Se visitaron 44 recintos penitenciarios y en 11 no existían camas para todos los reclusos, además en 23 no se aseguraba el acceso a agua potable las 24 horas de día, y menos a privacidad en el uso de los servicios higiénicos.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) realizó un estudio sobre las cárceles de nuestro país, revelando las malas condiciones en que se encuentran las personas privadas de libertad.
El informe fue realizado con datos de 2019 y se detectaron distintas negligencias, tales como una variedad de plagas, camas insuficientes y falta de comida.
El sistema carcelario cuenta con 83 recintos, de los cuales 45 tienen una sobrepoblación en su penal. Específicamente, 19 unidades superan el 140% de ocupación, destacándose Tatal (265,6%), Copiapó (220,7), Santiago Sur (203,8%) y Petorca (200%).
Según detalló el INDH, en muchas cárceles de las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, BioBío y La Araucanía no contaban con las condiciones de higiene adecuadas.
Se visitaron 44 recintos penitenciarios y en 11 no existían camas para todos los reclusos, además en 23 no se aseguraba el acceso a agua potable las 24 horas de día, y menos a privacidad en el uso de los servicios higiénicos.
Además, se detectaron plagas de vinchucas, ratones, chinches, pulgas, palomas y/o cucarachas.
En 20 de las 44 unidades observadas, se detectó que a los reclusos no se les proporcionaba platos, bandejas ni cubiertos para alimentarse. Es más, se comprobó que transcurrían largos rangos de tiempo entre una comida y otra, llegando incluso a pasar las 20 horas.
En otros casos, se identificó que la comida no era la adecuada a tal punto de incluir fecas en muchas de ellas.