Puerto Navarino es «la ciudad del fin del mundo» y se encuentra a más de 300 kilómetros del lugar más cercano en Chile y a 8 kilómetros de la argentina ciudad de Ushuaia, pero no hay conexión internacional. En conversación con El Mostrador, el socio-fundador de la asociación de guías de Cabo de Hornos, Jorge Caros, expone que la problemática de conectividad ha implicado problemas en el desarrollo local, pero esencialmente en la salud mental de sus habitantes.
“Somos la ciudad del fin del mundo”, comienza la carta enviada a El Mostrador por la Asociación de Guías Cabo de Hornos. Esta trata la desconexión de Puerto Navarino con el resto del país, pues no tienen habilitado el cruce internacional entre Chile y Argentina. La localidad se encuentra a 8 km de Ushuaia, Argentina, pero no se puede llegar desde el país vecino, sino que desde Punta Arenas, lugar que se ubica a 301 km de vuelo y cuesta más de $200 mil el viaje. Además, no llegan aviones comerciales debido a la longitud de la pista de aterrizaje y solo vienen vuelos de una sola compañía (Aerovías DAP), una vez al día, con capacidad de 16 personas y solo dos días con 90 personas.
Respecto a la conexión marítima, esta se realiza en un único ferry (Transbordadora Austral Broom), que viene solo una vez por semana, con una capacidad limitada de pasajeros y carga. «Para ambos casos, la capacidad de transporte es reducida, lo que genera que encontrar un pasaje sea muy difícil tanto para residentes, trabajadores y turistas», señala la carta.
El cruce entre Puerto Williams y Ushuaia prácticamente está habilitado solo para que embarcaciones argentinas ingresen a Chile, dado que la legislación chilena exime de uso de practicaje para embarcaciones menores de 50 toneladas de registro grueso (trg) y se exige siempre el uso de practicaje para este ingreso, cuyo valor es de 10 mil dólares, por lo que realizar este cruce de parte de embarcaciones menores chilenas se vuelve inviable.
Los problemas de conectividad surgieron desde la pandemia, pues antes se encontraba habilitado Puerto Navarino. En ese momento, se cerraron las fronteras, incluyendo Puerto Williams con Ushuaia, pero después de ello se esperaba poder retomar los cruces entre Puerto Navarino y Ushuaia. Sin embargo, la Armada de Chile ya no permite la recepción y desembarco de pasajeros, dado que está condicionando para ello la concurrencia de todos los servicios públicos de migraciones en Puerto Navarino, esto es: PDI, SAG y Aduanas. No obstante, este último tiene prohibición de ir a Puerto Navarino para realizar estos trámites, y no se cuenta con un funcionario de Aduanas de forma permanente en la comuna de Cabo de Hornos, sino que con un funcionario de Punta Arenas que se traslada en comisión de servicio cada 10 días.
En 2019 hubo problemas de relaciones diplomáticas entre Argentina y Chile debido a declaraciones bilaterales de proyección soberana sobre la Antártica, lo que deterioró las relaciones diplomáticas entre ambos países, y es lo que Jorge Caros, socio-fundador de la asociación de guías de Cabo de Hornos, señaló a El Mostrador como una posible causa de que se haya limitado el acceso al país vecino.
Desde el lado chileno afirman que Argentina no quiere negociar, y desde el lado Argentino se observa que sí tienen la necesidad de que se abra el paso internacional de Puerto Williams a Ushuaia.
Lo anterior ha sido un problema en el turismo, pues las personas que viajan a la Antártica pasan desde el avión al crucero directamente desde Puerto Williams, por lo que “no pernoctan en la localidad”, según Caros, y no participan de la economía local.
Por ello, el desarrollo está retrasado. “Todo el desarrollo de la Patagonia en Chile se desarrolló por la conexión con Argentina, por lo que, si tuviéramos conexión internacional, tendríamos mayor desarrollo”, afirma Caros.
“Pueden haber personas enfermas que deben viajar a Punta Arenas en vez de Ushuaia, lo que incluye buscar un lugar donde quedarse, pagar el alojamiento y el viaje”, comenta Caros. A esto se suma la falta de trabajo, lo que genera que las personas se vayan del lugar.
“La tasa de problemas de salud mental es alta y mucho se debe a la falta de lugares de esparcimiento y el aislamiento. A esto se suma la brecha digital, educacional y de relaciones que forman parte de este lugar”, detalla.
Según la Asociación, en junio de 2022, la Armada informó a la Delegación Presidencial Provincial (DPP) de Antártica Chilena que “Puerto Navarino no estaba habilitado como puerto para la recepción de pasajeros y carga internacional. Esto debido a que la pandemia interrumpió el decreto presidencial que autorizaba hacer la recepción de pasajeros”.
María Muñoz, delegada Presidencial Provincial de la Antártica Chilena señala en un oficio que “es necesario que se habilite Puerto Navarino para el cruce internacional, ya que las operaciones de cruce entre Argentina y Chile, en la Provincia Antártica Chilena, se deben realizar entre dicho Puerto y Ushuaia, pues los costos que implique que los operadores marítimos naveguen entre Ushuaia y Puerto Williams se dispararían”.
Además, el Decreto Exento N° 506 del Ministerio de Hacienda del año 2005, “reconoce a Puerto Navarino como punto habilitado, permanente, de paso de personas y de todo tipo de operaciones aduaneras. Sin embargo, también indica que dicha normativa se limita sólo al tema aduanero, y se requiere normativa sectorial adicional que habilite definitivamente a Puerto Navarino como puerto de paso internacional”, afirman en la carta.
Por otro lado, el director nacional de Fronteras y Límites del Estado señaló, en un oficio enviado a la delegada Presidencial Provincial de la Antártica Chilena, que “desde el año 2005 Puerto Navarino se encuentra habilitado para el tráfico internacional turístico, como un puerto de uso internacional”.
Agrega que el “paso fronterizo Puerto Navarino no se encuentra incluido en el Acuerdo con Argentina sobre Coordinación de Apertura y Cierre de Pasos Fronterizos de 1996 y su Acuerdo Complementario de 1997, lo cual no impide a nuestro país utilizarlo unilateralmente como punto de ingreso/salida de personas y mercancías”.
Sin embargo, según Caros, las leyes están pero, en la práctica, no se cumplen. Apunta al Estado como culpable por “no estar presente como corresponde, entregando los servicios que necesita un lugar limítrofe”.
El cruce entre Ushuaia y Puerto Williams se abrirá aproximadamente el 20 de enero, según prometieron. Para esto, el lado chileno debe habilitar un muelle y se llegaría a Puerto Navarino por tierra desde Puerto Williams.
Como solución inmediata plantean “habilitar Puerto Navarino para la recepción de pasajeros internacionales a través de orden a la Armada, indicando que el criterio utilizado con Cruceros Australis debe ser el mismo para todo tipo de embarcación”.
También se considera incorporar un funcionario de Aduanas permanente en Puerto Williams, que pueda ir a Puerto Navarino para la recepción de pasajeros.
El problema surge en que, para terminar el camino entre Lago Fagnano y Yendegaia, se requiere conectar un tramo de alrededor de 15 km que aún no está diseñado, por lo que podría estar disponible en 10 años. El “término de camino terrestre entre Lago Fagnano-Yendegaia, este camino pese a todas las noticias de progreso, su avance es muy lento y se proyecta terminar en no menos de 10 años, para ello permitir apertura de licitación a privados”.
La otra posibilidad que los vecinos de Isla Navarino creen posible es desarrollar la conectividad terrestre entre Yendegaia (Chi) y Lapataia (Arg). Desde Yendegaia hasta el límite fronterizo con Argentina hay alrededor de 4,5 km en línea recta, pasando por una huella que ya existe; por el lado argentino hay solo 1 km a la frontera con Chile desde el camino.
Desde allí podrían salir los ferries hacia Puerto Navarino, lo que tardaría aproximadamente 2 a 4 horas.
La otra opción más simple es atravesar el canal Beagle, pero los conflictos que hubo en 1978 en el lugar no lo permiten. Posteriormente hubo un tratado de paz en 1984, pero en la práctica no se ha dado.
Con esto, “de inmediato nos quitaremos la categoría de estar en el fin del mundo y le daríamos una oportunidad a la gente local”, afirma Caros.
Tratamos de contactar a la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, pero no obtuvimos respuesta.
Los habitantes de la localidad están a la espera de que las autoridades cumplan su promesa para lograr finalmente la conexión con el resto del país y desarrollarse como las demás ciudades.