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Créditos: Agencia Uno
«Al parecer, don Gabriel Boric no sabe todo lo que hicimos para conocer los abusos de Fernando Karadima, que eran encubiertos por muchos de sus discípulos, el juicio que abrimos sobre él, levantando toda la prescripción de los hechos y, el castigo que le impuso el Vaticano, alejándolo del ejercicio del sacerdocio», expresó el cardenal, Francisco Javier Errázuriz.
El arzobispo emérito de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, tuvo palabras a los dichos del Presidente de la República, Gabriel Boric, quien criticó la presencia de Ricardo Ezzati en la ceremonia ecuménica en el inicio de su mandato realizada este sábado recién pasado.
«Me molestó ver al señor Ezzati y a gente que actuó como encubridora de graves delitos contra los niños que están aquí presentes», indicó el jefe de Estado.
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Ante estos dichos, el cardenal Errázuriz señaló en La Segunda que «hasta los Presidentes de la República se pueden equivocar».
Asimismo, se defendió de las acusaciones que realizó el mandatario. «Al parecer, don Gabriel Boric no sabe todo lo que hicimos para conocer los abusos de Fernando Karadima, que eran encubiertos por muchos de sus discípulos, el juicio que abrimos sobre él, levantando toda la prescripción de los hechos y, el castigo que le impuso el Vaticano, alejándolo del ejercicio del sacerdocio», expresó.
«Es imposible que un Presidente, que acaba de asumir su responsabilidad, tenga un conocimiento exacto de quiénes participan año tras año en estas plegarias por Chile», agregó.
La autoridad religiosa insistió en que «es claro que nuestro Presidente, Gabriel Boric, no está enterado de lo que hizo el cardenal Ricardo Ezzati y de lo que hice yo mismo, luchando contra los abusos de poder y sexuales en Chile».
Además, Errázuriz sostuvo que «a la lista de los invitados tiene acceso el Gobierno. Por eso mismo, siempre han participado en esa oración numerosos cristianos; entre ellos, obispos en ejercicio y obispos eméritos; también responsables de otras agrupaciones religiosas».
«Las palabras de nuestro Presidente, molesto por nuestra presencia en el acto, son posteriores al acto mismo y no me ofenden. Nacen de un desconocimiento de su parte de una larga tradición», finalizó.
