Desde los años 40, la inteligencia estadounidense siguió con mucha atención los pasos del poeta chileno. Entre la documentación desclasificada al respecto aparecen antecedentes relativos a un supuesto interés de la KGB soviética por captarlo (lo que obviamente nunca se concretó). Sorprenden los detalles de los informes norteamericanos que dan cuenta, con muchos pormenores, acerca de un viaje realizado a Guatemala por Neruda, en 1951, que desmenuzan todo el trayecto del poeta y sus acompañantes, las visitas que recibían en el hotel e incluso quien ―supuestamente― pagó las cuentas.
Durante varios años, el famoso poeta chileno Pablo Neruda estuvo bajo la atenta mirada de los servicios de inteligencia norteamericanos, como lo evidencia una serie de documentos desclasificados, la mayoría de ellos pertenecientes a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que dan cuenta del especial interés que la figura del vate nacido en Parral generaba en Estados Unidos.
El documento más antiguo al respecto, sin embargo, no pertenece a la CIA, sino a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por su sigla en inglés) y fue desclasificado en medio de la colección de cables secretos conocidos como “Venona”, nombre que nadie sabe muy bien qué significa, pero que se usa para describir a una serie de comunicaciones secretas emitidas por la antigua KGB (la inteligencia de la antigua Unión Soviética) a partir de los años ‘40 entre las ciudades de Nueva York, Buenos Aires y Santiago, las que eran interceptadas por los norteamericanos.
De los 110 documentos de la colección, cerca de 30 de ellos describen una red de espionaje soviética que operaba en esas tres ciudades y en la cual uno de los líderes era el diplomático chileno Cristian Casanova Subercaseaux, a quien identificaban en los cables como “Karlos”, el que era secundado por los también chilenos Antonio Aparicio Herrera (escritor), Carlos Robles Galdames e Isabel Gallardo, una joven chilena residente en Nueva York, que estaba casada con un capitán del cuerpo de los Marines.
El 11 de mayo de 1944, la KGB emitió desde México un cable en el cual, como elemento secundario, se señalaba que “Pablo Neruda is being developed”. Si eso se tradujera en forma literal, sería algo así como “Pablo Neruda está siendo desarrollado”. Según los norteamericanos la expresión que entendían como “desarrollado” era “razbabotka”, vocablo ruso que en la jerga del espionaje soviétivo se entendía como “estudiado/cultivado”. En otras palabras, se referían a alguien que estaban considerando captar como agente o informante.
A esa fecha, según la NSA, el literato era el Cónsul General de Chile en Ciudad de México, aunque esa información estaba errada: hacía ya casi un año que Neruda había dejado esa capital. Ante ello, una posible explicación es que se tratara de un error en la transcripción del documento por parte de los norteamericanos o, bien, que el texto hacía referencia a un proceso anterior.
De todos modos, es probable que el poeta ni siquiera se hubiera dado cuenta de que estaba siendo evaluado por alguien que pertenecía a la KGB y la falta de menciones posteriores a su persona en esta serie de documentos, hace suponer que ―haya sabido o no las intenciones de los espías de la URSS― el intento de reclutamiento nunca fue más allá de aquello. De hecho, si la intención de la KGB se hubiera concretado, lo más probable es que ello se hubiera plasmado en los posteriores informes estadounidenses. Sin embargo, estos muestran que a la CIA y otras entidades no les preocupaba que Neruda fuera un espía, para nada. Lo que de verdad les preocupaba es que era un militante comunista con un gran renombre internacional.
Algo de ello queda en evidencia en el primer reporte del Departamento de Estado acerca del chileno. Es un informe del 28 de marzo de 1944, que señala que “Pablo Neruda, hasta hace poco Cónsul General de Chile en Ciudad de México, hizo del Consulado General un virtual cuartel comunista. Fue llamado a su país debido a su participación en manifestaciones públicas pidiendo la libertad en Brasil de Luis Carlos Prestes”, en referencia a un alto dirigente del PC brasileño que se encontraba en prisión en aquel entonces y cuya pareja, la alemana Olga Benario, había sido deportada a la Alemania nazi, donde fue asesinada en una cámara de gas.
Asimismo, el documento aseveraba que “en Chile el canciller Fernández dijo que él sospechaba que Pablo Neruda, ex Cónsul General en México, transmitía instrucciones de Oumansky a los comunistas chilenos”, en referencia al embajador de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en el país norteamericano, Constantin Oumansky, y al ministro de Relaciones Exteriores de Chile de la época, Joaquín Fernández.
La CIA nació oficialmente en 1947, pero muy pronto comenzó a actuar en Chile. De hecho, el primer documento de dicha agencia donde se menciona a Neruda es del 28 de marzo de 1949. Se trata de un extenso paper sobre la organización del Partido Comunista de Chile. Relata la forma en que este elegía a su Comité Central y adjuntaba el listado de todos sus integrantes, entre los cuales estaban Salvador Ocampo, Américo Zorrilla, Enrique Kirberg, Elías Lafferte Gavino, Carlos Contreras Labarca, Volodia Teitelboim, Orlando Millas Correa y “Pablo Neruda (Ricardo Neftalí Reyes Basualto)”.
En el mismo informe se relataba que el entonces proscrito PC (debido a la “Ley maldita”, promovida por Gabriel González Videla) contaba con una comisión política y una comisión de control de cuadros y que en las últimas elecciones antes de la Ley de Defensa de la Democracia habían obtenido 78.336 votos; es decir, un 17.7% del total. A cargo del partido, mientras durase la proscripción, decía la CIA, estaba la comisión de control de cuadros.
Como es evidente, en poco tiempo habían logrado contar con mucha información del PCy por ello no es de extrañar la consignada el 14 de abril 1949, en un documento que detallaba las instrucciones clandestinas entregadas a los militantes del PC en Santiago, entre las cuales se especificaba que era necesario “perfeccionar técnicas para continuar la actividad durante el periodo de ilegalidad. Los miembros deben habituarse a no usar el teléfono; no habrá puntos reunión, deben tratar de trabajar en la forma más aislada posible”
Asimismo, se indicaba que “los miembros de mayor edad tienen una tarea especial en este trabajo. Deben asistir a los más jóvenes y evitar que estos cometan errores que pueden causar una baja en la moral de los militantes con menos experiencia”.
Refiriéndose al poeta, que había sido desaforado de su cargo de senador en febrero de 1948 y que en ese momento se encontraba en clandestinidad, mientras lo buscaba la policía, se precisaba que “el partido tratará de conseguir la libertad de Pablo Neruda sin ningún tipo de pena, para que pueda regresar al Senado por cuatro años, uniéndose a los otros dos senadores comunistas, Elías Lafferte y Salvador Ocampo. La comisión de abogados del Partido Comunista, Jorge Jiles y René Frías, informará acerca de su plan para defender a Neruda en los tribunales”.
Por cierto, para esa fecha Neruda ya había salido del país (lo que ocurrió a la altura de Llifén, en la Región de los Ríos, a inicios de marzo de 1949) y el 25 de abril de aparecía en París, en la jornada de clausura del Primer Congreso del Movimiento Mundial de Partidarios de la Paz, como señala Mario Amorós en Neruda. El príncipe de los poetas.
En mayo del mismo año la estación de la CIA en Santiago enviaba a Washington un panfleto encontrado en Santiago, relativo al Movimiento Mundial por la Paz, organización de carácter mundial, vinculada a la URSS, que denunciaba a Estados Unidos por sus armas atómicas y exigía el no intervencionismo de ese país en las demás naciones. En el texto, según la transcripción efectuada por la CIA, se destacaba que en Chile, detrás de esa entidad, estaban “los tres mayores intelectuales: Gabriela Mistral, Claudio Arrau y Pablo Neruda, lo que indica la gran magnitud que este movimiento puede alcanzar”.
Otro país donde la CIA no perdía pisada del Partido Comunista era Guatemala, gobernada hasta fines de 1950 por el presidente Juan José Arévalo. La inteligencia de Estados Unidos estaba convencida de que era un comunista, lo mismo que quien lo sucedió en 1951, el socialista Jacobo Arbenz, que de hecho fue derrocado en 1954 por un golpe de Estado orquestado por la CIA.
Neruda llegó a ese país el 15 de abril de 1950, pero da la impresión de que la CIA seguía sus pasos desde antes, como decía un reporte que señalaba que “Neruda entró a Guatemala por el puerto de Talismán, en la frontera mexicana, el 13 de abril de 1950. Manejó a Talismán desde Patachula, México, y con sus acompañantes continuó a Quetzaltenango, Guatemala, donde se quedaron la noche del 13 al 14 de abril. Aunque Neruda llegó a Ciudad de Guatemala tarde en la noche del 15 de abril, una caravana de unos 30 automóviles siguió su auto por la ciudad hasta el hotel”.
Otro punto del informe precisaba que “Neruda está acompañado por un grupo de chilenos: Delia del Carril, Enrique de los Ríos, María Herrera Fervada, Matilde Urrutia”.
Además, se indicaba que desde la noche de su llegada a Ciudad de Guatemala, el poeta “se ha estado quedando en el hotel San Carlos. Ha estado en estrecho contacto con líderes izquierdistas y grupos comunistas de Guatemala que lo han ido a ver a diario a su hotel. Sus actividades públicas han sido bien publicitadas en el diario oficial del gobierno, Diario de Centroamérica, y en su diario semioficial, El Diario de la Mañana, así como en la radio del gobierno, TGW”.
Asimismo, el documento aseguraba que el gobierno guatemalteco estaba pagando todos los gastos de Neruda y que, según una fuente que da la impresión de haber sido una mujer identificada como “Miss Beverly Hepburn”, “de cinco a diez comunistas guatemaltecos están comiendo tres comidas al día con él durante su estancia”.
Algunos días después, en mayo de 1950, la CIA daba cuenta de que “los chilenos socialistas anticomunistas han intentando esparcir rumores en Chile en orden a que se ha establecido un Cominform Latinoamericano, bajo el control de Pablo Neruda y César Godoy Urrutia, comunistas chilenos ahora en México y Guatemala. Estos rumores aparentemente han sido esparcidos en orden a desacreditar a los comunistas”. Con “Cominform” (con “C” en el cable original, aunque en ruso se escribía con “K”) la CIA se refería al sistema de coordinación de los Partidos Comunistas en todo el mundo, organizado por la URSS.
Asimismo, se detallaba que “también se ha establecido en México el Comité Chileno Democrático, que tiene entre sus miembros a Lázaro Cárdenas, expresidente de México; Dr. José Giral, expremier del gobierno español republicano, y Pablo Neruda. Supuestamente, el grupo fue organizado bajo los auspicios de Vicente Lombardo Toledano y reúne fondos para refugiados políticos chilenos”.
El 21 de septiembre de ese año la CIA volvía a preocuparse de Neruda, en función de Guatemala. El reporte señalaba que “entre 200 y 350 personas asistieron en Ciudad de Guatemala a una charla del prominente comunista chileno Manuel Eduardo Hubner Richardon, el 31 de agosto de 1950, respecto de la poesía de Pablo Neruda”.
Lo fundamental, sin embargo, era la información que venía después, en la cual reaparecía el nombre de uno de los chilenos que formaba parte de la red Venona, según los documentos estadounidenses:
“Unos pocos días antes de la charla, Hubner dijo que había recibido una carta desde Francia escrita por Antonio Aparicio Herrera, esposo de la hija de Hubner, Alma Hubner Vidal. De acuerdo con Hubner, su hija y su yerno habían estado viendo mucho al poeta chileno Pablo Neruda en su departamento de Quai D’Orleans. Neruda envió un mensaje a Hubner en el cual le expresa sorpresa porque su candidatura al premio de la Paz no haya tenido suficiente ayuda desde América Latina. Aparentemente Italia y México han propuesto a Neruda como el ganador de este premio. Neruda dijo a Hubner que sentía que debía ser apoyado por todos los comités de paz en América Latina, especialmente los de Chile y Guatemala. Urgió para que se inmediato se envíen cables al Comité de la Paz en Praga, o al Comité Mundial de la Paz en París”.
Del mismo modo, se precisaba que Aparicio y su esposa estaban planificando ir a la estación a saludar al nuevo embajador de Guatemala en Francia, Enrique Muñoz Meany, cuando llegara, pero que Neruda no pensaba hacerlo, “pues sentía que podría ser una falta de discreción aparecer en público con el nuevo embajador en el día de su arribo a París”.
Ya casi al finalizar 1950, el 15 de noviembre, un cable del Departamento de Estado retomaba lo relativo al viaje a Guatemala, señalando que “cuando Pablo Neruda visitó Guatemala sólo unos meses atrás fue virtualmente un invitado de Estado. La cuenta de su hotel fue pagada en persona por Hugo Salguero, secretario privado de Arévalo, obviamente proveniente de los fondos presidenciales”.
Otro cable al respecto señalaba que “las autoridades guatemaltecas permitieron que el poeta comunista chileno Pablo Neruda, que recién regresaba de un viaje por la URSS, hiciera una serie de presentaciones ante el público de Guatemala”.
Por cierto, la CIA no solo lograba informaciones en sitios tan lejanos, sino que también en lugares mucho más lejanos, como Lota. En efecto, el 22 de septiembre de 1951 se informaba acerca de un encuentro realizado en la Plaza Chillancito de esa comuna, “auspiciado por el comité Pro-paz, provincial Concepción. Asistieron cerca de 300 personas”.
Según se detallaba, “el primer orador fue el presidente de la juventud del comité Pro-Paz de Concepción, Isaac Carrillo, quien pidió a los presentes firmar el acuerdo de Paz de Estocolmo. Dijo que el Movimiento Pro-paz unía a todos los hombres de buena voluntad”, aseverando que además el gobierno chileno había querido enviar tropas a combatir en Corea, “pero agregó que este deseo se había visto frustrado por la decisión del pueblo, que no quiere la guerra, la cual solo es rentable para los yanquis imperialistas”.
Luego habló el diputado Víctor Galleguillos Cleet, quien aseguró que “gracias a los esfuerzos de los senadores Lafferte y Ocampo era casi seguro que fuera revocada la maldita Ley de defensa de la democracia, caso en el cual numerosos trabajadores relegados quedarían libres y el poeta Pablo Neruda podría regresar al país”.
El poeta finalmente regresó a Chile en 1952, aunque la ley no fue derogada sino recién en 1958. De todos modos, Neruda retomó de inmediato sus actividades políticas y culturales, en medio de una fama mundial cada vez más creciente.
Una muestra de ello se plasmaba en un documento de la CIA del 7 de octubre de 1952, que versaba acerca del Quinto congreso del Partido Comunista de Ecuador, que se había efectuado en Ambato y en el cual “se eligió un directorio de honor, encabezado por Stalin e incluyendo líderes como Mao Tse Tung, Lin Pao, Chou En Lai, Maurice Thorez, Palmiro Togliatti, Pablo Neruda y Luiz Carlos Prestes”.
Más que ello, sin embargo, el eje de la preocupación de la CIA ahora estaba en el Movimiento Pro-paz y la participación de Neruda en dicha organización. Ante ello, dentro de todos los documentos desclasificados de la CIA que mencionan al poeta, existe uno muy peculiar, que no posee logos de esa agencia ni de ninguna otra, ni tampoco la morfología de sus reportes, y que lleva por título “Prometeo encadenado. El control de los intelectuales en el estado comunista”.
En su primer punto, dicho análisis decía que “los intelectuales de América Latina se alimentan con la falsedad de la apelación comunista a la paz. Muchos de ellos saben, más allá de cualquier duda, que el así llamado Congreso de la Cultura no es más que el frente que Jorge Amado y Pablo Neruda están tratando de promover”.
Posteriormente, se agregaba que “es una tragedia ver el talento de Pablo Neruda convertirse en versos de aleluya a la ideología comunista” y se aludía a que “en noviembre pasado (1952), en La Paz, los patrocinadores del primer Congreso Boliviano Pro-paz intentaron usar el nombre de Pablo Neruda como presidente honorario, para convertirlo en un atractivo. Doscientas personas asistieron al primer encuentro; pero cuando vieron lo que se estaba haciendo en nombre de la poesía y la cultura, todo el público interesado se alejó. La asistencia de la segunda sesión cayó a 73, consistente solo en delegados oficiales. Estos mismos empezaron a desaparecer después de eso, y a la tercera sesión solo asistieron 44. Luego todos se fueron a su casa”.
Después de ello, aparece por el nombre de la Premio Nobel Gabriela Mistral, de quien los redactores del texto se preguntaban algo que para ellos parecía esencial: “¿es Gabriela Mistral una comunista? No lo creemos. Ella es una mujer inteligente, así como una gran poetisa y una admirable representante diplomática de su país. Su éxito lo ha logrado bajo un sistema de libertad en el cual el liberal, el progresista y el pensador creativo tienen una oportunidad. Creemos que Gabriela Mistral entiende y valora estas cosas. No creemos que ella, voluntariamente, los vaya a cambiar por ser mentalmente controlado por el politburó comunista. Creemos que ella ha sido mal guiada y traicionada por su amigo de confianza Pablo Neruda, como muchos otros intelectuales bien intencionados que han confiado en él a través de América Latina. Su nombre ha sido usado como una autoridad oficial del movimiento Pro-paz chileno”.
Mañana: Pablo Neruda ante los ojos de la CIA (Parte 2)