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Felipe Bulnes y Jonás Gómez solo se habían enfrentado judicialmente, hasta ahora. Si bien hay relatos cruzados, lo cierto es que ahora una acción criminal pesa sobre el exministro de Sebastián Piñera. La defensa del empresario minero asegura que el querellado guardaba hacia su representado “intactos, por todo este tiempo, el rencor y animadversión que había incubado”. El abogado y militante RN, “por poco más que unas palabras intercambiadas a la orilla del mar”, en un restorán en plena playa de Zapallar, desató, esta vez físicamente, su ira contra Gómez, atacándolo con violencia hasta el punto de causarle graves lesiones, señala la querella.
En una calurosa tarde de verano, el pasado 13 de enero, el empresario Jonás Gómez fue a cenar con su amigo Ignacio Pérez Walker al restaurante César que se ubica en plena playa en el balneario de Zapallar, al norte de la Región de Valparaíso.
Luego de comer y pagar la cuenta, y mientras se retiraban del local, Pérez Walker se acercó a una de las mesas contiguas a saludar a una persona que resultó ser el exministro de Justicia del primer gobierno del presidente Sebastián Piñera, Felipe Bulnes (RN), y que se encontraba acompañado de un hombre de mediana edad cuya identidad se desconoce.
Luego de saludarlo, Pérez Walker introdujo a Gómez, a pesar de que ambos se conocían de sobra. Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, de acuerdo a la querella presentada por el empresario, Bulnes levantó la voz diciendo de forma grosera: “yo a este hueón no lo saludo”. Gómez, según su defensa, sin perder la calma, le dijo que nada había en ello que lamentar, porque él “no trataba con bandidos”.
Ante esto, el abogado y militante de Renovación Nacional (RN) habría perdido el control, abalanzándose sobre Jonás Gómez y dándole una embestida de tal magnitud que lo hizo caer en la playa misma, la que está al menos a un metro y medio bajo la pasarela.
Cabe mencionar que Jonás Gómez está por cumplir 70 años, mientras que Bulnes nació hace 53 años.
“Si bien don Jonás se fracturó la mano en ese acto, procuró incorporarse rápidamente. Sin embargo, al subir a la terraza de la cual fue arrojado, fue atacado por el segundo integrante de la mesa, quien lo derribó y le dio varios puñetazos en la cara y la cabeza”, relata la acción judicial.
Luego de estas agresiones, Gómez se retiró del lugar junto a Ignacio Pérez. “Se había generado una conmoción en el lugar de los hechos, por lo que estimó que era innecesario profundizar el embarazoso escándalo generado por los agresores”, agrega la querella, lo que se puede evidenciar en el siguiente registro de cámaras de seguridad:
Al retirarse caminando junto a Pérez, de acuerdo a sus abogados, Gómez se dio cuenta que el dedo mayor de su mano derecha se encontraba desencajado y torcido hacia un lado, logrando ajustarlo con la ayuda de su acompañante. Luego de ello, y todavía choqueado, se dirigió a su hogar.
Al día siguiente, afirman que Jonás Gómez despertó “moreteado” y con el dolor propio de una fractura en su mano derecha, por lo que consultó con un médico que le instruyó tomarse una radiografía para hacer un diagnóstico preciso. Previo a dicho examen, eso sí, el ingeniero comercial había acudido a la Comisaría de Zapallar para hacer la denuncia y la constatación de lesiones de rigor.
Posteriormente, siguiendo los consejos de su médico, Gómez fue a la sede de la Clínica Alemana de Maitencillo donde se tomó una radiografía y fue diagnosticado por dos médicos distintos —uno especialista en traumatología— con una luxación y fractura “de la falange distal, avulsiva con desplazamiento” del dedo mayor de la mano derecha. También certificaron los médicos las lesiones que sufrió en la cara y cabeza, quedando con un hematoma en el ojo.
El diagnóstico, junto a otros documentos sobre el estado de salud de Jonás Gómez, van adjuntos a la querella. La fractura de la mano se trata de una lesión grave, indicando una recuperación de más de 30 días.
La defensa de Gómez recalca que su representado, sin agredir físicamente a ninguno de los presentes, fue atacado y golpeado por Felipe Bulnes y su acompañante, quienes le provocaron, entre otras lesiones, una fractura del dedo mayor de su mano derecha.
Por último, evidencian numerosos recados enviados por Felipe Bulnes a Jonás Gómez al día siguiente del altercado para ofrecer sus excusas.
Felipe Bulnes rompió el silencio y aseguró que esta situación lo tiene muy molesto, “porque me ponen como si fuera un violento, cuando el único agresivo y con antecedentes de violencia es este señor Gómez”, sentenció.
“Jonás Gómez no es desconocido. Yo defendí a su familia en contra de él por un conflicto familiar en manejos de empresas”, recordó Bulnes, en entrevista con La Segunda.
El exministro aseguró al citado medio que fue Gómez Pacheco “quien se acerca a mi mesa y comienza a insultarme”.
“Yo veo que se me viene encima para golpearme, a lo que me paro y lo alejo con los brazos. Trastabilla, cae y luego intenta golpearme de nuevo a lo que la gente del local lo reduce”, dijo Bulnes. Y apuntó: “Él tiene antecedentes de violencia golpeando a su hermano y sobrino. Esto es real, ya que por esto un tribunal lo condenó a tomar clases de manejo de impulso”.
Finalmente, Felipe Bulnes remarcó que “yo nunca en mi vida he tenido un episodio de violencia y siempre he sido correcto”.
Tras los hechos descritos, ante el Juzgado de Garantía de La Ligua, el ingeniero comercial Jonás Gómez Pacheco, interpuso una querella criminal en contra del exministro, y en contra de todos quienes resulten responsables del delito de lesiones graves, y de cualquier otro delito que pueda configurarse a partir de los hechos descritos y aquellos que devele la investigación que desarrolle el efecto el Ministerio Público.
Gómez Pacheco, representado por los abogados Miguel Schürmann y Alejandro Awad, solicita que la querella se declare admisible y la remita a la Fiscalía, “para que el ente persecutor desarrolle una investigación destinada a acreditar la comisión de los hechos materia de la misma, la responsabilidad criminal de los imputados, solicitando que se formalice la investigación a su respecto, se les acuse y se obtenga en el juicio oral correspondiente la condena a las penas establecidas en la ley, con expresa condena en costas”.
De acuerdo a la querella presentada contra Bulnes, todo se contextualiza en una serie de conflictos entre los hermanos Gómez Pacheco: Jonás, por una parte, y, Segundo, Teresa y Magdalena, por la otra. Y es que una serie de conflictos personales entre los hermanos dieron lugar a una división del grupo empresarial Gómez Pacheco en dos bloques. Así, el equipo legal del segundo grupo de hermanos era liderado por Felipe Bulnes.
Hasta la fecha de los hechos denunciados en la querella, aseguran que Bulnes sólo había batallado judicialmente, ya que ambos grupos familiares interpusieron a lo largo del tiempo una seguidilla de acciones judiciales cruzadas, tanto de naturaleza civil como penal. Sin embargo, agregan los abogados de Gómez, “las aproximaciones del señor Bulnes hacia nuestro representado fueron muchas veces desagradables y confrontacionales”.
Sostienen, “sobran testigos de los insultos y amenazas del querellado en contra de Jonás Gómez, las que usualmente sucedían en reuniones de directorio, y que probablemente surgían de la frustración de las estrategias legales del querellado Bulnes en este conflicto familiar”, donde “nunca se había ejercido violencia física”.
En este contexto, Gómez interpuso el año 2021 una querella criminal en contra del imputado por los delitos de administración desleal y de negociación incompatible. Pero el procedimiento penal a que dio lugar dicha querella, después de algo más de un año de tramitación, terminaría por un acuerdo entre las partes.
Por otra parte, a finales del año 2021, el querellado Bulnes fue sustituido como asesor legal por los hermanos de Jonás Gómez, quienes contrataron a otros especialistas.
Luego de ello, no existieron interacciones entre Jonás Gómez y Felipe Bulnes, pero los hechos que se narran en la querella dan cuenta de que Bulnes —según la defensa del empresario e hijo del exsenador del Partido Radical (PR), Jonás Gómez Gallo— “guardaba intactos por todo este tiempo el rencor y animadversión que había incubado hacia don Jonás”.
“A más de un año de dejar su rol como asesor legal de la contraparte de nuestro representado, y a varios meses de que se terminara la causa penal en su contra, el abogado, por poco más que unas palabras intercambiadas a la orilla del mar, desataría, esta vez físicamente, su ira contra el hermano de sus ex clientes, atacándolo con violencia hasta el punto de causarle graves lesiones”, afirma la querella.
La querella precisa que el delito de lesiones graves se encuentra previsto y sancionado en el Código Penal, con penas de presidio mayor en su grado mínimo y medio.
Cabe tener presente que las lesiones corporales se clasifican entre lesiones graves (artículos 397 y 398) que a su vez divide en gravísimas (artículo 397 numero uno) y las simplemente graves (artículo 397 número dos); lesiones menos graves (artículo 399) y finalmente a título de falta, las lesiones leves (artículo 494 número cinco). La defensa de Gómez Pacheco acusa que los hechos narrados son constitutivos del delito de lesiones graves.
Junto con la querella, solicitan, además, se despache una orden de investigar amplia a la Brigada de Investigación Criminal de La Ligua, se ubique y se cite a declarar en calidad de imputado a Felipe Bulnes Serrano, se cite a prestar declaración a la víctima, se ubique y se cite a declarar en calidad de testigo a Ignacio Pérez Walker, se ordene al Servicio Médico Legal la elaboración de una pericia para determinar la gravedad de las lesiones sufridas, y se solicite al local “César” que remita la nómina de los trabajadores que se encontraban en el turno del día lunes 13 de febrero de 2023.
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