Se trata de una organización secreta de ultraderecha y ultraconservadora católica, con origen en México, que se ha expandido por América Latina y España, con el objetivo de conquistar el poder político para instaurar el “Reino de Cristo en la Tierra y de esta forma hacerle frente a la amenaza feminista, homosexual y comunista”. El periodista mexicano y Premio Nacional de Periodismo en su país, Álvaro Delgado, quien ha investigado por años a El Yunque, apunta a Eduardo Guerrero –empresario, socio de Primus Capital, director de Ideas Republicanas y exencargado del programa económico de la campaña presidencial de José Antonio Kast– como el líder de la secta en Chile, para lo cual usaría la chapa Jaime Moro. Por años, el principal enemigo de El Yunque fue el comunismo, pero luego de la caída de la Unión Soviética pasaron a serlo el aborto, el feminismo, los métodos anticonceptivos, el divorcio y la homosexualidad, actuando a través de organizaciones fachada como CitizenGo, Yo influyo o HazteOír, entre otras.
El triunfo de la derecha en las elecciones autonómicas y municipales en España hace unas semanas, que incluso llevó al presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, a adelantar los comicios generales para julio, tuvo y tiene como protagonistas al Partido Popular (PP) y a Vox. Este último surgió hace apenas 10 años como “el partido del sentido común, el que pone voz a lo que piensan millones de españoles en sus casas; el único que lucha contra la corrección política asfixiante. En Vox no les decimos a los españoles cómo tienen que pensar, hablar o sentir, les decimos a los medios y a los partidos que dejen de imponer sus creencias a la sociedad”, consigna su manifiesto.
Y explican que su proyecto consiste “en la defensa de España, de la familia y de la vida; en reducir el tamaño del Estado, garantizar la igualdad entre los españoles y expulsar al Gobierno de tu vida privada”.
Principios comunes a muchos partidos y movimientos de ultraderecha que avanzan a paso firme en el mundo. También de este lado del Atlántico.
El tema es que Vox, según varias investigaciones, tiene vínculos –ideológicos y de miembros– con El Yunque español, organización clave en el nacimiento de Vox, a través altos ejecutivos ibéricos y donaciones de grandes fortunas. Aunque el año pasado habrían roto la “amistad”, acusando al partido de comportarse como la “derechita cobarde”.
El Yunque no soporta la exposición –tampoco sus miembros que juran primordialidad, donde nada, nada es más importante que la organización y el silencio en torno a ella– y, precisamente, parte de su ADN y éxito está en ser una organización secreta, católica, ultraconservadora, que busca hacerse del poder político para imponer sus ideas desde las sombras.
Fue el periodista mexicano Álvaro Delgado Gómez (www.sinembargo.mx), quien reveló públicamente –hace casi 20 años, y que hoy investiga sobre la internacionalización de la organización– la existencia de El Yunque. Un trabajo de investigación que le valió el Premio Nacional de Periodismo en México. Delgado, de larga e importante trayectoria en medios de su país, ha publicado dos libros al respecto: El Yunque: la ultraderecha en el poder (2003) y El Ejército de Dios: nuevas revelaciones sobre la extrema derecha en México (2004). En ellos revela, entre otras cosas, que el origen está en una organización secreta creada en los años 30 en la Universidad Autónoma de Guadalajara, como derivación de la Guerra Cristera (1926- 1929).
“Economista, emprendedor por naturaleza, admirador de la sincera vocación de servicio, defensor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural”, señala la descripción en Twitter de Eduardo Armando Guerrero Núñez (40), empresario, mano derecha de Raimundo Valenzuela en Primus Capital. Además de estar al frente de Estrella del Sur, el family office de Valenzuela, es gerente general de RR Wine, director de Ideas Republicanas y socio de una decena de empresas de inversiones y asesorías que, bajo cada uno de sus paraguas, administran, generan y representan variados negocios, principalmente de tipo financiero.
El periodista Álvaro Delgado afirma que Eduardo Guerrero Núñez es el líder de El Yunque en Chile. Y que actúa bajo la chapa Jaime Moro. “Posiblemente una mezcla de Jaime Guzmán y Tomás Moro, porque los integrantes de la organización buscan nombres de santos y de personajes admirados, místicos para ellos”, señala una fuente chilena. Y agrega: “La idea de usar chapas es para conservar el anonimato, en especial con las personas nuevas, que muchas veces no avanzan en la jerarquía y no llegan al núcleo, y también por seguridad y herencia de la época en que fue fundado en México. El grupo es muy exclusivo, en el sentido en que solo se accede por invitación personal. De a poco se va introduciendo al nuevo o la nueva en las actividades. Pero muchos no siguen”, detalla.
Guerrero llamó la atención de Delgado por sus relaciones internacionales. “Es un personaje fundamental, porque tiene vínculo directo con la jerarquía de El Yunque en México. Hay una jefatura nacional en cada país. En México el líder, además, preside la organización internacional. Lo que yo sé, con información absolutamente comprobada, es que el jefe de Chile es Guerrero Núñez. La cúpula mexicana está integrada por Bernardo Ardavín, Guillermo Velasco Arzac y el más viejo de todos, que es uno de los fundadores, José Antonio Quintana Fernández. Él asumió cuando asesinaron a balazos en Ciudad de México, en 1979, al fundador, Ramón Plata Moreno”, explica el periodista.
Y agrega que, en el caso de Guerrero Núñez, “al estar tan cerca de quien pudo haber sido hoy el Presidente de Chile, lo hace relevante y fundamental. No solo podría incidir en la parte económica, sino que también en lo ideológico y generar, desde el ámbito del poder, políticas que beneficien el proyecto de la organización secreta. Esa es la naturaleza de El Yunque. Estamos hablando de una estructura que no es de masas. Ellos forman cuadros para infiltrarse en todo tipo de organizaciones para llegar al poder público, no solo en partidos políticos. Les interesan los medios de comunicación, las organizaciones sociales, la misma Iglesia…”.
Eduardo Guerrero fue consultado por El Mostrador en relación con las afirmaciones del periodista Álvaro Delgado sobre su vinculación con El Yunque, pero el economista no estuvo disponible para responder. Puso a su equipo de comunicaciones como intermediario, pero finalmente la agencia comunicó que no había podido ubicarlo.
Delgado Gómez asegura que José Antonio Kast es cercano, pero no militante de la organización. “Es un poco como Fox en México: un empresario muy católico. Ese tipo de personajes son a los que los líderes de El Yunque se aproximan para formar parte de su círculo íntimo y a partir de eso obtener avances políticos, ideológicos, económicos. Aunque el líder no sea de ellos, la organización los manipula. En España, Santiago Abascal Conde, líder de Vox, no es un miembro de El Yunque y eso no importa, porque hay personas cercanas a él que sí lo son. Esa es su lógica”, afirma.
-Los políticos, Kast por ejemplo, saben que tienen colaboradores de El Yunque?
-Sí y no. No les importa, les es irrelevante aunque sepan. “No soy parte de ellos, pero son mis colaboradores”. Es pragmatismo al final de cuentas. Son compañeros de viaje, piensan igual, actúan igual, nada más que uno es juramentado y el otro no.
El periodista chileno Ignacio Pascual investigó a la organización para su tesis “Las redes de El Yunque en Chile” y parte de su trabajo lo publicó en El Desconcierto (2021), donde señala que el vínculo Kast-Guerrero es de larga data: “En 2009 José Antonio Kast asistió al evento ‘Católicos y Política’, organizado por Muévete Chile en colaboración con la pastoral de la Universidad Católica, que se desarrolló en el Centro UC de la Familia. En primera fila y sentado a la izquierda de Kast se encontraba un joven Eduardo Guerrero. En 2014 la Escuela de Líderes Católicos se convirtió en la Fundación Academia de Líderes Católicos y José Antonio Kast participó como invitado frecuente hasta 2017”. Fecha que coincide con su participación en las elecciones presidenciales, donde no pasó a segunda vuelta.
Muévete Chile pasó a llamarse HazteOír Chile, cuyo fundador y primer presidente fue Felipe Ross Correa, hoy concejal republicano en Vitacura. Entre sus acciones, trajeron el llamado “Bus de la libertad”, que encabezó una protesta contra la identidad de género en 2017. Un proyecto de CitizenGo, Padres Objetores de Chile y el Observatorio Legislativo Cristiano. “Tenía como objetivo fomentar la participación juvenil en el ámbito público por la defensa de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, la propiedad privada y la familia tradicional, posicionando sus ideas a través de acciones llamativas y lo suficientemente polémicas como para llamar la atención de los medios de comunicación. Al mismo tiempo, se dedicaron a redactar cartas emplazando a autoridades y campañas de recolección de firmas, alcanzando notoriedad con una serie de intervenciones públicas”, relata Pascual.
Según la investigación de Panama Papers, HazteOír España fue absorbida por CitizenGo y habría pasado lo mismo con sus filiales latinoamericanas.
El Yunque también conserva lazos con Cañas por España y Political Network for Values, donde José Antonio Kast es el actual presidente.
Los primeros pasos concretos de El Yunque en Chile se remontan a mediados de los 2000, cuando se fundó Muévete Chile al alero de Transforma Chile, cuyo propósito era realizar campañas por los valores, incluyendo a la familia y el bien común.
El artículo “La agrupación ultraconservadora que infiltró la Academia de Líderes Católicos”, escrito por Dominique Soriagalvavarro en The Clinic (2016), apuntó a José Antonio Rosas –director general y fundador (junto al exarzobispo de Valparaíso Jorge Medina Estévez) de la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos (ALC)– como uno de los principales dirigentes de El Yunque. Rosas hoy reside en México –en LinkedIn se describe así: “Mi vocación y pasión es la formación política para transformar América Latina”– y en el mencionado artículo negó el vínculo de ALC con la secta, pero luego reconoció haber integrado El Yunque y haber sido dirigente del movimiento en un “error de juventud”.
En la actualidad, Rosas se mantiene como director general de la ALC latinoamericana y director de la ALC chilena, donde comparte dirigencia con el rector de la Universidad Finis Terrae, Cristian Nazer Astorga, y el académico y filósofo de la Universidad Católica Mariano de la Maza Samhaber. La fundación, que funciona en el Campus Oriente de la UC, señala contar con la colaboración de varios obispos de la Iglesia católica en Chile y diferentes instituciones educativas. En su web describe: “Formar una nueva generación de católicos latinoamericanos con responsabilidades políticas y sociales para que transformen el rostro del continente al servicio de sus pueblos, a la luz del Magisterio de la Iglesia y de cara a los Jubileos del V Centenario Guadalupano y de los dos mil años de la redención”. Agregan que “relegitimamos la política como la multiforme acción que promueve institucionalmente al Bien Común”.
Sin embargo, Álvaro Delgado puntualiza que, a diferencia de El Yunque mexicano, el chileno y el español no actúan, necesariamente, al alero de la Iglesia católica. “De hecho, mucho de lo que se sabe en España de la organización es por investigaciones de las propias autoridades eclesiásticas”, indica.
Un ex “postulante” señala que la captación de adherentes se realiza por etapas. “Por lo menos cuando yo participé, primero estaba la Escuela de Líderes, después alguna organización fachada y luego te invitan a El Yunque propiamente tal. Solo ahí aspiras a ser un orgánico”, cuenta.
Las reuniones se realizan en casa de alguno de los líderes de la célula. Se utilizan símbolos como la bandera roja con el emblema de la organización en negro (una Y con una línea cruzada), velas y crucifijos. “Se comienza con una oración. Los estudiantes/aspirantes deben llevar una pauta de los temas sociales y políticos que pueden estar afectando los valores que defiende la organización. Por ejemplo, alguien puede señalar que pronto se desarrollará la marcha por el orgullo gay. Y entonces se decide el plan a seguir para denunciar esa actividad. Puede ser repartir volantes, pegar stickers contrarios, protestar, acudir con banderas… En general son acciones pacíficas. En otras partes, como en México, se va al choque, a los golpes, y parte de la estrategia es ir a pelear, de ahí esa denominación de mitad monjes, mitad guerreros, pero en Chile, al menos lo que yo vi, no era así”, relata una exaspirante captada en una pastoral.
Parte de la formación comprende leer, además de la Biblia, libros que les recomienda el líder de la célula. Estos tratan sobre el bien común, Doctrina Social de la Iglesia y “harto sobre comunismo para generar una visión sólida del enemigo. Después las lecturas son estudiadas por todos en la reunión. La idea es estar preparados para instaurar el Reino de Cristo a través del manejo del poder político”, explica una fuente.
Para lograrlo, todo aquel que se convierte en orgánico debe pasar ritos de iniciación y tomar tres votos, los que se realizan en una ceremonia. Estos votos son: la primordialidad, consistente en que no hay nada más importante para el militante que El Yunque, ni siquiera su familia es tan vital (muchos llevan una doble vida); la reserva, en que el secreto es fundamental para cada miembro, así como para la seguridad de la organización y del propósito. Por último, la obediencia/disciplina: el que obedece no se equivoca. Del líder no se duda.
No es una organización de masas, es pequeña, pero con enorme influencia. Los mueve la “guerra contra la cultura de la muerte” y sus principales enemigos son: feministas, homosexuales y comunistas. Son ultrarreservados y se mueven con sigilo, captando principalmente jóvenes católicos. Buscan llegar al poder, pero en las sombras. “Nunca verás a un orgánico expuesto en primera línea”, revela una fuente.
“Por eso han sido tan exitosos, por eso durante tantos años no se supo de su existencia en México y tampoco se sabía de su operación en otros países”, agrega el periodista Álvaro Delgado.
“Ramón Plata Moreno y Manuel Díaz Cid eran dos jóvenes universitarios católicos, ‘alarmados’ por las teorías de que los judíos, los comunistas y los masones iban a tomar el poder mundial y poner en serio riesgo toda creencia católica, y sus valores. En plena Guerra Fría formaron el Frente Universitario Anticomunista (FUA), para contrarrestar la creciente ola de discriminación y agravios hacia los conservadores por parte de profesores y estudiantes adeptos a la revolución cubana”, explica Delgado.
Esa tensión universitaria se expandió hasta la ciudad de Puebla, donde hubo enfrentamientos, asesinatos y secuestros por parte de uno y otro bando. Debido al peligro, los miembros del FUA comenzaron a utilizar seudónimos y empezaron a operar desde las sombras para no ser detectados por la policía ni los servicios de inteligencia.
El Yunque, tal cual se conoce hoy –según los estudios del periodista mexicano–, fue fundado en Puebla en 1953. “Se sustentan con la épica heredada de los cristeros. Sus miembros, los orgánicos, adoran a Cristo Rey y a María Reina”, detalla.
En varias entrevistas y en su programa ‘Los Periodistas’ (disponible en YouTube), Delgado señala que El Yunque compitió con los Legionarios de Cristo, también de origen mexicano. Pero si bien estos buscaban atender e influir en las elites, El Yunque se propuso la toma del poder político, usando la fuerza si fuera necesario. “Nace como una organización para formar militantes para el combate político, mitad monjes, mitad guerreros, con el objetivo de instaurar un régimen en México parecido al que existía en España con Franco, donde no tenían cabida masones, comunistas ni judíos”, relata el periodista mexicano.
Por años el principal enemigo fue el comunismo, pero luego de la caída de la Unión Soviética el objetivo principal cambió: aborto, métodos anticonceptivos, divorcio, homosexualidad… se convirtieron en sus motivos de lucha. Y desde entonces el combate lo hacen a través de organizaciones fachada como CitizenGo, Yo influyo o HazteOír, entre otras.
Las elecciones de Vicente Fox (2000) y Felipe Calderón (2006) como presidentes de México han sido los grandes triunfos políticos de la organización original. Ambos del Partido Acción Nacional (PAN), agrupación política de derecha que tiene infiltrados a miembros de El Yunque desde la década del 70, según ha revelado Delgado.
El Yunque también es denominado por sus integrantes como: Organización del Bien Común, la O, la Orquesta o La Organización. Hoy está presente en varios países, siendo muy fuerte en España y con una división operando silenciosa en Chile, que ve con muy buenos ojos el avance del Partido Republicano.