A 60 días de la llegada del ministro Álvaro Elizalde a la Secretaría General de la Presidencia, los legisladores afirman que su “luna de miel” con el Congreso expiró. Y, en tal sentido, explican que su muñeca política será puesta a prueba en las próximas semanas con el pacto tributario y las conversaciones para impulsar una nueva Ley Antiterrorista. “Cuando logre tener favorablemente la disposición de los parlamentarios para votar las reformas más emblemáticas que faltan, esa será la prueba de fuego de Segpres”, señalan.
“Negocien todo el pacto fiscal que quieran con la derecha, pero mi voto no está disponible si no hay ciertas condiciones”. Ese “recado” le envió la semana pasada el senador Pedro Araya (Ind-PPD) al Comité Político de La Moneda, a través de su otrora par, el ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Álvaro Elizalde. Según explican en el Socialismo Democrático, hubo otros dos senadores que enviaron un mensaje a La Moneda en esa línea y con el mismo interlocutor.
A 60 días de la llegada del ministro Elizalde a la Segpres, los legisladores afirman que su “luna de miel” con el Congreso expiró. Y, en tal sentido, explican que la veta de negociador que le reconocen tanto en la oposición como en el oficialismo, por el trabajo que realizó como presidente del Senado, será puesta a prueba en las próximas semanas con el pacto tributario y las conversaciones para impulsar una nueva Ley Antiterrorista.
En el Socialismo Democrático señalan que, en sus primeros dos meses, el ministro Elizalde ha invertido su capital político en recomponer las relaciones de la Segpres con senadores y diputados; detener la ofensiva del sexto retiro de las AFP; aprobar el royalty minero; y sostener una serie de conversaciones con la oposición.
“Las buenas relaciones que cultivó en el Senado le han dado frutos ahí. En cambio, en la Cámara, que es más diversa y mediática, le ha costado un poco establecer lazos de diálogo y acuerdos. Su examen de rigor va a ser cómo hace equipo con los ministros del Trabajo y de Hacienda para sacar adelante la reforma de pensiones y la tributaria. Sacar adelante estas reformas será fundamental para proyectar su imagen de interlocutor válido entre el Gobierno y el Congreso. Hasta el momento, no ha cometido ninguna imprudencia ni chambonada”, recalca el diputado socialista Jaime Naranjo a El Mostrador.
En la oposición, su trabajo con Mario Marcel no pasa inadvertido y, del mismo modo, coinciden en que la “luna de miel” de su expar con el Congreso se acabó y comienzan a demandar resultados.
“Se valora la llegada de Elizalde a la Segpres, conoce el funcionamiento del Congreso por dentro y tiene buenas relaciones con los senadores y diputados. Sin embargo, resulta curioso que el ministro Elizalde respalde los comentarios del ministro Marcel acerca de que la Pensión Garantizada Universal (PGU) se aprobó sin financiamiento. El propio ministro Elizalde, como senador, aprobó la Ley de Exenciones Tributarias destinada a financiar la PGU, por lo que resulta curiosa su postura. Y estamos a la espera de que como ministro pueda darles urgencia a los proyectos de seguridad y salud, que tanto exigen los ciudadanos”, plantea el senador Sergio Gahona (UDI).
Desde RN, el senador José García Ruminot acota que se ha observado a Elizalde bien activo en ambas Cámaras desde que asumió, y puntualiza que “no se le han visto grandes aciertos, pero tampoco grandes errores”.
En La Moneda explican que para el ministro Elizalde el “pacto fiscal” es clave para la marcha del Gobierno y busca convencer a la oposición de sus beneficios en torno a tres ejes: la necesidad de aumentar la recaudación fiscal; mejorar la justicia tributaria con pymes; y precisar a los parlamentarios qué medidas sociales van a ser financiadas con el pacto.
Según reparan desde el Senado, otro de sus desafíos será la negociación de la nueva Ley Antiterrorista, que la Segpres contempla presentar durante la última quincena de julio.
En el Ejecutivo señalan que Elizalde ya comenzó a articular en torno a ello. Aseguran que fue idea suya una reunión de los tres poderes del Estado y el Fiscal Nacional, Ángel Valencia –de quien es compadre–, para abordar la iniciativa. En La Moneda explican que la fórmula para la nueva Ley Antiterrorista está en consensuar cómo se tipifica el delito terrorista, sin que necesariamente este se halle vinculado al ánimo de infundir miedo, lo que es difícil de acreditar.
“Son 60 días y 59 noches, porque en estas tendrá que repasar todo lo que tiene que hacer el día siguiente y efectivamente ir recomponiendo relaciones donde no las hay (…). Cuando logre tener favorablemente la disposición de los parlamentarios para votar las reformas más emblemáticas que faltan, esa será la prueba de fuego de Segpres y otros ministerios”, reflexiona el renunciado vicepresidente de la Cámara, el diputado Carlos Bianchi.
En el Senado, además agregan que Segpres también tendrá como prueba de fuego la aprobación de la ministra de la Corte de Apelaciones, Jessica González Troncoso para integrar, quien fue propuesta por el Presidente de la República para proveer la vacancia de Guillermo Silva Gundelach, quien se retiró tras cumplir 75 años de edad.