En el marco de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, la exmandataria puso la alerta en quienes siguen justificando el quiebre democrático de 1973. “A los 30 años varios partidos habían condenado el golpe, hoy ya no lo hacen”, señaló. Sobre el proceso constituyente agregó que “hay líneas rojas en enmiendas que si se aprueban yo no podría ir a votar a favor, por ejemplo las limitaciones a los derechos de las mujeres”.
“Pensábamos que nuestra democracia era fuerte, jamás imaginamos que algo así pasaría, no estábamos preparados. En esa época nos decíamos los suizos de Sudamérica”, reflexionó la expresidenta Michelle Bachelet en Mesa Central de canal 13.
En el contexto del especial por los 50 años del Golpe de Estado, contó que siendo presidenta de las juventudes socialistas y estudiante de medicina en la Universidad de Chile, en septiembre de 1973, se quedó en la facultad mientras ocurría el golpe. Después supo que el presidente Allende había muerto y que La Moneda había sido bombardeada. “Había poca información, había confusión, no sabíamos mucho y no creíamos lo que estaba pasando en el país”.
Sobre el bombardeo de La Moneda agregó: “Cuando se bombardea el palacio presidencial no es porque se esté cuidando la democracia. Fue muy chocante. Puede ser una estrategia militar, pero hacerlo bajo la excusa de salvar la democracia es un contrasentido”.
Sobre su visión del expresidente Allende, respondió: “Lo vi muy poco, pero de verdad creo que habría querido hacer transformaciones de manera más pacífica —recordemos que había gran nivel de pobreza en Chile— lamentablemente la coalición (de gobierno) no estuvo a la altura, magnificaba los desacuerdos. Cuando leí el libro de Patricio Aylwin (“La experiencia política de la Unidad Popular”), fue impactante darme cuenta que vivíamos en países distintos; mientras había una lucha de poder entre los líderes políticos, yo como estudiante universitaria y mis compañeros estábamos porque no hubiera más pobreza, ayudábamos en las industrias, mi experiencia era social, no andábamos armados, pero la percepción desde otros sectores era confrontacional”.
Ante la pregunta de si Allende estuvo a la altura ya que su coalición no lo estuvo, señaló: “solo puedo comentar desde los libros que se han escrito. Creo que trató de manera seria y comprometida de hacer todo lo posible. Quisiera pensar que el Golpe de Estado fue un fallo de la política, porque la política debe hacer siempre lo posible por conservar la democracia, me preocupa que hoy hay gente que sigue justificando el golpe. Hay grupos políticos que justifican el golpe. (…) A los 30 años varios partidos habían condenado el golpe, hoy ya no lo hacen, dicen que no hubo violaciones a derechos humanos ni crímenes de lesa humanidad”.
Agregó que “la política hoy está muy tóxica, el sentido del lenguaje, la desligitimación permanente. La democracia depende de todos nosotros y tenemos que cuidarla como sociedad”.
Sobre el proceso constituyente comentó que “hay líneas rojas en enmiendas que si se aprueban yo no podría ir a votar a favor, por ejemplo las limitaciones a los derechos de las mujeres. Lo mismo, con la enmienda para liberar, por razones humanitarias, a los presos mayores de 75 años, porque esas personas están condenadas, en su mayoría, por violaciones a los Derechos Humanos.
En el mismo tema y en relación a su decisión de cerrar Punta Peuco y la polémica por las declaraciones del exministro de Justicia, Jaime Campos, quien señaló que “afortunadamente no le hizo caso”, la expresidenta dijo que: “en el segundo gobierno pensé en que había que cerrarlo, se hizo un trabajo, pensando en llevar a los presos a Colina 2, a un lugar especial. Se hizo arreglos, pero por urgencias políticas se fue retardando la decisión y ya estaba terminando el gobierno y no se realizó. Cuando escriba mis memorias relataré lo que realmente ocurrió”.
Aseveró que para que un país pueda reencontrarse debe sanar las heridas. “Como médica una sabe que cuando hay una herida si no se limpia, no cicatriza. Hay que conocer la verdad, sin verdad y sin justicia es muy difícil el reencuentro”.
En cuanto a sus dichos —en una entrevista en CNN— sobre su disponibilidad para una futura candidatura aclaró: “Jamás dije que estuviera disponible para ser candidata nuevamente. No quiero estar en ese dilema. Es anticipado suponer que uno va a estar en ese dilema. No estoy en campaña presidencial, por algo me vine a Chile, porque quería bajar la intensidad en mi vida”. Afirmó que hay liderazgos locales muy importantes y que quisiera que crecieran y se dieran a conocer. “Hay gobernadores y ministros que podrían ser estupendos futuros presidentes y presidentas”.
Señaló que “una forma de que las personas vuelvan a creer en la política es que si se generan expectativas se cumplan y si no se pueden cumplir, explicarlo ante el país. Hay que leer mejor lo que le está pasando a la sociedad chilena. Este gobierno llegó con una agenda transformadora y pasó que el tema de la ciudadanía era otro, lo principal era la seguridad… Hay que conectar mejor con la gente y ver cómo se trabaja con ello”.
Como mensaje a los chilenos finalizó: “aprendamos de las lecciones, cuidemos entre todos nuestra democracia, cuidemos el lenguaje, cuidémonos entre nosotros, seamos respetuosos y aseguremos la dignidad de las personas”.