La noticia del robo de computadores al interior del Ministerio de Desarrollo Social abrió una nueva línea de críticas en contra del titular de esa cartera, el ministro Jackson. Más que el hecho en sí, lo que levantó sospechas fue la forma del mismo y el contexto en el que se llevó a cabo. En medio del caso Convenios, delincuentes hicieron ingreso al edificio del ministerio durante la noche, haciéndose pasar por familiares del secretario de Estado, y sustrajeron 23 computadores de un piso en específico, además de una caja fuerte que estaba en otro de los pisos. Las sospechas no se hicieron esperar, puesto que un delito de estas características no es primera vez que ocurre en el país. Si bien los computadores fueron hallados, la oposición y, en particular, el senador Fidel Espinoza (PS), apuntaron al ministro como responsable y solicitaron su renuncia. Sin embargo, La Moneda nuevamente mantuvo la negativa a su salida y llamó a no utilizar políticamente el ilícito. Lo cierto es que los eventos que dejan a Jackson en medio de la polémica son recurrentes y ,con ello, se mantiene abierto un flanco de ataque constante al Gobierno.
El robo de 23 computadores y una caja de seguridad al interior del Ministerio de Desarrollo Social volvió a abrir un flanco dentro del Gobierno, desatando una oleada de peticiones de renuncia en contra del titular de esa cartera, el ministro Giorgio Jackson, que no solo provinieron de la oposición sino también de parlamentarios como Pamela Jiles y Fidel Espinoza.
El hecho delictivo, del cual solo se supo a eso de las 8 de la mañana de ayer –pese a que ocurrió a medianoche–, comenzó a desarrollarse cuando un sujeto llamó al guardia de turno, haciéndose pasar por el ministro Jackson. El falso secretario de Estado indicó al vigilante que había tenido un accidente y que luego unos familiares suyos irían a buscar 50 notebooks que estaban ubicados entre los pisos dos y seis, así como la caja fuerte, que contenía una serie de documentos de garantía. De ese modo, en primera instancia se entregaron 23 equipos a una mujer que se retiró en un auto y, posteriormente, tres sujetos con overoles blancos, que dijeron ser “sobrinos” del ministro, se llevaron la caja de seguridad, luego de lo cual se denunció el robo.
En la tarde de ayer se informó, además, que otros 11 laptops fueron hallados entre la basura, en las afueras del edificio ubicado en el centro de Santiago, lo que ocurrió después que el OS-9 de Carabineros confirmara la detención de una mujer en Renca, a las afueras de cuyo domicilio fueron hallados los 23 primeros equipos, motivo por el cual hoy pasará a control de detención en el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago.
Desde Concepción, donde se encontraba realizando actividades propias de su cartera, el ministro Jackson anunció que ya estaban en coordinación con el Ministerio del Interior “para realizar todas las querellas necesarias”, junto con aseverar que “es bastante sospechoso que ocurran hechos de esta naturaleza que parecieran no ser solo constitutivos del delito de robo, sino que también relativos a una señal política“. La vocera de Gobierno, Camila Vallejo, por su parte, también declaró en la mañana de ayer que “con la información que tenemos, evidentemente esto no parece ser un robo común”, aunque en la tarde matizó sus dichos, señalando que sí se trataría de un delito común.
Si bien desde La Moneda han anunciado que son los principales interesados en esclarecer el caso, su origen y motivaciones, fue desde la izquierda que surgieron las primeras voces que pedían la renuncia del amigo y compañero político del Presidente. La primera en hacerlo, de hecho, fue la diputada Pamela Jiles (PH), quien apenas se supo la noticia se preguntó en Twitter: “¿Me estái…?”, al enlazar un artículo al respecto, para luego agregar que “el ministro @GiorgioJackson debe renunciar ahora”. A ella se sumó muy pronto quien se ha convertido en el gran impugnador del oficialismo desde las propias huestes oficialistas: el senador (PS) Fidel Espinoza, quien dijo, por medio de la misma red social y dirigiéndose al Presidente Boric, que “Si Ud. no saca a esta tropa de Sinvergüenzas que tiene a su alrededor, su gobierno se desploma. Esto ya no da para más. Superaron los límites de la frescura”.
Ante esos dichos, la ministra Vallejo desconoció su alineamiento con el oficialismo: “Es difícil considerar del propio sector” al senador Espinoza, sostuvo, a lo que el aludido respondió advirtiendo que la secretaria de Estado “pretende ningunearme, pero yo soy una persona que combato a la corrupción del color político que sea”.
También salió a defender a Jackson del fuego amigo el presidente de Convergencia Social (CS), Diego Ibáñez, igualmente vía Twitter, desde donde espetó al socialista que “el hambre por figurar lo tiene absolutamente descompensado, senador. Acusaciones así de graves necesitan más pruebas que su puro ego. Sea responsable, cuide sus palabras y, si tiene evidencia que sustente sus dichos, entréguela como lo obliga la ley”.
El presidente de Comunes, Marco Velarde, por su parte, llamó a Espinoza y a la oposición a “que se tomen una agüita de algo que los calme para que bajen las pasiones”, afirmando que existe “un plan claro” y una “vendetta”, dado que el ministro Jackson fue “crítico contra el financiamiento ilegal de la política en los casos de SQM y Penta, como también un impulsor de la rebaja de la dieta parlamentaria, que todavía tiene enojados a actores como Espinoza”. Para Velarde, las críticas apuntan a un “aprovechamiento político”, argumentando que “este tipo de actos socavan nuestra democracia y deslegitiman la política ante la ciudadanía, más de lo que ya está”.
La diputada Maite Orsini (RD), a su vez, hizo un llamado a que los reiterados “maltratos” del senador socialista en contra de “todos nosotros, tienen que cesar”. La parlamentaria apuntó también al aprovechamiento político e, incluso, sostuvo que todo indica que el ministro Jackson “es una víctima, es una persecución política”. Además, Orsini fue taxativa al indicar que “es importante que el Partido Socialista se haga cargo de los dichos de sus militantes y, en particular, de sus senadores“.
El Primer Mandatario, de gira por Europa, fue consultado por la prensa que lo acompaña sobre el robo en el Ministerio de Desarrollo Social, cuando ingresaba a una actividad en Francia. Sin embargo, mientras saludaba a distintas personas que asistían al evento, entró al edificio y no se refirió al tema.
Asimismo, ayer era evidente que muchas fuentes de Palacio, habitualmente locuaces, estaban en completo silencio, reflejando la nueva estrategia de vocería que aplicó el Ejecutivo tras el destape de caso Convenios, que se centra en que las declaraciones quedan en manos de la ministra Vallejo y el ministro Cordero, aunque en esta ocasión se sumó el ministro del Interior (s) Manuel Monsalve, quien abarcó la veta policial del caso. Pese a ello, la idea que ronda en distintos sectores es que, pese a contar con todo el respaldo oficialista, la cuenta corriente del ministro Giorgio Jackson está llegando a un límite peligroso.
Desde el otro ladro de la trinchera, en tanto, la bancada de la UDI hizo pública una carta en la cual solicitaron al Presidente Gabriel Boric que “decida remover en el más breve plazo posible –idealmente dentro de las siguientes 48 horas– al Sr. Giorgio Jackson Drago, sin importar que aún no exista un sucesor para el cargo ni que actualmente usted se encuentre de gira en el extranjero”. Al respecto, la ministra Camila Vallejo dijo que el Gobierno no contestará la misiva, por ser “calumniosa, injuriosa e infame”, agregando que “seguir instalando un manto de duda sobre el ministro o el ministerio respecto a estos delitos es preocupante”.
El excontendiente del actual Mandatario en las pasadas presidenciales, José Antonio Kast, publicó una foto del ministro Jackson en su cuenta de Twitter, sobre la cual preguntó: “¿Hasta cuándo se ríen en la cara de los chilenos?”, para luego aseverar, en otro mensaje, que “la fiscalía tiene que allanar el Ministerio de Desarrollo Social, Vivienda y otras dependencias públicas involucradas en esta red de convenios ilegales, para evitar que sigan ocultando y destruyendo la evidencia”.
Por su parte, el secretario general de Renovación Nacional, el diputado Diego Schalper, citó al humorista Daniel “Bombo” Fica para referirse al caso, calificando de: “Sospechosa la… bueno, ustedes saben cómo termina esa frase”. En cuanto a la permanencia del ministro en la cartera de Desarrollo Social, ocupó las palabras de Patricio Fernández al presentar su renuncia como coordinador de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado: “El Presidente de la República es el que tiene que ponderar cuándo un ministro contribuye al éxito del Gobierno y cuándo empieza a ser un escollo”. En función de eso, llamó al Primer Mandatario a que no les preste “espalda” a sus ministros, indicando que “son los ministros quienes tienen que prestarle la espalda a usted”.
Otro que citó a “Bombo” Fica fue el senador Francisco Huenchumilla. El parlamentario DC admitió tener una cercanía con el ministro de Desarrollo Social, pero confidenció que le pareció “sospechosa la cuestión, no tengo una respuesta racional para lo que pasó”. Sobre Jackson, dijo que “hay un karma que le persigue, porque hay distintos tipos de situaciones que lo comprometen y lo dejan mal parado desde el punto de vista político, pero espero que el ministro tenga una buena explicación para esto”.
Por su parte, el senador Manuel José Ossandón (RN), fiel a su estilo, dijo que “Netflix se quedó chico” con este caso, pero también advirtió que, aun cuando no tiene muchas esperanzas, “el Presidente va a tener que tomar una decisión” respecto del ministro. “Más débil de lo que puede estar la figura del ministro Jackson, es imposible”. Por cierto, las palabras de Ossandón apuntaban a un segundo episodio: el robo de dos computadores acaecido el miércoles en dependencias de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (Anepe), en Providencia, hecho que fue inmediatamente linkeado con el hecho de que el presidente de la fundación Democracia Viva estaba cursando un posgrado en dicha institución, becado por el Ministerio de Defensa.
Ante ello, la Anepe emitió un comunicado en que señala que el hecho ocurrió a las 14:00 horas del miércoles 19, cuando dos personas se dieron cuenta de la desaparición de sus notebooks personales. Ante ello, se revisaron las cámaras de seguridad y se constató que había ingresado una persona desconocida, por lo cual se llamó a Carabineros, donde calificaron lo ocurrido como “hurto simple”. Además, la institución aseveró que los hechos “no tienen relación alguna con la situación que afectó al exalumno de la Anepe, Daniel Andrade”, agregando que la Subsecretaría de Defensa había instruido un sumario administrativo.
El oficialismo, por su parte, brindó un amplio respaldo al ministro de Desarrollo Social. El titular de Justicia, Luis Cordero, en los patios de La Moneda, dijo que “es momento de hacer distinciones entre los delitos y las imputaciones personales que tienen provechos políticos”. Cordero reiteró lo señalado por el propio ministro Jackson horas antes, en el sentido de que “toda la información del ministerio está respaldada”. El ministro del Interior (s), Manuel Monsalve, también advirtió que lo contenido en los documentos sustraídos estaba respaldado y que “el Estado nunca perdió la información“. En la noche, además, en línea con la ministra Vallejo, afirmó que se trataba de un ilícito cometido por delincuentes comunes (la mujer detenida tiene antecedentes penales).
El senador José Miguel Insulza entregó igualmente su respaldo al fundador de Revolución Democrática: “Cuando se usa el nombre de un ministro para ejecutar un robo, francamente el ministro no tiene ninguna responsabilidad en eso”, sostuvo el histórico PS.
En tanto, el timonel de Comunes, Marco Velarde, señaló que “mientras la investigación no esclarezca los hechos y no encuentre a los responsables, todo lo que se diga, comente y especule es imaginación”.
Por cierto, no es primera vez que sucede un hecho de estas características. El 2003 se reveló el robo del computador de Sergio Cortés, entonces jefe de Finanzas de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas, en medio del caso MOP-Gate, el primer gran escándalo de financiamiento irregular de la política chilena luego del regreso de la democracia.
En mayo de 2016, en tanto, delincuentes robaron 20 computadores desde una oficina del Servicio de Impuestos Internos (SII), en el marco del escándalo por el caso SQM. En su momento, los abogados querellantes en la causa acusaron de “curioso” el hecho y “llamativo que se pierda información que podría ser útil”. En 2018, en similar contexto, se supo que delincuentes sustrajeron el computador de uno de los abogados que investigaba el caso SQM desde la misma oficina de los fiscales.
Por otra parte, en octubre de 2020, fueron robados 20 computadores desde la Seremi de Salud de la Región Metropolitana, lo que ocurrió en medio de los tira y afloja por los correos del Minsal y una serie de acusaciones sobre ocultamiento de información respecto de la pandemia. Sin embargo, la seremi a cargo de la época, Paula Labra, aseguró que en ellos no existía “ninguna información sensible que haya sido robada, tampoco papeles”.
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