiro y que hasta ahora no se ha conversado sobre indicaciones.
Sin embargo, el diputado Leonardo Soto defendió y desdramatizó que Provoste no entrara al ruedo y aseguró que este tema “ha desfondado a todos los candidatos presidenciales». «Ella va a tener que votar este proyecto cuando llegue al Senado y es difícil que pueda pronunciarse cuando hay varios proyectos”, planteó el parlamentario.
Diputados de la DC sostienen que el análisis del entorno de la candidata es que no se va a aprobar el cuarto retiro en la Cámara Baja, y entonces el diagnóstico es “para qué se va a pronunciar”. “Hay una desinteligencia en los ritmos de una campaña”, sostuvo un diputado. En la bancada la mayoría está a favor de un retiro y sin indicaciones, sin “letra chica”, salvo Matías Walker, quien explícitamente anunció indicaciones. Sobre la posibilidad de llegar alineados con el resto de Nuevo Pacto Social, en la DC dicen que primero quieren mirar en qué términos se presentan las indicaciones.
Para el doctor en ciencia política de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, “el dilema de Provoste es el siguiente: si el proyecto avanza de la Cámara al Senado, ella será factor, ya sea alineándose con los senadores de su sector que mayoritariamente están en contra del cuarto retiro, o jugándose a favor, siempre y cuando logre un cambio de opinión en esos mismos senadores. Ahí mostraría liderazgo y unidad. Sin embargo, esta acción difícilmente conviva con un mensaje de responsabilidad y respeto al juicio experto. Por tanto, su silencio tiene que ver con este dilema”.
A lo anterior agregó que “si hoy llegara a apoyar el cuarto retiro y este es rechazado en el Senado, su candidatura perdería todo sentido. Si apoya el proyecto y consigue un cambio de postura en los senadores de su coalición, la candidatura tomará un segundo aire, aunque deberá hacer muchos esfuerzos para explicar el apoyo a un proyecto criticado de manera casi unánime por los economistas”.