El jefe comunal de San Ramón, quien integra una de las listas que compiten este domingo para ocupar la directiva de la Democracia Cristiana, enfatizó que la colectividad «se tiene que renovar, no puede estar pensando todavía en el Gobierno de Frei Montalva. Sin duda que fue muy significativo, pero nosotros tenemos que avanzar». Sobre el papel que va a jugar la DC ante el nuevo Gobierno, encabezado por Gabriel Boric, afirmó que «es importante que se nos escuche. Somos personas que tenemos algo que decir sobre cómo queremos construir este nuevo Chile», agregando que «si se nos invita, ahí estaremos también disponibles a colaborar en esta nueva construcción».
Este domingo la Democracia Cristiana (DC) vive las elecciones internas más tensas y complejas del último tiempo, con un rendimiento electoral bajo y con heridas aún abiertas con sus socios históricos en la centroizquierda. Son 3 listas las que competirán: una liderada por el alcalde Felipe DelpIn, otra por Diego Calderón y una por Joanna Pérez. En esta última lista va como segundo vicepresidente el alcalde de San Ramón, Gustavo Toro.
Este se hizo cargo de una comuna que estuvo en el centro de la polémica por los casos de corrupción en la administración de Miguel Ángel Aguilera, en una elección que debió repetirse. Hoy, a cerca de 5 meses de que asumiera el cargo, en entrevista con El Mostrador, abordó las medidas contra el narcotráfico, el manejo del COVID-19 y la interna de la DC, además de la proyección de su colectividad frente a la instalación del nuevo gobierno el 11 de marzo, comandado por el Presidente electo Gabriel Boric.
-Ha habido un importante aumento de contagios por COVID-19, ¿cómo lo está enfrentando el municipio de San Ramón? ¿Les falta apoyo del Gobierno?
-Estamos bastante preocupados porque sentimos que los contagios han aumentado considerablemente y los recursos siguen siendo los mismos. En el caso de comunas como San Ramón, lamentablemente no tenemos grandes ingresos en cuanto a salud pública, tampoco tenemos en nuestras arcas para poder invertir y hoy día estamos tratando de mejorar la atención.
Abrimos dos urgencias, haciendo muchos esfuerzos, y también reforzando la vacunación. Creemos que es importante que se nos acompañe en este proceso, que se nos pueda garantizar que vamos a contar con recursos para poder llegar de forma óptima y a tiempo para los vecinos.
-¿Cómo evalúa el manejo que ha tenido el Gobierno, por ejemplo, respecto a los cambios en los contactos estrechos? Y justamente cuando los casos aumentan.
-Creemos que falta más información, más contacto con la ciudadanía. En cuanto a los recursos, creo que tienen que llegar a fortalecer la atención de salud primaria. En el caso de los Cesfam, somos la primera línea en cuanto a la atención de casos de contagio, y hoy día no contamos con los recursos suficientes para poder dar el apoyo.
Hay que recordar que las familias cuando están contagiadas se envía a hacer una cuarentena en su casa, y eso significa que no pueden salir, y como municipio no contamos con los recursos para poder colaborar en ese tiempo. Entregar mercadería, vales de gas, o lo que se requiera, porque además son familias humildes.
-Hace días el Presidente Sebastián Piñera promulgó la ley que permite cerrar pasajes. Algunos alcaldes, si bien valoraron todo lo que contribuya a la seguridad de las personas, lo catalogaron como un fracaso en la política de seguridad pública del Gobierno. ¿Cómo lo ve usted?
-Primero, hay que constatar que es una realidad el tema de los pasajes. Cada día la gente está cerrando más pasajes por el temor a los robos, carreras clandestinas, las balas locas y el narcotráfico, que está tomando más posesión en los territorios y las comunas. Lo que hace la ley es regular una situación que está ocurriendo, pero no los acompaña en el fondo, que viene a ser cómo se soluciona la indefensión que tienen hoy día los vecinos, ante la ola delictual que está ocurriendo.
Creo que es un traje a la medida para salir del paso, ante la medida de la Contraloría de retirar varios portones, pero siento que no soluciona ningún problema de fondo, y la situación sigue igual que antes.
-Usted hablaba del tema del narcotráfico, que atraviesa varios niveles en la sociedad, ¿cuánto puede hacer el municipio y por otra parte el Gobierno?
-Podemos hacer mucho cuando sentimos el apoyo del mundo privado y del Gobierno, cuando nos tomamos en serio programas preventivos, cuando ocupamos espacios que hoy día están tomados por bandas, cuando somos capaces de preocuparnos de la infancia, cuando generamos oportunidades.
El problema grande que tiene el narcotráfico en Chile es que hay un narcotraficante asistencialista, que está colaborando con la gente abandonada por el Estado, de la que nadie se preocupa, y ahí es donde nos ganan. El Estado tiene que llegar a tiempo, en especial a la gente que ha sido marginada. Ahí, sin duda, vamos a ganar esta batalla.
-¿Qué está haciendo usted y su administración en este tema? Además en la dimensión más política, porque su antecesor es relacionado con el mundo del narco.
-Nosotros estamos combatiendo la corrupción al interior del municipio, y eso ha significado despedir a un número importante de personas que participaron activamente en la corrupción, y a otro grupo que no están vinculados a la corrupción pero que no estaban prestando servicios a la comuna.
Estamos mejorando los servicios de nuestra municipalidad, estamos limpiando nuestra comuna, estamos poniendo más luminarias, áreas verde y empoderando a los vecinos para que ellos puedan tener participación y toma de decisiones al momento de proyectar la comuna que queremos hacer. Si el municipio se desconecta de los vecinos, de los barrios, es ahí donde podemos tener un grave problema. Nosotros estamos llegando a tiempo hoy día con las necesidades. Nos faltan muchos recursos sin duda, pero sí hay un diálogo mucho más permanente y los vecinos lo valoran.
-Hace unos días, los alcaldes presentaron una iniciativa de norma constitucional de Justicia Territorial, ¿cuáles son los aspectos más importantes?
-Los alcaldes consideramos que hay injusticia territorial, que tiene que ver con que es difícil ser gobierno local. Hay desigualdad en cuanto a los ingresos que recibimos. Comunas como San Ramón tienen un per cápita de $180 mil anuales, en comparación con Vitacura, Las Condes, que tiene $1.400.000 per cápita anual. Además, nosotros tenemos mucha más demanda y requerimientos desde la ciudadanía.
El caso más puntual tiene que ver con la salud pública. El 90% de nuestra población se atiende por Fonasa, y por lo tanto acude a los servicios de atención primaria. No así en las comunas del sector oriente, donde se requiere menos la atención primaria y hay menos gasto.
La iniciativa apunta esencialmente a que exista una igualdad en los ingresos de las municipalidades, que la inversión sea equitativa, que además la inversión desde el Gobierno llegue prontamente y no tardíamente, cuando ya tenemos que pagar con la vida de las personas o cuando los barrios están tomados por la delincuencia.
Queremos que la justicia llegue igual a todos los sectores. No queremos municipalidades ricas y municipalidades pobres, ni tampoco que en los barrios exista tanta desigualdad social, porque si uno transita por el sector sur y luego se va al sector oriente, nota una brecha enorme en desigualdad y eso es bastante doloroso para el país que queremos construir.
-Este domingo son las elecciones internas de la DC, las más difíciles quizás del último tiempo y las más tensas. Usted compite en una de las listas, ¿Ve un ambiente con juego sucio?
-Estoy muy optimista porque hay personas que están poniendo su nombre con la voluntad de escribir esta nueva Democracia Cristiana, de las tres listas. Creemos que hay personas muy buenas en las tres listas.
Sabemos que esta Democracia Cristiana no es la misma de hace 20 años, que tenía un 25% de adhesión, hoy llegamos a un 4%. Tenemos mucha representación, tanto en el Congreso como en las municipalidades. Estamos muy en el suelo pero no hemos caído hasta el fondo, porque hay gente todavía de buena voluntad y que está trabajando por este partido. Tenemos autoridades que nos representan y que son valoradas a lo largo de Chile. La DC es un partido histórico que lo encontramos en todo el país. Hemos recorrido desde Arica hasta Punta Arenas y en todos lados encontramos un democratacristiano.
No es fácil el escenario, sobre todo cuando el Gobierno y las autoridades están más vinculadas a la izquierda más dura, pero creemos que en la construcción de este nuevo Chile no hay colores políticos, está solamente el sueño de que las personas tienen que vivir mejor, y desde ahí construimos. Y creo que la DC hoy día tiene que posicionarse, reestructurarse, y ser un agente participativo en la nueva construcción de Chile al 2040, 2050.
-¿Pero cree que ha existido juego sucio?
-Yo creo que hay en el clima un poquito de ansiedad y creo que a ratos se cae en las descalificaciones. A mí no me gusta eso. Es parte a veces de la competición política, pero creo que no estamos en los tiempos de descalificarse, sobre todo cuando existe un ambiente que tiene que ser favorable, porque a la gente le cuesta creer en los partidos, y nosotros tenemos que estar unidos, más allá de quien gane. Las descalificaciones y pasadas a llevar no pueden estar presente. Eso sí lo he visto y es triste cuando uno quiere demostrar que tiene un partido que es participativo y que convoca a la gente. Si las personas nos ven enemistados, divididos, nosotros como DC estamos condenados a desaparecer.
-¿Qué rol debe cumplir la DC en este nuevo tiempo político, cuando se instala un nuevo Gobierno y un nuevo Congreso?
-La DC tiene un rol principal en la construcción de este nuevo Chile. Se tiene que renovar, no puede estar pensando todavía en el Gobierno de Frei Montalva. Sin duda que fue muy significativo, pero nosotros tenemos que avanzar. Las problemáticas son otras y tenemos que ofrecer también un proyecto país.
Nosotros representamos un sector que es el centro político, y el centro político es dialogante con todas las estructuras políticas que existen, y somos capaces también de equilibrar el mensaje político que existe en este Chile que está un poco polarizado. Yo creo que desde el próximo año se va a empezar a descomprimir la polarización.
Somos una alternativa para un mundo, no menor, del humanismo cristiano que vive y lucha en este país, en las clases más bajas y la clase media.
-Ustedes definieron estar fuera del Gobierno, pero ¿qué gestos espera del nuevo Gobierno hacia la DC?
-Es importante que se nos escuche. Somos personas que tenemos algo que decir y señalar cómo queremos construir este nuevo Chile. Representamos a un número importante, tenemos autoridades. Queremos ser escuchados y, si se nos invita, ahí estaremos también disponibles a colaborar en esta nueva construcción.
-¿Cuál es la diferencia de la lista que usted integra frente a las demás?
-Tenemos mucha representatividad en todo Chile. Es la única lista liderada por una mujer, que además es parlamentaria. Las grandes peleas se van a dar en el Congreso, donde va a estar muy polarizado el ambiente, desde ahí se van a determinar las leyes que nos van a regir, pero además la lista representa la juventud que queremos impregnar. La mayoría de nuestros candidatos bordea los 40 años y, además, tenemos trayectoria política y representación en cada labor que realizamos. Hay dos diputados, una gobernadora, alcaldes. Tenemos un poco de experiencia con la gente y estamos en sintonía con lo que necesita Chile.