El actual secretario general de la Cámara de Diputadas y Diputados está pensando en dejar los más de 30 años que lleva en el Congreso para postularse a contralor general de la República, cargo que quedará vacante en diciembre próximo. Dicen que su sueño es ser la cabeza de dicho órgano, uno de los cargos más importantes e influyentes del país. Ambición y manejo no le faltan, pues lleva 10 años gestionando con maestría los hilos administrativos de la Cámara y las múltiples necesidades de los honorables de todo el espectro político. Hombre de consensos, respetado por casi todos, “es el poder dentro de la Cámara Baja”, según señala una fuente parlamentaria. Sin embargo, eso mismo puede jugarle en contra, ya que la decisión de quién se queda con la Contraloría pasa por el Senado, donde Landeros no goza de tanta simpatía. A eso se suma su cercanía con el Presidente Boric.
Miguel Landeros Perkic (65), secretario general de la Cámara de Diputadas y Diputados, camina a paso firme por los pasillos del Congreso Nacional. Saluda por su nombre a cada persona que se cruza en su camino, casi siempre con amabilidad, sabe datos biográficos y personales de casi todos (hijos, padres, mascotas… relaciones) y, también –dicen– conoce otros menos oficiales.
Por supuesto, también está enterado de todos los nudos, lazos de poder y conexiones de prácticamente cada uno de los que habitan esa “fortaleza” parlamentaria. En su recorrido se detiene para hablar con algunos, conversa brevemente, entrega indicaciones, cita a reuniones y sigue moviéndose con agilidad y propiedad, a sus anchas, como el dueño de casa absoluto que es.
“Desde siempre este ha sido un cargo importante, pero Landeros ha hecho de él un reinado”, sentencia un exasesor. Y agrega: “Es el poder dentro de la Cámara Baja”. Maneja su funcionamiento, el engranaje, sus vericuetos… con el dedo meñique, y no solo en temas administrativos internos: cuando se une alguien que sabe dosificar la burocracia y se combina con la lentitud del Estado, hay cosas que se “demoran” mucho o simplemente “no salen, no resultan”. Se trata de alguien que maneja la inercia de un sistema, que controla el cómo debe ser todo, el statu quo del poder. Los nuevos parlamentarios suelen llegar por primera vez muy entusiasmados, con un mapa de ideas en la cabeza, iniciativas, y chocan con la realidad del funcionamiento de la Cámara, con el “cómo se hacen las cosas aquí”, con sus laberintos, intereses y relaciones. Hay reglas tácitas que seguir. Si eres del lote del secretario, puedes tener una vida plácida; si caes en desgracia con él, es probable que no dures mucho en ese lugar, a no ser que seas muy útil o inofensivo”, relata otro exasesor.
A su vez, un excolaborador señala que “tiene oídos en todas partes y una red de informantes y contactos que ya se la quisiera la ANI”, en referencia a la Agencia Nacional de Inteligencia, agregando que “ahí sí que no se mueve una hoja (de papel) sin que él no lo sepa”. Otro funcionario indica que “los honorables tienen que llevarse bien con él para que no los ignore o tramite sutilmente. Todos saben que deben tener su venia para los gastos y él es bien estricto. Todos lo respetan y se apoyan en él. Algunos son amigos, otros simplemente mantienen buenas relaciones. Tampoco es que tenga una carpeta a lo Belisario Velasco con las yayitas de cada uno, pero conoce las historias, trayectorias”, detalla.
La exdiputada María Antonieta Saa, una de las pocas personas que aceptó hablar en “on” sobre este tema, destaca su labor y carisma, asevera que “no es prepotente, maneja muy bien su ego, mejor que cualquiera de los señores y señoras diputados(as). Lo conocí en 1994, cuando llegué a la Cámara. Era una gran ayuda. Hay que reconocer que manejar esa Corporación no es cosa fácil. Debe entenderse con los 155 diputados, que cada uno se siente especial. Y hoy sí que hay gente especial, mucho más de la que había en mi época. Miguel ha tenido el talento de tratar a cada uno de estos personajes en su originalidad. Nunca supe de un conflicto que haya tenido con alguno de los parlamentarios, cosa que no sucede en todos los servicios públicos y privados. Él es el dueño y señor porque los diputados, los presidentes, están muy poco tiempo ahí, uno apenas se logra dar cuenta de lo que hay y cómo funciona todo. Es él y los funcionarios los que entienden el ‘tejemaneje’ del Congreso, sus protocolos, procedimientos. Ellos son los que permanecen”, subraya la exparlamentaria.
Con esta última frase, imposible es no recordar los dichos de Augusto Catalán, el personaje de la novela Honorables (LOM, 2020) de Rossana Dresdner, una ficción inspirada en su propio paso por la Dirección de Comunicaciones de la Cámara, villano que estaría inspirado en Landeros Perkic. De hecho, cuentan que cuando hablan en clave de él, algunos políticos lo llaman “Augusto”, en referencia a ese libro.
El “villano” Catalán suele jactarse –en varios capítulos de la novela– de que “los diputados pasan, pero ellos, los funcionarios y todo el engranaje de la Cámara, persiste”.
El secretario general de la Cámara de Diputadas y Diputados asumió el cargo el 3 de abril de 2013. Desde su llegada a la Corporación en 1990, como asesor de la bancada DC, transitó por muchos puestos, ascendiendo permanentemente: abogado en la Comisión de Hacienda, Oficial de Actas, Oficial Mayor de Secretaría, Secretario de las Comisiones de Relaciones Exteriores y Ética, Secretario Jefe de Comisiones y Prosecretario. Su tutor fue el fallecido abogado Carlos Loyola Opazo, sobre quien fue logrando un gran ascendiente, a través de los años, a tal punto que, para muchos, un joven Landeros era el poder de facto.
Finalmente, fue electo secretario general por la unanimidad de los 120 votos (entonces eran 120 diputados). Y lo celebró eufórico. “Tengo el honor de ser el primer hijo de Magallanes que ostenta el cargo. ¡Imagínese que todas las leyes que apruebe el Congreso a partir de ahora llevarán la firma de un hijo de Punta Arenas!”, dijo entusiasmado a El Pingüino. En efecto, Miguel Landeros nació en el Hospital Naval de Punta Arenas, porque su padre era funcionario de la Armada. Su madre –de quien destaca en varias publicaciones que es de corazón socialista– tiene raíces croatas, lo que llevó a Landeros hace unos meses a tomar clases para aprender la lengua materna.
Sin embargo, después de estudiar Derecho en la Universidad de Valparaíso, se radicó en dicha región. Está divorciado y tiene tres hijos. Dos de ellas son abogadas de la misma universidad. Aunque vive en Viña del Mar, sigue siendo magallánico de corazón, según lo dice y se sabe. Siempre ha demostrado cercanía con los parlamentarios de esa región, con los que conformó la “Cofradía del Calafate”.
De hecho, para la asunción del mando en 2022, La Prensa Austral consignó que Landeros dijo que “con Boric en La Moneda y un número importante de coterráneos en el Congreso –incluidos parlamentarios y funcionarios– se había creado una verdadera cofradía magallánica del poder”.
El secretario general es el jefe de servicio y la máxima autoridad administrativa en la Cámara de Diputadas y Diputados. De él dependen más de 400 funcionarios, profesionales y administrativos, y las finanzas de los honorables. Tiene acceso al historial de todos los diputados, autoriza viáticos, permisos, viajes, gastos en asignaciones, la contratación de asesores, etc. En resumen, él ejecuta el presupuesto anual, que para 2023 es de unos 83 mil millones de pesos.
Además, actúa como ministro de fe y su firma queda estampada en todos los documentos que emite la Cámara. Entre sus múltiples funciones está la de resguardar el archivo general y el archivo secreto y, también, le corresponde custodiar documentos, como las acusaciones constitucionales, que se guardan en una caja fuerte ubicada en su oficina, a la que solo él y el prosecretario, Luis Rojas, tienen acceso. Por ello y debido a su antigüedad, recibe un sueldo mensual bruto superior a los 14 millones de pesos.
Aunque le gusta mantenerse fuera de las cámaras –lo que no quita que hable con los medios y periodistas–, hace seis años tuvo que dar explicaciones por el uso de dinero fiscal para pagar informes plagiados: pegoteos de Wikipedia (y otras fuentes sin citar) quedaron registrados y pagados con dineros del presupuesto legislativo. Frente a la evidencia, Landeros mostró toda su mesura y destreza legal para explicar que desde siempre las cosas se han hecho de buena fe.
Cuando una investigación de Canal 13 mostró las pruebas de los textos copiados, surgió la pregunta sobre si esta forma de operar en realidad no era sino una fachada para triangular dinero hacia los mismos parlamentarios. Ante esta posibilidad, que generó una investigación a cargo del entonces fiscal Carlos Gajardo, Landeros dijo que era tan poco el dinero (entre 1 y 4 millones de pesos), que lo descartaba. “Es tan nimia en cuanto a los montos, que es muy difícil de creer. Si hay situaciones irregulares es por falta de experiencia, falta de cuidado. Algún asesor que faltó a la probidad al hacer un trabajo que no es el que corresponde. Pero una acción concertada, lo veo muy difícil”, aseguró.
Tras este episodio, se realizó una auditoría externa (por primera vez) en el Comité de Asignaciones Parlamentarias, que revisa las cuentas. La firma Baker Tilly Chile Auditores revisó los gastos institucionales de la Cámara de Diputadas y Diputados y no logró auditar una cifra superior a los $ 21 mil millones. Después se supo que una considerable cantidad correspondía a anticipos de fondos destinados a los propios diputados.
Landeros tuvo que salir a explicar este procedimiento, respecto de lo cual aseveró que “no tuvo nada de irregular, sino que se trató de adelantos de sueldo o dieta, similar al que se entrega en varias empresas, que además permanecen al día en sus pagos”, afirmó. Estos fueron “créditos sin interés ni reajustes”, añadió. Entre los deudores estaban involucrados políticos de la Democracia Cristiana, Renovación Nacional, PPD y Partido Socialista.
El secretario dijo entonces que “la dieta no es remuneración, está regulada constitucionalmente. En estricto rigor, si un parlamentario nos pidiera el año de la dieta, tendríamos que pagárselo. Lo que pasa es que por cuestiones financieras la Cámara tiene acuerdos internos de no pagar. Ustedes han visto que la Cámara ha adoptado una serie de criterios en los últimos años para regular más el tema”. Se trataba de una práctica, que –según una fuente– vendría desde 2005. La misma persona afirma que “él (Landeros) fue el responsable de los préstamos en dinero sin interés a los legisladores, y pasó sin que hubiera ni un sumario administrativo”.
En su “hoja de vida virtual” también quedó registrada la “gremial parlamentaria”, un sistema interno en el que todos los diputados aportaban dinero para recibir una indemnización cuando dejaran la Cámara, fondo que fue objetado por la auditoría externa. Según se estableció, se realizaban descuentos a cada legislador con cargo a una cuenta institucional.
A fines de 2018, cuando las auditorías externas ya estaban instaladas, el retraso de cuatro meses en la entrega de los resultados de asignaciones, viáticos y otros gastos llamó la atención y se pidió explicaciones a Landeros, pero no hubo respuestas. Fue la presidenta de la Cámara de ese periodo, Maya Fernández, actual ministra de Defensa, quien tuvo que responder (ante el silencio de Landeros) y pidió que se subiera el informe a la página web de la Corporación, asumiendo con esto una tarea que no le correspondía.
En los pasillos de la Cámara, que tanto conoce Miguel Landeros y donde se mueve con propiedad, circula un rumor que él ya debe saber. “El secretario lo único que quiere es ser contralor general de la República”. También se escucha esto en el casino, en la peluquería, en el café…
Sin embargo, un abogado que conoce bien el tema indica que “no sé si tiene los votos en el Senado para ser contralor”, argumentando que “en el Senado resienten el día a día del manejo de la Cámara Baja. Landeros ha tenido muchos encontrones con el Senado, básicamente por la Ley de Presupuestos y otros detalles”. Un asesor de la Cámara alta coincide, argumentando que “en el Senado lo ven como una persona que abarca peligrosamente demasiado, algunos derechamente encuentran que se mete donde no le corresponde ni por función ni por expertise”. “Lo ven –en especial desde la UDI– como alguien que se ha hecho de mucho poder… alguien que no les gusta”, afirma otra fuente.
Además, se suma –puntualizan las mismas fuentes– la pelea soterrada que siempre hay entre las Cámaras, “una disputa que no se ve, que no se siente para afuera, pero que está ahí, que tiene que ver con quién es más importante para el país”, se queja un exasesor.
La cercanía que tiene con el Presidente Gabriel Boric también podría jugarle en contra. “No solo son coterráneos, también habían entablado una buena relación mientras él fue diputado. La oposición puede pensar que podría ser muy condescendiente con el Gobierno”, concluye.