El único diputado de Amarillos anunció el sábado 22 de este mes que analizaría, junto a un grupo de abogados, la posibilidad de llevar adelante una acusación constitucional en contra del ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson. Para Jouannet, ya son varias las polémicas que rodean al secretario de Estado y la gestión que ha tenido –a su juicio– ha sido deficiente, aunque advierte que “solamente si existe un sustento jurídico avanzo, pero aún con eso voy a ver si efectivamente están los votos suficientes”.
El diputado Andrés Jouannet salió al pizarrón el día sábado 22 de julio, cuando anunció que estaba estudiando, junto a un grupo de abogados, la posibilidad de llevar adelante una acusación constitucional en contra del ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson.
El único parlamentario de Amarillos por Chile –que se reconocen en la centroizquierda– cree que la figura del Presidente Gabriel Boric ha tenido un “crecimiento”, pero advierte que, de no haber un cambio de gabinete, tendrá problemas. Además, como hijo de Raimundo Jouannet, víctima de violaciones de los derechos humanos en dictadura, dice que al Gobierno le falta relato para conmemorar los 50 años del golpe de Estado y que “lo ha hecho mal”.
El anuncio de su preparación de acusación constitucional lo formuló después que personal del Ministerio de Desarrollo Social se negara a la entrada de la PDI, el jueves en la noche, para copiar información de los servidores, dado que los policías, mandatados por el fiscal Carlos Cornejo, de La Araucanía, no contaban con una orden judicial para ello –cabe recordar que el robo de 23 computadores y una caja fuerte desde esas dependencias se produjo durante la noche del miércoles de la semana pasada–.
Ante aquello, y luego de una instrucción del Tribunal de Garantía respectivo, recién el viernes los detectives pudieron realizar las pericias, situación que el diputado Jouannet calificó como “una vergüenza”, a lo cual sumó duras críticas contra Jackson: “Este es el ministro de la vergüenza. No es el primer caso que tiene, ya son muchos los casos vinculados al Ministerio de Desarrollo Social, son muchos los escándalos ¿Qué se protege, qué se esconde?”, se preguntó.
Asimismo, el sábado afirmó que “el ministro Jackson le está causando un tremendo daño al Presidente, al Gobierno, pero lo peor es que el ministro Jackson le está causando un daño al país y, por lo tanto, su situación dentro del Gobierno es insostenible”.
-¿Ha comenzado conversaciones con otros sectores para buscar apoyo en una acusación constitucional?
-Sí. Hay gente de Renovación Nacional que me ha planteado que les muestre los antecedentes, Pamela Jiles también. Alberto Undurraga me dijo que, si efectivamente existen fundamentos jurídicos, “por qué no”.
-¿Hasta ahora ha encontrado antecedentes jurídicos que sostengan una acusación constitucional?
-Estamos trabajando en eso, yo he estado enfocado en el Congreso. Tengo un equipo de abogados y académicos que están en eso hoy día. Esta semana tendré información, el jueves tengo una reunión y la próxima semana seguramente tendremos noticias.
-El argumento que ha hecho caer las anteriores acusaciones constitucionales es la falta de fundamento jurídico, ¿se puede llevar adelante esta acusación a modo de juicio político?
-Solamente si existe un sustento jurídico avanzo, pero aún con eso voy a ver si efectivamente están los votos suficientes, porque puede que efectivamente haya debilidad jurídica, pero si no cuento con los votos no voy a hacer que el ministro Jackson se victimice, ese es el tema de fondo. Si bien tenemos un problema constitucional, también tenemos un problema político que le toca al Presidente Gabriel Boric. Creo que el Presidente ha ido creciendo, pese a que a veces tiene eventos, como la llegada a Chile ayer como rockstar después de un viaje, y uno espera que se lleve con mayor dignidad el cargo, como Patricio Aylwin, Ricardo Lagos o Michelle Bachelet. Pero sí ha ido creciendo, sin lugar a dudas. Dicho eso, creo que el ministro Jackson le está causando un grave problema al Presidente y al Gobierno, porque tiene hoy día un problema grave en su ministerio. He denunciado en la Conadi que hoy se ha ratificado al señor Felipe Ñanco como jefe de tierras, siendo que es una persona que ha alentado el tema de las usurpaciones. Por otra parte, el señor ministro no tiene políticas para la disminución de la pobreza, no tiene política hacia las familias y no tiene política indígena. ¿Qué pasa con el proyecto del Consejo de Pueblos Indígenas? Tenemos un ministro que no está conduciendo su cartera, como lo hizo así de mal en el ministerio Secretaría General de la Presidencia.
-¿La acusación entonces estaría enfocada en una falta de cumplimiento de labores, más que en los casos de Democracia Viva o el robo en el ministerio?
-Antes que todo vamos a seguir en el estudio del caso, pero hay situaciones que son graves. Él mismo reconoció que no se les dio autorización a los funcionarios de la PDI en primera instancia para que pudieran tener acceso a la información del Ministerio de Desarrollo Social.
-Iban sin una orden judicial…
-Sí, pero la verdad es que, desde el punto de vista legal, en este contexto procede. A mí me da la impresión de que no había ningún impedimento legal, yo creo que lo que pasa es que retardaron la gestión de los funcionarios.
-¿Entonces la acusación constitucional se enfocará tanto en las gestiones del ministro en su cartera como en lo ocurrido con la PDI en la sede del ministerio?
-Aquí hay que separar las cuestiones. Lo que estamos haciendo con el equipo es ver si hay pertinencia desde el punto de vista legal. Si lo hay, avanzamos, pero claramente el ministro está hoy atentando contra el propio Presidente.
-¿Qué opina de la carta de la UDI? ¿No cree que esa ofensiva terminó blindando al ministro y, con ello, la posibilidad de una acusación constitucional?
-Primero, creo que cada partido tiene que responder por cada uno de sus actos y, segundo, hoy no hay que tratar de fortalecer al ministro, al contrario. Este es un ministro reprobado de la Segpres, pero le salió “vale otro” por ser amigo del Presidente, y eso daña la credibilidad del Gobierno y del Presidente, eso es todo. Es un momento en que la institucionalidad está muy débil y, cuando eso ocurre, avanzan la incivilidad, los grupos antisistémicos y los delincuentes, como se ha visto. Cuando tenemos un Gobierno débil, quienes ganan son quienes están fuera de la civilidad.
-¿Cómo se construyen mínimos comunes entre las fuerzas en un ambiente así de crispado?
-Justamente el Gobierno tiene que tratar de no crispar las cosas, y cuando el Gobierno tiene adentro personas que debilitan los acuerdos, tiene que tomar decisiones. De lo contrario, va a tener problemas. En mi opinión, en este Gobierno hay buenos ministros, como la ministra del Interior, Carolina Tohá; de la Segpres, Álvaro Elizalde; el de Justicia, Luis Cordero; y el ministro de Vivienda, Carlos Montes; y malos ministros, como el de Educación, el mismo Jackson y el de Agricultura, porque hay responsabilidad en el tema de los incendios.
El Gobierno tiene que asumir si siempre va a ir con freno de mano o, en definitiva, va a poder transitar en esta carrera de gobernabilidad. Pero mientras el Gobierno no siga asumiendo que a veces se equivoca y nombre nuevas personas que le den un nuevo aire para que avancemos en políticas públicas, vamos a seguir teniendo problemas.
-¿Cómo evalúa usted el rol de la oposición o la derecha en ese juego?
-La derecha responderá por la derecha. Creo que quien gobierna tiene la primera opción y palabra para tomar acuerdos. Tiene que liderar los acuerdos y conversar todas las veces que sea necesario y de forma inteligente, para concretar acuerdos importantes. Eso significa que hay que abrirse a nuevas fórmulas, por ejemplo, dar propuestas de crecimiento.
-En esa línea, ¿cómo ve las gestiones que ha llevado adelante el Gobierno para la conmemoración de los 50 años del golpe militar?
-El Gobierno ha jugado pésimas cartas, lo ha hecho muy mal. Ha puesto a personas y luego las saca. Creo que hoy no tiene un relato. En esto, hubiese esperado que el Presidente se hubiera puesto por sobre cualquier contingencia y hubiese hecho un llamado a la reconciliación, a mirar hacia adelante, pero a no pasar la página, sino al perdón y a la justicia. Estudié en Alemania y ellos lograron superar sus temas. Creo que al Presidente le faltó el nivel de autoridad política para haberse puesto y haber sacado esta tarea adelante, pero el Gobierno ha cometido demasiados errores. En esto el Presidente se ha equivocado.
-¿Y cómo contribuye el discurso de una derecha que valida el golpe de Estado? ¿Qué opinión le merece ese discurso?
-El golpe de Estado generó una dictadura militar que fue de las más destacadas por sangrienta en el siglo XX. Pinochet está al nivel de Hitler y de Stalin, a ese nivel de tirano y dictador. De eso estamos hablando, de un tirano y un dictador, no tengo duda. Mi padre fue preso político, torturado por la dictadura. Rechazo completamente ese discurso que valida el golpe. No tengo dos opiniones. Aquí tuvimos un dictador que está al nivel de los peores dictadores de la historia del mundo. Quienes resaltan la figura de Pinochet no tienen idea de lo que piensa el mundo de Pinochet. El mundo democrático, el mundo civilizado tiene la peor impresión de un dictador que es una vergüenza para nuestra historia. Todas estas voces que realzan su figura, son una vergüenza. ¿Por qué lo digo? Porque eso no lo pueden decir en Europa, no lo pueden decir en democracias de alta intensidad, porque ahí se quedan callados. La izquierda y la derecha democrática en el mundo rechazan completamente la dictadura que hubo en Chile.
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