La encuesta realizada en 18 países de la región dejó en evidencia la paradoja chilena. Con un 60%, Chile figura en el listado de naciones con mayores niveles de apoyo a la democracia en la región, junto a Uruguay (74%) y Costa Rica (67%), y mayor rechazo al autoritarismo. Sin embargo, hay una mirada crítica a cómo se ejerce el poder, y aparece como el país de la región que percibe más desigualdad y más injusticia en el acceso a la educación, justicia y salud, y la más baja percepción de seguridad social. “El estallido social de 2019 en Chile, tenía buena parte de su fundamento en esta crítica”, resalta el estudio. A nivel regional, la directora de Latinobarómetro, Marta Lagos, señaló que la próxima será la «década de las protestas», en la que los ciudadanos de muchos países de la región «van a reivindicar las vulnerabilidades de la democracia y a reclamar más derechos cívicos y sociales».
El Latinobarómetro 2020 arrojó como conclusión que la democracia en América Latina está estable dentro de su vulnerabilidad, pero también dejó en evidencia la paradoja política chilena, dado que el apoyo a la democracia y el rechazo al autoritarismo están entre los más altos de la región, pero hay una serie de indicadores preocupantes para la salud de la vida democrática.
Esto, porque Chile está entre los países donde hay menor percepción de que se gobierna para la mayoría (8%), junto a Paraguay (5%) y Costa Rica (9%), y en cambio un 86% considera que en el país “se gobierna para grupos poderosos en su propio beneficio”.
Asimismo, Chile es el país de la región que percibe más desigualdad y más injusticia en el acceso a la educación, justicia y salud, con un 90% o más, y además cuenta con la más baja percepción de seguridad social (20%). “El estallido social de 2019 en Chile, tenía buena parte de su fundamento en esta crítica”, recuerda el estudio.
Chile también encabeza la lista, con el 89% de su población, que plantea que no hay igualdad ante la ley, y está entre los países de la región donde las grandes empresas son percibidas con más poder, con un 48%, junto a Perú (55%) y El Salvador (49%).
Asimismo, en una arista que está siempre latente, Chile (73%) encabeza los países que perciben el aumento de la corrupción, solo superado por el régimen de Venezuela (75%).
En contraposición, con un 60%, Chile figura en el listado de naciones con mayores niveles de apoyo a la democracia, junto a Uruguay (74%) y Costa Rica (67%). Además, un 74% en el país considera que “la democracia puede tener problemas, pero es el mejor sistema de gobierno”.
Dichas cifras contrastan con el promedio de la región, donde tan solo el 49% de los encuestados apoya la democracia dentro de la región, el 13% está del lado del autoritarismo y al 27% le es indiferente el régimen de gobierno que esté a cargo de su país. A nivel regional, además, el 70% de los encuestados está insatisfecho con la forma en que funciona su democracia, una marca muy por encima de la de 2017 (58 %).
Por otro lado, el sondeo realizado en 18 países de la región arrojó que la participación política, la libertad de expresión, la igualdad de género y el medioambiente son aspectos de la vida de las sociedades latinoamericanas que han llegado a puntos mínimos en 2020, indicando que el deterioro ha ido mucho más allá de la recesión económica y de los problemas sanitarios.
«La democracia en América Latina se mantiene sorprendentemente en el mismo nivel que en 2018, que fue el peor año para las democracias de la región según nuestra encuesta. Por otro lado, la pandemia no tuvo efectos negativos sobre esta materia, lo cual es bastante llamativo considerando los efectos que tuvo en Latinoamérica la situación sanitaria. La situación ya era muy grave antes de la pandemia, pero los resultados se han consolidado», mencionó la directora de Latinobarómetro, Marta Lagos.
Para Lagos, la próxima será la «década de las protestas», en la que los ciudadanos de muchos países de la región «van a reivindicar las vulnerabilidades de la democracia y a reclamar más derechos cívicos y sociales». «La pandemia fue un paréntesis que de hecho agudizó más los problemas y desigualdades. Las demandas siguen ahí y cuando volvamos a la normalidad las manifestaciones se reanudarán», esgrimió.
En tanto, agregó, Chile tiene el reto de canalizar las demandas a través del proceso de reforma constitucional que atraviesa, que se presentó como la vía política para amainar la crisis social que comenzó en 2019.
En total, se aplicaron 20.204 entrevistas en 18 países. El estudio se aplicó presencialmente en 17 países entre el 26 de octubre de 2020 y el 15 de diciembre; en Argentina no se pudo hacer cara a cara por la condiciones de la pandemia, por lo que finalmente se decidió realizarlo online.