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Manuel Bravo: en Quintero y Puchuncaví “o sacamos a la población o sacamos el cordón industrial”

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El decano de la Facultad de Ciencias de la PUCV, Manuel Bravo, explica en Al Pan Pan que aunque se impongan normas estrictas, siempre existen posibilidades de errores humanos, fatiga de material o situaciones imprevisibles en los procesos industriales que pueden provocar problemas de contaminación. El académico reconoce que la contaminación del aire es un problema difícil de manejar, porque la población queda expuesta y, a largo plazo, los contaminantes pueden terminar en el suelo y en el agua. Según el profesor Bravo, la coexistencia de población y cordón industrial es compleja y, mientras esto siga así, la historia seguirá igual. La comparación con “Chernóbil”, sentencia, “no está tan lejos de la realidad”.


Hace cuatro años, la Corte Suprema emitió un fallo contra el Estado por el deterioro ambiental permanente en las comunas de Concón, Quintero y Puchuncaví. En este fallo se ordenó el cumplimiento de 15 medidas inmediatas, incluyendo la identificación de los contaminantes volátiles de las empresas en la bahía. Sin embargo, aún no se han identificado las causas de las intoxicaciones masivas ocurridas en 2018. Además, la Superintendencia del Medio Ambiente inició procedimientos sancionatorios contra ENAP y AES Andes por incumplimientos al Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica en esas comunas. Ambas empresas tienen planes operacionales para períodos de Gestión de Episodios Críticos.

“Por mucha exigencia que se coloque en la norma, hay procesos operacionales que intentan estar siempre bajo control, pero siempre pueden ocurrir errores humanos, fatiga de material, o alguna situación de no funcionamiento normal que va a generar este tipo de problemas”, analiza el decano de la Facultad de Ciencias de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Manuel Bravo. El académico del Instituto de Química de la mencionada casa de estudios fue parte de un nuevo capítulo de Al Pan Pan con Mirna Schindler.

Según el profesor Bravo, “si uno quisiera eliminar radicalmente el problema, hay que tomar una decisión muy compleja, o sacamos a la población o sacamos el cordón industrial”. Asimismo, reconoce que muchos efectos están asociados a los gases y al aire, una situación muy difícil de manejar, ya que si se contamina el aire, la población queda expuesta. “Esto es un problema de nunca acabar, si no tomamos una decisión drástica”, recalca.

Consultado sobre si las empresas no acataron el fallo del máximo tribunal del país, el decano de Ciencias de la PUCV explica que las empresas son responsables y se comprometieron con algo que no iban a cumplir. Sin embargo, aclara que los desechos se generan porque la operación funciona. Es decir, “mientras más procese la planta, más desechos va a generar, entonces aquí uno podría decir que tal vez sale más barata la multa que el cumplimiento de la normativa”.

Lo más preocupante, según el profesor Bravo, es que muchos contaminantes, por años, no solo terminan en el aire, sino también en el suelo. El aire, detalla, es una situación puntual que tiene cierta movilidad, pero el suelo no se limpia en el corto plazo y el agua tampoco. “Podemos cerrar Ventanas (Codelco), pero los contaminantes en el suelo quedarán por décadas”, puntualiza. “La coexistencia de los dos sectores es compleja”, agrega.

Cabe mencionar que Greenpeace calificó la realidad de sacrificio medioambiental que los habitantes de las zonas de Quintero y Puchuncaví han tenido que soportar durante años como el “Chernóbil chileno”. A través de un comunicado de prensa, la ONG dio a conocer su opinión sobre los hechos contaminantes que provocaron la asistencia médica de más de 100 personas en Quintero debido a las emanaciones de gases tóxicos en el ambiente. La comparación, para Manuel Bravo, “no lo vería tan lejos de la realidad”.

“Mientras siga coexistiendo asentamiento humano y cordón industrial, la historia va a seguir tal como está”, concluye.

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