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Camilo Escalona (PS): “No hay que perder de vista que nuestros adversarios instalaron y mantuvieron estos 50 años el Estado subsidiario” PAÍS

Camilo Escalona (PS): “No hay que perder de vista que nuestros adversarios instalaron y mantuvieron estos 50 años el Estado subsidiario”

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Restan un poco más de dos meses para que la ciudadanía vuelva a enfrentarse a las urnas. Nuevamente, gracias a un proceso constituyente que busca dejar atrás la Constitución de 1980. Ahora, las colectividades centran sus esfuerzos en la campaña y en cómo abordar un diseño que congregue a sus bases electorales. El Secretario General del PS y ex senador, Camilo Escalona a cómo espera que las dos listas oficialistas enfrenten la campaña de manera complementaria y avancen en el proceso constituyente. Plantea, además, que lo más relevante, es no olvidar quiénes son sus verdaderos e históricos adversarios políticos. Y de pasada le envía un mensaje a Cristián Warnken, quien los comparó con la UP. “Hay que tener mucho cuidado para comer pescado, porque uno se puede clavar”.


En la casa del Partido Socialista, el Secretario General, Camilo Escalona, está en su oficina con unas tazas de té y galletas preparando las campañas y bases programáticas de la lista Unidos para Chile, que competirá el 7 de mayo por los cupos de Consejeros Constitucionales. Una semana mucho menos agitada en el ámbito político debido a los incendios que golpean el sur del país.

Apaga el aire acondicionado porque ya se comenzó a sentir el frío dentro de su oficina. Se sienta, le traen unos papeles para firmar mientras se compañerea con sus correligionarios del partido. La semana anterior estuvo llena de negociaciones al interior del PS, ahora, dice, que las negociaciones son distintas, pues se reúnen horas y horas con aliados que no acostumbran negociar de manera tan interna. Incluso con el Partido Comunista, que hace años, revela, no tienen este nivel de cercanía.

A pesar de que ahora la mesa está compuesta por nuevos integrantes, espera que los partidos de Todo por Chile tengan éxito en su campaña electoral. Sin embargo, asume que para él es inexplicable el hecho de no concurrir a una lista única. Los costos políticos que pueda traer esta división electoral -dice “se evalúa a largo plazo”. Ahora, que empezaron los diseños de campaña, confía en que las dos listas del oficialismo generarán un bloque dentro del proceso constituyente y que el proceso de campaña tiene que tener el máximo respeto entre las listas.

-¿Cuál lista cree que tenga mejor proyección en términos de rendimiento electoral? ¿Unidos Para Chile o Todo por Chile?

-No me interesa esa rivalidad. Creo que tenemos que mirarlo con un sentido de complementariedad más que de una riña en que se traten de dirimir entre lo que alguien llamó las “dos almas”. Esas palabras no me gustan. ¿Sabe porque no me gusta? Me recuerdan a Jaime Guzmán, cuando dividió a la oposición el año 83 con las mismas palabras. Me trae malos recuerdos. Si el año 83, el momento más débil de Pinochet, la oposición hubiese estado unida y hubiese levantado una propuesta política sin exclusiones, probablemente nos habríamos ahorrado harto sufrimiento y seis años de dictadura. No me gusta satanizar a nadie. Yo creo que la lista unidad para Chile va a tener un gran respaldo y creo que la lista Todo por Chile haga lo suyo y ojalá tengan un gran respaldo.

-¿Causó ruido que personajes de la vieja política fuesen candidatos para escribir la nueva Constitución? ¿cuál es el argumento que hay detrás de esa selección de candidatos?

-No son tantos. Yo creo que hay razones de gran política y de micropolítica como en todas las cosas. En nuestro caso, los socialistas, entiendo son básicamente tres figuras. Ricardo Núñez, Marcelo Schilling y Sadi Melo. La idea de Núñez partió de nuestro regional de Atacama, no en la cúpula. Eso habla bien de Núñez y su labor de senador durante 20 años. Yo creo que él no lo buscó, pero él tiene vocación de socialista y no ha dejado de serlo. Lo mismo con el caso de Marcelo Schilling, que está haciendo un esfuerzo personal muy grande. En el caso de la Región Metropolitana, con Sadi Melo, creo que rescatamos un representante popular muy significativo. Aplaudo a Sadi, ex alcalde del Bosque, porque siempre en el partido han tratado de subvalorar su aporte y él ha estado 30 años prácticamente en la médula del mundo popular. Entonces, ¿acaso nos tienen que representar los que tienen tres o cuatro títulos profesionales y doctorados? ¿No puede representar al PS un ex alcalde del mundo popular que ha estado 30 años en contacto con la gente? ¿Nos tiene que representar solo tecnócratas? ¿No puede la gente, que ha trabajado todos estos años en las poblaciones, ser candidato? ¿ Están vetados ellos? Es que ese es el problema de fondo. No tienen grandes nombres, dicen, ¿Cuáles son los grandes nombres? ¿Quién tiene la autoridad para definir los grandes nombres?

-¿Dicen que ahora ocurre algo similar a lo que ocurrió con Giovanna Grandón (Tía Pikachú) en la Convención Constitucional?

-Claro, aquí es cómo se ven los prejuicios que intentan menoscabar a las personas. Leí hace poco rato al de los Amarillos, al señor Warken, decir que ahora tendemos a “privilegiar lo que fue la UP”. ¿Con qué autoridad lo dice? ¿Nos está amenazando? ¿Quiere justificar la alternativa de derecha en la que él se incorporó con esa caricatura? ¿Quiere preparar un camino para un Pinochet del siglo XXI, descalificándonos con la imagen de la UP? Hay que tener mucho cuidado para comer pescado, porque uno se puede clavar.

-¿Cómo ha sido la comunicación con Apruebo Dignidad?

-Nosotros no teníamos una relación como la que hemos formado con CS, RD, Comunes, FREVS, incluso con los Comunistas. Hace muchos años que no habíamos estado horas y horas buscando cómo llegar acuerdos. Ayer miércoles, recién, tuvimos una primera conversación respecto de cómo empezar a abordar los temas de campaña. No hay acuerdos todavía y esperamos que en la segunda quincena de febrero  prosperen los diálogos sobre la coordinación. Ya están las bases programáticas que se redactaron antes de la conformación de las dos listas, para esas bases programáticas participaron todos los técnicos, todos, también los partidos que están en Todos por Chile. Eso es lo raro, que respecto de los contenidos no hubo diferencia, son contenidos de largo plazo sobre la Constitución que tiene que tener Chile los próximos 50 años. Eso me parece incomprensible, que respecto de los contenidos teníamos pleno acuerdo pero si teníamos pleno acuerdo respecto a los contenidos ¿Por qué no pudimos ir en una lista?

-¿Qué explicación le da usted a eso? 

-Los prejuicios. Reaparecen atavismos de la guerra fría, como el que trata de revivir Warken. ¿Por qué no dicen que ahora no existe la Unión Soviética y que en Rusia hay un gobierno nacionalista de ultraderecha? ¿Por qué no dicen eso y tratan de revivir fantasmas que ya no tiene sentido? Entonces, teníamos esas bases programáticas, que vamos a defender y las vamos a dar a conocer porque es un acuerdo pleno de las fuerzas que participamos en reacción de esas bases y con esas vamos a trabajar para darle sentido a ese esfuerzo.

-¿Entonces la participación de Bachelet estaría sujeta al diálogo que surja con Unidos para Chile?

-De todas las fuerzas. Yo me formé trabajando en espíritu colectivo. Disculpe que saque los años a relucir, pero el año 72, cuando fui candidato a la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago, no fui candidato de las Juventudes Socialistas, fui candidato de la izquierda. Siempre hemos trabajado en conjunto, entonces hay que ser capaces de poner los propósitos del conjunto como cuestión principal. Entiendo que la sociedad de hoy es esencialmente mediática y quiere ir detrás de los nombres, pero las ideas también son fundamentales. Las convicciones son decisivas, alguna vez tenemos que actuar en base a convicciones, algún día.

-¿Cree que hasta hoy no se ha actuado de acuerdo a las convicciones?

-No, yo creo que sí. Creo que hemos ido logrando actuar en base a convicciones, como la de tener una nueva Constitución. Fue lo que hizo que el Presidente Boric corriera todos los riesgos que ha corrido. Las concesiones que se hizo con la derecha se hizo sobre la base de una convicción fundamental, que era necesaria una nueva Constitución para cerrar un ciclo después de los 50 años del golpe de Estado. Ha habido convicciones. Hay que fortalecer ese camino.

-Respecto a ese camino y luego de la semana de intensas negociaciones ¿No cree que el espíritu colectivo se vio mermado por el hecho de ir en dos listas y ahora tener que competir electoralmente? ¿Cree que se van a generar fricciones?

-Creo que las candidaturas no deben enfrentarse. Por ejemplo, nosotros no vamos a enfrentar a Sadi Melo con Carmen Frei. Hacia ella, vamos a mantener un respecto inalterable. Nosotros vamos a buscar el apoyo de nuestra base social. No vamos a buscar atacar a nadie.

-¿Pero existe hoy una distancia mayor a la que había antes del tema de las listas? Usted dijo que hubo acuerdo respecto a los contenidos principales ¿Cómo se explica entonces que haya dos listas?

Sí pues, yo no me lo explico. Yo trabajé por eso y de repente la perspectiva no fue posible de materializar. Creo que de todas maneras no hay que perder de vista que nuestro adversario, al otro lado de la vereda, siempre van a ser quienes instalaron y mantuvieron estos 50 años el Estado subsidiario, hoy agrupados bajo la fórmula de Chile Vamos. Un poco asustados ellos por la competencia que tienen del PDG y de Republicanos. No tenemos que perder de vista que ellos siempre nos hacen pelear entre nosotros. Ellos siempre buscan que nos toquemos la oreja, después de que nos tocamos la oreja, pasemos a los insultos. Creo que eso lo tenemos que evitar.

-¿Confía en que estas dos listas actúen como un bloque dentro del proceso constituyente?

Sí, creo que después sí. Lo que pasa es que el Partido Republicano es un fenómeno no conocido en Chile. Nosotros tenemos una derecha tradicional profundamente conservadora, quien lo podría negar. Pero, además, a su derecha, surgió una expresión extremista de ultraderecha y, entre medio, surgió un grupo populista autoritario, el de Parisi. Entonces, si no somos capaces de ponernos de acuerdo frente a esas nuevas manifestaciones, que reflejan la profunda crisis que hay en la idea en el mundo contemporáneo, porque es un fenómeno internacional el hecho de que las sociedades no saben a dónde van. Arrancan hacia posición extremistas, de ultraderecha y de ultraizquierda. Entonces, si no somos capaces de actuar en conjunto, entonces mejor disolvamos los partidos. O sea, lo elemental de la política es saber actuar en conjunto.

-Durante la semana pasada se habló sobre las distintas opciones que tenía el PS y que Paulina Vodanovic, la presidenta del partido, en caso de ir en dos listas, prefería alinearse con el Socialismo Democrático. Por otro lado, usted quedó como el impulsor de estar junto a Apruebo Dignidad…

-No, yo fui el defensor de ir en una sola lista. Nunca salí de la posición institucional del partido.

-Pero esta diferencia ¿trajo costos políticos dentro del partido?

-Creo que estamos demasiado intoxicados con la teoría de los costos políticos. Aquí todos pensamos en los costos que traen las cosas que uno hace. No creo que las cosas se puedan mirar tan a corto plazo. Lo que yo observo, es que, en la línea larga, al compañero Elizalde se le valora en el PS porque tuvo un acierto, apoyar a Boric sin condiciones. Hubiese sido impresentable haber pedido cuestiones, cargos, cupos. Fue un acierto. A esta mesa, se le valora en el partido, porque logró revivir a un partido que estaba dormido, ido. O sea, esta mesa ha logrado que el PS sea un protagonista. Eso es lo fundamental, por eso ese le va a medir. No por las diferencias que pudo haber durante este periodo.

-En esa línea, ¿qué tan importante fue alinearse con el Presidente?

-Eso lo siento como una responsabilidad que me nace espontánea de lo más profundo. A mí siempre me dicen que tengo demasiado presente a la UP en la cabeza. No sé por qué me critican por tener buena memoria. Yo vi que no hicimos todos los esfuerzos para apoyar a Allende y eso fue fatal. Entonces a mí me nace, profundamente, la necesidad de apoyar al Presidente, todo lo que lo podamos apoyar. La estabilidad del Presidente es también la estabilidad democrática del País. Algunos dicen que no porque se pagan costos, estamos intoxicados con eso, andan midiendo costos a cada rato. La política no es eso. Creo que lo que más dignifica al Socialismo hoy, es apoyar al presidente, cumplir el compromiso de respaldarlo sin condiciones para que su gobierno sea fructífero, para que el país supere las grandes dificultades en las cuales el arribó a la Presidencia de la República que hoy se desconocen y para que podamos iniciar las transformaciones pendientes. No se van a culminar, pero se tienen que iniciar ahora.

– ¿Cree que este respaldo que le está dando el PS al Presidente se traduzca en más presencia en el Gobierno?

-No, yo creo que tenemos una presencia muy importante para pensar en que sea mayor todavía. Siempre, en las discusiones internas, hago el repaso de los cargos que tenemos y veo que los socialistas tenemos más presencia de la que teníamos con el compañero Allende. O sea, tenemos una cantidad de figuras en el ministerio impresionante. De verdad creo que sería una cuestión fuera de lugar que estuviéramos dando codazos para tratar de ampliar nuestra presencia en el gobierno. Comprendo a los compañeros de las regiones, que, en las regiones, nuestra presencia es débil. Pero eso les corresponde a los ministerios el hecho de crear mejores equilibrios.

 

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