Al calor del nuevo proceso constituyente, analistas coinciden en el despliegue de una estrategia por parte de Chile Vamos para acercarse a un electorado de centro, mientras que, en tanto, observan en la táctica de los Republicanos una búsqueda por la radicalización del electorado. Hoy la derecha está dividida, lo que dificulta algún tipo de proyección respecto del futuro escenario en la oposición, intentando alinearse, para por ejemplo, poner frenos o intentar cambiar alguna de las reformas emblemáticas del programa de Gobierno.
Aún es incierto el rol que va a ejercer la derecha en el nuevo proceso constituyente y cómo podría eventualmente alinearse, como lo hizo bajo la campaña del Rechazo. Al respecto, analistas políticos coinciden en que estamos frente a dos derechas que son programáticamente distintas, donde Chile Vamos se observa como un espacio más dispuesto al diálogo, mientras que Republicanos, con una eventual postura un poco más hostil frente al proceso de cambio constitucional. Un escenario que podría ser beneficioso para Chile Vamos, pues, a juicio de analistas, se transforma en un actor moderado del sistema de partidos, y el Partido Republicano, por el contrario, despliega una táctica apuntada a la radicalización del electorado.
Para el analista político y académico de la U. de Talca, Mauricio Morales, la derecha es un actor de veto en la Comisión Experta. “Por tanto, independiente del resultado electoral para consejeros constitucionales, su rol en el nuevo proceso será sustancialmente más relevante que en el anterior. Ahora bien. Hay dos derechas en Chile: la derecha tradicional y la derecha radical. Ambas decidieron competir en todo el país. Para algunos podría ser una decisión suicida, pero si la centroizquierda tomó la misma decisión, entonces la situación no es tan dramática. Puede que en algunas regiones la unidad total de la derecha le habría proporcionado un mayor número de escaños, pero es preferible eso a un pacto entre Chile Vamos y Republicanos. La misión de Chile Vamos es desacoplarse de la derecha radical y avanzar hacia votantes de centro. Ahí está la clave de su éxito electoral”, afirmó.
Al respecto, se cree que Chile Vamos está frente a una divergencia respecto de como enfrentar la elección del 7 de mayo, en el sentido de si ir a buscar más allá del 32% del voto duro de la derecha o escarbar allí. Entonces, Chile Vamos estaría pensando justamente en que tienen que centrar su discurso para ir a buscar a ese sector moderado, sin renunciar a lo que representaron en el Rechazo, pero intentar abrirse un poco más a ese electorado que no es de derecha. Así lo cree el director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la U. Central, Marco Moreno.
A su juicio, y en cambio, “el Partido Republicano pareciera ser que está tomando una opción por atrincherarse en un electorado duro. De alguna manera, ellos insisten en esta opción de acercarse a la gente que ya no quiere un nuevo proceso constituyente y, por lo tanto, van a buscar capitalizar esa votación dura. El problema, es que en Chile hace una década que no tenemos elecciones con voto obligatorio —a excepción del plebiscito—, y diseñar estrategias con voto obligatorio te obliga a ampliar tu discurso para ir a buscar a otros, porque todos van a ir a votar. Y en ese sentido, creo que Republicanos está errando su estrategia, porque está haciendo campaña como si fuera voto voluntario, llevando un discurso político más polarizado”.
En ese escenario, el columnista de El Mostrador, Germán Silva Cuadra, cree que en términos de percepción de una derecha más moderna, puede ser muy positivo para ellos el ir separados de Republicanos y del PDG, pero no garantiza su éxito electoral. “En términos electorales creo que la derecha va a volver a sus niveles históricos. Ósea, la derecha más tradicional, que representan ellos, nunca ha estado más allá del 30%, y seguramente aquí van a obtener incluso menos votación, porque tanto Republicanos como el PDG les pueden quitar votos”, planteó.
Al respecto, y en cuanto al escenario de fragmentación política, presente tanto en el oficialismo como en la oposición, Marco Moreno agregó que nuestro sistema político tiende siempre a la fragmentación y, tal como está diseñado, va a ser un fenómeno cada vez más común. “Entonces, es una tarea complicada con el escenario actual que tenemos, donde los partidos tienen poco control sobre lo que hacen sus parlamentarios. Además, porque creo que el Partido Republicano no quiere mimetizarse demasiado con Chile Vamos, porque el Partido Republicano sabe que si se mimetiza con Chile Vamos y entran ahí, va a aparecer siempre otro partido que va a ir más allá de la derecha. En Chile hay un espacio político de derecha dura y siempre, si se deja ese espacio, va a llegar alguien a ocuparlo. El Partido Republicano sabe también que moverse hacia las posiciones de la centroderecha, implica desdibujarse y perder el protagonismo que tiene hoy día. Entonces, no hay mucho incentivo para converger. La táctica de Kast apunta a una radicalización del electorado”, afirmó Moreno.
De esta manera, es poco previsible el comportamiento que puedan tener esas dos derechas en los próximos meses. Frente a lo anterior, surgen interrogantes. ¿Estarán dispuestas a alinearse detrás del propósito de frenar determinadas reformas con las que no está de acuerdo? ¿Tendrá los liderazgos necesarios para procurar unidad, en tiempos en que las alianzas políticas no son garantía del éxito electoral? ¿Ejercerá un rol de mayor protagonismo este sector en el nuevo proceso constituyente, buscando dotar de contenido a la nueva propuesta constitucional? .