El analista político Carlos Correa Bau relató que mientras la derecha tradicional se hacía un festín con la filtración (el cual cambió totalmente de tono cuando se supo quién era el autor de la misma), el presidente Gabriel Boric recibió un apoyo totalmente inesperado: el de José Antonio Kast. Según explicó, el objetivo de Mellado no era netamente político, sino comunicacional, y asevera que tras el episodio varios personeros de la derecha comenzaron a usar los mismos conceptos contra el mandatario, a partir del audio.
Una serie de detalles acerca de la grabación clandestina de la voz del Presidente Gabriel Boric y la operatoria posterior del mismo dio a conocer el analista político Carlos Correa Bau la noche del viernes, en una edición especial del podcast “La Cosa Nostra”, en la cual estaban presentes la periodista Alejandra Matus y los sociólogos Alberto Mayol y Darío Quiroga.
El episodio, bautizado como “El MelladoGate” ,estuvo casi exclusivamente enfocado en el audio y sus consecuencias, y Correa partió explicando que los 18 parlamentarios que asistieron fueron convocados por el mandatario iban con el objetivo de que el presidente les dijera “quiero que ustedes sepan que yo ocupo la palabra terrorismo, para referirme a la violencia en la Araucanía”, señaló, agregando más adelante que se trataba de una reunión “hecha para que se filtre”.
“Eso era todo lo que el presidente quería decir y por tanto quería que lo escucharan de su boca y por tanto, que después lo repitieran en otra parte”, afirmó Correa.
En ese sentido, aseveró que a su juicio el objetivo de la misma era que la prensa dijera que “el presidente se juntó con los 18 parlamentarios” y que si no la filtraban ellos, “la iba a filtrar La Moneda”.
El factor Mellado
En dicho sentido, señala que Mellado habría tenido una suerte de acuerdo con el diario La Tercera, luego de contarle a una periodista de ese medio que él iba a estar en dicha reunión, la que les habría contado por medio de whatsapp pero, según el relato, desde el medio le habrían pedido la grabación, a lo que el parlamentario habría accedido.
Sin embargo, el asunto cobró un cariz extraperiodístico cuando alguien -que no fue Mellado, según Correa- difundió el audio por redes sociales, con el fin de”darle credibilidad a la nota”.
Según indicó el invitado a “La Cosa Nostra”, “no estoy exculpando a Mellado. Lo que estoy diciendo es que Mellado no graba el audio con un fin político, sino con un fin comunicacional, de generar un impacto comunicacional”.
El audio comenzó a circular, en ese momento y a partir de allí -argumenta- se confeccionó una minuta en la derecha tradicional, que poseía dos ideas-fuerza. La primera era que “el presidente es un cúmulo de contradicciones, que les dice, cuando se junta con los parlamentarios de la macrozona sur, que hay violencia en la Araucanía, que va a poner mano dura” y que, por el contrario, cuando se reúne con Convergencia Social dice “que tenemos que ser rebeldes”. La segunda idea, desgajada de lo anterior y que Correa comentó haber escuchado de tres personeros de la derecha, era, entonces, “¿con cuál de los presidentes nos quedamos?”, detallando que el fondo de todo apuntaba a mostrar a Boric como Zelig, el popular personaje de la película del mismo nombre, en la cual Woody Allen interpretaba a un hombre que poseía una increíble capacidad de cambiar de apariencia, como si fuera un camaleón.
Aparece Kast
Sin embargo, todo ello se desbarató por la irrupción escena de José Antonio Kast, quien el jueves en la mañana salió por Twitter a calificar como “un delito grave” que merece castigo la grabación, lo que hizo cuando ya tenía la certeza de que el autor de la misma no era nadie de su partido. Sin embargo, habría un incentivo adicional, y es que Correa argumentó que “José Antonio Kast y el presidente tienen un negocio, que después lo podemos hablar, porque tienen una negociación en otro tema”, aunque finalmente nunca dijo a qué se refería con ello.
Por su parte, Alejandra Matus argumentó que a su juicio la discusión sobre si la reunión era privada o no es estéril, dado que a su juicio “no puede haber reunión secreta en un espacio público, de suyo público, como es Cerro Castillo, y con personajes públicos en funciones públicas, porque no estaban ahí para conversar del horóscopo, no estaban celebrando un cumpleaños, que ya hubiera sido feo que lo celebraran en cerro Castillo”.