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Alianzas con la derecha: el dilema de la izquierda progresista para asegurar la nueva mesa directiva de la Convención NUEVA CONSTITUCIÓN Crédito: AGENCIA UNO

Alianzas con la derecha: el dilema de la izquierda progresista para asegurar la nueva mesa directiva de la Convención

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Nicole Martinez
Por : Nicole Martinez Periodista El Mostrador
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Tras varias tratativas, hoy la Convención elige a su nueva mesa directiva, donde los votos de la derecha podrían ser definitorios en la última vuelta. Y aunque los bloques dicen estar conscientes de aquello, los colectivos de la centroizquierda le han hecho el quite a una negociación con el oficialismo en esta pasada, porque aseguraron que «nadie quiere cargar con ese muerto», aludiendo a las consecuencias políticas que podría acarrear para ellos el hacer tratos con la derecha. En las últimas horas se han afinado las duplas: el PS y el FA encaminaron un acuerdo para llevar a Ramona Reyes de presidenta y a Beatriz Sánchez de vicepresidenta; el PC brindó su apoyo a la candidatura a la presidencia de Eric Chinga. Mientras, algunos constituyentes de pueblos originarios apoyarán a Cristina Dorador, de Movimientos Sociales, a la espera de un apoyo recíproco a Rosa Catrileo para la vicepresidencia.


Hay cédulas de votación impresas suficientes para 10 rondas. Sin embargo, transversalmente los constituyentes coinciden en que serán menos las vueltas necesarias para elegir la próxima mesa directiva de la Convención Constitucional (CC), lo que no significa un escenario más fácil políticamente, sino al contrario.

Hoy se elige a la nueva presidencia y vicepresidencia del órgano constituyente, quienes serán claves en la nueva etapa de la CC, y en especial de cara al plebiscito de salida. A las 09:30 horas está previsto el inicio del Pleno, donde harán una cuenta pública la presidenta saliente, Elisa Loncon, y el vicepresidente saliente, Jaime Bassa. Así, a las 11:00 horas se estima que comience el proceso de votación papal, que significará realizar más de una ronda, hasta conseguir los 78 votos necesarios.

Ayer hubo varias negociaciones y movimientos de piezas que obligaron a replantear conversaciones y afinar la estrategia política, inevitable en estos escenarios. Entre ellas, la determinación de Chile Digno de bajar, para la presidencia y vicepresidencia, la candidatura de la constituyente Bárbara Sepúlveda (PC), pero mantener su nombre para una vicepresidencia adjunta. Si bien Sepúlveda dijo a La Tercera que «hay que dar señales de generosidad política» –en medio de las críticas por un acaparamiento de poder de Apruebo Dignidad–, lo cierto es que la determinación es también estratégica, como admitieron algunos en Chile Digno, para fortalecer un bloque «transformador» y hacerle el punto a un espacio de centroizquierda, como ha ocurrido por lo demás durante todo el funcionamiento de la Convención.

Así, el voto de Chile Digno será para el representante de la Coordinadora Plurinacional y Popular, Eric Chinga. A eso se suma también que Bárbara Sepúlveda tiene asegurados los patrocinios para llegar a una vicepresidencia adjunta, si es que se cumple un acuerdo de apoyo recíproco que se dio en la elección anterior de estos cargos, cuando el PC, con sus patrocinios, viabilizó la elección de Elisa Giustinianovich, de los Movimientos Sociales Constituyentes (MSC). Así, los MSC deberían en esta oportunidad hacer lo propio con Sepúlveda, quien en esa primera etapa quedó fuera por la falta de apoyos desde el Frente Amplio.

Para la presidencia, los Movimientos Sociales Constituyentes llevan a Cristina Dorador, quien sería apoyada también por un grupo de constituyentes de Pueblos Originarios –el ala más «conservadora», donde están Elisa Loncon, Adolfo Millabur, Isabella Mamani, entre otros–, quienes apuestan por que los MSC apoyen a su vez a Rosa Catrileo, la candidata a vicepresidenta de dichos convencionales indígenas. Dorador fue destacada por el mundo científico y por otros constituyentes, pero dentro de la CC hay quienes temen que el peso de una negociación más política termine por debilitar su opción en la votación.

El tercer acuerdo que hasta ayer iba bien encaminado era el de la dupla Ramona Reyes (PS) y Beatriz Sánchez (FA), para la presidencia y vicepresidencia, respectivamente. Y había, además, conversaciones para sumar a este esfuerzo a Independientes No Neutrales, que levantó a Patricia Politzer como su carta para presidir la CC. En los pasillos surgía eso sí una tercera vía, que era la posibilidad de que el FA bajara a Sánchez y entrara Politzer finalmente a la dupla. Sin embargo, tal camino no era bien visto por integrantes frenteamplistas y, ayer, la misma Politzer en un punto de prensa, si bien no lo descartaba de plano, entrecerraba la puerta a competir por la vicepresidencia. «Yo creo que estos son cargos distintos y se requieren habilidades distintas. Yo creo personalmente que tengo más habilidades para la presidencia que para la vicepresidencia, que es un cargo más técnico», señaló.

El complejo camino de la derecha y el muerto que nadie quiere cargar

Paralelamente a estos acuerdos y diálogos, la centroderecha y derecha jugarán un rol que puede ser clave. En los distintos colectivos coinciden en que serán los votos oficialistas los que probablemente definan a la próxima directiva. Desde la centroderecha habían explorado posibilidades de tratos y, para ellos, la mejor opción era llegar a un acuerdo estratégico con la centroizquierda para apoyar a la candidatura de ese sector, a cambio de patrocinios para una vicepresidencia adjunta y coordinar comisiones.

Sin embargo, varios constituyentes de la centroizquierda y el FA coincidieron en que ningún sector quiere arriesgarse a las consecuencias políticas de hacer acuerdos con la derecha. Como dijo un constituyente del sector, «nadie quiere cargar con ese muerto», y por eso hasta ahora le han hecho el quite a dicha negociación. En el oficialismo admitieron que, lo más probable, es que hoy mismo se afinen las últimas conversaciones en el bloque para decidir qué hacer.

Las dos almas de la derecha en la Convención persisten y esa división se ha hecho presente durante el debate sobre la nueva mesa directiva. Mientras los sectores más duros son partidarios de llevar una candidatura a la mesa aunque fracase –donde suenan Bárbara Rebolledo y Felipe Mena–, los más dialogantes apuestan por no llevar opciones testimoniales y seguir buscando acuerdos con la centroizquierda o, simplemente, votar por el más cercano al centro. Algunos dicen ser conscientes de que esos acuerdos se ven más lejanos que hace algunas semanas.

Y ese último punto lo confirmaron en la centroizquierda, desde donde aseguraron que, si bien hubo voces que se manifestaron abiertas a un acuerdo con un sector de la centroderecha, hoy hay otras que han recalcado los riesgos de hacer pactos con ese sector.

Una elección polarizada

Con los movimientos de las últimas horas, donde se han acotado las candidaturas y se ha ajustado el engranaje, varios constituyentes advirtieron que esta elección podría leerse hoy como un proceso más polarizado que hace algunos días, donde eventualmente habrá una competencia más fuerte entre un sector más de izquierda y uno de centro. Lo que venga después de la elección, también podría significar una reconfiguración de fuerzas o de alianzas políticas que marquen la segunda parte de la Convención Constitucional.

Pero ¿en qué estado interno llega la CC a esta elección? Para el constituyente Jorge Baradit, «la Convención a lo largo de estos 6 meses ha ido decantando en un grupo de marcada centroizquierda progresista, que incluye al Colectivo Socialista, Independientes No Neutrales y Frente Amplio, que se han visto distanciados del grupo más hacia la izquierda. Y es en ese sector donde ha costado más estabilizar. Hay grupos que se abren, se cierran, se quiebran, se enojan, y ahí hay una desestabilización que les ha impedido posicionar mejor sus puntos», afirmó.

«Al otro costado no ha sido tan distinto. Tenemos al Colectivo del Apruebo, donde ha entrado gente, ha salido gente, y se ha convertido más bien en ‘lo que botó la ola’, los restos de la Concertación y los que andan por ahí náufragos, y una derecha que está quebrada», añadió.

 

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