El candidato presidencial del Frente Social Cristiano fue uno de los que intervino en debates como el de la despenalización del aborto en 3 causales y el de identidad de género, cuyas mociones votó en contra. En la tramitación por la distribución de la píldora del día después, sostuvo que «es la píldora que privilegia el placer por sobre todo; es la píldora del egoísmo; es la píldora que hace vivir la sexualidad con miedo a un ser indefenso que está por nacer. A él le tenemos miedo y lo queremos matar con esta píldora». Al votar en contra del proyecto de identidad de género, lo cuestionó por considerar que atentaba contra el sentido común. «¿Qué pasará en el caso de las personas que tengan un trastorno mental y vayan al Registro Civil, porque son mayores de edad, y soliciten cambiar su sexo registral?», fue una de sus frases en el Congreso.
En su época como diputado de la UDI, José Antonio Kast ya daba cuenta de sus posturas conservadoras en la agenda de género y derechos sexuales y reproductivos, las que mantiene hasta hoy: contrario al matrimonio igualitario y al aborto, por ejemplo. En el último debate presidencial, Kast reculó sobre la propuesta de su programa de Gobierno de derogar la ley que despenaliza el aborto, la que fue una de sus consignas también en su campaña del 2017. «Si el Congreso aprueba una ley y yo no tengo las mayorías, claramente va a ser ley», señaló en el debate de Anatel.
En su campaña del 2017 escribió en su Twitter: «Bajo mi gobierno, una de las primeras cosas que haré, será abolir esta ley de #aborto. Legislemos sobre las urgencias reales #LaPuraVerdad». En su paso por el Congreso, como diputado, argumentó su voto en contra de la ley, utilizando incluso fotografías de fetos de 12 semanas de gestación.
El 16 de marzo del 2016, manifestó que «lo que quieren es abrir la puerta al aborto libre. Únicamente una maquinación intelectual puede decir que la mujer tiene derecho sobre su cuerpo y que, por tanto, tiene derecho a decidir sobre la vida del niño que está en su vientre». Más tarde, el 20 de julio del 2017, dijo que «la nuestra es una sociedad sana que comprende el dolor de una mujer que ha abortado, comprende la desesperación que la puede llevar a eso, pero también comprende que aquí se está matando a un inocente. Es una sociedad que entiende la diferencia entre lo bueno y lo malo, entiende que se matará a un inocente en el vientre materno. Lo torturarán, lo envenenarán, le amputarán sus miembros sin piedad (…). Lo que están logrando es deshumanizar a las personas y nuestra cultura».
Durante la discusión por la píldora del día después, también tuvo intervenciones, que fueron apoyadas desde las tribunas de la Sala de la Cámara Baja por miembros de los llamados «grupos pro vida». El 13 de septiembre del 2006, el exmilitante UDI la definió como «la píldora que privilegia el placer por sobre todo; es la píldora del egoísmo; es la píldora que hace vivir la sexualidad con miedo a un ser indefenso que está por nacer. A él le tenemos miedo y lo queremos matar con esta píldora».
Mientras, el 15 de julio del 2009 agregó que «la ministra decía también que esta píldora reduce los embarazos de las adolescentes y los abortos. ¿Hasta cuándo se oculta la verdad a los chilenos? Todos los estudios validados en los países en los cuales se entrega libremente la píldora, Inglaterra, Suecia, Holanda, España, etcétera, indican que los embarazos y los abortos aumentan en la población adolescente. Pero eso no se dice».
«¿Acaso se dice que con esta píldora se adelanta la iniciación sexual de los jóvenes? ¿Se dice que con ella aumentan las enfermedades venéreas, porque no se usa el condón, qué es lo que han propuesto las autoridades? Eso no se dice. ¿Acaso se les dice a las jóvenes, algunas de las cuales ni siquiera han ovulado, que la píldora es una bomba hormonal que les podría causar un efecto dañino? Incluso, la caja dice que la píldora aumenta las posibilidades de desarrollar cáncer. Lo dice la caja, pero no las autoridades», añadió en esa oportunidad.
En sus intervenciones, Kast aludía a la pastilla como eventualmente abortiva, a pesar de que estudios que se comenzaron a realizar desde el año 2000 disipaban esa tesis, la misma que en todo caso usó el Tribunal Constitucional para declarar inconstitucional su entrega. El 6 de mayo del 2008, en entrevista con la Revista Paula, Kristina Gemzell-Danielsson, profesora y PhD del Karolinska Institutet, sostuvo que «no hay absolutamente ninguna evidencia de que el levonorgestrel sea abortivo. En nuestros estudios en curso, que aún no están publicados, examinamos mujeres que usaron levonorgestrel cuando la ovulación ya había ocurrido y no previene la fecundación ni implantación. La exposición a levonorgestrel no afecta el endometrio ni el embarazo».
A mediados de octubre, en entrevista con Mega, J. A. Kast afirmó que las personas trans y no binarias eran sujetos de derecho. «Sí. De hecho, hoy día se generó una ley, que no es la ley como me habría gustado que quedara, que es la Ley de Identidad de Género, pero claramente cualquier persona es digna de derechos y reconocimiento en su dignidad», puntualizó.
Sin embargo, ¿qué dijo Kast mientras se tramitaba esta iniciativa? Tuvo intervenciones polémicas. Cuando el proyecto estaba en su segundo trámite, el 23 de enero de 2018, el entonces diputado alegó que esta moción atentaba contra el sentido común.
«Se podrían dar casos increíbles, como el de un hombre que diga sentirse mujer y, conforme a las disposiciones de este proyecto de ley, cambie su sexo registral original, pero no cambie su aspecto físico, corporal, ni su presentación personal. Es decir, el diputado Ojeda y yo podríamos estar aquí, hablando, vestidos como hombres, pero según nuestro sexo registral ser mujeres», expresó.
«Alguien que cambia su sexo registral y pasa de ser mujer a ser hombre, podría decir que ahora quiere ser sacerdote. Eso atentaría contra lo que establece la libertad religiosa, en el caso de la religión católica. Por otro lado, podría llevar a las distintas iglesias a tener que casar a dos hombres o a dos mujeres, atentando nuevamente contra su libertad religiosa», agregó.
Pero fue más allá. Reclamó por el concepto de no-patologización que estuvo presente durante el debate, aludiendo a que la persona que accediera a esta ley podría hacerlo bajo depresión o trastorno mental. «¿Qué pasará si una persona que está con depresión decide cambiarse su sexo registral? Por una vez lo puede hacer, pero no podrá volver atrás. ¿Qué pasará en el caso de las personas que tengan un trastorno mental y vayan al Registro Civil, porque son mayores de edad, y soliciten cambiar su sexo registral?», sostuvo.
«¿Qué pasará con los hijos que vayan a tener dos mamás o dos papás? ¿Qué pasará con el matrimonio cuando un hombre heterosexual se enamora de un hombre que se siente mujer, que luego se transforma y ahora es mujer, y borra todos sus antecedentes? Ese hombre heterosexual nunca sabrá que no podrá tener hijos con ese hombre que eligió un sexo registral distinto», fue parte de lo que compartió durante el debate.
Durante la discusión del proyecto de la Nueva Ley de Matrimonio Civil, o Ley de Divorcio, en una sesión del 10 de marzo del 2004, José Antonio Kast planteó que «hoy, el mundo, en lugar de la felicidad plena a que podría aspirar, está sumido en una gran depresión. Vemos a la Vieja Europa sumergida en la oscuridad. Muchos jóvenes han perdido las ganas de vivir. Ya casi no se casan. No están dispuestos a tener hijos por temor a no poder tener una familia como sueñan. Y lo que ha pasado en Europa no es casualidad: es consecuencia de leyes que han ido destruyendo el corazón de la humanidad, que es la familia y el matrimonio. La familia jamás le ha hecho daño a ninguna sociedad en el mundo; no podemos decir lo mismo del divorcio«, sostuvo.