En el nuevo equilibrio partidista que dejó el cambio de gabinete, el Partido Comunista confirmó que ocupa un lugar muy relevante en el Gobierno de Gabriel Boric. La vocera Camila Vallejo; la ministra del Trabajo, Jeannette Jara; y el subsecretario de Desarrollo Regional, Nicolás Cataldo, constituyen engranajes clave para lograr un fortalecimiento de la imagen del Mandatario y del Gobierno, cumplir reformas como la de la jornada de 40 horas y de pensiones, además de fortalecer los gobiernos regionales. Son tres militantes comunistas con influencia en la administración del Presidente Boric.
Tras el cambio de gabinete, el Presidente Gabriel Boric instaló el nuevo eslogan “Presentes para un mejor futuro”, el que acompañará este año al Gobierno con un nuevo equilibrio de fuerzas, donde partidos como el Liberal y el Radical terminaron muy disminuidos. Ese no es el caso del Partido Comunista (PC), que alineado con los partidos de Apruebo Dignidad tiene tres importantes cabezas que parecen inamovibles: la ministra de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo; la titular de la cartera del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara; y el subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo, Nicolás Cataldo.
Ellos son tres personajes del PC que sostienen partes importantes del andamiaje del Gobierno y aparecen empujando con fuerza los planes del Presidente, aun cuando varios miembros de la bancada de parlamentarios de dicha colectividad no estén de acuerdo con algunas de las iniciativas. Si bien su trabajo no ha estado exento de críticas, los tres militantes comunistas tienen posiciones clave para el éxito del Gobierno y han logrado estar bien evaluados en las encuestas.
La vocera de La Moneda fue la primera integrante del gabinete que hizo notar su militancia, pero, más importante aún, que había un proyecto de Gobierno que se debía respaldar. Fue tajante cuando el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (también PC), criticó la manera en que se estaba desenvolviendo la administración del Presidente Boric en sus primeros meses, comentando en una visita a Venezuela: “Las expectativas son el cumplimiento del programa. Como el programa ahora no tiene viabilidad política, hay que esperar la Constitución”. Su compañera de partido, Vallejo, no tardó en responderle que “para hacer viable el programa los necesitamos a todos y todas, no depende exclusivamente del Gobierno y en eso los alcaldes pueden jugar un rol importantísimo”. La ministra lo invitó a “no restarse y a no tomar palco”. Para Camila Vallejo primero está el Gobierno y en segundo lugar la militancia.
Desde que comenzó el Gobierno, la ministra vocera siempre figuró como una de las personalidades más relevantes del gabinete, especialmente cuando compartía en el Comité Político con su compañero de ruta en la dirigencia estudiantil, Giorgio Jackson, entonces ministro de la Segpres. Su elocuencia y claridad para explicar y responder consultas de la prensa la ubicaron como una de las figuras con mayor aprobación dentro del Gobierno, por lo menos hasta finales del año pasado y antes del tema de los indultos. “Si el Presidente hubiera tenido los elementos a la vista, la situación habría sido distinta”, dijo en enero a propósito de los cuestionamientos que surgieron por la liberación de los 13 nombres indultados. En ese momento su popularidad empezó a decaer.
El domingo, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, siguió con la polémica que tanto perjudica a la vocera, cuando dijo en el programa ‘Tolerancia Cero’ que el Presidente sí tuvo todos los antecedentes a la vista. La demanda de explicaciones de parte de la prensa se armó y, el lunes, la ministra Vallejo nuevamente no logró dar con el tono elocuente y sólido que acostumbraba durante los primeros meses de Gobierno: “Yo me he referido con anterioridad. No voy a repetir lo mismo”. Finalmente optó por alinearse con lo que había dicho ella y mantenido Monsalve y el ministro de Justicia, Luis Cordero: “El Presidente ha encomendado el tema de indultos particularmente al Ministerio de Justicia”. Esto mostró a la opinión pública un perfil de Vallejo más vulnerable, que puede complicarse enfrentando algunos temas.
En esta polémica, Vallejo terminó saliendo de la misma reconociendo que “las consecuencias políticas están a la vista, sucedieron” y “ lo que corresponde al tema en cuestión, que ha presentado la oposición sobre el proceder y si esto estaba bajo la Constitución y las leyes, es algo que hemos defendido. El subsecretario Monsalve además aclaró de manera contundente lo que quiso señalar y tiene que ver con que todos los antecedentes para este procedimiento, una facultad delegada al Ministerio de Justicia, radicaron en los expedientes de Gendarmería. Eso lo hemos dicho desde el día uno”, sostuvo.
El caso de los indultos ha complicado recientemente la imagen y evaluación de la titular de la Segegob, pero lo que más la ha afectado en su desempeño del cargo es que habría bajado –según fuentes gubernamentales– su grado de influencia en el Presidente después de la llegada de la ministra del Interior, Carolina Tohá, y de la titular de la Secretaría General de la Presidencia, Ana Lya Uriarte, en septiembre pasado. En medio de estos cambios fue que surgieron algunas especulaciones respecto a que el nombre de la ministra vocera podría cambiar de cartera en el reordenamiento del gabinete del pasado viernes 10 de marzo. La confirmación de su permanencia demuestra que sigue siendo una persona clave en el entorno del Primer Mandatario, con el cual comparte más de trece años de vida política.
La cartera del Trabajo y Previsión Social es uno de los ministerios que contiene las propuestas y cambios más emblemáticos del Gobierno de Gabriel Boric, como son las reformas de la jornada laboral y de pensiones. Pese a los complejos desafíos que enfrenta la ministra Jeannette Jara, su gestión es transversalmente considerada sólida y su persona es muy valorada.
Su experiencia como subsecretaria de Previsión Social en el Gobierno de la ex Presidenta Michelle Bachelet y el hecho de compartir militancia con doce diputados y dos senadores, le ha permitido mostrar manejo político y capacidad para instalar temas en la agenda, lo que ha sido muy apreciado en la bancada oficialista a la hora de tramitar leyes.
En cuanto a su trabajo con la oposición, solo existen buenos comentarios. El alto nivel técnico de su equipo, su apertura al diálogo con todos los actores del mundo empresarial, las AFP, sindicatos, pymes, economistas y abogados especialistas en legislación laboral, han resultado claves para entregar certezas a sus interlocutores y colocar paños fríos en las discusiones de una cartera donde confluyen diversos y opuestos sectores sociales.
Un momento complejo fue cuando la propuesta de la reforma de pensiones llegó al Parlamento y ningún representante de la derecha quiso sentarse a la mesa a conversar, argumentando que “estamos preparando nuestra propia propuesta (…), espero que ahí podamos tener puntos de consenso para sacar una buena reforma. El Gobierno se tiene que abrir a recibir algunas de nuestras propuestas, como, por ejemplo, el destino del 6%”, explicó el UDI Henry Leal.
La ministra, luego de que la oposición (Chile Vamos y Partido Republicano) no se incorporara a la mesa y en línea con el tono que marcó el Presidente Boric de “dialogar hasta que duela”, dijo: “Sigue existiendo la completa voluntad por parte del Ejecutivo de que se puedan sumar los parlamentarios de la oposición, en particular de Chile Vamos”. Además, indicó que la propuesta de la oposición ojalá “la puedan presentar prontamente y sería muy interesante que pudiéramos conducir este diálogo político y técnico a través de esta comisión”.
Está por verse si el trabajo prelegislativo de Jara en la reforma de pensiones tiene éxito tras algunos recientes problemas con Chile Vamos. El domingo la ministra comunista advirtió, en entrevista con El Mercurio, que “solo han recibido críticas, no propuestas, y eso no sirve para construir acuerdos”. Desde Chile Vamos, respondieron que la disponibilidad de mejorar las pensiones está y apuntan a un cambio gradual. El diputado RN Miguel Mellado lamentó la frase de Jara el fin de semana: “Yo lamento que la ministra Jara se sienta por las críticas que hemos hecho a la mala reforma de pensiones y a cómo fue presentada. Nosotros en Chile Vamos estamos escuchando a los distintos sectores y actores, pero también preparando una propuesta”.
El diálogo y los acuerdos siguen siendo un sello de la ministra Jara, especialmente después de que el martes el Senado aprobara la ley que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales.
El subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo es una figura que, señalan en La Moneda, prefiere pasar inadvertida y distinguirse por su trabajo. Sin embargo, es célebre su noticioso abrazo farandulero de reconciliación con la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, luego que esta lo cuestionara duramente cuando estuvo a punto de ser subsecretario del Interior y se conocieron sus tuits criticando a Carabineros. “Con el nombramiento de Nicolás Cataldo dañan la Seguridad de todos los chilenos y reflejan una soberbia y falta de interés de diálogo tremendo. No entendieron nada tras los resultados de este domingo (plebiscito de septiembre 2022)”, había señalado Matthei. Semanas después, en una actividad en que participaron la alcaldesa de Santiago y también PC, Irací Hassler, Matthei y Cataldo, la jefa comunal de Providencia llamó la atención confesando que “tuiteé que cómo podían poner a un señor que había escrito las cosas que había escrito en la Subsecretaría del Interior (…). Lo he ido conociendo, es una persona encantadora, preocupada de que las cosas se hagan bien, hemos tenido muy buenas conversaciones y creo que ese es el clima que tiene que prevalecer en nuestro país”. Hoy, Evelyn Matthei es un importante nexo de Cataldo en la oposición.
Cuando llegó al Gobierno, ocupó el complejo cargo de subsecretario del Ministerio de Educación, un lugar que conocía muy bien porque había sido cuatro años asesor legislativo de la reforma de Educación en el segundo mandato de Michelle Bachelet. Excolaboradores en la cartera de Educación destacan que Cataldo tuvo a cargo la tramitación de gran parte de los 36 proyectos de ley de la reforma, un trabajo que le permitió conocer y negociar con numerosas autoridades y diversos sectores políticos. La gestión de esa subsecretaría no es sencilla, porque tiene la responsabilidad administrativa de uno de los presupuestos más grandes del Estado. Pero su estadía en ese puesto duró poco, solo seis meses, y su salida fue considerada un golpe para la gestión del ministro Marco Antonio Ávila, dada la importancia que tuvo Cataldo en los primeros meses de instalación del nuevo equipo ministerial.
El buen desempeño en Educación y el reconocimiento que tiene la dirigencia del PC de su trabajo, hizo que su partido lo sugiriera para ocupar el cargo de subsecretario del Interior, reemplazando al socialista Manuel Monsalve, cuando este era una de la figuras mejor evaluadas del Gobierno. Pero Cataldo terminó siendo presa de sus palabras en tuits escritos entre 2010 y 2013, cuando era asesor del Departamento de Educación del Colegio de Profesores y posteó cosas como: “En las marchas, carabineros infiltrados; en el Senado, fachos designados”, “Carabineros torturadores, como los peores tiempos de dictadura”, decían algunos de los tuits encontrados.
Estas publicaciones impidieron que Cataldo se hiciera cargo de la seguridad pública, pero surgió otra posibilidad igual de relevante, la Subsecretaría de Desarrollo Regional, también dependiente del Ministerio del Interior y considerada la más importante del Gobierno, porque tiene a cargo la gestión de recursos para los gobiernos regionales. Las importantes posiciones en que ha estado demuestran que es una figura relevante para la dirigencia del Partido Comunista. En el Gobierno señalan que Nicolás Cataldo ha logrado traer más luces que sombras a la subsecretaría y, con ello, a Interior.