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Gloria Hutt, presidenta de Evópoli: “Ellos (Republicanos) no quieren cambios en la Constitución y nosotros sí” PAÍS

Gloria Hutt, presidenta de Evópoli: “Ellos (Republicanos) no quieren cambios en la Constitución y nosotros sí”

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La presidenta de Evópili, ex ministra de Transportes del segundo gobierno de Sebastián Piñera y candidata a Consejera Constitucional, fue una de las primeras en marcar el límite hacia el extremo derecho. Desde que se empezó a forjar la lista electoral de Chile Vamos, advirtió que, desde su partido, incluir al Partido Republicano en la misma lista no era una opción, pues tienen objetivos distintos. En semanas de mucho trabajo para generar acuerdos y “crecer hacia el centro”, Hutt reveló que los intentos por la lista única de derecha no nació del conglomerado de Chile Vamos y también opinó sobre las dos listas del oficialismo. Ella siente, no en términos descalificativos, que desde el PS y el PPD “hay una vuelta al origen” y eso, deja un nuevo espacio de conversación que promete.


En la superficie de las negociaciones políticas no se ve mucho en estos días. Con los incendios que devastan el sur de Chile y con el receso legislativo, la contingencia política entró en receso, en apariencia. Para Gloria Hutt, sin embargo, estas semanas han sido intensas en el trabajo político. Primero, con la coordinación de su campaña a Consejera Constitucional en los comicios del 7 de mayo y, segundo, con el diálogo que sostiene junto a los partidos de Chile Seguro y las bases programáticas que irán a buscar en el proceso Constituyente.

En la comuna de Providencia, en el tercer piso de la sede de Evópoli, la ex ministra de Transportes  y presidenta del partido está trabajando en lo que se viene: acuerdos, negociaciones, entrevistas y diseños de campaña. Hutt aprovecha de salir de la oficina en la que está porque le llega el sol de la tarde y se pone muy caluroso. Se sienta en una especie de comedor/cocina que tiene en la sede y aprovecha de comentar la forma en que se vivió el proceso de inscripción de listas, su candidatura, los límites que hay que tener con el Partido Republicano y entrega una lectura sobre la inscripción de las listas de sus adversarios políticos.

-¿Cómo ha vivido estas últimas semanas y cómo se proyecta el proceso de campaña que viene?

-Ha sido días de mucho trabajo, de muchas conversaciones, muy intenso, pero nada que no haya vivido en el Ministerio de Transportes. Creo que esa fue una plataforma de aprendizaje que me ha servido mucho aquí también.

-¿En términos de negociación?

-En términos de la cantidad de trabajo, de ver muchas cosas al mismo tiempo, de trabajar con distintas personas y hacer acuerdos en múltiples capas. Creo que es parte de lo que hacía y ahora lo aplico.

-¿El enfoque de ahora está en la campaña o en las bases que Chile Seguro va a ir a defender en el nuevo proceso constituyente?

-Totalmente. El trabajo de Chile Vamos fue muy integrado y armónico. Funcionó muy bien. El criterio principal que tuvimos para definir las listas fue la conveniencia del pacto completo. Eso fue muy bueno porque hizo que uno tuviese mayor claridad para seleccionar a candidatos con mayor potencial de votos. También se armaron las duplas pensando en eso, en la vinculación con las regiones y según el criterio de paridad. El objetivo principal era que al pacto le fuera muy bien.

-Respecto al proceso constituyente ¿cuál es la garantía política que asegura que este proceso termine de manera exitosa?

-Primero, la enorme diferencia que existe con el proceso anterior. El hecho de que tenga una plataforma ya acordada en término de contenidos y además la cantidad de personas con conocimientos que van a estar ahí desde el principio. Eso es algo que en todos los estudios de opinión aparecía con mucha fuerza, que hubiese opinión técnica vinculante. La cantidad de personas va a ser menor y eso supone un proceso más ágil y ordenado. Además está el comité técnico de admisibilidad que va a resguardar el cumplimiento de las bases. Hay un diseño muy distinto del anterior, como el hecho de no nacer a partir de una hoja en blanco. También, si uno mira los perfiles de las personas que vamos a competir, no es el mismo perfil que el de la convención pasada. Así que creo que hay muchas diferencias y mucha confianza que este proceso va a funcionar mucho mejor.

-Fuera de lo negativo del proceso anterior, ¿existe alguna experiencia positiva de ese proceso que sirva para este?

-Siempre tiendo a ser positiva y a rescatar cosas que valen la pena. Hay temas de de discusión que yo creo que se pusieron con fuerza, independientemente de cómo finalmente se propuso en el borrador. Los temas de igualdad de género, los temas ambientales y la descentralización creo que son temas muy importantes y el proceso debería rescatar y mirar lo que se propuso. También hay que mirar las iniciativas ciudadanas que llegaron y ver el respaldo que tuvieron y por qué se propusieron. No soy partidaria del borrón y cuenta nueva en todo. Todo tiene algún aporte que hay que rescatar.

-¿Cuáles serán los puntos que Chile Seguro va a ir a defender y a proponer para este nuevo texto constitucional?

-En Chile Seguro somos tres partidos y compartimos una visión política bastante similar. En el caso de Evópoli, un partido de centro derecha liberal. Nos importa mucho resguardar las libertades de las personas, el hecho de que cada individuo pueda desplegar su proyecto de vida sin que el Estado interfiera. También nos importa mucho la prioridad para la infancia, un Estado Subsidiario activo, es decir, que el estado intervenga cuando es necesario para defender los intereses de las personas. También promovemos la regionalización y una Constitución que nosotros llamamos “Constitución Mínima”. Esto es un marco constitucional que permita agilidad y flexibilidad, porque el mundo que viene es tan flexible y dinámico que no podemos amarrar cosas que sabemos que pueden cambiar porque hay nuevas tecnologías, por ejemplo, porque la forma de trabajar va a ser distinta. Entonces, más bien es el marco de derecho, deberes ciudadanos, estructura del Estado y también el sistema político, para que se renueve, ordene y se simplifique. También nos importa mucho el equilibrio de poderes, esas serían las cosas de materia constitucional, hay otras cosas que se resuelven en la ley.

-Usted mencionó el Estado Subsidiario Activo, ¿este no se contrapone con el Estado Social de derechos que se encuentra en las bases de este proceso constituyente?

-No, yo creo que son bastante convergentes. El Estado subsidiario activo dice que no solo interviene el Estado cuando hay un privado que esté interesado en prestar el servicio, sino que el Estado actúa cuando ve que, si no actúa, hay personas que se quedan atrás. Quiero dar un ejemplo concreto. A mí me tocó, en el Ministerio de Transportes, cambiar el modelo del transporte público. Lo que es visible en la calle son los buses, pero el cambio más de fondo estuvo en los contratos. En ese caso, había contratos que eran totalmente de mercado, se le entregaba a un privado la gestión completa, incluyendo los activos estratégicos que eran los buses y terminales. Estos contratos pasaron a uno en el que al privado se le entrega la operación y el Estado controla los activos estratégicos a través de privados, pero los controla. De esa manera, si el operador funciona mal, el Estado retiene los activos estratégicos, cambia el operador y le entrega buses y terminales. Eso es una intervención mayor que en un modelo de mercado puro. Esto se justifica plenamente porque es la única forma en que el Estado no quede capturado por el privado, sino que actúa en favor del beneficio de los usuarios. El Estado Social hace que ese mismo enfoque lo aplica en otros ámbitos, como por ejemplo, los derechos que pueden estar garantizados como la salud o educación, pero principalmente el Estado tiene un enfoque de emparejar la cancha, tiene que ver con priorizar la seguridad de las personas y por eso Chile Seguro no solo se refiere a la delincuencia, es seguro para crecer, para emprender. Es pensar cómo el Estado entrega esas seguridades para que las personas puedan realizar sus proyectos personales.

-Ha habido críticas respecto de que rostros de la política del ayer se postulen para escribir la Constitución del futuro ¿Qué opina usted de esas aprehensiones?

-Creo que son legítimas en el caso de las personas que hayan tenido una notoriedad pública, sin embargo creo que es un tema que tiene que ver más con una discusión que es más llamativa. De ninguna de las personas se podría decir que no tienen la trayectoria ni el conocimiento como para ir a aportar. Entonces, independientemente de que puedan generar algún tipo de polémica pública por los roles políticos que han tenido, son personas capacitadas para ir a hacer la tarea.

-Chile Vamos denunció al Partido Republicano por difundir información falsa  respecto a los pactos electorales y en específico a Chile Seguro ¿Empezó la guerra de desinformación? ¿Teme que este tipo de acciones caractericen este proceso?

-Esperaría que no. Mirando la mala experiencia del proceso pasado, todos deberíamos aprender y no caer en excesos durante el desarrollo ni en las descalificaciones o maniobras que no pueden haber sido transparentes o claras. Creo que todo eso fue condenado por la población, por los votantes, y sería un autoatentado entre los partidos caer en ese tipo de cosas.

-¿Cómo ve el factor del Partido Republicano en el proceso? ¿Cree que pueden transformarse en aliados dentro de la convención a pesar de que han declarado que no quieren una nueva Constitución?

-Es difícil pensar en una alianza cuando tiene objetivos completamente contrapuestos. Ellos estuvieron en la mesa del Acuerdo por Chile y se retiraron voluntariamente. Después descalificaron todo el desarrollo del proceso y después desacreditaron completamente el resultado. Es difícil pensar en un socio cuando van en dirección totalmente distintas. Puede ser que las personas electas por Republicanos a la convención tengan posturas y exista una discusión civilizada y ordenada. Eso obviamente tiene que pasar, pero eso no significa que uno, a priori, pueda hacer alianzas. A menos que existan coincidencias en objetivos específicos que se estén discutiendo, por ejemplo coincidir en alguna votación, pero eso no es una alianza en general. En el caso de Evópoli tenemos un proyecto político muy distinto.

-Usted fue de las primeras en advertir que una lista con el Partido Republicano no era una opción. A propósito de eso ¿cree que el hecho de que la UDI haya sostenido negociaciones hasta último minuto para inscribir una lista que incluyera a los Republicanos, fue un error o una señal equivocada?

-Mi impresión es que había un grupo interesado en mantener la unidad de toda la derecha. La opción nuestra es, más bien, crecer hacia el centro. No es un error, son opciones que cada partido tiene, pero no fue parte de la discusión en Chile Vamos. Teníamos claro que ese era el pacto para nosotros. En Evópoli, el crecimiento hacia el centro es más importante.

-Entonces cree que es un acierto ir en una lista sin los Republicanos…

-Yo estoy convencida.

-¿Va a haber una búsqueda de acuerdo con Todos para Chile y con los partidos del Socialismo Democrático?

Sí, nosotros hemos desarrollado un buen contacto con Amarillos y con Demócratas. Cuando miras los estudios de opinión se puede ver que el 50% de la población no se siente identificada por los partidos políticos actuales. Esas personas esperan tener un referente de centro, más moderado, que refleje sus expectativas. Es muy importante consolidar ese referente de centro, no solo por lo que se va a escribir en la Constitución, si no porque también vienen elecciones municipales y parlamentarias el 2024 y 2025 y hay un riesgo de polarización. Si se polarizan las cosas, las personas terminan votando por el menos malo y no por quienes mejor los interpretan. Ahí el país pierde. Nosotros no solo queremos este posicionamiento de centro, si no que ir creciendo hacia el centro, hacia Amarillos, Demócratas y eventualmente parte de la centro izquierda moderada. Siempre hemos dicho que Evópoli puede ser un puente entre la derecha convencional y la centro izquierda. Nuestro posicionamiento es centro derecha y mi compañero de lista es la evidencia, Jaime Ravinet, viene de la DC, fue ministro de Lagos, Bachelet y Piñera. El viene de ese mundo, para nosotros era importante, a través de mi compañero de lista, marcar esa identidad.

-En ese sentido, ¿cree que el PS dio un paso afuera de esta moderación? 

-En cierta forma el PS vuelve a su origen más antiguo, no en términos descalificativos, sino de su origen primario. Esa es la definición que hicieron. Si se produjo una vuelta a una estructura, que uno podría decir, previa a la formación del PPD. El PPD nació como un intento de profesionales y muchos técnicos, de generar un movimiento político que fuera un poco más avanzada y rompiera, de alguna forma, las dinámicas partidarias tradicionales. A mi me invitaron a reuniones al principio me acuerdo jaja y era gente de buena calidad y muy buena formación. A poco andar me di cuenta de que estaba un poco más a la izquierda de lo que yo quería así que no seguí por ahí. El acuerdo que yo recuerdo del PPD, buscaba, justamente, alejarse de la política que estaba más consolidada en un compromiso ideológico y que era más radical. Creo que el PS está volviendo un poco a esa etapa y el PPD está volviendo a ese origen. Es una vuelta al origen que es buena, legítima y abre de nuevo el espacio de conversación en el centro de manera muy prometedora.

-¿Cómo se siente como candidata y presidenta del partido ¿Piensa que puede ser una apuesta arriesgada someterse al voto ciudadano en caso de no ser selecta?

-Es un riesgo, sin embargo, miro genuinamente el interés del partido. Creo que al partido le hace bien competir, le hace bien generar la épica de tener 10 candidatos en competencia en distintos lugares. Nos compromete con independientes que están representando el interés ciudadano y creo que hay que ir adelante con los riesgos que haya, pero con un potencial de ganancia importante para el partido. Posicionamiento, mística, visibilidad, competencia en política que es muy importante. Espero ganar y si no gano, bueno, tengo que seguir trabajando.

 

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