Si bien la decisión del Frente Amplio de impulsar la candidatura de Beatriz Sánchez para conducir la próxima mesa directiva de la Convención Constitucional –que, entre otras grandes misiones, le tocará acompañar el plebiscito se salida– tomó por sorpresa a algunos sectores de la propia coalición, que pensaban que el Frente Amplio se marginaría de esta elección bajo la lógica de que no era conveniente acaparar tanto poder, lo cierto es que finalmente primó la tesis de que no había razón poderosa para restarse de la competencia, atendiendo a la propia autonomía que marcó el Presidente electo Gabriel Boric. En esa línea, convencionales constituyentes del bloque del FA destacaron las cualidades políticas y comunicacionales de Sánchez –quien es periodista y fue en su momento candidata presidencial del bloque–, además de la capacidad de coordinación y de conversar con todos los sectores. «El hecho de que sean militantes del mismo conglomerado (con el Presidente electo), no da para decir que el poder lo están concentrando. Yo creo que hay autonomía, por un lado, capacidad con otro, y cierta coordinación», señaló el constituyente Daniel Stingo. Uno de los desafíos que tendrá el Frente Amplio es el de arribar a un acuerdo con el PC, con el fin de subsanar la grieta que se generó entre ambos y, así, evitar abrir flancos innecesarios para el próximo Gobierno, que tiene detrás a Apruebo Dignidad. Pese a la irrupción de Sánchez, hasta ahora nadie quiere ceder dentro de los distintos colectivos con sus candidatos y candidatas, una incertidumbre que se podría extender incluso hasta el día anterior a la votación, fijada para el 4 de enero.
Sin humo blanco terminaron ayer una serie de reuniones que buscaban generar acuerdos en torno a nombres para asumir la próxima semana la nueva mesa directiva, y que deberá encabezar el desarrollo de votación de normas constitucionales, así como el proceso de plebiscito de salida. Hubo, por ejemplo, conversaciones entre Independientes No Neutrales, Frente Amplio y Colectivo Socialista, por un lado, y de otras fuerzas políticas de manera individual, por otro, para analizar los escenarios posibles y cuánto están dispuestos a negociar.
El nombre de Cristina Dorador (Movimientos Sociales Constituyentes) fue el primero en confirmarse. Luego lo hizo Patricia Politzer (Independientes No Neutrales), Bárbara Sepúlveda (Chile Digno), Eric Chinga (Coordinadora Constituyente Plurinacional), Ramona Reyes (Colectivo Socialista), mientras que los escaños reservados del sector de Elisa Loncon también esperan proponer un nombre propio. Recientemente, Beatriz Sánchez fue levantada como la carta del Frente Amplio (FA). Su nombre desordenó el naipe y puso más presión, especialmente porque se trata de la excandidata presidencial del FA, a quien el mismo Gabriel Boric y Giorgio Jackson fueron a buscar para asumir la candidatura presidencial del conglomerad0 el 2007, por lo que los vínculos entre ella y el ahora Presidente electo, además de muy estrechos, asegurarían una línea de comunicación expedita entre la Convención Constitucional y La Moneda.
He ahí donde se instalan al menos dos focos de tensión: la concentración de poder en el FA, que tendrá la Presidencia de la República y la mesa de la CC, y si lograrán o no un acuerdo con el Partido Comunista (PC), colectividad con la que han tenido una relación más bien distante en la Convención, lo que podría no ser tan positivo para algunos en el contexto de un Gobierno juntos.
Sobre lo último, en el Partido Comunista no olvidan que el Frente Amplio no le dio los 11 patrocinios que necesitaba Bárbara Sepúlveda para candidatearse en una de las vicepresidencias adjuntas, quedando fuera de ese espacio. En ese entonces, en julio, Sepúlveda incluso dijo en La Tercera que se “amerita tener este antecedente para la presidencial y la parlamentaria”. Desde aquella gran discordia, ambos sectores separaron aguas en la Convención, acercándose el PC más a escaños reservados y Movimientos Sociales, mientras que el FA hizo lo propio con el Colectivo Socialista.
Pero esa especie de divorcio que hubo en la CC, en Apruebo Dignidad varios creen que se debe subsanar, en pos de no abrirle flancos innecesarios de conflicto al Presidente electo Gabriel Boric, cuando asuma en La Moneda, y no tensionar así la conformación de los equipos. Por eso también algunos en el bloque consideraron importante que dentro de las conversaciones por la mesa hubiera gestos con los socialistas, en el entendido de que podrían sumarse a cargos de Gobierno desde marzo.
Hasta ahora en el PC dicen que están «evaluando» el camino para apoyar a Sánchez y que se hará el intento de arribar a un acuerdo. En el FA, en tanto, algunos integrantes de ese sector aseguraron que «Bárbara Sepúlveda llega sí o sí a una vicepresidencia adjunta».
Desde el Frente Amplio aseguraron que el tema de si postular o no a la directiva lo discutieron varias veces, conscientes de que otros colectivos o sectores políticos podían mirar en ello un «acaparamiento del poder». Sin embargo, primó la tesis de que no había razón poderosa para quedarse abajo de la competencia, atendiendo a la propia autonomía que marcó el Presidente electo Gabriel Boric.
En esa línea, el constituyente del bloque del FA, Daniel Stingo, destacó las cualidades políticas y comunicacionales de Sánchez –quien es periodista y fue en su momento candidata presidencial del bloque–, además de la capacidad de coordinación y de conversar con todos los sectores. «El hecho de que sean militantes del mismo conglomerado (con el Presidente electo), no da para decir que el poder lo están concentrando. Yo creo que hay autonomía, por un lado, capacidad con otro y cierta coordinación», afirmó.
«¿Qué hacen los políticos? ¿Qué es lo que buscan los partidos políticos? Acceder al poder para tratar de que sus posturas de visión de sociedad, visión de comunidad, imperen, y es legítimo», agregó. Resaltó las características de las demás candidaturas, pero reiteró que la idea del FA es posicionar a Beatriz Sánchez como carta para conducir la CC.
Entre algunos sectores de constituyentes –como Movimientos Sociales Constituyentes, Independientes No Neutrales e incluso en sectores de la centroderecha–, creen que el Frente Amplio debiese estar disponible para un acuerdo que permita la presencia de otras fuerzas políticas en la mesa, abrirles espacio a sectores distintos, «que suelten un poco» el poder. En el Colectivo del Apruebo y en el Colectivo Socialista desdramatizaron la opción y aseguraron que están en su legítimo derecho, aunque puntualizaron que su candidata, Ramona Reyes, es quien debe conducir la CC.
El ambiente quedó algo tenso, puesto que hasta ahora la mayoría ha manifestado no estar disponible a bajar a priori sus cartas. En el caso del Frente Amplio, insistirán con Sánchez en la mesa ejecutiva, misma visión de Independientes No Neutrales con Patricia Politzer, y en la misma medida el Colectivo Socialista con Ramona Reyes. Sobre esta última, creen que ya tendría el camino más despejado, pues habría mayor posibilidad de contar con votos de una parte de la centroderecha, en especial RN, que está disponible a apoyarla si se comprometen patrocinios desde ese espacio para una vicepresidencia adjunta para Cristián Monckeberg.
El constituyente del PS, César Valenzuela, resaltó la experiencia política y un perfil que calza con las necesidades de la CC en el nuevo tiempo. Hasta ahora, las cartas sobre la mesa son más bien políticas y no técnicas, que era otra de las características que algunos esperaban, algo que, en todo caso, desdramatizó Valenzuela. «Siempre es importante tener lo técnico bien considerado. Ahora, es tarea de la Secretaría Técnica de la Convención. Estos son cargos políticos y representaciones políticas. Jaime (Bassa) no llegó necesariamente por sus cualidades técnicas, sino que por sus características políticas, de lograr articular», subrayó.
En la derecha-centroderecha las cosas no están color de rosas, pues la pasada elección presidencial agrietó aún más la relación ya tirante entre los «dialogantes» y «duros». En esta pasada, los constituyentes de RN están apostando a ser ellos quienes lleguen a una vicepresidencia adjunta, y que la UDI no se repita el plato. Esperan contar con el respaldo del gremialismo, sin embargo, saben que los patrocinios claves tendrán que llegar desde fuera.