El reporte de Esval indica que lo que ocurre en el embalse Peñuelas es el caso más crítico. El que hasta hace unos años era la principal reserva de agua para el Gran Valparaíso, hoy está prácticamente seco, reducido a una pequeña laguna. Su volumen alcanza apenas 170.000 metros cúbicos (con una capacidad total de 95 millones), lo que representa un 0,2% de acumulación. En otros embalses la situación si bien no es alarmante, sí genera cierta preocupación. «Estamos enfrentando la peor sequía de nuestra historia, con un déficit hídrico que se extiende por más de trece años, y el invierno pasado apenas llovió tres días. Esta compleja situación ha impactado en el volumen de agua embalsada, en especial en aquellos acuíferos que no tienen ríos o canales aportantes, como el caso de Peñuelas”, dijo el gerente regional de Esval, Alejandro Salas.
La región de Valparaíso es una de las zonas a lo largo del país más afectadas por la escasez hídrica. La sequía ha hecho que se pierdan innumerables fuentes de trabajo y afecten la calidad de vida de las personas. El último reporte hídrico entregado por Esval vino a ratificar la crítica situación que vive la zona, con cifras déficit de más del 75% de agua caída y cerca del 100% de nieve acumulada durante 2021.
El reporte indica que lo que ocurre en el embalse Peñuelas es el caso más crítico. El que hasta hace unos años era la principal reserva de agua para el Gran Valparaíso, hoy está prácticamente seco, reducido a una pequeña laguna. Su volumen alcanza apenas 170.000 metros cúbicos (con una capacidad total de 95 millones), lo que representa un 0,2% de acumulación.
“Hace sólo unos días, un informe de la ONU daba cuenta de que la desertificación está avanzando con rapidez hacia la Región de Valparaíso. Estamos enfrentando la peor sequía de nuestra historia, con un déficit hídrico que se extiende por más de trece años, y el invierno pasado apenas llovió tres días. Esta compleja situación ha impactado en el volumen de agua embalsada, en especial en aquellos acuíferos que no tienen ríos o canales aportantes, como el caso de Peñuelas”, dijo el gerente regional de Esval, Alejandro Salas.
En otros embalses la situación si bien no es alarmante, sí genera cierta preocupación. En el caso del embalse Los Aromos, se superó la meta de 22 millones de metros cúbicos en noviembre pasado. Gracias a ello, esta reserva se mantiene con un 46% de acumulación (sobre 16 millones de metros cúbicos), garantizando el suministro para más de un millón de habitantes del Gran Valparaíso, el Litoral Norte y La Ligua.
En el caso del Tranque La Luz -que permite abastecer a más de 15 mil hogares de Placilla y Curauma-, su volumen alcanza el 61% (poco más de 3,3 millones de metros cúbicos).
“Todas las proyecciones indican que el próximo invierno debería mantenerse la tendencia de los últimos años, con escasas precipitaciones. Por ello, necesitamos cuidar el agua y utilizarla en forma responsable y moderada, sobre todo en este periodo estival, ya que no nos sobra una sola gota”, señaló Salas.