Este martes, al mediodía, el Mandatario Gabriel Boric anunciará su primer cambio de gabinete. Algunas fuentes de Palacio advierten que podría incluir las salidas de dos de sus más cercanos colaboradores: la ministra del Interior y Seguridad Pública, Izkia Siches, y el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Giorgio Jackson. En este reordenamiento de piezas, comentan cercanos al oficialismo, Siches y Jackson no tendrían el mismo tratamiento. Mientras el destino de la actual ministra del Interior, aseguran, sería dejar el Gobierno, pues al ser independiente el costo –más allá del personal– no lo pagaría ningún partido, en el caso del titular de la Segpres sería diferente. De acuerdo a versiones del oficialismo, Jackson sería reubicado, eventualmente hacia una cartera donde pueda mantener contacto directo y frecuente con el Presidente. Su destino probablemente sea el Ministerio de Desarrollo Social, uno que ya en el Gobierno de Sebastián Piñera se catalogó de estratégico, cuando se hizo cargo de él Alfredo Moreno. Fuera de estos ajustes, la cirugía presidencial podría llegar también a Salud, Energía y algún otro ministerio con un independiente a la cabeza. Pero, aparte del cambio de gabinete propiamente tal, en días recientes se ha observado el arribo de asesores a proyectos estratégicos. Tal es el caso de Francisco Arellano (Comunes), cuya llegada sería para darle nuevos bríos al programa Buen Vivir del Gobierno, cuestión clave y fundamental para la estrategia en la zona del conflicto mapuche.
Este martes 6 de septiembre, al mediodía y en el Patio de los Cañones, el Presidente Gabriel Boric anunciará el detalle de su primer cambio de gabinete, que se suma a la renuncia de Jeanette Vega (PPD) al Ministerio de Desarrollo Social, tras la filtración de una llamada entre su asesora y Héctor Llaitul, líder de la CAM. La información fue confirmada por quien aparece hoy como un inamovible en el gabinete del Mandatario, el titular de Hacienda, Mario Marcel. De hecho, «el equipo económico no se toca», se apresuran a señalar cercanos a Palacio. Los que sí tendrían los días contados, al menos en el cargo que hasta ahora ejercen, son la ministra del Interior y Seguridad Pública, Izkia Siches, y el ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Giorgio Jackson.
Con esta modificación en su equipo, el Jefe de Estado pretende dar una señal que convoque al diálogo a las fuerzas políticas detrás del Rechazo, un sector que después del plebiscito de este domingo se siente empoderado y con poder de negociación. Un cambio de gabinete de esta magnitud podría significar un despliegue estratégico que responda a la condición de la derecha, que ha manifestado que el diálogo con el Gobierno sobre la continuidad del proceso constituyente depende, en gran medida, de un diseño claro sobre cuáles serán los interlocutores con quienes sostendrán las conversaciones.
Esta decisión fue adelantada por Boric en distintas ocasiones. En el discurso que dio la noche del domingo, al reconocer el triunfo del Rechazo, aseguró que “hacer frente a estos importantes y urgentes desafíos requerirá prontos ajustes en nuestros equipos de gobierno para enfrentar este nuevo período con renovados bríos”.
Al respecto, tras los resultados del referendo, el senador y presidente de Renovación Nacional (RN), Francisco Chahuán, fue claro en manifestar que «nosotros queremos saber quiénes van a ser los interlocutores con los que tendremos que conversar en los próximos días». Lo propio expresó el timonel de la UDI, el también senador Javier Macaya, quien agregó que «le hemos transmitido al Gobierno que es importante que ellos ordenen un poco sus interlocutores en esta materia (continuidad del proceso constitucional). Estamos esperando que ellos lo hagan».
Un llamado que se condice con una lógica de crítica permanente de este sector hacia la labor de Izkia Siches y Giorgio Jackson como secretarios de Estado. De esta forma, el escenario pareciera ser el ideal para Chile Vamos, una coalición que, a partir del pasado domingo, vuelve a adquirir un rol protagónico, considerando que la discusión se va a volcar al Congreso, un espacio donde tiene una importante representación. Ahora, al parecer, las condiciones para el diálogo la instalan actores que hasta el plebiscito de este domingo desarrollaron la estrategia de mantenerse al margen de la primera línea de la campaña y sobre todo, de la álgida discusión política respecto a los pasos a seguir después del triunfo del Rechazo.
Frente a este escenario, y ante su inminente salida, la cuestionada gestión de Siches en el Ministerio del Interior sumó este lunes un nuevo ingrediente, después de que Contraloría calificara de desprolija su actuación, cuando afirmó que un avión con venezolanos deportados regresó a Chile con todos sus ocupantes, durante el segundo mandato del ex Presidente Sebastián Piñera. En ese sentido, el contralor Jorge Bermúdez señaló que «es forzoso advertir que si bien las circunstancias analizadas no constituyen una infracción al citado principio, ellas dejan de manifiesto una falta de prolijidad en la preparación de la información expuesta (…), la que no es acorde con la relevancia del cargo que ostenta la autoridad reclamada».
Por su parte, la salida de Jackson podría deberse, en gran medida, a sus problemas en el cumplimiento del rol de coordinación con el Congreso, que demanda el estar a la cabeza de la Segpres, y algunos errores políticos puntuales, reflejados en la mala relación que tuvo con algunos parlamentarios oficialistas, como el senador Fidel Espinoza (PS), quien públicamente cuestionó su gestión. También fue cuestionado por sus declaraciones, como cuando aseguró que la continuidad del programa de Gobierno estaba condicionada por el triunfo del Apruebo, y sus dichos abiertamente críticos a la ex Concertación, donde enjuició el actuar de las anteriores generaciones políticas y su comportamiento ético.
Si bien el actual titular de la Segpres debió retractarse, su juicio gatilló una serie de reacciones y profundizó una grieta en las relaciones entre dos coaliciones que, durante estos primeros meses de gestión, han tenido serios problemas para mantener la convivencia. La derrota del Apruebo reflota la confrontación ideológica y discursiva entre Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, que tuvo recientemente un nuevo capítulo, cuando el presidente del Partido Comunista (PC), Guillermo Teillier, llamó a defender el triunfo de la nueva Constitución en la calle, lo cual fue rápidamente retrucado por sus pares timoneles de colectividades oficialistas.
Un problema al que se refirió este lunes el diputado y presidente de la Cámara Baja, Raúl Soto (PPD), quien luego de reunirse con el Primer Mandatario en La Moneda, dijo a CNN que «el eje político de la sociedad chilena tiende más bien hacia la centroizquierda, tiende a moderarse un poco, y creo que esa es una señal que tenemos que considerar todos los actores políticos para actuar en consecuencia y movernos hacia donde se mueve la sociedad chilena».
En este reordenamiento de piezas –comentan cercanos al oficialismo–, Siches y Jackson no tendrán el mismo tratamiento. Mientras para la aún ministra del Interior el destino, aseguran, sería dejar el Gobierno, en el caso del titular de la Segpres, este sería reubicado. Esta situación viene acompañada de datos de la realidad: la ministra es independiente, por lo que el costo –más allá del personal– no lo pagaría ningún partido, cuestión que, por el contrario, permitiría poner estratégicamente en ese cargo a alguien de Socialismo Democrático, como señal de gobernabilidad. En el caso de Jackson, sin embargo, su destino probablemente sería el Ministerio de Desarrollo Social, una cartera que ya en el Gobierno de Sebastián Piñera se catalogó de estratégica, cuando se hizo cargo de ella Alfredo Moreno. Este aterrizaje permitiría a Jackson mantener un contacto personal con el Presidente, conservando su rol como uno de sus principales asesores.
Fuera de estos ajustes, la cirugía presidencial podría llegar también a Salud, Energía, y algún otro ministerio con con un independiente como titular.
Aparte del cambio de gabinete como tal, se ha observado el arribo de asesores a proyectos estratégicos. Tal es el caso de Francisco Arellano (Comunes), que llegaría a darle nuevos bríos al programa Buen Vivir del Gobierno, cuestión clave y fundamental para la estrategia en la zona del conflicto mapuche.
El abogado e investigador de la Fundación Nodo XXI había recibido hace días la invitación, por parte de la cabeza de la iniciativa, Víctor Ramos, para estar a cargo del equipo de coordinación política del programa. Dio el aviso recién este lunes de que se incorporaría, debido a que anteriormente estuvo involucrado en la campaña por el Apruebo.
Arellano es abogado de la Universidad de Chile. Según Nodo XXI, sus áreas de especialización son derechos humanos, derecho laboral y teoría política. Es profesor de Teoría Política en la Universidad Alberto Hurtado, fue coordinador general de la Fech en 2012 y jefe de gabinete del diputado Gabriel Boric entre 2014 y 2016. Además, fue asesor de la convencional Ivanna Olivares.
A esto se suma el rol clave que tuvo en las conversaciones previas –fue quien llegó con un borrador sobre el cual se trabajó para el documento del Frente Amplio «Aprobar para Concretar»– acerca de los acuerdos a los que finalmente arribó el oficialismo en torno a reformas a la nueva Constitución y que buscaban clarificar ciertos puntos de la propuesta, junto con comprometerse a cambiarla.
De acuerdo a fuentes al interior de La Moneda, el fortalecimiento de este equipo responde a las situaciones políticas delicadas que se han vivido las últimas semanas y añaden que el cambio ministerial no afectaría el proyecto, ya que este sería un “equipo constituido por el Presidente, quien tiene un mandato especial sobre él”, por ser “parte del diseño del gobierno”.
“El compromiso del Gobierno de gobernar y empujar su programa está intacto”, dijo este lunes la ministra vocera Camila Vallejo. La determinación estaba en línea con los dichos de distintos presidentes de las coaliciones base del oficialismo, al salir cerca de las 13:30 horas del comité político semanal en el Palacio de La Moneda, instancia que empezó alrededor de las 11:30.
“La convicción del Presidente Boric, que nos transmitió que acá no hay una renuncia al programa gubernamental. Aquí es importante distinguir que, por una parte, el pueblo de Chile rechazó un texto constitucional que se plebiscitó el día domingo 4 de septiembre, y otra cosa es el Gobierno con su programa que lo llevó a La Moneda, y ese programa continúa”, aseguró Juan Ignacio Latorre, presidente de Revolución Democrática, al salir de la cita en Palacio.
El foco de Latorre fue casi como una línea discursiva que siguieron otros timoneles de partido, como Patricio Morales (PL), quien afirmó que “no vamos a dudar en ningún minuto en seguir gobernando”, y Guillermo Teillier (PC), que comprometió al Presidente “todo el apoyo y la disposición del Partido Comunista de apoyarlo y seguir adelante con el programa y con el Gobierno”.
Según los asistentes a la reunión semanal, el Mandatario esbozó los temas fundamentales: avanzar en la Constitución y en el programa gubernamental.
Uno de los presidentes de partidos oficialistas –aseguraron al salir– comentó que la centroderecha se “estaba envalentonando” con los resultados del domingo, donde el Rechazo le ganó al Apruebo con un 61% contra un 38%.
“El proyecto que impulsó y apoyó el Presidente Boric fue derrotado por la ciudadanía”, dijo Chahuán(RN) el domingo, mientras que Macaya (UDI) agregó que esta es “la derrota de la refundación de Chile y en eso no se puede disociar al gobierno de esta derrota, de la opción que apoyó con mucha fuerza”.
Frente a ello, cuentan que algunos mencionaron la importancia de fortalecer el apoyo al programa de Gobierno.
En la tarde de ayer, a las 16:00 horas, volvieron a reunirse los presidentes de partidos de las coaliciones base del oficialismo. Esta vez para hacer un balance de las votaciones y llegar preparados a las conversaciones con la centroizquierda y derecha que se darán la tarde de este martes en La Moneda. Esto, porque el Mandatario convocó a todos los presidentes de partidos con representación en el Congreso para, según la misiva, analizar la “continuidad al proceso constituyente”.