Publicidad
La deferencia del Presidente Boric con la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola PAÍS Crédito: Agencia UNO

La deferencia del Presidente Boric con la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola

Publicidad

Al interior de Cancillería existe consenso en que la incapacidad de manejar la agenda internacional del Presidente fue uno de los principales problemas que tuvo la gestión de la canciller Urrejola. Distintas polémicas marcaron la agenda de ambos. Pero, por otro lado, la amistad entre ambos hizo que el mismo Mandatario le informara su salida.


El Presidente Gabriel Boric decidió informarle personalmente el martes la salida del cargo a la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola (PS). La deferencia es entendible dada la buena relación que había logrado construir entre ellos en los viajes al exterior y el reconocimiento que hay en La Moneda respecto a que los grandes errores en materia internacional fueron responsabilidad del propio mandatario y de sus asesores del segundo piso. Fue la informalidad y falta de planificación de la reunión de gabinete que se filtró a la prensa, lo que terminaría por sellar el destino de Antonia Urrejola y su gabinete.

Al interior de Cancillería existe consenso en que la incapacidad de manejar la agenda internacional del Presidente fue uno de los principales problemas que tuvo la gestión de la canciller Urrejola. Los problemas graves comenzaron el primer mes de gobierno con los nombramientos de personas vinculadas al Mandatario en cargos diplomáticos clave como Brasil, España, México y Reino Unido. Entre ellos, causó ruido la nominación de Sebastián Depolo en Brasil, que estuvo un año esperando recibir el agreement y recién pudo aterrizar en la embajada de Brasilia cuando Lula da Silva asumió el primero de enero pasado.

El más serio dolor de cabeza que tuvo que enfrentar la canciller Urrejola fue la instalación de José Miguel Ahumada en la subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales. El joven Ahumado llegó decidido a frenar la tramitación del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP-11) y dilató lo más que pudo la modernización del Acuerdo Comercial de Chile con la Unión Europea. Urrejola tuvo que aceptar a regañadiente la fallida estrategia ideada por Ahumada de las side letters en el TPP-11 y extender innecesariamente las negociaciones del acuerdo con la Unión Europea hasta fines del 2022. Cuando le preguntaban a Urrejola por qué mantenía en el cargo a Ahumada, la canciller respondía que ella no podía hacer nada porque era facultad del presidente de la Republica removerlo del cargo.

Caso aparte fue el episodio del embajador en España, Javier Velasco (CS), comiendo langosta y publicando sugerentes imágenes con su pareja en el auto oficial conducido por el chofer de la embajada. Nunca estuvo en discusión la permanencia en el cargo de Velasco, porque gozaba del apoyo del presidente Boric y de sus asesores en materia internacional del Segundo Piso.

El último desacierto del Presidente Boric en política exterior que la ministra Urrejola no pudo detener fue cuando el Mandatario aprovechó la cumbre de la CELAC, en Buenos Aires, para opinar de asuntos internos del Perú al acusar al “régimen peruano” de violaciones a los derechos humanos. En Cancillería fue considerado un grave error abrir un flanco diplomático con Perú, el único país vecino con el que Chile no tiene diferendos limítrofes que resolver.

Pero la alta tolerancia de la canciller Urrejola con los desaciertos del Presidente Boric no fueron suficiente para ocultar el escándalo generado por la filtración del audio de la reunión de gabinete en que se definió la estrategia para enfrentar las declaraciones del embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa.

La posibilidad de que llegue el experimentado embajador Alberto van Klaveren al ministerio de Relaciones Exteriores es visto en Cancillería como una señal de que el Presidente está dispuesto a abandonar sus salidas de libreto en las relaciones internacionales. Van Klaveren fue un hombre clave en las negociaciones de los gobiernos de Eduardo Frei y Ricardo Lagos con el Reino Unido para lograr la libertad del general Augusto Pinochet y condujo con éxito el equipo encargado del litigio marítimo con el Perú y Bolivia en La Haya.

El nombramiento de Alberto van Klaveren en la Cancillería es comparado con el que hizo el Presidente Ricardo Lagos de Vitorio Corbo como presidente del Banco Central en marzo del 2003 en medio del complejo escándalo financiero Inverlink-Banco Central-Corfo. Así como Vitorio Corbo fue una señal de seriedad y tranquilidad para mercado financiero el 2003, van Klaveren es una señal del retorno de tradicional diplomacia chilena a Relaciones Exteriores.

Publicidad

Tendencias